
42. 𝖬𝗂 𝗊𝗎𝖾𝗋𝗂𝖽𝗈 𝗒 𝗆𝖺𝗋𝖺𝗏𝗂𝗅𝗅𝗈𝗌𝗈 𝖳𝖺𝖾.
「🥊」
Caminaba por los pasillos del instituto, perdida en mi mundo. Llevaba mis manos ocupadas por un montón de periódicos que debía entregarle a Namjoon.
De repente una mano envolvió mi brazo y me jaló hacía uno de los laboratorios. Solté un chillido dejando caer los periódicos. Y activando mis instintos, lance un puñetazo.
Puñetazo que fue esquivado.
Por mi mejor amigo.
—Cada día debo tener más reflejos contigo, un día de estos me romperas algún hueso— dijo, aguantandose las ganas de reír.
—¡Taehyung!— chillé, su mano se posicionó en mi boca.
—Shh, silencio, no pueden verme aquí— me dijo en susurro, asentí, este retiró la mano suavemente.
—¿Qué haces aquí?— le pregunté.
—Vine a sacarte, necesito llevarte a un sitio— me dijo, moviéndose de un lado a otro mientras miraba los instrumentos químicos del laboratorio.
—¿Llevarme a un sitio?— volví a repetir, asintió.— Sabes que no puedes hacer eso, estoy en horario de clases aún, no me permiten la salida— le dije
—Lo sé, por eso— dijo buscando en uno de los asientos una mochila, la cual agitó en el aire.— Vengo preparado.
—¿Qué traes ahí?— le volví a preguntar.
—Tu disfraz para salir de aquí ilesos— me guiñó un ojo, mientras abría el cierre de la mochila y comenzaba a sacar una sudadera, gorra y un mono deportivo—Vístete, ponlo por encima del uniforme— me dijo, asentí mientras comenzaba a colocarme las prendas.
Una vez que estuve lista, me acomodé el cabello.
—Estoy lista.
Taehyung me miró, soltó una risa nasal mientras tomaba la pequeña gorra negra y me la colocaba en la cabeza. Lo miré mal, ya que el cabello me lo había desordenado, me lo acomodé, volviendo a repetir.
—Estoy lista— le dije.—Pero, ¿qué hay con mi mochila?— le pregunté.
—Jungkook la llevará a tu casa cuando salga del colegio.
Cuando dijo el nombre del pelinegro sentí una pequeña punzada en mi pecho. Algo dentro de mí, me decía que Jungkook podría sentir celos...
—Vale— fue lo único que dije, siguiéndole los pasos a Tae, quien abrió la puerta del laboratorio sutilmente para observar si había via libre o no.
—Venga, vamos— dijo, tomando mi mano y huyendo de la institución rápidamente.
Cuando estuvimos fuera del centro educativo, corrimos hasta el auto y una vez ahí, deje que mis pulmones tomaran todo el aire que necesitaban.
—¿Dime por qué...hago esto?— le dije, mientras subía a el auto y tragaba saliva.
—Porque me quieres— me dijo, mostrándome una sonrisita, y guiñando uno de sus ojos.
Puso en marcha su auto, bajé la ventanilla cuando ya nos encontrábamos lejos de la institución.
—Iremos a un sitio que conoces— me dijo, sonreí, me conoce tanto que sabe que le iba a preguntar.
—¿Cuál exactamente?
—Yo no soy Jungkook, yo si te diré, iremos a la playa, encontré en casa de mis abuelos mi vieja guitarra y me pareció buena idea darle un poco de uso.
Me miró, rápidamente antes de volver su mirada a la carretera.
Mis pies se hundían en la arena, me quité el deportivo y la sudadera pero dejé la gorra para protegerme del sol. Taehyung luchaba para que su pelo no le molestara en los ojos, yo agradecía tener la gorra.
Buscamos un sitio donde sentarnos, bajo una palmera y mientras me acomodaba, Tae me mostraba su guitarra como si fuera una reliquia de largos años que debía ser bien tratada.
