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25


La locura y el deseo lo desataron por completo al escuchar las palabras de la mujer, la seguridad se notaba en su voz.

El estaba a su merced, para cumplir sus fantasías.

Estalló sus labios contra los de ellas, derritiéndose sobre estos. Se sorprendió el hombre cuando la rubia no le dejó ganar en la batalla.

Noareth mordió el labio de George, causando que este soltara un jadeo sobre ella quien aprovechó su momento de debilidad para pedir acceso a su cavidad bucal.

Por primera vez en su vida se sentia segura frente a un hombre, tal vez algo nerviosa por tomar la iniciativa, pero siempre había una primera vez para todo y confiaba en las palabras del pelirrojo, pues este le aseguró que le iba a ayudar.

George le cedió, y las lenguas de ambos se unieron en un pasional baile cargado de deseo.

Sus cuerpos se pegaron más, las venosas y varoniles manos del Weasley afirmaron la cintura de la rubia,  quien jadeó en su boca al notar contra su núcleo la considerable erección de este.

—Joder George..— lo miró a los ojos nublados de deseo cuando se separó.

—¿Quieres intentarlo?— preguntó regulando su respiración acariciando su mejilla—¿Tu arriba?

Esta algo avergonzada y sonrojada asintió. El hombre le sonrió para volver a unirse en un hambriento beso, despojandose de sus prendas a cada paso, ansiosos del otro.

Cuando la mujer levantó las manos hacia arriba, George tomó la señal de deshacerse de su camiseta para lanzarla a cualquier extremo de la habitación. Enterró su cabeza en el cuello de la rubia, dejando besos húmedos mientras alternaba los movimientos succionando, mordiendo u lamiendo.

Noareth jadeaba con la respiración entrecortada, excitandose cada vez más cuando notaba como la erección de George crecía en sus pantalones.

Se sentía completamente mojada.

Acarició el pecho del pelirrojo, admirada al verlo sin poder retirar la mirada. Sus fornidos hombros la volvían loca.

El Weasley llevó hizo que Noareth se inclinara más hacia el para tener acceso a su espalda, quitando con los dientes el broche el sujetador, quedándose con el entre estos.

—Creo que ya no te hará falta— se burló cogiendolo entre los dedos, lanzandolo para que no molestara.

—Definitivamente no— aseguró con la respiración acelerada la rubia, inclinándose con una sonrisa inocente a desabrochar el pantalón del Weasley.

Sonrió al notarla, se alegraba de que esta pudiera sentirse cómoda y segura a su lado, era lo que más le importaba en esos momentos.

Llevó su mano a la derecha del sofá, donde reposaba la corbata de la que constaba el uniforme de Sortilegios Weasleys.

Noareth lo vio extrañada, pero al entender sus intenciones cuando vió la picara sonrisa en sus labios le fue imposible que no se le contagiará.

—¿Me permites?— dejó un húmedo beso en su cuello, para después mirarla a los ojos, pidiendo el consentimiento necesario.

Llevó sus dos muñecas frente a el, hechando la cabeza hacia atrás, causando que los mechones rubios cayeran al  aire libre, dándole un aspecto más sensual y rebelde.

—Átame George

Ordenó con voz firme y segura. El Weasley rodeó sus muñecas con la corbata para después hacerle un nudo, para que este no pudiera deshacerse fácilmente. Indicó que rodeara su cuello con sus brazos.

Nublado de lujuria, enterró su cabeza en el valle de sus senos tomándose el tiempo para amasar, succionar y morder alternativamente. Cuando sus dientes jugetearon con el pequeño botón de carne se sintió en la gloria.

—Así George.. muerdeme..— pidió soltando un gemido involuntario, rozandose contra su bulto, ansiosa de sentirlo.

—Eso es preciosa mía, gime mi nombre..— masculló dejando completamente brillante el botón de carne, y ambos pechos con alguna marcas rojas que pronto pasarían a ser moradas.—¿Tienes ganas de sentirme eh?

Se burló corriendo su ropa interior a un lado, acariciando con dos dedos su humedad. Noareth dió un respingo al notarlo y hechó la cabeza hacia atrás disfrutando ante el tacto.

George tenía una perfecta visión de  su cuello, completamente húmedo y marcado por sus dientes. Al igual que sus pechos, los cuales le volvían loco.

—Que bien me tocas Georgie..—ahogó un gemido, mordiendo su labio.

Quería explotar.

La rubia era jodidamemte sexy, lo tenía a su completa merced.

—Alza las caderas mon ange— susurró en su odio, lamiendo por debajo de la oreja, haciendo que la Vance se excitara.

Noareth alzó las caderas, dejando que el Weasley corriera su ropa interior a un lado. Observó como después George desabrochó sus pantalones y los bajó.

