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𝖤𝗉𝗂́𝗅𝗈𝗀𝗈.

「🥊」

"Todo comienzo tiene un final, y este es el nuestro"

Abrí asustada mis ojos cuando fui despertada por los gritos de la peli rosa, la cual gritaba como si fuera una ardilla aplastada por una piedra.

—¡¡Felíz cumpleaños a ti, felíz cumpleaños a ti!!— tomé una de mis almohadas, lanzandola en su dirección.—Me encanta tu humor mañanero— dijo con sarcasmo, solté una risilla.

—Buenos días— le dije

—Muy buenos días a mi pequeña fósil cumplidora de 17 años— gritó con tantas fuerzas que tuve que cubrir mis oídos.

La puerta de mi habitación fue abierta y un Seokjin medio adormecido y con pijama miró hecho una furia a mi mejor amiga.

—¡Park Minha!— gritó está vez él.— Eres una niña asombrosa pero son las ¡SEIS DE LA MAÑANA!— comenzó hablando con mucha tranquilidad pero se exaltó al final de la oración.

La peli rosa se disculpó avergonzada, yo desde mi cama solte otra carcajada. Y fue ahí cuando el tío Seokjin se dio cuenta de mi presencia

—¡Oh dios mío!, ¡SI MI FASTIDIO PREFERIDO ESTÁ CUMPLIENDO AÑOS!— su grito fue aún más alto que el de Minha, la chica lo miró incrédula, pues él le pedía silencio cuando estaba claro que era más ruidoso.

Lo que sucedió a continuación fue que Seokjin se lanzó a mi cama a llenarme el rostro de besos. Luego se unió Minha, divertida por mis caras de rechazo a tanto cariño y mimitos. Después llego mamá, la cual fingió molestia ya que se le habían adelantado para felicitarme. Entre los tres comenzaron a cantar "Dancing Queen" de ABBA, no pude evitar reír y seguir el ritmo junto a ellos.

Me había regalado un buen despertar.

Cuando las tres sanguijuelas llenas de amor, me dejaron en paz, tomé mi celular de la mesita de noche y al encenderlo este comenzó a recibir tantas notificaciones que pensé por un segundo que se me bloquearía y se apagaría.

Pues al parecer todos estaban esperando mi cumpleaños con más emoción que yo.

Tenía unas veinticinco notificaciones de Solar y doce de Yunho, donde me mandaban felicidades y imágenes graciosas mías que no sabía que existía. Luego estaban los intensos, pues tenía cuarenta y cinco notificaciones de Namjoon que comenzaban desde las doce en punto de la noche hasta la más reciente que fue hace unos veintitrés minutos, me había mandado audios lloriqueando porque me hacía vieja. Me reí mucho con esos audios.

Luego estaba Yoongi con cincuenta notificaciones, en algunos mensajes se burlas de mi, en otros me decía que me quería pero que no se lo dijera a nadie, en otras me decía que era mentira que me odiaba, en otras me felicitaba y así constantemente. Hoseok me había mandado la misma cantidad de Namjoon pero él incluía un video donde me cantaba y bailaba el feliz cumpleaños y Jimin que al parecer estaba con él y al igual me felicitaba ruidosamente adueñándose del celular de mi compañero para decirme que era un fastidio de persona y que se alegraba de que me hiciera vieja.

Él tan agradable como siempre.

Taehyung a diferencias de los demás no me envió tantos mensajes, él me mandó el típico mensaje de felicitaciones y luego de una tres horas me mandó un audio donde me decía que en ese audio estaba todo lo que siempre quiso decirme.

Curiosa lo descargué mientras estiraba una de mis manos hacía las gavetas de la mesita de noche en busca de mis audífonos. Me acomodé en la cama, estando lista para darle play a el audio.

Y era una canción...que hablaba de mí...

«Aunque el tiempo pase

Aunque ya no estés

Aunque me eches a un lado

Bebé, yo no se estar sin ti.

Sin esa sonrisa tan tuya

Sin esa mirada tan mía»

Movía mis manos a el ritmo de la guitarra que seguramente era tocada por él y cerrando mis ojos me imaginé tener a el castaño a mi lado mientras me susurraba la letra de la canción, con su voz profunda. Con su mirada fija en mí.