—Mira— me dijo con emoción, sentándose frente a mi.— Cuando era más pequeño y aprendía a tocar, le hacía grabados en la guitarra con frases que me venían a la mente— me entregó la guitarra, la tomé con suavidad mientras deslizaba mis dedos sobre los tallados.
A pesar de que diga que me libraré de ti, la verdad es que aún no puedo dejarte ir
Leí la frase en alto, desviando mi vista del grabado a sus ojos, lo vi tragar saliva y después desviar sus ojos de mi rostro.
—¿Tienes alguna canción para mi?— le pregunté, asintió vagamente carraspeando su garganta.
Le devolví la guitarra, la tomó con fuerza, acomodandola en su cuerpo. Tronó sus dedos, tomó una bocana de aire y me miró. Yo me acomodé en mi sitio, hundiendo mis manos en la arena mientras esperaba a que las primeras palabras salieran de sus labios.
Abrió sus labios, lo miré atenta, pero ninguna palabra salió de ellos, simplemente los volvió a cerrar, regalandome una pequeña sonrisa de labios cerrados.
—Tae..
—Creo que aún no es el momento para mostrarte esa canción, así que— removió su cabello.— ¿Qué te parece si cantamos una juntos?
—¿Nosotros?— me señalé y luego a él. Este solo asintió.—No creo ser buena cantante
—Eso es lo de menos, venga, piensa en una canción.
—Mmh— llevé mi mano a mi mentón, mientras buscaba en mi memoria alguna canción que pudiera cantar sin quedarme en blanco a mitad de esta.—¡Lo tengo!
Tae levantó una de sus cejas cuando me levanté de mi sitio emocionada y corrí a su lado, dejándome caer casi encima de él. Le sonreí, acercandome a su oído para susurrarle el nombre de la canción, que seguramente él conocía.
—Me parece una buena elección— dijo al escucharme y acomodando sus manos, rasgo la guitarra para comenzar nuestro pequeño concierto en la playa.
El auto de Taehyung se detuvo una vez llegamos a mi hogar. Me volví en su dirección.
—Gracias por el detalle, me gustó visitar la playa contigo y cantar. Tienes una voz muy linda— le dije, me sonrió, llevando una de sus manos a mi cabello despeinándome.
—Espero que tu mamá no me mate por haberte hecho perder clases.
—No tiene porque entrerarse— le guiñé un ojo y me quité el cinturón de seguridad para bajar del auto.— Oye— llamé su atención una vez que estuve fuera del vehículo.
—¿Si?
—¿Te apetece entrar y comer algo?
Se quedó unos segundos en silencio y desvió su mirada de mí a algo más allá de mi cuerpo, y habló justamente cuando yo pretendía girarme para mirar lo que él había mirado.
—Tengo un par de cosas que hacer y...tienes visita— dicho eso, me giré contemplando a Jungkook sentado en el porche, mirándome seriamente.
—Bueno...— no sabía exactamente que decir.
—Te veré mañana Sun Yhie— me dijo en forma de despedida.
—Taehyung— llamé antes de que encendiera el motor del auto.— Serás un gran artista en el futuro...lo sé, se que llegarás lejos, no renuncies nunca a tus sueños...
Relamió sus labios y lo escuché suspirar con pesadez. Inclinó su cuerpo un poco hacía mí y le dio una leve caricia a mi mano.
—No renunciaré a ellos jamás— y sonrió. Asentí separándome del auto y agitando mi mano en forma de despedida.—Aunque realmente renuncié a uno de ellos dejándote ir...
Me detuve girandome hacía él, pero era demasiado tarde, ya se había marchado.
Taehyung...
—Kang— el llamado de Jungkook hizo que saliera de la nube que comenzaba a formarse en mi cabeza, sacudí esta, retomando mi caminar hacia él.
—Hola— le dije, el pelinegro me mostró una pequeña sonrisa de labios cerrados antes de abalanzarse a mi cuerpo y abrazarlo.
—Notita:
Espero que les haya gustado este capítulo, hay tantas cosas que se tienen que decir pero no se dicen... en fin.
Besos.
1228 palabras antes de...
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