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Miró por la ventana del coche, hubiera preferido inmensamente que su padre hubiera podido venir, pero su condición física no se lo impedía.
—¿Queda mucho?— preguntó al chófer, quitando la mirada de la ventana.
—No
Respondió secamente, a lo que Noareth rodó los ojos con fastidio.
—Te noto algo tensa— se burlo su hermano mayor de su lado—¿Que pasa Noa?
Soltó un suspiro resignado, odiaba que su hermano la conociera tan bien.
—No me hace mucha gracia venir aquí— comentó, apoyando su cabeza en el hombro de este para relajarse y estar más comoda— Últimamente estoy muy extresada
—¿Puedo preguntar por qué inquirió el rubio jugando con algunos mechones del rubio cabello de su hermana.
—No nos aceptaron tampoco este año, un idiota me manchó mis bocetos, no tengo más imaginación para dibujar, y por si fuera poco no aguanto a Blaise— enumeró con una frustrada voz
El joven rió levemente al escuchar como su hermana era fácil de estresar
—No te preocupes por eso, eres una excelente pintora Andralena y hay muchos más años— aseguró, diciendo su segundo nombre el cual solia gustarle— Y a Zabini deberías dejarlo ya, aún no entiendo por qué seguís juntos.
—Eso me dicen todos los años— bufó apenada— No dejo a Zabini porque quiero ver hasta donde puede llegar.— suspiró haciendo una pausa— No entiendo como puedes estar tan jodidamente tranquilo cuando hace poco rompiste con Elinor.
El semblante del rubio mayor cambio radicalmente, su expresión se tornó a una seria y sus facciones se apretaron .
—No la menciones— ordenó con reencor en su voz— Simplemente, tienes que arrancarla de tu corazón por más que duela.
Noareth se arrepintió de inmediato al hacer la pregunta. Sabia cuanto amó su hermano a Elinor y ni mucho menos quería amargarle.
En parte, algo la aterraba pues el rubio el día anterior juró no volver a creer más en el amor y sabia que Adriert Vance era un hombre de palabra, con orgullo y que cumplía cada cosa que decía por más difícil que fuera.
—Bueno..— la incomodez era presente por lo que la rubia trató de desviar a otro lado el tema de conversación — ¿Y cómo me dijiste que conociste a la chica esa que cuida ahora a Jackson?
Sus facciones y expresión se relajaron levemente al pensar en la Lupin, a quien estaba realmente emocionado de volverla a ver, pues la última vez no se encontraba especialmente bien.
—Cuando iba a despejarme al Londres Muggle, solía sentarme en un café de allí acompañado de una buena taza de este y la mayoría de días un croissant— pausó sonriente recordando— Me había fijado en la hermosa chica que estaba tras la barra, pero no fue hasta que un día la pille con su varita mágica — rió al recordar lo torpe y olvidadiza que solía ser la mujer.
FLASHBACK HACE 7 AÑOS
El día en el trabajo había sido realmente duro y complicado, unos nuevos dragones habían llegado y él junto a su entonces compañera Elinor tuvieron que alimentarlos y entrenarlos la mayor parte del agotador día.
Necesitaba relajarse, salir de la realidad por unos segundos por lo que realizó una aparición desde Rumania hacia el Londres muggle.
Caminó por las calles, con las manos metidas en sus bolsillos a causa del frío que traía el invierno. Divisó el café al que siempre recurría, seria costumbre o no pero desde que lo conoció siempre visitaba ese lugar.
No había ni siquiera una persona dentro del local, ni siquiera nadie atendiendo la barra lo cual le extrañó, porque una azabache siempre estaba tras esta.
Frotó sus manos intentando entrar en calor y se dirigió hacia la barra esperando que alguien se apareciera para poder atenderlo.
Una mujer de ojos chocolatados salió por la puerta que daba a la cocina del local. Llevaba su pelo recogido en un moño alto, y algunos rebeldes mechones se escapaban de este. Un pequeño delantal estaba alrededor de su cintura la cual estaba cubrida con un uniforme largo y amarillo haciendo que la mujer resaltará.
Ni siquiera pareció darse cuenta de la presencia del hombre, pues este vio como se llevaba una mano al inicio de sus pechos de los cuales sacó la que el hombre suponía que sería su varita. Desafortunadamente esta se le resbaló de sus finos dedos, causando que cayera al suelo y se escuchara por todo el local. Agradecía que nadie se encontrara presente, u eso pensaba la joven.
—Mierda...— maldeció la muchacha, teniendo que agacharse para tomar la varita entre sus dedos.
—Yo que tu guardaba eso— un joven rubio se recargó en la barra con los brazos cruzados, mientras una sonrisa burlona adornaba su rostro— Alguien podría verte
Asustada al escuchar una voz proveniente del local se incorporó rápidamente y por un acto reflejo llevó la varita a su espalda.
