Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo ~6

Las lágrimas resbalan por mis mejillas mientras miraba mi cámara.

El tío Gary se acerca a mí y me pone la mano en el hombro.

—Katalina, lo siento mucho.

—Conocía los riesgos de dejarla aquí, pero... fue lo último que me compró mi padre antes de morir.

Mi tío me envuelve en sus brazos para darme un gran abrazo de oso.

—Oh, cariño. Todo va a ir bien.

—Supongo que será mejor que empiece a ahorrar para una sustituta... ¿Quién sabe cuánto tardaré? —me alejo, moqueando.

—A mí no me parece insalvable —sacude la cabeza—. Desde luego, puedo ayudarte a arreglarla o incluso a sustituirla si llega al caso.

—Pero ha sido culpa mía. Debería subsanar mis propios errores.

—Tonterías. Has sacrificado tu posesión más preciada para ayudar a mi tienda. Además, eres mi única sobrina. Aunque tomes decisiones tontas en el futuro, siempre estaré ahí para sacarte de apuros.

—Yo también quiero ayudar —interviene Kit.

—Kit, no hace falta. Sé que no te sobra el dinero.

—Vamos, Katalina, deja que te ayude —insiste.

Finalmente, asiento con la cabeza y le sonrío.

—Bien, aunque hubieras dicho que no, lo habría hecho igualmente.

Kit se acerca a mí y me da un superabrazo.

Consigo relajarme entre sus brazos. Justo lo que necesitaba.

—Gracias, Kit —me aferro a él—. En serio, eres un salvavidas.

—Por supuesto, cielo... —abre los ojos de par en par al darse cuenta de lo que ha dicho—. Quiero decir, amiga.

Tose, intentando ignorar lo que ha dicho.

—Sé que harías lo mismo por mí, ¿verdad? —intenta cambiar de tema.

—Por supuesto que sí.

Mi tío mira por la ventana.

—Ha llegado la policía —dice este.

Una joven agente entra en la tienda.

—Buenos días —dice la agente.

—Buenos días, agente —saluda mi tío—. Anoche sufrimos otro robo. Quien lo hizo dañó algunas posesiones. No puedo permitirme volver a reparar el escaparate...

La agente mira al escaparate y a mi cámara.

—Ya he visto cosas así antes. Seguramente se trata de los chavales de la zona.

Me adelanto.

—Agente, creo que sé quién puede haber hecho esto. La otra noche lanzaron un ladrillo con una nota a través de nuestra ventana —la agente rueda los ojos—. El logotipo de la nota es similar a...

—Uf, ahórrate el numerito de detective —me interrumpe—. El seguro debería cubrir el escaparate. Haremos que un coche patrulle esta zona por la noche.

Está claro que no se toma nada de esto en serio.

No puedo dejar que se salga con la suya...

No puedo soportar su mirada petulante.

—Perdona, pero...

Mi tío se aclara la garganta y lo miro. Sacude la cabeza.

Supongo que no tiene sentido decir nada.

—No importa —niego.

—Gracias por su tiempo, agente —dice mi tío.

La agente asiente con brusquedad.

—Que tengáis un buen día —dice esta.

Cuando se va, todos nos miramos con incredulidad.

—Vaya, qué pérdida de tiempo —dice Kit.

—Nunca se van a tomar esto en serio —mi tío sacude la cabeza.

—Supongo que no tenemos otra opción que ocuparnos de este asunto nosotros mismos —les miro.

Empezamos a limpiar los cristales rotos y rescatamos con cuidado los restos de mi videocámara.

(...)

Después de mi turno de mañana, vuelvo a casa con ganas de pasarme el día comiendo porquerías y haciendo un maratón de Spellbound.

Veo a alguien en la puerta de la casa.

—Hola, ¿buscas a mi tío? —le pregunto—. No volverá hasta...

—No, Katalina. Te estoy buscando a ti —me interrumpe el chico.

Esa voz... Me resulta familiar.

El desconocido se da la vuelta. A pesar de su cuerpo humano, reconocería esa cara tan atractiva en cualquier parte.

—¿Gil? —este asiente—. ¡¿Eres humano?!

—Solo puedo estar en esta forma humana durante períodos cortos, pero sí. Se supone que es un disfraz en caso de emergencia.

—¿Cuál es la emergencia? ¿Te ha encontrado alguien en los manantiales?

