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44. 𝖯𝗍02.

「🥊」

Limpié las lágrimas que se resvalaban por mis mejillas. Me había encogido en mi sitio y escondía mi rostro entre mis brazos mientras aguantaba con mis dedos el papel donde Jungkook había dejado todo lo que sentía plasmado. Sentía un remolino de emociones dentro de mí y como el corazón se encogía con cada latido que daba.

Él me estaba diciendo adiós, él me estaba soltando para que alcanzara mis sueños...pero yo no me creía capaz de dejarle ir.

Me levanté cuando el timbre sonó y me hizo recordar donde estaba, limpié mi rostro, encaminándome a pasos apresurados hacía la oficina del periódico, necesitaba hablar con Namjoon. Había llegado la hora de hablarle.

—Nam— sollocé al entrar y sentí un alivio abrazarme el cuerpo cuando el moreno se encontraba en su sitio y los demás no.

—Hablemos...— me dijo y solo asentí, encaminádome hacía él, hacía sus brazos para refugiarme en ellos.

—Él...me hizo una carta, él me dijo lo que sentía, como se siente...me esta dejando ir, quiere que persiga mis sueños, yo...— sin evitarlo comencé a llorar nuevamente, sentía en nudo apretarme con fuerza la garganta a la par que mi pecho se encogía.

Namjoon me abrazaba con fuerza, me estaba brindando tranquilidad.

—Cálmate ante todo, y hablemos— me dijo. Y asentí, separándome de él y respirando por mi boca tome varias bocana de aire para llenar mis pulmones.—¿Dime que es lo que sientes, Sun Yhie?

—Siento que tomar una decisión será difícil.

—¿Que sientes por Jeon Jungkook?

—Lo amo— respondí, sin siquiera dudarlo, sin siquiera pensarlo mucho. Dije lo que sentía. Lo decía desde el corazón.

Quizás era muy joven para definir la palabra amor, no lo había vivido jamás, pero guiándome por la sensación que me provocaba verle, besarle, abrazarle, tenerle cerca. Por la felicidad que me recorría, por la comodidad y por el millón de emociones que solo estando con él era capaz de sentir. Interpretaba de esa forma la palabra amar.

Amar se igualaba a Jungkook.

Para mí, era de esa forma.

—¿Qué sientes por el periodismo?

—Me gusta, luego de abandonar el boxeo, lo consideré un refugio, me hace sentir bien.

—¿Por el boxeo?

—Me hace recordar tanto a papá, antes me aferraba a dejarle de lado pero ahora que...volví a el, que no me siento sola cuando lo practico, que me siento viva, que siento que es como la primera vez. Recuerdo el amor que le tenía y le tengo.

—Te lo volveré a preguntar...¿qué sientes por Jeon Jungkook?

—Que lo amo. Que lo quiero en mi vida, que no me quiero alejar de él, que quiero crecer como persona a su lado. Que me arriesgaría una y mil veces por él, porque lo amo— miré fijamente a Namjoon, el cual me sonrió complacido.

—Ahí está tu desicion Sun. Aquí está lo que realmente amas...— sonreí dejando que una vez más las lágrimas cayeran.

Porque sí. Namjoon tenía razón, ya yo había decidido.

Y él era mi decisión.

Mis pasos eran ágiles, el sonido provocado por mis pisadas con fuerza hacían eco por el largo pasillo central de la institución que se encontraba desolado. Los latidos de mi corazón golpeaban con fuerza las paredes de mi pecho mientras sentía como la emoción acumulada en mis entrañas comenzaba a salirme mediante pequeñas risillas que se escapaban del mis labios.

Había tomado una decisión y ciertamente, nunca me arrepentiría de ella. Tras la charla con Namjoon me había dado cuenta de cuales eran mis verdaderos deseos y aunque le tenía cierto aprecio incondicional  a el periodismo, amaba más mis comienzos en el boxeo, los recuerdos junto a mi padre practicando este deporte y sobre todo...

Amaba a Jeon Jungkook.

Y no pretendo privarme del poder explotar de felicidad al tener la posibilidad de cumplir cada uno de mis sueños aquí, a su lado.

Mis ojos divisaron al final del pasillo casi en la entrada de la institución a ese pelinegro que había sido causante por mucho tiempo del montón de emociones que danzaban en mi interior, había sido el causante de mis risas a la nada recordando los momentos juntos, él era el dueño de mis suspiros, de mi corazón, de mis risas, de todo lo que pudiera abarcar en mí.

Era cursi, lo admito, pero siendo así y sobre todo a su lado, me sentía completa.

Mientras caminaba hacía él, como ya se había vuelto una acosadora costumbre, me dediqué a observarle, portaba el uniforme escolar desarreglado al igual que su cabello, se había detenido mientras de forma casi trabajosa buscaba algo en su mochila, por la marca rojiza de su rostro, saque la conclusión de que se había quedado dormido en su último turno de clase.

Soltó  un bostezo mientras colocaba la mochila sobre sus hombros para luego llevar una de sus manos a su cabeza y agitar su pelo.