Su expresión era completamente de terror , en casi de que el muggle hubiera visibilizado la varita tendría que hacerle un oblivate, pero eso no era ni mucho menos su especialidad, había más probabilidad que se lo conjurara a ella equivocadamente.
—Tranquila, no soy muggle — para tranquilizarla más sacó del bolsillo trasero de su pantalón la varita que tuvo que comprar cuando a penas era un crío—¿Ves?
Esta soltó un gran y largo suspiro aliviada, y con la mano derecha cogió su varita. Se acercó más relajada a la barra.
—Casi me matas, creia que eras un muggle — lo que en un segundo era una expresión de completo horror ahora estaba suavizada y reía con delicadeza— Podría haber perdido el trabajo en un momento.
—Tranquila, para tu fortuna soy un apuesto mago— guiñó el ojo con cierta burla y coqueteo en sus palabras—¿Puedo preguntar que hace una preciosa bruja como usted trabajando en un café para muggles?
Al escuchar el coqueteo de sus palabras la azabache apartó su mirada avergonzada y con sus mejillas tornadas carmesí. Debía admitir que el chico era muy guapo y apuesto, pero en esos momentos ella estaba saliendo con Oliver Wood.
—Simplemente no pude encontrar trabajo en el mundo magico— mintió rápidamente. La verdadera realidad era por miedo a encontrar al verdadero padre de su hija.—
—Entiendo— murmuró el hombre y se acordó de inmediato— Disculpa mis modales, Adriert Vance, encantado— se presentó con una encantadora sonrisa, extendiendo su mano
—Elizabeth Lupin
FIN DEL FLASHBACK.
—Supongo y espero que sea agradable— comentó riendo leve Noareth— Me gustaría hacer una amiga
—Creeme lo es— afirmó Adriert, mirando la ventana— Es ahí, mira ya llegamos.
Señaló la pequeña casa con gran cantidad de pisos, al parecer fueron creados en distintos tiempos. El jardin estaba rodeado de animales y gnomos que corrían libremente.
—Pueden bajar— informó el chófer fríamente.
Ambos obedecieron, rodando los ojos ante el frío chófer .
Inspiraron el aire a campo que desprendía el lugar, y preparados se acercaron a la puerta donde dieron varios toques y esperaron a que abrieran la puerta.
Segundos después, la puerta fue abierta dejando ver tras ella a una pequeña niña con el pelo pelirrojo, quien sonreía ampliamente a los dos jóvenes.
—¡Adriert!— lo atrajo a un abrazo—¡Cuanto tiempo!
—Demasiado, pequeña— afirmó cogiendola en brazos en el abrazo— Esta es mi hermana pequeña, Noareth
—Pequeña por un año— comento con cierta burla la rubia
—Yo me llamo Hiraeth— se presentó con una sonrisa, admirando a la joven que tenía frente a ella—Eres muy bonita.., me gusta mucho tu cabello
La joven se sonrojó levemente ante las palabras de la pequeña, quien le sonreía con una hermosa sonrisa.
—Encantada Hiraeth, también me gusta mucho tu cabello— aseguró mirándola — me recuerda al fuego..
—Nadie me había dicho eso nunca, pero me encanta— afirmó bajando de los brazos del Vance, al ver como su hermano mayor se acercaba.
Jackson frunció el ceño al ver a sus dos primos tras la puerta, extrañado agarró la mano de su hermana que estaba a su lado en ese momento.
—Pensé que vendrían vuestros padres — comentó sin entusiasmo de verlos, pues aún tenía miedo de que lo arrebataron del lado de sus ahora padres.
—El tuvo un contratiempo y no pudo venir — comentó Noareth— Has crecido mucho Nicholas..
—Entiendo— una mueca de desagrado se formó en sus labios al escuchar su segundo nombre— No me llames así, porfavor
Pidió, pues ese nombre le recordaba a la Lombrad, quien solía llamarlo así para molestarle cuando el estaba calmado en su habitacion.
Antes de que la rubia pudiera replicar, una azabache apareció detrás del joven.
—¡Adriert, no pensé que vinieras tu!— sonrió viéndolo, mientras ponía sus manos en los hombros de su hijo mayor para darle tranquilidad. Vió a la joven rubia a su lado— Debes de ser su hermana, el me habló mucho de ti, soy Elizabeth encantada
Se presento con una sonrisa ante la bella mujer que iba al lado del rubio. Era hermosa, pudo visualizar la Lupin, tenía un largo cabello platinado y unos ojos marrones a simple vista, pero cuando los tenías cerca no podías distinguir si eran de este color o verdes.
—Noareth, lo mismo digo — le mostró una sonrisa a su igual — Adriert me ha contado mucho sobre ti al igual y por cierto, muchas gracias por cuidar a Jackson.