—Si estas incomoda en cualquier momento, dime y paramos— murmuró acelerado por la lujuria  y el deseo, pero aún totalmente cuerdo. Afirmó la cadera de la rubia, rozando su entrada con su erección— Entra poco a poco rubia..

Aconsejó, susurrando alabanzas en su oído para que esta se relajara y calmara. Noareth cerró los ojos cuando noto la cabeza del miembro de George rozarla. Bajó sus caderas introduciéndose con lentitud en el miembro de este.

Un fuerte gemido brotó de sus labios al tenerlo todo dentro de él.

Lo miró a los ojos, regulando su respiracion y latidos del corazón. Sentia una leve molestia dentro de ella, la cual a los segundos se comenzaba a transformar en placer.

—Cuando estés lista comienza a moverte— susurró recostandose más en el sofa, acomodándose.— Yo te guiaré y ayudaré, rubia

Se sentía completamente excitado al tenerla a sus horcadas. Sus paredes vaginales envolvían a su miembro con perfección, sintiendo que explotaría en cualquier momento.

Lo estaba volviendo loco.

Noareth comenzó subiendo y bajando sus caderas sobre el miembro del pelirrojo. Animada al escuchar sus jadeos y gemidos, aumentó la velocidad moviendo su cadera en círculos, disfrutando de las olas de placer.

George se sentía en el cielo, no quería quitar mirada de la erótica imagen frente a el. Ayudaba a la mujer a moverse, agarrando sus caderas indicándole los movimientos.

—Eso es preciosa, lo estas haciendo tan jodidamente bien— la recostó más hacia el, para poder susurrar en su oído, acariciando sus caderas— Joder Noareth.., eres una puta diosa..

Gimió en su oído cuando animada comenzó a rebotar contra su miembro con golpes secos y rápidos.

Sus ojos vagaron a los pechos que rebotaban sobre su cara, no pudo contenerse y volvió a jugar con ellos, dándole una mayor excitación a la rubia.

—Merlin George.. esto es tan magnífico— jadeó ella esta vez en su oído.

El Weasley por un momento palideció y se tensó, recordando sus pesadillas con la Lombrad, pues eran sucesos en la misma posición: Kailei sobre el.

Sus ojos vagaron hasta un espejo frente a ellos que tenía en la sala. Se calmó y relajó al ver a Noareth.

Ella era Noareth, con sus ojos esmeraldas y su pelo rubio como el oro.

Agarró su mentón, uniendo sus labios en un beso que fue esta vez dulce y lento, compartían el deseo pero esta vez no era tan desesperado como antes.

Se tomaron su tiempo para saborear como si fuera la primera vez los labios del contrario.

Cuando rompieron el beso, sin dejar de complacerse ambos George volvió a afirmar su cintura sin dejar de mirar al espejo.

—Noareth.. miranos.. — jadeo comenzando a mover hacia arriba sus caderas para ayudar a la mujer.

Acelerada, sintiendo como pequeños espasmos la recorrían giró su cabeza para poder ver a ambos reflejados.

Jodidamente sexy y caliente.

La joya de la corona, el broche de oro. Lo tenía.

Cansada de saltar y sofocada se apoyó en el pecho del hombre, con su cabeza en el hueco de su cuello, moviendo con la poca fuerza que le quedaba sus caderas hacia abajo.

George pudo darse cuenta, y acarició con sus grandes y ásperas manos la espalda de la rubia. Movió sus caderas con rapidez y dureza, penetrando a la mujer con secas estocadas.

—Lo has hecho tan bien bonita..— alababa con voz calmada en su oído— Tan jodidamente bien, se siente en el paraíso Noareth..

Susurraba, sin detenerse aumentando su excitación al notar como su cuerpo también emanaba un ardiente calor.

Noareth, cerró los ojos disfrutando del olor a pólvora del hombre, nublandose ante el   placer de sus fuertes estocadas.

Gimió en su oído con fuerza, para sentir como sus testículos cosquilleaban y al segundo después llegar al orgasmo.

Eso excitó más a Noareth.

George no detuvo sus movimientos, los aumentó colocando de mejor posición a la rubia para poder introducirse por completo dentro de ella.

Noareth sentía las fuertes estocadas del Weasley contra ella, su respiración acelerada y la frustración de no poder utilizar las manos hacia que la lujuria la poseyera.

Dió en su punto g, causando que su abdomen se contrallese para a los segundos olas de placer la recorrieran, llegando al clímax.

El Weasley al notarlo hizo que lo mirara, se dio cuenta que estaba sofocada. Una fina capa de sudor estaba en su frente al igual que en la de George. Los mechones de su pelo, caían con gran rebeldía mientras su pecho subía y bajaba.