Sonreí, siempre me había gustado observar lo tierno que podía ser en algunos momentos, como este por ejemplo.

—Oye Je...

—Jungkook...

Me callé de forma abrupta, estando a muy pocos pasos del chico , elcual  sin haberme notado, se había girado para prestarle atención a la persona que siendo más rápida que yo, llamó su atención.

Por alguna extraña razón, mi pecho se comprimió, ni siquiera sabía el motivo hasta que este se plasmó frente a mis ojos.

Jeon había retrocedido dos pasos atrás, mientras ladeaba su cabeza hacía un lado, no podía ver su rostro, pero lo conocía y sabía que estaba sorprendido, sus movimientos me habían hecho detectar ese detalle. La chica frente a él sonrió mientras poco a poco sus ojos comenzaban a acumularse de lágrimas.

—Jana— susurró el pelinegro en un hilo de voz.

Abrí mis ojos abruptamente cuando escuché tal nombre y sentí como algo dentro de mí se comprimía con tanta fuerza que sentía que se rompería mi pecho, cuando la chica asintió lentamente y el pelinegro soltó su mochila y corrió para lanzarse a los brazos de ella.

La estaba abrazando...

De la misma forma que me abrazaba a mí, se sentía en el ambiente la complicidad existente entre ambos, y yo de pronto no podía respirar y retrocedí, huyendo como de costumbre cuando ambos cuerpos se separaron un poco y la chica, cuyo nombre y persona conocía, fue lentamente hacía la boca de Jungkook.

De mi chico...o de quien creía mío.

Esta vez corriendo por el pasillo me dirigí a el lugar que me había impulsado a decirle a Jeon cual era mi decisión final

Ella.

Ella.

Era ella...

Tuve que detenerme a mitad de aquel pasillo que parecía no tener fin, necesitaba controlar esas enormes ganas de llorar que habían remplazado la felicidad que sentía apenas unos minutos atrás. Es increíble como una simple acción tiene tanto poder sobre los cuerpos humanos y las mentes de estos mismos.

Tomé una bocana de aire abriéndo de forma tosca la puerta una vez que me había recompuesto de ese abismal momento que comenzaba a arrastrarme y siendo engañada por mi subconsciente, la cual me decía que enfrentaría con fuerza a la persona que me miraba ahora de forma preocupada, solté el primer sollozo, sintiéndome débil.

Namjoon se levantó de forma rápida de su escritorio, dejando caer unos apuntes que al parecer observaba, hizo el intento de acercarse a mí, pero alcé mi mano deteniendo su acción y dándome espacio a mi misma.

—Lo sabías...tú...siempre lo has sabido— comencé a decir, como pude, lastimosamente me costaba demasiado trabajo hablar cuando mi mente no hacía más que hundirme.

El chico considerado un hermano para mí, frunció su ceño sin entender a que me refería

—Kim Jana, tu hermana— solté, lo vi abrir los ojos y apretar sus puños, ¿acaso creía que jamás me daría cuenta? —¿Qué es ella para Jeon?, ¿por qué se veía tan sorprendido ante ella?, ¿por qué lo besó?— pestañeó varias veces por mi última pregunta.

—Ella...— dudó, soltó un suspiro al mirarme a los ojos y llevo ambas manos a su rostro.— Mi hermana es el primer amor de Jeon, mi hermana es la chica que causó que él cambiara, mi herm...

—Siempre a sido ella...— le interrumpí, permitiéndome llorar, porque no podía retener más las lágrimas, definitivamente no podía más. Sonreí entre lágrimas, dejando escapar el aire pesado que comprimía mi pecho. 

Nam entreabrió sus labios, dispuesto a decir algo, su rostro había cambiado, se veía triste, preocupado, y quizás un poco desesperado por mis palabras.

¿Si él se encuentra así, como diablos debería encontrarme yo?

No lo dejé hablar, no le permití ni siquiera pronunciar la primera sílaba.

—Tu hermana siempre a sido la chica que Jungkook amó, ama, y quizás amará siempre. Tú hermana fue la causante de muchas cosas en la vida de Jeon, su primer amor y por lo que veo el único. Él...¿siempre la estuvo esperando?— negué varias veces, sin poder creer en todo lo que había estado creyendo,  construyendo y que ahora se derrumbaba frente a mis ojos.— Tú sabías una parte de esta historia, por eso al principio no me querías cerca de él— tragué salvia.—Lo hacías porque sabías que él la amaba a ella.

—Pensé que...luego de un tiempo, de pasar tantos momentos a tu lado.

—Pensaste que me amaba o que algo había cambiado en él— contesté, y negué. Al parecer ese final no era perteneciente de este cuento.

Me había roto, por haber creído en mis propias y absurdas ilusiones, por haber creído en un amor que quizás y lo más seguro, florecía de mi parte y se marchitaba por la parte de él.

Sí, yo me había enamorado de Jeon Jungkook, pero él...él esperaba a otra persona.

Que definitivamente, no era yo.

—Notita:
Este capítulo es muy duro, la verdad me costó escribirlo porque tenía muchos sentimientos encontrados.

Gracias por leer.

1647 palabras antes de...

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