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45.𝖳𝖾 𝗏𝗂, 𝗍𝖾 𝗌𝗈𝗅𝗍𝖾́.

「🥊」

Solté un suspiro, un frustrante suspiro mientras introducía mis dedos en mi cabello. Miré una vez más mi celular, como si telepáticamente lograra que alguna notificación llegará... una notificación de él.

Y resulta que solo faltaba un día para marcharme y Jeon Jungkook se había desaparecido por completo.

Le había llamado, le había dejado mensajes, le había incluso ido a buscar.

Pero no, al parecer Jeon no quería saber nada de mí.

—¡Sun Yhie cariño, llegó Taehyung!— volví a soltar un suspiro levantándome lentamente de mi cama para salir de la habitación y bajar.

Deslicé mi mano por el barandal, mientras bajaba con suavidad cada escalón. La melena de Taehyung se hizo visible ante mis ojos y llevando estos a los suyos sentí que las ganas de llorar volvían a mí.

Me abrió sus brazos y estando ya en el último escalón me aferré a su cuerpo,  rodeando mis piernas a su torso, empezó a caminar, sujetandome para no caer.

—Tae...

—Shh, no te preocupes.— me susurró, caminando hacía la cocina.

En ella, se encontraban mamá y Seokjin, el último mencionado también había intentado comunicarse con el pelinegro, pero al parecer ni a él le contestaba o quizás sí, pero no me decían. Mi cuerpo fue colocado sobre la encimera de la cocina, Taehyung se alejó de mí, sentándose en el asiento alto que estaba frente a cuerpo.

—¿Quieres un sumo?— preguntó mamá. Tocándome ligeramente la mano, asentí, agradeciendole cuando me entrego el vaso con el líquido.

—Yo...le volví a llamar y no contestó— dije, ganándome la atención de los presentes.— No lo intentaré más...yo me iré a Estados Unidos.— el trío se sorprendió, pues anteriormente había decidido quedarme, pero...ya no era necesario.

—Oh, pequeña, me alegro tanto— con emoción Seokjin se acercó a mí, dándome un pequeño abrazo, le di una sonrisa de labios cerrados.

La mirada de Taehyung se encontraba encima de mí. Le miré, haciendo contacto visual por un par de segundos.

—Llamaré a los chicos— me dijo, asentí, moviendo un poco mi cuerpo para que pudiera levantarse del asiento.

Me quedé ahí, con los mayores, los cuales bajo mi mirada desviaron la suyas de mi cuerpo para sentrarse en otra cosa, y aunque quizás creían que no lo notaba, podía perfectamente ver como de reojo me miraban o como se hacían señas entre ellos mismo para hablar.

Me bajé de un salto del mesón y caminé hacía la sala sin mirar atrás, fui directo a el sofá en donde disfrutaba estar acostada junto a Jungkook, bajo el calor de su cuerpo, pero él ya no estaba y su calor tampoco.

Me acomodé, soltando un gruñido entre dientes mientras metía entre mis piernas uno de los cojines y me hacía bolita en mi sitio. La mano de Taehyung interrumpió la nube negra de pensamientos con respecto a el pelingero que comenzaban a rondar en mi cabeza.

—Los chicos vienen, quieren pasar el rato acá.— asentí sin tomarle mucha importancia, aunque me alegraba saber que por lo menos me distraería la tarde entera con ellos.

Taehyung en busca de atención me jaló por el tobillo, que era la parte de mi cuerpo que más cerca se encontraba de él, se sentó a mi lado, mientras pasaba la punta de sus dedos desde mi tobillo hasta la rodilla.

—Sun, debes animarte— susurró bastante audible para mis oídos.

—Sí, lo sé y lo haré, pienso distraerme la tarde entera— le hice saber, asintió aliviado.

No era el fin del mundo, solo había sido abandonada, un poco quizás muy engañada y desilusionada.

Pero saldré adelante, después de todo ni siquiera eramos novios.

Aunque yo solo quiero explicaciones...

Sinceramente.

—¡¿Podrían callarrse de una buena vez y seguir el plan?!— un pelirrojo bajito de labios abultados y que anteriormente era mi enemigo a muerte, sobresaltó a todos los presentes.

Los cuales discutían entre sí porque no se lograban poner de acuerdo. Yo en cambio no hablaba, los había estado observando en silencio hasta que Jimin gritó asustandonos.

—Cierto, mi hermano tiene razón— habló Minha está vez, mirándo específicamente hacía mi dirección.

Me sorprendía ver a ambos Park de acuerdos en algo, la gran parte de sus vidas se la han pasado contradiciendo a el otro.

—Bueno, ¿qué estamos esperando entonces?— preguntó Yoongi, el cual no esperaba ver junto a los demás. En realidad tampoco esperaba a el pelirrojo. Pensé que estarían con Jungkook.

