Ꮠ ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮9 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗇𝗎𝖾𝗏𝖾»... [𝖮9]
❝𝗨𝗻𝗮 𝗯𝗲𝘀𝘁𝗶𝗮❞
El sol se filtraba a través de los vitrales de la iglesia, proyectando un mosaico de colores sobre los bancos y el suelo de piedra. Kim Taehyung trabajaba en silencio, barriendo el pasillo central con movimientos mecánicos. Su mente, sin embargo, estaba lejos de su tarea.
Las imágenes de la semana anterior, de Jeon sosteniéndolo mientras lloraba desconsolado, se repetían una y otra vez en su cabeza. El beso apasionado que habían compartido, y la forma en que se había castigado después, todo parecía un sueño distante y borroso, aunque la realidad de esos momentos seguía pesando sobre su conciencia.
Había pasado una semana desde aquella noche y Jeon no se había aparecido por la iglesia. Kim intentaba convencerse de que esto era lo mejor, que la distancia le permitiría recuperar la paz que tanto necesitaba. Pero, en el fondo, no podía evitar preocuparse. Cada día que pasaba sin ver a Jeon, su inquietud crecía. Se sorprendía a sí mismo mirando hacia la puerta de la iglesia cada vez que escuchaba un ruido, esperando ver la figura familiar de Jeon entrando.
La culpa y la confusión lo atormentaban. Por un lado, sentía un alivio porque Jeon no estaba allí para tentarlo más, pero por otro lado, la ausencia de Jeon le dejaba una sensación de vacío que no podía ignorar. Se reprendía a sí mismo por pensar en Jeon, por extrañarlo, por dejar que sus sentimientos se interpusieran en sus deberes.
Mientras barría, sus pensamientos divagaban. ¿Qué estaría haciendo Jeon? ¿Por qué no había vuelto? ¿Lo habría asustado su reacción? La imagen de Jeon alejándose después de abrazarlo seguía grabada en su mente, y con cada repetición, su confusión aumentaba. No podía evitar preguntarse si Jeon estaba bien, si se sentía rechazado, o si simplemente había decidido que ya no valía la pena intentar algo con él.
Kim sacudió la cabeza, intentando despejar esos pensamientos. Tenía un trabajo que hacer, responsabilidades que cumplir. No podía permitirse el lujo de distraerse con sentimientos que, según sus enseñanzas, eran incorrectos. Sin embargo, la intensidad de sus emociones no se desvanecía, y por más que trataba de enfocarse en su tarea, su mente seguía volviendo a Jeon.
Mientras barría el último tramo del pasillo, sus padres entraron en la iglesia. Los vio desde el rabillo del ojo y notó inmediatamente sus expresiones serias. Sabía que su comportamiento distraído no había pasado desapercibido. Se enderezó y se preparó para el inevitable regaño.
━ Taehyung ━ comenzó su padre con voz firme ━, he notado que has estado muy distraído últimamente. ¿Qué está pasando contigo?
Kim bajó la mirada, sintiendo el peso de la desaprobación paterna. ━ Lo siento, padre. Solo... he tenido muchas cosas en la mente.
━ Eso no es excusa para descuidar tus deberes ━ replicó su padre, cruzando los brazos ━. Has estado actuando de manera extraña, y eso no puede continuar. La iglesia necesita tu atención completa, no tu mente en otro lugar.
━ Lo sé ━ murmuró Kim, sintiendo una mezcla de culpa y frustración. No podía explicarle a su padre lo que estaba pasando, no podía compartir sus verdaderas preocupaciones.
━ Bien ━ continuó su padre ━, necesitamos que vayas al pueblo y compres algunas provisiones. La despensa de la iglesia necesita ser reabastecida. Quizás un poco de aire fresco te ayudará a aclarar tu mente.
━ Sí, padre ━ repitió Kim, agradecido por la oportunidad de alejarse de la iglesia y de sus pensamientos, aunque solo fuera por un rato.
Con un último suspiro, Kim dejó a un lado la escoba y se dirigió a la sacristía para tomar la lista de provisiones que necesitaba comprar. El camino al pueblo sería una oportunidad para despejar su mente, o al menos eso esperaba.