Un alto pelirrojo, que cargaba a un pequeño pelinegro se hizo presente tras la mujer. Noareth tuvo que mirar dos veces, pues creía haber visto al idiota que le destrozó sus bocetos pero al fijarse bien, vio como este constaba de una oreja.
Era todo muy raro
—No hay nada que agradecer, Jackson es un joven encantador— aseguró el hombre mirando a los rubios— Fred Weasley su prometido, encantado.
Recalcó el "su prometido" mirando fijamente al rubio que ya había observado en el hospital cuando desgraciadamente Elizabeth perdió a su hijo.
—Jack, ve con tus hermanos a jugar ¿si? Debemos hablar con tus primos.— le dijo la azabache.
Este resignado y a la vez asustado, obedeció llevándose al jardín trasero a los mellizos
—Vamos pecas, vamos peque— agarró sus manos para ir hacia allá.
●●●
—
Una familia encantadora la verdad— aseguró Noareth al haber conocido a todo el clan Weasley al completo.
O eso creía ella.
—Muchas gracias, querida— respondió la señora Weasley desde el otro sofá.
—Nosotros os queríamos hablar sobre la custodia de Jack— Elizabeth se puso recta en el sofa mirando a ambos rubios, mientras entrelazaba su mano con la de Fred nerviosa.
Los rubios la miraban curiosos, escuchando lo que tenía que decir la pareja.
—Desde todo lo que pasó, Jackson a estado viviendo con mi prometida, conmigo y nuestros otros dos hijos. Nos trata como unos padres.., como su familia pasó molesto al escuchar como su madre tosía—¿Algo que aportar mamá?
—Sabes ya mi opinión sobre todo esto.— replicó — Jackson tiene una familia aunque sea poca y ustedes nunca seréis sus verdaderos padres por más que lo intentéis. Esa cosa moderna de adoptar es una idiotez, al igual que con Remus.— pausó viendo a la pareja molesta— Vuestra única hija es Hiraeth
Los rubios se encontraban sorprendidos ante la situación y terriblemente incomodos.
E
lizabeth estaba ya realmente cansada de que Molly despreciara de esa manera a sus hijos, pues no era la primera vez que lo hacía. Cuando iba a replicar, Fred la interrumpió
—¿Puedes irte madre?— inquirió viendola con ira y molestia en sus ojos—
Esta incrédula ante la frialdad de las palabras de su hijo, rodó los ojos con molestia y salió de la sala murmurando incoherentes palabras por lo bajo.
Si Jessica lo había manejado a su antojo estaba segura de que Elizabeth estaba haciendo lo mismo. Adoptar a dos niños era una idiotez a su antiguo pensamiento.
—Perdón por el escándalo, mi madre es algo cerrada de mente — se disculpó Fred avergonzado mientras apretaba la mano de su prometida con fuerza —
—Tranquilo, no os preocupéis — aseguró Noareth— darle la oportunidad a unos niños de ser adoptado es magnífico, y compartir una vida con vuestros hijos sin hacer diferencias entre ellos es absolutamente admirable, enhorabuena —
La pareja le sonrió enternecida y agradecida a la rubia por sus palabras.
—Como Fred iba diciendo, nos gustaría poder adoptar a Jackson, darle nuestro apellido y poder convertirnos en sus padres oficialmente — comentó esperanzada a los hermanos, quien sonrieron de inmediato.
—Estoy completamente seguro de que Jacksom no encontrará mejor familia que la vuestra— aseguró el rubio, sonriendo a los prometidos— Por mi si, ¿tu qué opinas Noa?
—Opino que en el juicio dejaremos que lo adopten — rió leve— ¡Claro que si, Merlin! Se ve cuanto los ama Jackson y cuanto lo amáis ustedes.
La pareja se miró sonriente y feliz, finalmente podían estar tranquilos y sin preocupaciones.
●●●
Se encontraban en la cocina, tomando una taza de café con la mayoría de los integrantes Weasley.
A Noareth le había parecido una familia encantadora y acogedora a pesar del leve escándalo de la matriarca, sus hijos eran maravillosos.
—Es maravilloso aunque a mi la pintura nunca se me dio especialmente bien – comentó Ginny con una leve risa.
—Coincido contigo, cuñada — rió Elizabeth bebiendo un sorbo de café
—Es complicada la pintura si— aseguró la rubia, sintiéndose cómoda entre ambas mujeres— Requiere tiempo, esfuerzo y sobre todo ganas.
Las tres mujeres platicaban mientras los gemelos entraban por la puerta trasera del jardín que daba a la cocina.
—Noareth, Adriert creo que no os presente a George, mi gemelo— comentó Fred entrando junto a este
George quiso que la tierra lo tragara en esos instantes al ver a la rubia en la cocina.
Esta abrió los ojos con furia y sorpresa al ver al hombre quien destrozó sus bocetos. Ahora tenía todo sentido.
—¿¡Tu?!
¡Segundo cap!
¿Que os ha parecido?
Espero que os haya gustado <3
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