38
Días más tarde
Dentro de ella aún había dudas. La fiesta de compromiso de su prima resultó ser un horror. Se alegraba de que ella estuviera casada con un hombre como Neville, quién la amaba y respetaba, quería que ella fuese feliz. En cambio, no pudo disfrutar plenamente de la fiesta, lo que pasó con su ex novio la dejó algo marcada, había pasado unos días aislada, ni siquiera vió al pelirrojo, pues necesitaba encontrarse con ella misma. Organizar sus prioridades, dentro de la que estaba su salud mental. Pasó dos o tres días en su taller, se mantuvo por el contrario ocupada, plasmó sus sentimientos en aquel lienzo en blanco. Para muchos un simple dibujo, para ella una historia contada.
Una historia cargada de dolor, sufrimiento pero lo más importante, superación. Su historia.
Una instantánea sonrisa se formó en su comisura al ver por lo vidreos del edificio al pelirrojo que se encontraba dejando una caja que parecía ser pesada en el mostrador.
George Weasley.
Aquel hombre que había puesto su mundo patas arriba en cuestión de pocos segundos.
Acomodó su bolso y entró a la tienda de los gemelos dispuesta a verlo. Al escuchar la campanilla sonar indicándole que un cliente nuevo acababa de llegar soltó un bufido leve girándose hacia la entrada, ya preparado para recitar las palabras "aún no esta abierto, está cerrado".
Su expresión totalmente cambió al chocar con los ojos esmeraldas. Su expresión se relajó, sus ojos brillaron y una sonrisa se implantó en su rostro. Fue corriendo hacia ella.
-¡Noareth!.- vaciló en mantener distancia u no, desde lo ocurrido no quería incomodarla por lo que optó por dejar espacio entre ellos.
Ese espacio fue cerrado cuándo la Vance rodeó su cuello atrayéndolo hacia ella, sus finos labios atentaron contra los de George, marcando el compás. Pidió acceso a su boca, causando que sus lenguas se encontraran permitiéndoles recorrer toda su cavidad bucal. George se sorprendió ante la dominante actitud de la mujer, pero sin rechistar sus manos amasaron su trasero pegándola más hacia él.
Noareth jadeó contra sus labios. Rompió el beso y rogó por que el aire llegase a sus pulmones. Sus mejillas estaban sonrojadas a causa de la euforia y su pecho subía y bajaba con rapidez. George acomodó su mechón de su pelo tras su oreja, sonriéndole a aquella mujer que le hacía soñar.
-¿Cómo estas cariño?- preguntó sin romper la cercanía maravillado ante aquella dulce mujer frente a él.
-Mucho mejor, siento no haber venido antes a verte necesitaba algo de tiempo.- se excusó formando una mueca apenada en sus labios.- Por cierto, ¿Fred no está?
Los gruesos y cálidos labios de George se posaron en la frente de su rubia, dejando un cariñoso beso en esta. Tras aquel gesto, sus ojos la miraron rebosando de un feliz brillo.
-No te preocupes rubita, te entiendo- la estrechó contra su pecho.- Está en el sótano enseñándole algunas pociones a Hiraeth. Ya sabes, a ella no se le dan muy bien pero sin embargo le encanta todo relacionado con las bromas y la tienda. Trata de aprender y nosotros nos turnamos para enseñarla.
Una sonrisa creció en sus labios, sin duda tanto Fred cómo George eran hombres admirables.
-Es muy bonito de vuestra parte. Me alegro que no ronde por aquí, me gustaría hablar contigo.- murmuró alzando la cabeza sin querer separarse de su calor corpolar.
George la miró algo confuso, no sabía de que debían hablar, sin embargo le prestó total atención.
-Claro, dime cariño
-Verás- se removió algo nerviosa entre sus brazos y optó por apoyarse en el mostrador de la caja.- Cuándo estuvimos en la boda, no llegué a formularte la pregunta.- suspiró sin querer recordar lo que sucedió antes.- ¿De que conoces a mi prima, George?
Este se pasó una mano por el cabello, Noareth pudo observar cuán frustrado estaba. Se acercó frente a ella, algo tibuteante.
-Venus y yo nos conocimos de jóvenes, un bar de copas muggle, dónde había mucha música.
Informó, se negaba a mentirle a la rubia.