Kim Taehyung caminaba por el bullicioso centro del pueblo, sus pasos rápidos y su mirada fija en el suelo, como si eso pudiera alejar los pensamientos que lo atormentaban. El peso de las provisiones en sus manos no era nada comparado con el peso que sentía en su corazón. Las palabras de sus padres, la culpa por sus sentimientos hacia Jeon, todo se mezclaba en una tormenta emocional que no podía disipar. Intentaba enfocarse en las tareas mundanas, en el sencillo acto de comprar lo necesario para la iglesia, pero cada rincón del pueblo parecía contener un recuerdo, una pregunta sin respuesta, una sombra de su reciente pasado.
El mercado estaba lleno de vida. Los vendedores pregonaban sus mercancías, los niños corrían jugando entre los puestos, y las amas de casa regateaban los precios con una habilidad innata. Kim navegaba por este mar de gente, tratando de mantener su mente ocupada. Sin embargo, no importaba cuánto intentara distraerse, el rostro de Jeon seguía apareciendo en su mente, sus palabras resonando en sus oídos.
Mientras caminaba, Kim sintió una extraña atracción hacia un pequeño puesto a un lado del camino. Era modesto, casi perdido entre los más grandes y coloridos, pero algo en él llamó su atención. La propietaria del puesto era una anciana de apariencia frágil, con la piel arrugada por los años y los ojos cubiertos por una película blanca que indicaba ceguera. A pesar de su discapacidad, sus movimientos eran seguros y precisos, como si sus otros sentidos hubieran tomado el control de su percepción del mundo.
Kim intentó pasar de largo, pero la voz de la anciana lo detuvo. Era una voz suave, pero cargada de una autoridad inusual. ━ Joven, detente un momento. Tengo algo que decirte.
Kim se volvió, sorprendido de que ella hubiera sabido de su presencia sin poder verlo. ━ Lo siento, señora, pero tengo prisa ━ dijo, tratando de mantener la compostura.
La anciana sonrió, una sonrisa que parecía ver más allá de lo visible. ━ Las prisas no cambian el destino, muchacho. Escucha a una vieja mujer por un momento. Llevas una gran carga sobre tus hombros, una carga que has llevado en vidas anteriores.
Las palabras de la mujer enviaron un escalofrío por la columna vertebral de Kim. ¿Cómo podía ella saberlo? ¿Cómo podía intuir el tormento que llevaba dentro? ━ No sé de qué está hablando ━ replicó, intentando sonar firme.
━ En tu pasado, dejaste ir algo muy importante. Esta vez, debes luchar por ello ━ continuó la anciana, como si no hubiera escuchado su respuesta.
Kim sintió que el suelo se movía bajo sus pies. ¿Cómo podía conocer su lucha interna, su miedo y su confusión? Todo lo que había aprendido desde niño le decía que debía rechazar esas palabras, que eran solo brujería y engaño. Se irguió, intentando mantener una expresión de autoridad.
━ Señora, lo que usted dice es... es brujería ━ dijo con más firmeza de la que sentía realmente ━. No puedo escuchar esas palabras. Van en contra de Dios.
La anciana no se inmutó ante su reprimenda. Su sonrisa permaneció, serena y comprensiva. ━ A veces, lo que nos enseñan no es todo lo que necesitamos saber. Tu corazón está dividido, y solo tú puedes decidir qué camino tomar.
Kim sintió que sus defensas se tambaleaban. Las palabras de la anciana resonaban con una verdad que no quería admitir. Su lucha interna no podía ser ignorada, pero tampoco podía aceptar la idea de que estaba destinado a este amor que tanto conflicto le causaba.
━ Tengo que irme ━ dijo finalmente, su voz más débil.
━ Recuerda, joven, no dejes que el miedo te impida vivir tu verdad ━ murmuró la anciana mientras él se alejaba ━. La lucha no es solo contra el mundo, sino contra uno mismo.
Kim se apresuró a alejarse, sus pensamientos enredados y su corazón latiendo con fuerza. Las palabras de la anciana se habían grabado en su mente, y no podía sacudir la sensación de que había más verdad en ellas de la que quería admitir.
El camino de regreso a la iglesia se sentía más largo y pesado para Kim. Las palabras de la anciana seguían resonando en su mente, perturbando la frágil paz que intentaba mantener. La sensación de que su destino estaba entrelazado con fuerzas que no podía comprender plenamente lo abrumaba. Caminaba con pasos lentos, sus pensamientos dispersos, tratando de encontrar un sentido a todo lo que estaba sucediendo.
