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Ꮠ ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 22 」


«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗏𝖾𝗂𝗇𝗍𝗂𝖽𝗈́𝗌»... [22]

❝𝗟𝗼 𝗾𝘂𝗲 𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿𝗮𝘀❞

Kim había estado distraído últimamente. Los pensamientos sobre su inminente graduación, las emociones encontradas y los constantes recuerdos de Jeon lo mantenían en un estado de constante agitación. Sus estudios y tareas en el pueblo se convirtieron en una especie de rutina mecánica, una manera de distraerse de la tormenta emocional que lo asolaba. Esa mañana, mientras se preparaba para una nueva jornada de estudios y recados en el pueblo, se esforzó por apartar los pensamientos que lo distraían.

El sol brillaba intensamente cuando Kim se aventuró fuera del recinto de la iglesia, encaminándose hacia el pueblo. A medida que caminaba por las calles adoquinadas, su mente divagaba entre las lecciones del día y los persistentes recuerdos de Jeon. Intentó enfocarse en los estudios, en su inminente graduación y en las responsabilidades que vendrían con su nuevo rol, pero la imagen de Jeon seguía apareciendo en su mente, nublando su concentración.

Después de recoger algunos libros en la biblioteca, Kim decidió tomar un atajo por un callejón para llegar más rápido a su destino. El callejón era estrecho y sombrío, con paredes altas y ventanas cerradas. Kim aceleró el paso, deseando salir rápidamente de aquel lugar opresivo. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de llegar al otro extremo, dos figuras emergieron de las sombras, bloqueando su camino.

━ Oye, muchacho ━ dijo uno de ellos, con una sonrisa siniestra ━. ¿Qué tienes ahí?

Kim sintió un nudo en el estómago. Retrocedió instintivamente, pero el otro hombre lo agarró del brazo, inmovilizándolo.

━ Nada... No tengo nada ━ respondió Kim, su voz temblando.

━ No mientas ━ gruñó el primer hombre, sacando un cuchillo de su bolsillo ━. Dame todo lo que tienes.

El miedo paralizó a Kim. Sus manos temblaban mientras intentaba sacar su billetera y algunos billetes del bolsillo. Los hombres lo miraban con ojos codiciosos, y Kim supo que, aunque les diera todo su dinero, eso no garantizaría su seguridad.

━ Apúrate ━ ordenó el hombre con el cuchillo, acercándose peligrosamente.

Kim cerró los ojos, rezando en silencio por ayuda. En ese momento, escuchó unos pasos rápidos acercándose y una voz familiar.

━ ¡Déjalo en paz! ━ gritó Jeon, lanzándose hacia los hombres.

La sorpresa se reflejó en los rostros de los asaltantes mientras Jeon los enfrentaba. En un abrir y cerrar de ojos, una pelea se desató en el callejón. Jeon se movía con agilidad y fuerza, golpeando a uno de los hombres en el rostro y esquivando el cuchillo del otro. Kim observaba la escena con el corazón en la garganta, incapaz de moverse, su cuerpo paralizado por el terror y la adrenalina.

━ ¡Corre, Kim! ━ gritó Jeon, luchando contra los atacantes.

Pero Kim no podía moverse. Sus pies estaban clavados al suelo, y solo podía observar con impotencia cómo Jeon continuaba la pelea. En medio del caos, uno de los hombres logró herir a Jeon. Kim vio, con horror, cómo el cuchillo se clavaba en el costado de Jeon. El tiempo pareció detenerse cuando Jeon cayó al suelo, su rostro contorsionado de dolor.

Los asaltantes, al ver a Jeon herido, decidieron huir rápidamente, dejando a Kim y Jeon solos en el callejón. Kim finalmente recuperó la movilidad y corrió hacia Jeon, cayendo de rodillas a su lado.

━ ¡Jeon! ¡Jeon! ━ llamó Kim, su voz quebrándose.

Jeon abrió los ojos, su respiración entrecortada.

━ Kim... ━ murmuró, intentando sonreír a pesar del dolor.

Kim sintió las lágrimas rodar por sus mejillas mientras presionaba la herida con las manos, intentando detener el flujo de sangre.

━ ¡No hables! Voy a buscar ayuda ━ dijo Kim, su voz llena de desesperación.

Jeon negó con la cabeza, su mano temblorosa alcanzando la de Kim.

━ Estoy bien... Solo... quédate conmigo un momento ━ susurró, su voz apenas audible.

Kim asintió, sin poder contener el torrente de lágrimas. Sus dedos temblaban mientras intentaba mantener la presión sobre la herida, su mente luchando por encontrar una solución.

━ ¡Alguien, ayúdeme! ━ gritó Kim, su voz resonando en el callejón vacío.

Miró a Jeon, viendo el dolor en sus ojos pero también una calma extraña. Kim se sintió impotente y asustado, su mente girando en un torbellino de emociones.

━ No te preocupes... ━ dijo Jeon, su voz apenas un susurro ━. Todo estará bien.

━ ¡No! No digas eso ━ Kim sollozó, su voz quebrándose ━ Por Dios te acaban de apuñalar.

Jeon sonrió débilmente, sus ojos tenían un brillo extraño.

¿Le divertía su preocupación?

━ Kim... ━ murmuró ━. Siempre estaré contigo. ¿De verdad crees que por esta bobada me voy a morir?

Kim sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor mientras la oscuridad comenzaba a rodearlos. Los sonidos del callejón se desvanecían, y todo lo que quedaba era el suave murmullo de la respiración de Jeon y el latido desesperado del corazón de Kim. Los minutos se arrastraron, cada uno sintiéndose como una eternidad.