-¿Ustedes...?- no sabía cómo formular bien la pregunta sin que sonara manipuladora.- ¿Ustedes llegasteis a acostaros?
Los ojos del Weasley se abrieron cómo ventanas al oír su pregunta, no le molestaba pero le impresionaba que fuera tan directa. George tomó aire y se acomodó el cuello de la camisa algo nervioso.
-Lo hicimos sí, varias veces. Después de mucho no nos volvimos a ver hasta que me la encontré cuándo me había divorciado de Angelina, pero no pasó nada, ella paseaba por la calle y nos saludamos, charlamos y ya.
-¿Sabes que es mayor que tu, cierto?
Interrogó. George se sentía algo presionado y avismado ante su "ronda de preguntas", carraspeó algo incomdo. ¡Ellos no tenían relaciones desde que eran adolescentes!.
Noareth se dió cuenta de lo que sus acciones hacían. Suspiró tratando de calmarse, no quería no, ella no quería. Sus inseguridades eran reflejadas en momentos cómo este, su prima siempre había atacado contra ella, ya fuese insultandola contra su físico o con comentarios que llegaban a herir a la aquel entonces, joven Noareth.
Muchas veces cuándo estaba con el Zabini llegaba a plantearse sobre la verdad de las palabras de su prima. ¿Acaso era cierto? ¿Nadie estaría con ella de por vida? ¿No era lo suficientemente bonita?¿Nadie llegaría a amarla jamás?, ya que este no se tomaba el tiempo para demostrarle cariño a su novia, ella solía ser envuelta en ese círculo de miedos e inseguridades.
Jamás fue una persona celosa y manipulación en su relación, no sabía que estaba pasando con ella. Pero el recordar cómo Venus se le insinuaba a su pelirrojo, cómo trataba de coquetear frente a ella hacía que le hirviese la sangre.
-Lo sé Noareth, me lo dijo cuándo nos conocimos- suspiró algo frustrado ante la actitud de la rubia.- ¿Algo de lo que quieras hablar que te preocupe, cariño?
Noareth suspiró y al segundo reaccionó sobre su comportamiento arrepintiendose.
-Lo siento, lo siento George.- se disculpó a la par que su labio inferior temblaba y sus ojos se humedecían.- No se que me ha pasado.., simplemente los últimos días no han sido los mejores de mi vida.
Este le dedicó una mirada comprensiva y acarició su hombro delicadamente.
-Esta bien te entiendo. Pero por favor si hay algo que te moleste, inquiete o perturbe no dudes en decirmelo.- pidió haciendo una mueca.- No me gusta que me cuestionen cómo si fuese un niño chico que no sabe que ha hecho.
Musitó algo molesto en el fondo, por su actitud defensora.
-Lo haré y ya dije que lo siento.- mascullló entre dientes algo seca ante sus últimas palabras.- Tampoco pregunté gran cosa George, solo quería saber.
George chaqueó la lengua y reguló su respiración tratando de controlarse, pues no quería pelear con la rubia.
-Esta bien, ya estas al consiente de todo lo que querías saber.- suspiró cargando una caja.- ¿Algo más?
Tal vez su actitud tampoco era la adecuada, pero el hecho de que lo controlaran le llegaba a frustrar demasiado incluso a molestar. Le recordaba a su madre cuándo era joven y no le dejaba hacer nada , mucho menos con los productos de su futura tienda. También le era inevitable pensar en sus dos antiguas relaciones las cuáles ambas acabaron mal; Angelina no llegó a ser manipuladora, pero a veces atoxicaba a George cuándo llegaba tarde del trabajo, sacando sus propias conclusiones. Y Kailei, mejor ni hablar de ella no quería ni recordarla.
Había tenido tan mala suerte en sus relaciones que le daba miedo que lo que estaba forjando poco a poco con la rubia acabara igual. Por eso, siempre prefirió aclarar las cosas desde un instante. No quería que su relación se arruinase.
-No, perdón por molestar.- masculló entre dientes la mujer, manteniendose firme ante la fría actitud del pelirrojo.
En los momentos que ella lo necesitaba el le dejaba de lado, por un simple error que había demostrado arrepentirse de cometer.
George tarareó un simple "mhm" para desaparecer de su vista con caja en brazos para ir a acomodarla. Noareth lo vió decepcionada, no creía que él sería tan infantil en ese aspecto.