Pero no, al parecer tengo un grupo social un poco más amplio y agradecía eso, el hecho de hacer amigos no era algo que se me daba bien.

Mientras volvían a discutir por quién iría con quién o quién me llevaría a mí, me dediqué a observarlos nuevamente uno por uno. Y sonreí, realmente tenía amigos increíbles.

Namjoon, Minha, Yoongi, Hoseok, Solar, Yunho, Jimin y...

Taehyung.

Los carmelitosos ojos del último mencionado terminaron sobre mí, era como si supiera que lo había llamado con mi mente. Me regaló una pequeña sonrisa, mientras se ponía de pie.

—Sun Yhie irá con Yoongi hyung y conmigo en el mercedes, los demás se irán en la camioneta con Namjoon.— habló mi querido mejor amigo, siendo esta la orden que aunque había dejado a algunos con palabras en la boca, no hicieron más que acatar la orden.

Yoongi se posicionó a mi lado, ofreciéndome su mano para levantarme del sofá. La acepté, como solía aceptarla cuando me ayudaba a levantarme del ring luego de un entrenamiento de horas.

—Mueve ese culo deprimido a el auto— me dijo, con su típica voz autoritaria y vulgar. Reí, encaminadome hacía la puerta.

No tenía idea de adónde tenían pensado llevarme, pero desde luego no me importaba. Solo necesitaba despejarme.

Guíe mis pies en la dirección que me guiaba Yoongi, hasta su auto, en donde Taehyung me abrió la puerta del copiloto y me ofreció su mano para ayudarme a subir, solté una pequeña risilla, aceptando su ayuda. Una vez, los tres dentro del auto, nos colocamos los cinturones de seguridad y dándonos los unos a los otros unas pequeñas miradas, el paliducho puso en marcha el coche, sabiendo que Namjoon nos seguiría. O bueno, esa era la impresión que me había dado.

Solté un suspiro cuando nos adentramos en las calles principales de Seúl, llevaba mi cabeza recostada a la ventanilla que se mantenía arriba, mi cabeza vibraba sutilmente, cerré mis ojos, queriendo que todos los pensamientos relacionados con el pelinegro se marcharan de mi cabeza.

Sigo sin entender porque no quiere saber de mi.

¿Qué fue lo que hice?, ¿acaso le dije o demostré algo para que se comportara ahora así?

Yo no lo entendía, y si él no me daba las respuestas, nadie podría hacerlo.

La mano de Yoongi tocó sutilmente mi hombro, abrí los ojos mirándole, este me sonrió —algo no muy común en él— le devolví la sonrisa, pero no tan verdadera como me gustaría habérsela ofrecido.

El auto se detuvo un par de segundos en un semáforo que se encontraba en rojo. Volví mi mirada hacía un lado y el vuelco que hizo mi corazón más la reacción un poco alarmante que hice, provocó que mis acompañantes miraran hacía donde yo estaba mirando.

Golpeé el cristal con las palmas de ambas manos, entre abriendo mis labios expulsé cierta cantidad de aire que había retenido de un momento a otro haciendo que el cristal se empañara un poco, mis ojos estaban a punto de salir de su cuenca.

Él estaba ahí, en su moto, a mi lado...

Mi vista recayó en la persona que se aferraba a el torso de su cuerpo, y volví a sentir la misma sensación que sentí cuando los vi abrazarse.

Me estaba asfixiando.

Intenté llamar su atención, mis manos golpeaban el cristal mientras de forma susurrosa su nombre salía de mis labios.

Taehyung apretaba uno de mis hombros y Yoongi me llamaba intentando captar mi atención, ambos temían que bajara del auto.

Yo quería bajarme del auto.

Cuando mis llamados captaron la atención del pelinegro y su mirada se dirigió a nosotros no podía ver su rostro ni lo que sintió al verme, ya que el casco no me lo permitió.

Quise abrir la puerta del auto pero justamente cuando iba a hacer la acción el semáforo cambió de color y Jeon comenzó a poner en marcha su moto, alejándose completamente de nosotros.

Yoongi desesperado por mi actitud gritó:

—¡Maldita sea Sun Yhie calmate, Jeon no quiere saber de ti!— su grito, sus palabras me hicieron volver a la realidad. Había sido como la caída de agua fría  sobre mi rostro, y me sentí verdaderamente una estúpida, me sentí rota.

Yo lo amo...

Y lo que menos deseaba, pasó. Comencé a llorar, con ganas, como si se me fuera la vida en ello, me sentía confundida, me sentía estúpida y patética.

Por haberme ilusionado, por haber dejado que Jungkook se acercara y se convirtiera en alguien importante en mi vida.

Taehyung le golpeó el hombro a Yoongi diciéndole que se había pasado a la par que el mismo paliducho maldecía. El auto que venía detrás de nosotros comenzó a pitar, pues habíamos detenido el tráfico.

