26
Se sentía un terrible mal tercio. No iba a quedarse rondando por la tienda de los gemelos. Su hermana se encontraba con el desorejado, y su mente prefería no pensar en todas las cosas que estarían haciendo en esos instantes. Mientras, su amiga se encontraba con su esposo.
Sobraba allí.
Odiaba ser siempre el mal tercio en cualquier cosa. A veces, le era inevitable no poder pensar en los momentos cuando tuvo pareja. Los hechaba de menos, aunque se había prometido no enamorarse nunca más.
Lo destrozaron de la manera más dolorosa posible, con amor.
Había tenido algunos coqueteos con mujeres, que nunca llegaron a algo más. Había pasado varias noches con ellas, siempre cuando ellas supieran antes que no habría nada de sentimientos, probablemente no volviera a verla más.
Tras coger su abrigo, pues el viento predominaba en la atmósfera.
Necesitaba algo que le hiciera olvidar.
Visualizó una pequeña cafetería, no dudo en ir hacia ella.
Tal vez el alcohol no era solución después de todo.
Nada más abrir la puerta, un olor mezclado entre café y dulces embriagó por completo sus fosas nasales. Se acercó al escaparate, tras frotar sus manos pues el frío en el ambiente era considerablemente palpable. Divisó varios dulces que hicieron rugir su estómago. No sabía cual elegir, contaba con una gran diversidad ; desde pasteles y tartas hasta barras de chocolate que pedían a gritos ser compradas.
Divisó a una camarera acercarse a el, esta le dedicó una coqueta sonrisa que fue de momento correspondida. Sabía perfectamente cuál era su efecto sobre las mujeres y algún otro hombre. Era atractivo, contaba con unos profundos mares cómo ojos, un cabello dorado y unos finos labios que componían una coqueta sonrisa.
-¿Desea algo, señor?
La voz de la trabajadora resonó en sus oídos, prestándole atención momentáneamente.
-Desearía ese pastel de allá, por favor señorita- con el dedo anular, señaló una pequeña porción de la tarta que deseaba, esta estaba recubierta con un glaseado que despertaba su hambre.
-En un segundo se lo traigo- se dirigió hacia el mostrador, moviendo sus caderas en el proceso tornando de vez en cuando para observar si el rubio miraba hacia ella.
Un suspiro salió de sus finos labios, para recargarse en la barra. Odiaba la situación en la que vivía. Nunca había sido el mal tercio de alguna pareja, sus amigos solían serlo más bien, pues el siempre solía salir de citas
-Aquí tienes- la voz de la mujer lo despertó de su lapsus, viendo como esta le extendia la tarta- Nos vemos.
Tras un guiño de ojo por parte de la camarera, esta se fue sonriendo hacia su puesto de trabajo.
Adriert rió por lo bajo, y miró la porción de tarta frente a el. No pudo evitar sonreír egocentricamente cuando vió la dirección de la mujer apuntada, junto a las palabras "Escríbeme ;)"
Se guardó el papel en el bolsillo del pantalón, por cualquier cosa y comenzó a devorar la tarta, disfrutando del dulce sabor siendo degustado por sus papilas gustativas.
Cuando estaba por terminar la tarta, una escandalosa risa llegó hasta sus oídos. Giró la cabeza hacia la persona procedente.
Thomas Avery.
Apretó la mandíbula al ver al alto.
Se encontraba en una mesa junto a dos mujeres mayores, y su ex-novia, Elinor Taylor. Supuso que las mayores serían, las madres de ambos.
Thomas solo reía con una de estas, mientras que la expresión de Elinor se mantenía con sus duras facciones. Parecía fulminar con el azul cérulo de sus ojos al hombre.
Divisó una revista de vestidos de novia frente a ella, a lo que miraba con asco.
Adriert quería huir.
Ella estaba allí, con ese idiota organizando su compromiso. Le hervía la sangre
¿De verdad había superado a Elinor?
-Un trago, por favor
Pidió a la camarera.
Al fin y al cabo, necesitaba refugiarse en algo.
●●●
Días después
Todos los hermanos Weasleys y sus respectivas parejas se encontraban cenando en la casa del matrimonio Lupin-Weasley.
Los platos viajaban de un lugar de la mesa a otro, finalmente todos juntos.
Noareth y George compartían fugaces miradas de nerviosismo. La presencia de Charlie Weasley aún los ponía nerviosos tras el encontronazo con la familia de la Vance.
Todo fue realmente incómodo, ni siquiera deseaba volver a pensarlo.
Ron Weasley se encontraba meciendo y presumiendo a su hija quien nació hace poco.
Estaba loco con su florecilla.
-Espero que lo diga nada- George se acercó a Noareth para susurrarle al oído.
-Estoy rezando por ello
Concordó la rubia dandole una fugaz mirada al dragonista.