Finalmente, los pasos apresurados y las voces de ayuda llegaron. Unos transeúntes que habían escuchado los gritos de Kim corrieron hacia ellos, llamando a una ambulancia y ofreciendo su ayuda. Kim se apartó a regañadientes cuando los paramédicos llegaron, observando con los ojos llenos de lágrimas mientras atendían a Jeon.

━ Va a estar bien ━ le aseguró uno de los paramédicos, aunque Kim no podía encontrar consuelo en sus palabras.

Mientras la ambulancia se alejaba, Kim quedó solo en el callejón, sus manos y su ropa manchadas de sangre. Miró alrededor, viendo las sombras alargarse a medida que el sol descendía. Su corazón estaba lleno de miedo y culpa, sabiendo que, a pesar de todo lo que había pasado, Jeon había arriesgado su vida por él una vez más.

Se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y se puso de pie, decidido a no dejar que el sacrificio de Jeon fuera en vano.

La ambulancia había llevado a Jeon a la clínica más cercana, una pequeña instalación en las afueras del pueblo. La doctora, una mujer menuda pero de aspecto decidido, los recibió en la sala de urgencias. Kim apenas podía contener las lágrimas mientras observaba cómo trataban la herida de Jeon. El ambiente estaba cargado de tensión y el aire olía a desinfectante, intensificando la sensación de irrealidad que lo envolvía.

Después de un tiempo que le pareció interminable, la doctora se acercó a Kim con una expresión grave en su rostro.

━ La herida es seria, pero no es fatal. Ha perdido bastante sangre y necesitará tiempo para recuperarse ━ dijo ella con voz firme ━. Necesitará mucho reposo y cuidado constante.

Kim asintió, el alivio y la culpa compitiendo por el dominio de sus emociones. No podía dejar de sentirse responsable por lo que había sucedido. Si no hubiera estado tan distraído, si hubiera tomado otro camino, nada de esto habría pasado. Mientras la doctora le explicaba las instrucciones para el cuidado de Jeon, Kim apenas podía procesar las palabras. Todo lo que quería era asegurarse de que Jeon estuviera bien.

Cuando finalmente tuvo la oportunidad de ver a Jeon, Kim se acercó a la cama con pasos vacilantes. Jeon estaba pálido, pero consciente, sus ojos oscuros observando cada movimiento de Kim.

━ Jeon... ━ murmuró Kim, su voz temblorosa ━. Lo siento tanto. Esto es todo mi culpa.

Jeon lo miró en silencio por un momento antes de hablar.

━ No es tu culpa, Kim. Yo decidí intervenir. Sabía lo que estaba haciendo ━ respondió Jeon con voz débil, pero firme.

Las palabras de Jeon no hicieron mucho para aliviar la culpa de Kim. Se arrodilló al lado de la cama, tomando la mano de Jeon entre las suyas.

━ Haré lo que sea para compensarte ━ dijo Kim, con una desesperación en su voz ━. Cualquier cosa que necesites.

Jeon levantó una ceja, una expresión calculadora cruzando su rostro por un breve instante.

━ ¿Cualquier cosa? ━ preguntó, su voz adquiriendo un tono diferente.

Kim asintió vigorosamente, sin importarle las consecuencias. Lo único que importaba era expiar su culpa y ayudar a Jeon a recuperarse.

━ Sí, cualquier cosa ━ respondió Kim, su voz firme a pesar del miedo que comenzaba a crecer en su interior.

Jeon se incorporó ligeramente en la cama, observando a Kim con una intensidad que hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Kim.

━ Entonces, arrodíllate ━ dijo Jeon lentamente, cada palabra cuidadosamente pronunciada ━. Arrodíllate y chúpame la verga.

El corazón de Kim se detuvo por un momento. Miró a Jeon, buscando algún signo de broma en su rostro, pero solo encontró seriedad. Las palabras resonaron en su mente, aumentando su confusión y angustia. ¿Cómo podía Jeon pedirle algo así? ¿Era esta su forma de vengarse o de probar su lealtad?

Kim tragó saliva, sintiendo la tensión en el aire volverse casi insoportable. Su mente luchaba por procesar la situación, por encontrar una salida que no comprometiera su dignidad y su fe. Pero, al mismo tiempo, la culpa seguía pesando sobre él como una losa.

━ Jeon... ━ comenzó a decir, pero las palabras se le atoraron en la garganta.

Jeon no apartó la mirada, esperando pacientemente la respuesta de Kim. En ese momento, Kim se dio cuenta de que no se trataba solo de una petición física, sino de algo más profundo. Era una prueba, una demanda de sumisión y humildad, una forma de demostrar que estaba dispuesto a sacrificar todo por la redención y el perdón.

Kim bajó la mirada, sintiendo cómo su corazón latía desbocado en su pecho. Lentamente, con una mezcla de resignación y determinación, comenzó a inclinarse hacia adelante. Sus rodillas tocaron el suelo frío de la clínica y sintió cómo la vergüenza y la culpa lo envolvían como un manto. No podía evitar pensar en lo que esto significaba para su relación con Jeon, para su propia fe y dignidad.

━ Está bien, Jeon ━ dijo finalmente, su voz apenas un susurro ━. Haré lo que me pides.

Los ojos de Jeon se suavizaron un poco, pero no dijo nada más. Kim cerró los ojos, preparándose para el acto de sumisión que se le había pedido. La habitación se llenó de un silencio tenso, cada segundo alargándose en una eternidad.

Kim sabía que, al hacer esto, estaba cruzando una línea de la que quizá no habría retorno. Pero también sabía que, en ese momento, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por expiar su culpa y demostrar su agradecimiento por Jeon, aunque eso significara renunciar a una parte de sí mismo.

¿Y a quién engañaba? Él se moría por hacerlo.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09

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