Llevó un mechón de su pelo tras su oreja, acariciandole después la mejilla.

—¿Estuvo bien?— preguntó preocupado, observando su rostro.

La rubia se inclinó para robarle un corto beso en sus labios, los cuales había comprobado que eran una droga para ella.

George Weasley era una droga.

—Fue jodidamente perfecto— admitió cuando se separó, para hacer que sus manos dejaran de rodearlo.

Puso sus muñecas atadas frente a el.

—Desatame, por favor— pidió algo avergonzada, a lo que George obedeció deshaciendo el nudo—Creo que me gustaría que lo hicieras varias veces..—

Admitió a pesar de su vergüenza viendolo a los ojos, habían aclarado que dirían lo que le gustaba, por lo que debía hablar.

El hombre sonrió enternecido al escucharla. Lanzó la corbata lejos para salir de ella y recostarla en el sofá.

—Cumpliré tus deseos rubita

Aseguró dejando un beso en su frente y tapandola con una manta que tenía cerca.

George comenzó a vestirse, debía ayudar a su hermano en el trabajo pues la jornada comenzaba pronto. Necesitaba una larga ducha, era cierto pero no podía arriesgarse a que su hermano subiera y lo pillara por la rubia.

No por que le avergonzara a él, si no porque no quería incomodar a Noareth en ningún momento.

Mon ange, debo irme al trabajo. Puedes quedarte el tiempo que quieres, allí está la ducha por si deseas tomar un baño— señaló el lugar y se agachó para besar sus labios— Te veo pronto, preciosa

Esta sonrió , agradecía que George no fuera como esos hombres literarios que dejaban sola a la mujer tras tener sexo.

El era jodidamente caliente en el sexo, masoquista, dominante. Pero después de el, era dulce, tierno y cariñoso.

Le encantaba.

Sobretodo amaba que la respetara y que viera por su comodidad antes que por el de el.

—Georgie, espera— agarró su brazo ante que se despidiera.— Elizabeth me invitó mañana a una cena familiar en su casa.., ¿te importa que vaya?

Este rió al escucharla, tomando su mano para besarla con suavidad y cariño

—No es que quiera u me importe. Te pido que vayas

Su sonrisa aumentó considerable te al escucharlo.

—El problema no es ese más que nada.. tu hermano Charlie irá, George

●●●

El baño de prefectos estaba en un completo silencio. Los dos hermanos Lupin se habían quedado mudos ante la revelación del pelinegro.

Únicamente se podía escuchar el sonido de las burbujas moviéndose. El baño de prefectos era el lugar donde los hermanos Lupin-Weasley quedaban al menos una vez o dos a la semana para hablar juntos sobre lo que había sucedido en el transcurso b de los días.

Eran muy unidos.

Pero esta vez, la noticia que dio Remus fue auténticamente reveladora.

—Entonces...¿te gustan los chicos?— el mayor de ellos, Jackson decidió hablar el primero.

Tanto este como Hiraeth, estaban sorprendidos ante la revelación de los sucesos.

Remus sentía las palmas de sus manos temblar, en su vida había estado más nervioso. Incluso podía escuchar como su corazón palpitaba con furia. Bajó la cabeza, esperando la reaccion de ambos.

—También me gustan las mujeres...— murmuró casi en un susurro por miedo a ser juzgado, Remus.

Ninguno de los hermanos habían hablado más . Remus comenzaba a frustrarse, no quería que las personas que mas amaba en el mundo lo vieran mal por eso.

Lagrimas comenzaron a caer como el caudal de un río por sus ojos.

—Remy, Remy  no vayas a llorar— Hiraeth se acercó para abrazarlo y atraerlo con fuerza contra su pecho— Eso no es malo, hermanito. Me alegro que hayas confiado en nosotros para contarnoslo

Besó su cabeza y dejó que su hermano se deshaogara en su pecho todo lo que necesitaba mientras acariciaba su pelo con dulzura.

Jackson acarició su espalda para tranquilizarlo, se inclinó a besar su mejilla.

—Remus, debes amar a quien te haga feliz. No es malo gustar de los dos sexos— pausó—Pero debes tener cuidado con Avery, es mayor y ya sabes..

Murmuró dejando las palabras en el aire.

—No nos fiamos—acompletó Hiraeth— y me rehúso a que te hagan daño



UFF SE PUSO POTENTE LA COSAAA

TODO MUY HOT

Y LOS HERMANOS✨✨😩

ME DA PENA REMY, MI PEQUEÑO BEBE🥰

Nos leemos el martes! Estad atentos a mis redes sociales, subiré algunos edits que realicé a lo largo del fin de semana

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