George miró a todos sus lados, comprobando que ningún familiar estaba mirando, poniendo sus manos en la cintura de la rubia, le dio una vuelta atrayendola hacia sus labios en un corto pero cariñoso beso.
-Por cierto, estas hermosa Noa- llevó un mechón tras su oreja- Siempre lo estas.
Mordió su mejilla interior, conteniendo una sonrisilla que nacía en su interior. Amaba las dos personalidades del Weasley y como podía controlarlas con suma facilidad; En la cama solía ser dominante, posesivo y rudo, mientras en los días corrientes era cariñoso, dulce y hacía que sus mejillas estuvieran cansadas de sonrojarse con demasiada facilidad.
-Tu tambien estas muy guapo, Georgie- aseguró mirandolo y acomodando el cuello de su camisa.
George portaba una camisa blanca, con los primeros botones desabrochados, un vaquero ceñido negro y el pelo totalmente despeinado, dándole un aire más atrevido y jodidamente sensual, como pensó Noareth nada más que lo vió.
Noareth, por su parte llevaba un jersey de color azul cielo, unos vaqueros de mezclilla blancos y su cabello recogido en una elegante coleta alta.
-No más que tu, rubita
Aseguró guiñando su ojo, para dirigirse a la cocina donde su gemelo se encontraba terminado la cena.
Se había convertido en un gran chef los últimos años.
Elizabeth, llegó antes que George a la cocina, cargaba a James Sirius, el hijo de Ginny en su espalda.
-¡Llegamos al destino!- dió una vuelta sobre si misma, causando la contagiosa y risueña risa de su sobrino. Se puso a un lado de su esposo- ¡La cocina con el tío Fred!
-¡Que bien huele tío Fred!‐ afirmó el menor cuando el olor de comida inundó sus fosas nasales. Se inclinó como pudo para besar la mejilla de este, para después imitar el acto con Elizabeth.
James solía ser un niño demasiado extrovertido y cariñoso con sus seres queridos, tanto que desde que llegó al mundo fue amado al segundo que lo conocieron.
-Me alegro terremoto, ya pronto estará la comida- le sonrió terminando de emplatar y se dirigió a su esposa- Cielo, ¿podrías pedir que se sentaran?, la comida ya está.
Esta asintió dando otra vuelta con su sobrino sobre ella misma.
-Proxima estación, ir con mamá, los tíos y tias- se despidió de su esposo, besando su mejilla para llevarse a su sobrino riendo con ella.
A Fred le fue imposible no sonreír al ver como su esposa finalmente era feliz. Habia conseguido a ver un niño sin llorar y recordar la maldición que poseía.
Estaba tan orgulloso de ella y enamorado como la primera vez que sus ojos se encontraron con los suyos.
La voz de su gemelo lo sacó de su trance. George soltó una leve risita al ver como su hermano quedaba embobado viendo a su mujer.
—¿Te ayudo?— preguntó cogiendo el gran plato de comida
—Porfavor gracias Georgie- agradeció cargando el con un pastel que realizó previamente para el postre.
Ambos gemelos fueron hacia el comedor, donde todos se encontraban sentados frente sus cubiertos, esperando por ser alimentados. A Fred le sorprendió que todos hubieran obedecido con tanta rapidez y sin protestar a sus ordenes.
Después recordó que le pidió a Elizabeth que lo hiciera.
Ahora lo entendia todo mejor.
Dejaron ambos platos en la mesa para tomar asiento en sus respectivos lugares. Fred entre su esposa y su gemelo, mientras este estaba entre el mayor y Noareth.
Elizabeth, quien tenía a su derecha a James lo miró con una cara de sorpresa y sonriendo a su vez. Ambos asistieron, como si hubieran leído la mente del otro.
Realizaron la misma acción, tanto el menor como la mayor. Llevaron la mano con rapidez al pastel, tratando de alcanzar algo de comida para poder probarlo.
Fueron corrompidos por un leve manotazo de Fred.
-No señoritos, el postre para lo último- comentó este con un aire burlon en su rostro.
-¿Debo recordarte que eras igual de pequeño?- se regodeó esta vez Ginny, quien mecía en sus brazos a Rose.
Finalmente, consiguió arrebatarle a Ron de sus brazos.
El Lupin-Weasley únicamente se limitó a rodar los ojos.
Jane Mckinnon, tomó asiento frente al marido de su nieta. Llevaba tras de ella una botella de Whisky de fuego.
-Veamos quién aguanta más Frederick- sonrió colocando esta en la mesa y trayendo con ella dos vasos.
Últimamente la Mckinnon y el Lupin-Weasley hacían demasiadas apuestas. Ambos eran muy competitivos, por lo que siempre trataban de ganar en las competiciones. Era algo gracioso de ver.
