Ꮠ ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮8 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗈𝖼𝗁𝗈»... [𝖮8]
❝𝗘𝗹 𝗽𝗿𝗼𝗽𝗶𝗼 𝗽𝗲𝗰𝗮𝗱𝗼❞
La noche había caído completamente, envolviendo la habitación de Kim Taehyung en un manto de oscuridad apenas roto por la luz de la luna que se filtraba a través de las cortinas. Sentado en el borde de su cama, Kim sentía un tumulto de emociones que lo mantenían en un estado de agitación constante. Había dejado entrar a Jeon por la ventana, un acto que desafiaba todas las normas y principios que había mantenido durante toda su vida. Ahora, enfrentaba la difícil decisión de permitirle quedarse o no.
Jeon se mantenía de pie junto a la ventana cerrada, su figura recortada contra el resplandor lunar, observando a Kim con una mezcla de esperanza y algo más, una emoción que Kim no podía descifrar completamente. La habitación parecía más pequeña con Jeon dentro, su presencia llenándola de una tensión palpable.
━ Taehyung ━ comenzó Jeon, su voz un susurro cargado de una tristeza que parecía auténtica ━. No tengo a dónde ir esta noche. No quiero causar problemas, pero... por favor, déjame quedarme aquí. Solo por esta noche.
Kim dudó, su mente un campo de batalla entre el deseo de ayudar a Jeon y el miedo a las consecuencias de sus acciones. Se levantó lentamente, caminando hacia la ventana mientras su mente trataba de ordenar los pensamientos dispersos. Miró a Jeon a los ojos, buscando algún signo de manipulación o engaño, pero lo único que vio fue una vulnerabilidad que lo desarmó.
━ Jeon ━ dijo Kim con voz temblorosa ━, esto... esto no está bien. No debería dejarte quedarte aquí. Mis padres se enfadarían si se enteraran. Es... es inapropiado.
Jeon bajó la mirada, sus hombros encorvados como si llevara el peso del mundo sobre ellos. ━ Lo sé, Taehyung. Lo sé. Pero no tengo a dónde más ir. He pasado por tantas cosas... solo necesito un lugar seguro por esta noche. No pido más.
Las palabras de Jeon atravesaron las defensas de Kim, resonando con una sinceridad que no podía ignorar. Kim respiró hondo, sintiendo la lucha interna entre lo que debía hacer y lo que su corazón le pedía. Sabía que permitir a Jeon quedarse complicaría las cosas, pero también sentía una compasión profunda hacia él, una necesidad de ofrecerle el refugio que pedía.
Finalmente, Kim se apartó de la ventana y asintió, aunque con una expresión de resignación. ━ Está bien, Jeon. Puedes quedarte. Pero solo por esta noche. Y debes prometerme que no habrá problemas.
Jeon levantó la vista, una sonrisa leve y agradecida apareciendo en sus labios. ━ Gracias, Taehyung. Prometo que no causaré ningún problema. Solo quiero descansar.
Kim asintió de nuevo, aún sintiendo la incertidumbre clavada en su pecho. Se dirigió hacia la cama y comenzó a preparar un espacio para Jeon, apartando las mantas y creando una separación mínima entre ellos. El ambiente estaba cargado de una incomodidad palpable, como si ambos supieran que estaban cruzando una línea invisible.
Jeon se acercó a la cama con pasos silenciosos, su figura moviéndose con una gracia casi sobrenatural. Kim no pudo evitar notar la tensión en los músculos de Jeon, una tensión que reflejaba su propia inquietud. Cuando finalmente se acomodaron en la cama, el silencio entre ellos era ensordecedor, cada respiración y movimiento amplificado por la proximidad.
Kim se recostó, sintiendo la presencia de Jeon a su lado como una fuerza magnética. Sus pensamientos se arremolinaban en su mente, luchando por encontrar un sentido en todo lo que estaba ocurriendo. Intentó concentrarse en la oración silenciosa que había comenzado antes, buscando paz en medio de la confusión.
Jeon se acostó con cuidado, su cuerpo alineado con el de Kim pero sin tocarlo. La cama, aunque no pequeña, se sentía estrecha con ambos en ella. Kim podía sentir la calidez del cuerpo de Jeon a través de la fina barrera de la ropa de cama, una sensación que le recordaba constantemente la presencia de Jeon.