Sus ojos ardieron reteniendo las lagrimas para salir de la tienda, completamente adolorida.
Fred aclaró su garganta carraspeando, él y su hija habían escuchado toda la conversación pero no se movieron de su sitio para no intervenir. Ambos se encontraban algo incómodos. George se giró para ver de dónde provenía su llamado, algo avergonzado.
-¿Cuánto tiempo llevais ahí?
-¡El suficiente para darme cuenta de que mi tio ha sido un tonto!- se quejó la pelirroja menor molesta, mirando a su tio.- ¿Por qué has sido tan duro con ella? ¡Ella no la esta pasando bien! ¡¿Crees que esto ayudará?! ¡Deberías estar apoyandola en cambio, le causas más problemas!
Su sobrina explotó ante tal injusticia, ella era consiente de lo que pasó en la boda, tarde u temprano debía enterarse. Sin duda, su asco a la sociedad aumentó en cuanto se enteró lo que le sucedió a su querida tía Noareth.
-Debería reñirle por alzarte la voz.- Fred se apoyó en el mostrador soltándo un suspiro resignado.- Pero para tu desgracia, ella tiene razón Georgie.
Acordó su gemelo con su hija, quién aún miraba a su tío cruzada de brazos esperándo una explicació sobre porque no corría tras la rubia pidiéndole perdón por su absurdo comportamiento, infantil e inmaduro.
-Hiraeth, Fred...- sobó el puente de su nariz frustrado, sin saber que contestar.- Es complicado ¿Sabéis?, mis relaciones nunca fueron las mejores.
-¿Complicado es ir tras la mujer que quieres para disculparte por ser un idiota?- cuestionó el gemelo mayor alzando una ceja, mientras pasaba su brazo por los hombros de su hija orgulloso plenamente de ella.- Y si Georgie, sé que la quieres no te atrevas a negarlo.
-Que hayas tenido mala suerte en el amor no significa que en todas las relaciones que tengas vaya a seguir el mismo patrón. No lo hará porque Noareth no es así, y podeis lograr algo bonito si ambos ponéis de vuestra parte.
El Weasley miró entre ambos miembros de su familia. Sin saber que hacer. ¿La quería? ¡Claro que sí!, ¿Por qué no iba tras de ella?, Tal vez siguiera paralizado.
-¡George, reaccióna!
Fred hizo que despertara de su trance desesperado al querer ver a su gemelo menor feliz finalmente no cómo lo súltimos años. La rubia parecía haberle de vuelto esa esperanza por vivir que no brotaba en los ojos de George.
Este rpidamente, sin ni siquiera responderle a su familia salió de la tienda no sin antes cojer su abrigo, mirándo en todas las direcciones pensando hacia dónde había podido ir la rubia.
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La acorraló en el callejón nada más salir, su cuerpo se aprisionó contra el de ella, tapó su boca impidiéndo que gritara y comenzó a rozarse contra ella descaradamente. Él corazón de la mujer comenzó a later con fuerza, sus ojos ausentes miraban perpleja y asustada al hombre frente a ella, las lagrimas no salían, sus fuerzas desaparecieron, iba desarmada en esos momentos. Las pupilas del hombre estaban dilatadas de deseo, con nada más de tener el cuerpo de la mujer pegado contra el suyo.
Si no fuera por ese maldito feto, ellos seguirían juntos, ella seguiría siendo suya.
Se apareció en el departamento de la mujer, dónde ella suplicaba por no ser herida físicamente y psicológicamente de nuevo. Hizo callar sus ruegos. Despojó su ropa sin ningún pudor ante lo que iba a hacer. Hizo perder su fuerza. La lanzó contra la cama. Volvió a herirla, de la manera más vil y cruel, mientras ella suplicaba por que parase y gritos de horror volvían de nuevo a ser salidos de su boca.
La toco sin su permiso una vez más, Noareth suplicaba porque alguien viniera ha ayudarla. Habia sido callada, silenciada, sus suplicas eran en vano.
Necesitaba que alguien estuviera a su lado, necesitaba ser salvada
Una vez mas
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¡Hola a todos!
Uhh, primera pelea de pareja
Blaise quiero matarte
¿Que les ha parecido?
¿Opiniones?
¡Nos leemos pronto, lxs quiero!
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