Mientras avanzaba por las calles empedradas, el bullicio del mercado fue disminuyendo gradualmente, dando paso al silencio de los caminos más estrechos y menos transitados. Los colores vibrantes de los puestos de mercado se desvanecían en tonos más apagados, y las voces de los vendedores y compradores se desvanecían en un murmullo lejano. Kim se perdió en sus pensamientos, recordando las palabras de la vidente y su propia confusión creciente.
De repente, un ruido perturbador interrumpió sus reflexiones. Un sonido que no encajaba con la calma del entorno. Era el ruido sordo de un golpe, seguido por un gemido de dolor. Kim se detuvo en seco, su corazón latiendo con fuerza. Miró a su alrededor, tratando de localizar la fuente del sonido. Sus ojos se enfocaron en un callejón oscuro a su derecha, donde vislumbró una figura familiar.
Con el corazón en la garganta, se acercó al callejón. A medida que se adentraba en la penumbra, la escena se hizo más clara. Allí, ante él, estaba Jeon, su expresión severa y decidida. Frente a él, un hombre yacía en el suelo, claramente herido. El rostro del hombre mostraba signos de golpes recientes, y su respiración era irregular.
Kim sintió una mezcla de miedo y confusión al ver a Jeon en esa situación. Durante la semana que había pasado, había deseado verlo, pero nunca imaginó que su reencuentro sería en estas circunstancias. El contraste entre la imagen de Jeon como un protector en la iglesia y el hombre agresivo que tenía ante él era desconcertante.
━ Jeon, ¡detente! ━ gritó Kim, su voz cargada de urgencia y temor. Dio unos pasos más hacia adelante, su mente trabajando frenéticamente para comprender lo que estaba sucediendo.
Jeon se volvió lentamente hacia él, sus ojos oscuros brillando con una intensidad que Kim no había visto antes. Había algo en su mirada, una mezcla de furia y desesperación, que lo hizo retroceder instintivamente. Sin embargo, no podía permitir que el miedo lo paralizara. Dio un paso adelante, decidido a intervenir.
━ ¿Qué estás haciendo? ━ preguntó Kim, su voz temblando ligeramente ━ ¡Déjalo en paz!
Jeon no respondió de inmediato. Su atención aún estaba en el hombre herido, como si estuviera evaluando si seguir con su acción o detenerse. Finalmente, pareció tomar una decisión y dio un paso atrás, soltando al hombre que cayó al suelo, respirando con dificultad.
━ No te metas en esto, Kim ━ dijo Jeon, su voz baja pero cargada de una amenaza implícita ━. No entiendes lo que está pasando.
━ ¡Explícamelo entonces! ━ replicó Kim, su voz ganando fuerza a medida que su determinación crecía ━. No puedes simplemente golpear a alguien y esperar que me quede al margen. ¿Qué te sucede, Jeon? ¿Por qué estás haciendo esto?
Jeon suspiró, pasando una mano por su cabello oscuro. ━ Este hombre... no es quien crees que es. Merece esto y más.
Kim miró al hombre en el suelo, notando los signos evidentes de sufrimiento y dolor. Sentía una punzada de compasión, pero también una creciente frustración hacia Jeon. ━ No importa lo que haya hecho, no puedes tomar la justicia por tu mano.
━ Kim, no entiendes ━ dijo Jeon, su voz adquiriendo un tono de frustración ━. Hay cosas que no sabes, cosas que no puedes comprender. Este hombre ha hecho mucho daño.
━ ¿Y tú piensas que hacerle daño a él resolverá algo? ━ Kim preguntó, su voz temblando de emoción ━ Esto no es justicia, Jeon. Es venganza. Y no puedo quedarme y ver cómo te pierdes en eso.
Jeon lo miró, sus ojos oscuros encontrando los de Kim. Hubo un momento de silencio, un tenso tira y afloja entre sus miradas. Finalmente, Jeon pareció ceder, dando un paso atrás y permitiendo que el hombre herido se arrastrara fuera de su alcance.
Kim se arrodilló junto al hombre, ayudándolo a incorporarse. ━ ¿Estás bien? ━ preguntó, su voz suave y llena de preocupación. El hombre asintió débilmente, sus ojos llenos de gratitud y miedo ━ Vamos, te ayudaré.
Con esfuerzo, Kim logró ayudar al hombre a levantarse. Miró a Jeon una vez más, sus ojos llenos de preguntas sin respuesta. Fue entonces cuando vió en la esquina del estrecho callejón el pequeño cuerpo de un niño. Sus piernas se debilitaron y sintió una punzada en su pecho.
━ Él me g-golpeó...
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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