El tiempo parecía alargarse interminablemente mientras ambos yacían allí, en un silencio tenso y lleno de pensamientos no dichos. Kim cerró los ojos, intentando ignorar la avalancha de emociones que lo invadía. Pero cada pequeño movimiento de Jeon, cada suspiro, lo mantenía despierto y consciente de la fragilidad de su situación.
Jeon rompió el silencio con una voz suave y cargada de un cansancio que parecía ir más allá de lo físico. ━ Taehyung, gracias por esto. No sabes lo mucho que significa para mí.
Kim abrió los ojos y miró al techo, las sombras danzando en el borde de su visión. ━ Está bien, Jeon. Solo... intenta dormir. Mañana veremos qué hacer.
Jeon asintió, aunque Kim no lo vio. Se quedó en silencio, su respiración volviéndose más profunda y regular con cada minuto que pasaba. Kim, sin embargo, no podía encontrar la paz para dormir. Sus pensamientos seguían volviendo a Jeon, a la complejidad de sus sentimientos y al futuro incierto que se extendía ante ellos.
En la penumbra de la habitación, con Jeon durmiendo a su lado, Kim Taehyung comprendió que su vida había cambiado irrevocablemente.
La habitación estaba sumida en la penumbra, la única luz proveniente de la luna que se filtraba a través de las cortinas. El silencio era absoluto, interrumpido solo por el sonido ocasional del viento que acariciaba las hojas fuera de la ventana. Kim Taehyung se revolvía inquieto en la cama, incapaz de encontrar el descanso que tanto necesitaba. Sus pensamientos eran un torbellino de dudas y emociones contradictorias, todas centradas en la figura de Jeon, quien dormía a su lado.
Aunque Jeon parecía dormir plácidamente, su respiración lenta y regular, Kim no podía dejar de sentir su presencia como una fuerza magnética que lo mantenía alerta. Sus ojos recorrían el techo de la habitación, buscando respuestas que se le escapaban entre las sombras. Intentó rezar en silencio, buscando consuelo en la fe que había sido su refugio durante toda su vida, pero incluso sus oraciones parecían vacías esta noche.
Después de lo que pareció una eternidad, Kim sintió que Jeon se movía a su lado. El ligero cambio en la respiración de Jeon le indicó que estaba despierto. Giró la cabeza para mirar a Jeon y se encontró con sus ojos oscuros y penetrantes que lo observaban con una intensidad que lo dejó sin aliento.
━ Taehyung ━ susurró Jeon, su voz suave pero llena de una curiosidad que no podía ocultar ━. No puedes dormir, ¿verdad?
Kim negó con la cabeza, sintiendo una mezcla de vergüenza y frustración. ━ No... no puedo. Hay demasiadas cosas en mi mente.
Jeon se incorporó ligeramente, apoyándose en un codo mientras observaba a Kim. ━ ¿Qué es lo que te preocupa tanto?
La pregunta de Jeon resonó en la habitación, y Kim sintió una punzada de dolor en su pecho. ¿Cómo podía explicarle a Jeon la batalla interna que estaba librando? ¿Cómo podía hacerle entender que su presencia lo hacía cuestionar todo lo que había creído saber sobre sí mismo y sobre el mundo?
Jeon pareció percibir la lucha interna de Kim y, tras un breve silencio, formuló una pregunta que lo dejó sin palabras. ━ Taehyung, ¿por qué está mal ser gay?
La pregunta fue directa, sin rodeos, y Kim sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. Su primer instinto fue recurrir a las enseñanzas de la Biblia, a las palabras que había aprendido y memorizado desde su infancia. Respiró hondo, intentando calmar el temblor en su voz.
━ Jeon ━ comenzó Kim, tratando de mantener su voz firme ━, la Biblia enseña que las relaciones entre personas del mismo sexo son contrarias al plan de Dios. En el libro del Levítico, se dice que es una abominación. Y en el Nuevo Testamento, en las cartas de Pablo, también se condena la homosexualidad.