Definitivamente está se a convertido en mi canción favorita.

—Claro que me cuidaré hermanito— le volví a repetir a mi querido hermano, el cual lloriqueaba por no haber podido ir a despedirse de mi en el aeropuerto.

Aeropuerto a elcual  ya estábamos llegando.

—También te amo, prometo hacer videollamada una vez que llegue, tranquilo estaré bien y no, no eres un pésimo hermano, eres el mejor de todos— le hice saber, no quería que se sintiera mal— Esta bien adiós, gracias— agradecí cuando volvió a felicitarme

Recosté mi cabeza en el reposado del asiento mientras guiaba mi vista a la carretera.

En solo unas horas estaré fuera de Corea, cumpliendo mi sueño.

Mamá me miraba de vez en cuando y luego de unos minutos juntó nuestras manos, mientras Seokjin nos miraba por el retrovisor del carro.

Solar, Minha y los chicos venían en dos autos más atrás de nosotros. Pues la despedida iba a ser colectiva.

Cuando llegamos a nuestro destino nos bajamos todos de los autos mientras que los masculinos tomaban las maletas. Mamá acercó a las chicas a su cuerpo incluyéndome y con una sonrisa en el rostro nos propuso ir a por un café.

Aún faltaban dos horas para nuestra partida.

—Debes comportarte y cualquier emergencia me llamas, tomaré el primer avión a tu rescate— rodeé los ojos, sonriendo. Amaba que mamá fuera tan sobreprotectora a veces.

—Deja de arreglarme la gorra mamá— le pedí, estaba nerviosa, era muy notorio.

—Señora Kang, me presta a Sun Yhie un momento— pidió Tae, mamá asintió. El castaño me tomó por uno de mis brazos y me alejó de los demás.

—Faltan minutos así que antes de que pierda más tiempo te daré mi regalo— me informó.

—¿Regalo?

—Si, pedí que personalizaran algo para ambos— lo escuché decir en susurro con cierto nerviosismo. Arrascó su nuca no pude evitar sonreír.

Llevo una de sus manos a su bolsillo y de el sacó una pequeña cajita y me la tendió. Abrí esta, chillé como una pequeña niña al ver el contenido.

—¡Tiene una guitarra!— chillé nuevamente viendo la pequeña pulsera.

—Si...es para que no te olvides de mí...yo tengo esta— me mostró su muñeca, en la cuál estaba una pulsera igual que la mía pero con un par de guantes de boxeo en vez de una guitarra.

—Es hermoso— le hice saber, lo vi suspirar aliviado y sonriendo me lancé a sus brazos. — Gracias, jamás me la quitaré.— le dije, este sonrío cuando nos separamos y ofreciéndome su ayuda lo dejé que me colocara la pulsera.

La agité una vez que estuvo en mi muñeca y le volví a sonreír tomando su mano para caminar hacía donde estaban los demás.

Y luego de unos minutos, el momento había llegado.

Nos miramos entre todos y como si ya lo hubiéramos planificado desde antes nos juntamos para darnos un abrazo grupal. Luego me giré en dirección a mamá y a el tío Seokjin, mientras que mis demás compañeros del periodismo se despedían de sus padres.

Mamá como era de esperarse comenzó a llorar y el tío Seokjin igual, verle a él llorar me hizo sentirme más nostálgica, me acerqué a ellos, abrazandolos con fuerza. Quedándome con ese recuerdo. El cual atesoraré hasta que los vuelva a ver.

—Te amamos mucho, y estamos muy orgullosos de ti— me dijeron a el unísono, les sonreí, sintiendo como las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.

—Os amo— les dije volviendo a abrazarlos.

Luego de separarme me giré en busca de mi mejor amiga. La cuál lloraba silenciosamente.

Me encaminé a ella abriendo mis brazos y nuestros cuerpos se impactaron cuando nos fundimos en un abrazo.