Yoongi maldeció golpeando el volante y comenzó a poner en marcha el auto. Yo intentaba calmar mi llanto, mientras Taehyung se las arreglaba para que mi atención recayera en él.

Yoongi frustrado se desvió de la carretera. Frenando el auto con cierta violencia. Tanto el castaño como yo nos sobresaltamos mirando a el mayor. El cual se quitó el cinturón de seguridad para bajarse del auto dando un portazo.

Por el parabrisas ví como rodeo el auto hasta mi puerta y de un movimiento brusco abrió esta, su respiración era pesada y se notaba con el subir y bajar de su pecho, me desabrochó el cinturón y tiró de mi cuerpo hasta que este estuvo completamente fuera del auto.

Tae le gritaba que me dejara en paz, pero este le ignoraba completamente.

Las manos del paliducho se colocaron en mi espalda y dió un toque con cierta fuerza para empujar mi cuerpo a el suyo, envolviendonos en un abrazo.

Estaba sorprendida, asustada y triste. Así que rodee mis brazos por su cintura y me aferré a él, sintiendo como las lágrimas comenzaban a caer de nuevo.

—Me has dado un puto susto, pensé que te lanzaría de el auto y lo siento, siento lo que te dije solo es...esta situación me supera, nos supera a todos— susurró contra mí, sin dejar de abrazarme, su aliento caía en mi oreja y parte de mi cuello, yo solo sollozaba.

Deslizó una de sus manos por mi cabello, mientras me pedía que respirara y me tranquilizará. La camioneta donde venían los demás chicos se detuvo junto a el coche y todos los que abordaban dentro de ella bajaron con rapidez. Observando con cautela la escena que se presenciaba.

—¿Está...todo bien?— preguntó Minha, me separé un poco de Yoongi para poder limpiar mis lágrimas.

—Sí, todo está bien, pongámonos en marcha— contesté adentrándome nuevamente en el coche.

Sin rechistar, todos volvieron a sus sitios para seguir el viaje.

Cuando abrí nuevamente mis ojos porque me había quedado dormida ya habíamos llegado. Los finos dedos de Taehyung se paseaban por el bordillo de mi rostro. Estaba esperando a que despertara.

—Los demás ya han acomodado todo, venga, es hora de que veas la sorpresa— me susurró con cariño, ayudándome a bajar del auto.

Estiré mi cuerpo, soltando un bostezo para luego pasar mis manos por mi rostro eliminado algún rastro de baba.

Y cuando enfoqué a una distancia no muy larga a mis amigos y todo lo que había a sus alrededores, no supe hacer otra cosa que alzar ambas cejas.

—Una pared en blanco en medio de la nada— dije en voz alta, como para caer en la realidad de lo que veía— ¿Me han sacado de casa y me han tenido en un auto alrededor de dos horas para esto?— pregunté.

—Seras mal agradecida— escuché decir a Jimin, lo mire de forma asesina.— Dejanos explicarte al menos, aburrida— rodeé los ojos esperando la explicación.

—Te hemos traído aquí a pintar— comentó Solar, ladeé mi cabeza sin entender.

—Dios es que es estúpida— las palabras de Jimin trajeron como consecuencia que los demás lo golpearan.

—No se permite hacer grafitis en la ciudad, nos llevarían a la estación más cercana y dormiramos ahí, y para evitar eso, estamos aquí. Namjoon y yo encontramos esté sitio varios meses atrás cuando comenzamos a llevarnos, pensamos que sería buena idea traerte— habló Taehyung, explicándome más a fondo.

Sonreí, acercandome para darles un abrazo grupal mientras les agradecía por todo. A veces me sorprendía lo bueno que podían llegar a hacer.

—Bien, sin más abrazos cursis, en esas mochilas están las latas de pintura, agradecería que no me mancharan y que no me molestaran. ¡Ahora a pintar!— ordenó Yoongi, haciendo que los demás rieramos y comenzaremos a prepararnos.

—Déjate llevar, intenta plasmar en la pared lo que te atormenta, puede que te sientas mejor una vez que lo hayas hecho— se me acercó Namjoon. Susurrando y mirándome con cierta tristeza en su rostro. Asentí, dispuesta a hacer lo que me había dicho.

Era hora de dejar a Jeon Jungkook plasmado en la pared y quizás de esa forma, atormentará menos mis pensamientos.

Tenía muchas preguntas, muchas piezas de un rompecabezas que no estaba completo, que no encajaban. Y él no tenía intenciones de ayudarme.

Así que no buscaré más su atención.

Pues su prioridad no soy yo.

Sino ella.

—Notita:

a veces pintar suele calmar los tormentos de la mente, en realidad no solo pintar, cualquier cosa que nos mantenga distraídos es bueno.

¡Gracias por leer!

Cuídense y eso.


   2287 palabras antes de...

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