Jeon escuchaba atentamente, sus ojos fijos en Kim, sin interrumpirlo. Kim continuó, sintiendo la necesidad de justificar sus palabras, aunque cada vez le resultaba más difícil encontrar la convicción en ellas.
━ La iglesia enseña que debemos vivir de acuerdo a las leyes de Dios, y eso incluye la pureza sexual. Debemos resistir las tentaciones y vivir vidas rectas. Amar a alguien del mismo sexo es considerado un pecado, una desviación de la voluntad divina.
Jeon permaneció en silencio, asimilando las palabras de Kim. Finalmente, habló con una voz suave pero firme. ━ Taehyung, ¿tú realmente crees eso? ¿Crees que amar a alguien está mal solo porque son del mismo sexo?
La pregunta de Jeon era un desafío, una confrontación directa con las creencias que Kim había sostenido durante tanto tiempo. Sentía su corazón latir con fuerza en su pecho, y la respuesta que había estado evitando se volvió ineludible.
━ No lo sé ━ confesó Kim, su voz apenas un susurro ━. No lo sé, Jeon. Todo lo que sé es lo que me han enseñado. Pero... quiero creer que es así. Dios me lo ha demostrado.
Jeon se acercó un poco más, sus ojos nunca apartándose de los de Kim. ━ Taehyung, los sentimientos que tengo no pueden ser malos. El amor no puede ser un pecado.
Las palabras de Jeon eran como un bálsamo para el alma atormentada de Kim, pero también eran un desafío a todo lo que había creído. Se quedó en silencio, su mente en un torbellino de emociones y pensamientos conflictivos.
Mientras Kim intentaba procesar todo, sus ojos se encontraron con los de Jeon. Había una intensidad en su mirada, una mezcla de comprensión y deseo que lo dejó sin aliento. El silencio entre ellos se volvió cargado de una tensión palpable, un momento suspendido en el tiempo.
Sin saber cómo ocurrió, Kim sintió que sus cuerpos se acercaban, como si una fuerza invisible los atrajera el uno hacia el otro. El mundo exterior dejó de existir, y lo único que importaba era el hombre que tenía frente a él. Sus respiraciones se entrelazaron, y antes de que pudiera detenerse, Kim sintió los labios de Jeon sobre los suyos.
El beso fue suave al principio, exploratorio, pero rápidamente se volvió más apasionado. Kim sintió una ola de calor recorrer su cuerpo, una mezcla de deseo y liberación que lo dejó sin aliento. Cada pensamiento, cada duda, cada miedo se desvaneció en ese momento, reemplazado por la certeza de lo que sentía.
Jeon correspondió al beso con igual pasión, sus manos encontrando su camino hasta el rostro de Kim, sosteniéndolo con una ternura que contrastaba con la intensidad del momento. Kim se entregó al beso, permitiéndose sentir todo lo que había reprimido durante tanto tiempo.
El mundo parecía detenerse mientras ambos se perdían en el beso, un momento de pura conexión que trascendía todas las barreras y dudas. Y en ese instante, Kim comprendió que, sin importar lo que dijeran las enseñanzas o las normas, lo que sentía por Jeon era real y poderoso.
El beso terminó tan súbitamente como había comenzado, dejando a ambos respirando con dificultad, sus frentes apoyadas una contra la otra. El silencio que siguió estuvo cargado de significado, una promesa no dicha de lo que vendría a continuación.
Kim abrió los ojos y encontró los de Jeon, llenos de una mezcla de deseo y ternura. El corazón de Kim latía con fuerza, resonando en sus oídos mientras intentaba asimilar lo que acababa de ocurrir. La conexión entre ellos había sido innegable, pero en el fondo de su mente, las enseñanzas y las creencias que había sostenido durante toda su vida comenzaron a resurgir con una fuerza implacable.
De repente, Kim se separó de Jeon con un movimiento brusco. La realidad de lo que había hecho lo golpeó con una intensidad devastadora. Sin poder contener el torbellino de emociones que lo invadía, cayó de rodillas en el suelo, sus manos temblando mientras intentaba encontrar un punto de anclaje en medio del caos.
━ ¡No! ¡No puede ser! ━ murmuraba entre sollozos, su voz quebrada por el dolor y la confusión ━ ¿Qué he hecho? ¡Dios mío, perdóname!