—Ve y conquista a ese paliducho desagradable— le susurré, provocando que riera.— Y quiero todos los detalles— está asiente, separándose un poco de mi para depositar un beso en mi mejilla.

—¿Me la prestas?— la voz del antes mencionado se hizo presente en el ambiente, la peli rosa me soltó.

Miré a Yoongi, sintiendo que volvería a llorar.

—No llores, que me siento fatal cuando te veo llorar. Y pensar que te detestaba la primera vez que te vi— reír, acordandome de nuestro primer encuentro. Su cuerpo se acercó a el mío y me abrazó—Mantente en contacto siempre conmigo, nunca me alejaré de ti. Siempre seré un fastidio y si algún americano se sobrepasa me dices e iré a partirle la cara— reí nuevamente asintiendo. Le di un pequeño beso en la mejilla.

Extrañaría muchísimo a Yoongi.

—Yo te seguiré detestando, y cuando regreses te lo haré saber mucho— Jimin apartó a Yoongi, tendiéndome una de sus manos, lo miré incrédula y dándole un empujón, junté su cuerpo a el mío para abrazarlo.

Este bufó, rodeandome con sus brazos.

—Te asfixiaré con una almohada cuando regrese así que disfruta este tiempo que no me tendrás— le susurré con malicia y provoqué lo que quería: su risa, me abrazó con más fuerza.

Luego de separarnos me encaminé a la última persona que me faltaba por decirle adiós. Este me esperaba de brazos cruzados y me miraba de cierta forma coqueta mientras me regalaba una sonrisa

—¿Serás mi fan numero uno cuando me vuelva famoso?— preguntó.

—La pregunta está de más— le dije sonriendo, se abalanzó hacía mi levantandome del suelo.

—Siempre que me sienta triste por tu ausencia iré a observar la pintura que hice de ti— sentí un pequeño vuelco en el corazón, me separé un poco de su cuerpo para poder verle la cara y pasando sutilmente uno de mis pulgares por si rostro, le sonreí.

—Seras el mejor cantante de este país y del mundo— le dije. Con completa seguridad, sabía que Taehyung desbordaba talento.

—Sun...—susurró y supuse lo que quería decirme y aunque me puse un poco nerviosa, afronté las cosas con madurez

—No es momento para decirlo Taehyung— le dije este comprendió y asintió, dándome un último abrazo para depositarme en el suelo.

Solté un suspiro, tomando mis maletas y caminado al lado de Namjoon. Me comencé a alejar de mi familia.

Les di un último vistazo, sintiéndome tan afortunada por tenerlos en mi vida.

Suspiré con alivio cuando me di cuenta de que me sentaría junto a Namjoon y Hoseok. Mientras que Solar se sentaba junto a Yunho y Jaebum —nuestro tutor— en realidad mío y de Yunho ya que los demás contaban con dieciocho años y ya eran mayores de edad para viajar solos.

—¿Me dejas la ventanilla?— le pregunté a Nam el cuál no tuvo problema con cedermela.

Me acomodé en mi sitio, esperando a que el avión despegará y cuando la azafata comenzó a dar las indicaciones supe que ya no había marcha atrás. Que mi nueva vida comenzaba a partir de aquí.

Y no pude evitar cerrar los ojos siendo atacada por mis recuerdos a su lado. Por las risas, por los encuentros, los besos, las palabras, los momentos. Por lo que fui y quería seguir siendo a su lado.

Fui golpeada fuertemente con cada instante que se desvanecía en mi mente, y me sentí a la vez un poco estúpida por pensar que él se podría haber aparecido en cualquier momento.

Que me pediría que me quedara, que me diría que me amaba.

Pero no, eso no pasaría. Y sólo debía quedarme con los recuerdos, esos recuerdos que sé, que poco a poco dejarán de tener validez en mi vida.

Abrí los ojos abruptamente. Mientras sonreía con amargura.

Pues supongo que este a sido nuestro final.

Fin...

—Notita:
Ya no hace falta contar las palabras para decirles que este es el final.

Quédense hasta los agradecimientos, los estaré subiendo en unos minutos.

Gracias, no solo por leer, si no por todo.

 RavenWoe.









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