—No hay ninguna emergencia. Simplemente, quería dar mi primer paso en el mundo humano.

—Mmm... Tenía la impresión de que eso era lo último que querías hacer.

—Bueno, tú conociste mi mundo, así que lo lógico es que yo conozca el tuyo.

—Bueno, en ese caso... —pienso por un segundo—. ¿Quieres ir al veinticuatro horas conmigo?

—¿Qué es eso?

—Créeme, te encantará.

Gil y yo nos dirigimos a la cafetería.

En cuanto entramos en la cafetería, echa un vistazo a la decoración hortera, visiblemente incómodo.

—¿Qué pasa?

—Eso está mal —señala una pequeña estatua del tritón de Everly—. No me parezco en nada.

—Vaya, no te hace justicia en absoluto.

Después de sentarse, Gil abre cautelosamente la carta. Parece más perplejo a cada página que pasa.

—¿Qué debo pedir? Nunca he comido comida humana.

—La hamburguesa con queso es una apuesta bastante segura.

La camarera se acerca a nuestra mesa.

—¡Hola! ¿Qué os sirvo?

—Quiero una... burguesa quesada —pide Gil.

Tan cerca y tan lejos...

La camarera parece un poco confusa, pero asiente.

—Yo tomaré el sándwich de pavo —pido.

—Perfecto, ahora vuelvo.

—Me alegro de que hayas elegido hoy para hacer esto, Gil. Desde la última vez que te vi, las cosas solo se han vuelto locas.

—¿Qué ha pasado? —frunce el ceño—. He oído que la policía ha vuelto a estar en el videoclub...

—Sí, quien nos rompió el escaparate la última vez lo ha vuelto a hacer. Y también han roto mi cámara.

Miro fijamente mi taza de café, intentando no volver a llorar.

—Qué mala suerte.

—No pasa nada —le vuelvo a mirar—. Mi tío cree que la cámara se puede arreglar —tomo un sorbo de café—. Pero eso no es todo —me mira preocupado—. Ayer, cuando buscaba a Erebus, me emboscaron otros crípticos. Creo que se llaman rondadores nocturnos.

—Sé de quiénes hablas. Son bastante peligrosos, pero suelen vivir en lo más profundo del bosque —traga grueso—. Seguro que no estabas tan lejos...

—No, estaba casi en la entrada.

—Qué curioso. Las criaturas del bosque están cada vez más agitadas. Deberías tener cuidado, Katalina.

Se acerca a la mesa y coloca la mano sobre la mía.

Es extraño tocar a Gil en su forma humana...

—Lo haré.

—Sin ti, nuestra misión no puede tener éxito —dice firme.

—Claro... nuestra misión.

Y yo que creía que estaba realmente preocupado por mi seguridad.

—¿Cuál es nuestro siguiente movimiento? Está claro que el plan de la cámara no ha funcionado —le pregunto.

—¿Quizá uno de nosotros deba quedarse en la tienda durante la noche? —propone.

—¡Eso es! —golpeo mi taza contra la mesa—. ¡Hacer vigilancia!

—¿Vigilancia?

—Los dos nos quedaremos en la tienda durante la noche. Llevaré una cámara desechable y si vuelven a entrar, les tomaré fotos.

Asiente con la cabeza.

—Pillaremos a Tiffany con las manos en la masa —sonríe Gil.

La camarera vuelve con nuestra comida y la deja delante de nosotros.

—Aquí tenéis, chicos.

Ambos tomamos nuestra comida.

—Katalina, nunca había visto a este chico y conozco a toda la gente del pueblo —se pone la mano en la cadera y ladea la cabeza—. No me digas... Es tu novio de la ciudad, ¿no?

La mirada de Gil no tiene precio.

Me mira nervioso y traga saliva, esperando a que responda.

Pienso un segundo.

Creo que mejor digo que es mi amigo.

—No, Gil es solo mi amigo —aclaro.

Gil frunce el ceño, pero me sigue el juego.

—Sí, Katalina es mi... mejor miga.

—¿Mejor miga? —pregunta la camarera confundida.

—Quiere decir mejor amiga —le corrijo—. Gil es extranjero, así que aún no domina la pronunciación.

—Ah, ya veo.

Se va cuando entran nuevos clientes en la cafetería.

—Así que así están las cosas... —dice Gil.

—¿Qué quieres decir?

No responde.

Creo que está decepcionado.

(...)

Al salir de la cafetería, veo a Kit caminando hacia nosotros.