-En vuestros sueños- Elizabeth se levantó para arrebatarle a su abuela de las manos la botella.- Es una cena familiar y hay niños delante. Ya tendréis tiempo de emborracharos.
Bramó metiendo la botella en un armario con llave para despues cerrarlo y sentarse de nuevo.
Fred y Jane soltaron un resoplido, pero ambos sabían que la mejor opción era callar y no replicar.
La cena transcurrió, cuando la voz de Percy, informando su más recién suceso alarmó a todos.
Todos los miembros de la reunión se quedaron impactaron, mirando al Weasley sorprendidos. Nunca se lo esperarían. Ni siquiera se escuchaba el sonido de los cubiertos, pues había sido tal su sorpresa que dejaron de degustar la comida.
El silencio fue roto por la risita de la pequeña Rose, que aún estaba en brazos de su tía Ginny.
-Al menos mi sobrina se alegra..- murmuró este, tratando de aliviar la tensión.
-¿¡Cómo que tienes pareja?!
Fue la voz de George, la cual inundó la sala. Todos asistieron estando de acuerdo en el mismo pensamiento del desorejado.
Percy les había dejado sin palabras.
-Joder, ¿acaso soy el único que no puede tener novia o que?— comentó un poco a broma, pero con cierta verdad en sus palabras.
El mayor de los hermanos, Bill carraspeó para hablar, tratando de buscar las palabras más adecuadas para contestarle a su hermano.
-No es eso Perce-pausó pensando aún como expresarse- simplemente nos sorprendió, pero estamos feliz por ti.
Aseguró, dándole una palmada en su espalda ya que este estaba a su lado.
-¡Claro hermano!- Ginny se acercó a abrazarlo por los hombros como pudo al tener a rose en brazos.- Aunque me parece muy fuerte que hayas encontrado pareja antes que yo.
Bromeó dándole un leve codazo. Tras la ruptura de la pareja formada por Ginny y Harry, ninguno de los dos encontró de nuevo el amor
-¿Y se puede saber quien es la señorita que le ha robado el corazón a mi hermano?- cuestionó burlon Fred, aunque en parte alegrandose porque Percy finalmente pudiera ser feliz.
Este rió algo avergonzado, no estaba acostumbrado a ser el protagonista de una conversación familiar, por lo que le incomodaba un poco. Se recostó en la silla acomodándose en ella. Carraspeó mientras se acomodaba la corbata para hablar a continuación.
-Pronto la conocereis, lo prometo- aseguró mirando a todos- Ella es maravillosa, es jodidamente perfecta.
Los ojos de Percy tomaron un brillo especial cuando hablo de la mujer que había capturado su corazón.
Todos estaban sorprendidos pues tras su novia de Hogwarts, Percy no había tenido más intereses amorosos. Pero estaban felices de verlo así de contento, jamás lo habían hecho así.
-Suenas realmente enamorado Perce- comentó George, volviendo a comer.
-No es el único al parecer- se burló Charlie.
George y Noa palidecieron. Charlie se llevó todas las curiosas miradas de sus hermanos y parejas de estos.
-¿No les dijeron?- se regodeó en su silla- Nuestro querido George y su pintora están saliendo
Una sonrisa de satisfacción estaba en su rostro. Adriert, quien estaba presente en la reunión sentado a un lado de su amigo, rió leve por lo bajo
-Que cabronazo eres- susurró para que solo lo escuchara este únicamente.
Todos posaron las miradas en la pareja, y la sala se llenó de exclamaciones como: ¿¡Que?!, ¿¡es eso cierto?!, ¡¿Eres mi gemelo y no me has dicho nada?! ¡me siento traicionado!
La voz de Elizabeth, quien sabía todo el plan resonó en la habitacion, pues se levantó de la mesa para que la escucharan mejor y sacar de un incómodo momento a su amiga y a su cuñado
-¡Tranquilizarse todos!-gritó esta, para a continuación explicar- George y Noareth no están saliendo. Este solo la ayuda para sus retratos- omitió la parte en la que ambos tenían sexo juntos- Están fingiendo ser pareja frente a la familia Vance, pues Noareth no quiere quedar mal frente a ella y evitar preguntas incomodas- carraspeó- Así que basta de burlas y tonterías.
Aliviada por fin tras haber dicho las palabras tomó de nuevo asiento, con una sonrisa en la cara como si nada hubiera pasado.
Los invitados al ver como se expresó la Lupin-Weasley callaron, pues no querían verla ni mucho menos enfadada. Todos volvieron a comer, como si nada hubiera pasado, sin emitir una mínima palabra.
George y Noa la miraron agradecidos.
Fred y Lizzie son tan monos <3
Y Noa y George >>>>
¿Quien creeis que sea la pareja de Percy?
¿Que os ha parecido el cap?
Nos leemos!
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