Comenzó a golpearse el pecho con fuerza, como si intentara expulsar de su cuerpo la culpa que lo consumía. Las lágrimas caían libremente por su rostro, mezclándose con los susurros de arrepentimiento que se deslizaban entre sus labios. Cada golpe parecía un intento desesperado de purificación, un intento de redimir lo que consideraba un pecado imperdonable.
Jeon, aún sorprendido por la reacción de Kim, se apresuró a arrodillarse a su lado. Su expresión mostraba una mezcla de enojo y preocupación, incapaz de entender completamente el auto-castigo al que se sometía Kim. Extendió la mano para detener los golpes autoinfligidos, sujetando con firmeza las muñecas de Kim.
━ ¡Taehyung, para! ¡No puedes seguir haciéndote esto! ━ exclamó, su voz cargada de una urgencia que no admitía discusión.
Pero Kim, cegado por la culpa y el dolor, apenas escuchaba. ━ No debí... no debí hacerlo. Esto está mal, todo está mal...
Jeon lo miró a los ojos, sus propias emociones al borde del colapso. ━ ¿Otra vez te estarás juzgando? ¿Otra vez caerás en esta trampa de autodestrucción? ¡Mírame, Taehyung! Esto no es lo que mereces.
Las palabras de Jeon penetraron la niebla de desesperación en la que estaba envuelto Kim. Sus sollozos se intensificaron mientras trataba de procesar lo que Jeon le decía. La lucha interna entre sus sentimientos por Jeon y las creencias que había sostenido durante tanto tiempo lo desgarraba por dentro.
Jeon, viendo la fragilidad de Kim, suavizó su tono, su enojo transformándose en una profunda compasión. ━ Taehyung, por favor... No te castigues así. No puedes seguir viviendo en este sufrimiento. Yo... yo solo quiero que seas feliz.
Con una ternura inesperada, Jeon rodeó a Kim con sus brazos, atrayéndolo hacia su pecho. Kim, aún temblando y llorando, se dejó llevar por el abrazo, sintiendo la calidez del cuerpo de Jeon contra el suyo. La resistencia que había mantenido comenzó a desmoronarse, y finalmente, se permitió rendirse a la corriente de emociones que lo arrastraba.
━ Shhh... Está bien, Taehyung. Estoy aquí. No estás solo ━ murmuró Jeon, sus palabras un susurro consolador en el oído de Kim.
El llanto de Kim fue perdiendo intensidad, reemplazado por una sensación de agotamiento profundo. Se aferró a Jeon con una desesperación que lo hacía parecer un niño perdido buscando consuelo. La culpa y el arrepentimiento seguían presentes, pero la presencia tranquilizadora de Jeon lo ayudaba a sobrellevar la tormenta.
Mientras el silencio volvía a instalarse en la habitación, Jeon continuó sosteniendo a Kim, acunándolo con una paciencia infinita. Sentía los sollozos disminuyendo poco a poco, reemplazados por una respiración más tranquila y regular. Kim, finalmente, dejó que el agotamiento lo venciera, sus ojos cerrándose mientras se rendía al sueño.
Jeon, sin moverse, siguió abrazándolo, sus propios pensamientos una mezcla de confusión y determinación. No entendía completamente por qué Kim se castigaba tanto, pero estaba decidido a estar allí para él, a ayudarlo a encontrar la paz que tanto necesitaba.
Con cuidado, Jeon ajustó su postura, asegurándose de que Kim estuviera cómodo contra su pecho. La luna continuaba su vigilia silenciosa, bañando la escena con su luz suave y etérea. Jeon miró el rostro de Kim, ahora tranquilo en el sueño, y sintió una oleada de ternura.
━ Todo estará bien, Taehyung ━ murmuró en la penumbra ━. Te lo prometto.
El peso de la noche parecía aligerarse con cada respiración tranquila de Kim, y Jeon, aunque aún alerta, encontró un extraño consuelo en la tarea de proteger a la persona que sostenía en sus brazos. Los desafíos que enfrentaban eran grandes, las preguntas sin respuestas abundantes, pero en ese momento, con Kim durmiendo a salvo en su pecho, Jeon supo que haría todo lo posible por mantenerlo a salvo.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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