—¡Eh, Kit! —le llamo—. ¿Qué haces aquí?

—He venido a buscarte. Tu tío dijo que no estabas en casa.

Mira a Gil con desconfianza.

—¿Quién es tu amigo?

—El príncipe Gil, a tu servicio —responde Gil.

—Espera... ¿El príncipe Gil? ¿El críptico?

—El mismo, chico humano.

—¿Por qué parece una persona?

—Gil puede disfrazarse de humano durante períodos cortos —le explico.

—Demasiado cortos.

Gil levanta la mano. Empieza a transformarse de nuevo en su aspecto escamoso.

—Debo marcharme antes de transformarme por completo...

—Por supuesto, vete —dice Kit, bastante grosero—. Tengo algo que quiero discutir con Katalina.

—Kit, sé amable.

—Puedes venir conmigo —me propone Gil.

Miro a Kit.

Algo parece que va mal.

Aunque me ha gustado pasar el rato con Gil, debería quedarme.

—Gracias por la oferta, pero me voy a pasar un rato con Kit.

—No hay problema. Adiós, Katalina.

Comienza a alejarse.

—Te veré más tarde, durante la vigilancia —dice mientras desaparece en el bosque.

—Nos vemos.

Me despido de él con la mano y me dirijo a Kit.

—¿Qué querías decirme?

—Preferiría hablar de ello en privado.

(...)

Kit me lleva a su apartamento y me abre la puerta.

Aunque su casa es muy pequeña, resulta acogedora.

Hay mantas tejidas a mano sobre el sofá y fotos familiares en las paredes.

Su hermano pequeño no aparece en ninguna de las últimas fotos...

—¿Cómo está tu familia? ¿Tu madre sigue teniendo ese gran jardín?

—Están bien, supongo. Mamá no ha cultivado mucho el jardín en los últimos años.

—¿Está bien?

—Sí. Sobrevive, como el resto de nosotros —suspira—. Pero las cosas han sido difíciles.

—Estoy aquí para ti si quieres hablar de ello.

—Eres muy amable —Kit se sienta en el sofá—. Prefiero no hablar de eso ahora si te parece bien.

—No pasa nada —sonrío—. Entonces, ¿qué te preocupa?

—Hay algo que tu tío ha intentado ocultarte.

Frunzo el ceño.

—¿El tío Gary oculta algo?

—Nada turbio —aclara—. Pero las finanzas de la tienda... están mucho peor de lo que crees.

—Sé que las cosas han sido difíciles últimamente... Pero seguro que no puede ser tan malo. Todo el mundo alquila películas.

—Sí, pero cada vez menos. Everly Springs es demasiado pequeño para una tienda como esta.

—Entonces, ¿qué va a pasar?

—Es difícil de decir —sacude la cabeza—. Sé que ceder y vender a Tiffany sería la mejor opción financiera. Pero devastaría a tu tío emocionalmente y en cuanto a mí, bueno... Me dejaría sin trabajo. Y, como sabes, estoy intentando ahorrar para la universidad —me mira—. Puede que ser guionista no sea la opción más práctica, pero ha sido mi sueño durante mucho tiempo. Así que no sé qué va a pasar ahora.

Me rompe el corazón verle así...

Quiero demostrarle que me importa. Siempre está ahí para mí cuando lo necesito.

—Lo siento, Kit, parece duro.

Me siento a su lado en el sofá.

—No tienes idea de lo duro que ha sido —pone la cabeza entre las manos—. No quiero perder todo por lo que he trabajado tan duro.

—No lo harás, Kit —le acaricio la espalda—. La lucha aún no ha terminado.

—Ojalá pudiera creerlo —suspira con frustración—. Pero todo parece tan desesperado ahora mismo.

—Las cosas se solucionarán de un modo u otro.

—Sí... Espero que tengas razón.

—¿Qué tal una buena película de monstruos? Eso debería animarte.

—Me conoces muy bien —sonríe levemente.

(...)

Cuando terminamos de ver la película, Kit me lleva a casa.

Entro en casa de mi tío y oigo su voz en el salón.

Debe de estar en una llamada de negocios.

Estoy a punto de subir a mi cuarto cuando grita al teléfono.

—¡No te atrevas a amenazarme!

—No sé quién te crees que eres... —dice con furia— ¡No vuelvas a llamar a este número!

¿Qué estará pasando?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro