4.𝖴𝗇 𝖼𝗁𝗂𝖼𝗈 𝖺𝗅𝗍𝗈 𝗆𝗎𝗒 𝖼𝗁𝗂𝗌𝗆𝗈𝗌𝗈.
「🥊」
Me giré contemplando a un chico, alto, de cabello castaño que negaba con la cabeza mientras señalaba a el pálido con uno de sus dedos.
—¿Qué formas son esas de tratar a una chica?— pregunta, acercándose a su mayor.
—¿Desde cuando nos tratamos tan informal?— contraatacó el pálido, mirando de manera burlona al otro chico.
—Desde el día que me tocaste el culo— con simplicidad contestó el alto, provocando que el mayor abriera sus ojos en asombro mientras sus mejillas se comenzaban a teñir de rojo.
Vaya confesión, he de decir que me tomó desapercibida, al igual que al paliducho que ahora no hacía más que pelearle avergonzado al chico alto.
—¡Taehyung!— espetó intercalando la mirada entre mi persona y la del antes nombrado.— Solo olvidate de eso, fue sin querer.
—No te excuses, se que querías— contestó quién tengo entendido que se llama Taehyung.
El cual me hizo soltar una carcajada estruendosa cuando supuestamente de manera provocadora dió una palmada en una de sus nalgas.
La mirada de ambos cayó sobre mi, me sentí pequeñita en mi lugar. Por un momento se habían olvidado de mi presencia.
—Bueno— logré decir una vez que pasé saliva por mi garganta. —Kang Sun Yhie.
Me presenté, esperando alguna reacción de ambas partes, no la obtuve por supuesto. No hasta que Taehyung habló.
—Kim Taehyung y este es Min Yoongi, se que a simple vista da miedo pero es un viejito falta de cariño— sonrío, recibiendo un manotazo en el brazo por parte del pálido. Me tendió su mano.
Una. Mano. Muy. Grande.
La acepté, agarradola y sintiéndome muy pequeñita cuando prácticamente, (su para nada pequeña mano) envolvió (mi para nada grande mano)
—¿Uh?, ¡Tus manos son diminutas!— comentó divertido, moviendo mi mano de un lado a otro mientras la contemplaba.
Linda manera de humillarme.
Gracias.
—Lindo descubrimiento, ¿se puede saber que haces aquí? Es el ala de los chicos, no debes estar aquí— interrumpió Yoongi mirándome con los ojos entecerrados.
—Se que es el ala de los chicos, conozco bien este lugar— respondí, mi respuesta no le convencía del todo. —Huía de una persona, ¿contento?— alcé ambas cejas
—Ni tanto.
Solté un bufido, esté chico es desagradable.
—¿De quién huías?— el chico alto, llamado Taehyung y de voz es encantadora, preguntó con apices de curiosidad
—De alguien— respondí con simpleza mientras me encogía de hombros.
—Si, eso es obvio pero, ¿de quién?— preguntó nuevamente, lo miré de arriba abajo arrigabdo mi frente.
¿Por qué era tan chismoso?
Quise preguntar, pero recordé que yo era igual de chismosa.
Relamí mis labios buscando alguna excusa o algo que me sacara de esto.
—Bueno...
—¡Hey Jeon!
Mis instintos de cervatillo asustado se activaron cuando el desagradable paliducho gritó el apellido de mi depredador y como si tuviera un resorte en mis piernas me giré, huyendo nuevamente.
—¡Oye, chica pequeña, no me has dicho de quién!— gritó Taehyung, al ver que me alejaba.
—Un gusto conocerlos, pero me debo ir— dije, agitando de manera rápida mi mano y bajando la mirada cuando tuve que pasar por el lado de Jeon, el cual me ignoró completamente.
—¡Para mi no fue un gusto conocerte!— gritó el pálido. Antes de que saliera completamente del lugar.
Un chasquido salió de mi boca, mientras negaba varias veces. Maldito paliducho desagradable.
Una parte de mí, pensó que no vería ni al pelinergo, ni al pálido, ni al chico alto en lo que me quedaba de día.
Vaya ingenuidad me cargo.
No miento al decir que los primeros se perdieron de mi campo de visión el resto del día y era algo que agradecía internamente. Pero con respecto a Taehyung...
—Se supone que si vienes a un gimnasio es a entrenar, ¿por qué no entrenas?, ¿boxeas?, ¿haces algo en especial?— dejé el bolígrafo sobre la mesa, y apartando mechones de cabello de mis ojos, fulminé con la mirada al peculiar chico que no sabía mantener la boca cerrada.
—¿No se supone que tú debas entrenar?, ¿acaso no eres un novato más en el boxeo? ¿dónde está tu entrenador y por qué no te ha llevado de la oreja hacía el ring?— ataqué de igual manera con preguntas.
Un silbido salió de sus labios mientras colocaba ambas manos dentro del mono holgado que traía.
—Mi entrenador es el viejo Kim y esta más centrado en Jungkook porque tiene una competición pronto— vaya, vaya, una competición.— El boxeo es un pasatiempo y aunque me gusta, no es precisamente a lo que me quisiera dedicar en un futuro, por lo cual no entreno mucho últimamente.
—Entonces, ¿por qué vienes tanto aquí?— me incliné sobre el asiento para estar más cerca de él
—Me gusta pasar tiempo en este sitio, es tranquilo y desprende algo que te hace sentirlo como en casa, a parte, la señora Kang es una persona maravillosa.
Me regaló una sonrisa, peculiarmente cuadrada y bastante bonita.
—Admiro a la señora Kang, es muy delicada a pesar de pasarse gran parte de su vida entrenado y siendo una boxeadora estrella, su historia a través del boxeo y la vida me parece fascinante.
Vaya, vaya, un fanático de mamá.
—Es increíble— opiné, este asintió confirmando mis palabras.
—¡Kang Sun Yhie!— la voz de la antes mencionada hizo eco por toda la recepción, asustándome tanto a Taehyung como a mí.
Ambos giramos nuestro cuerpo hacía la entrada del local, por el cual venía una mujer de rasgos finos y delicados, que por su fruncimiento de cejas, y su caminar rápido, se podía descifrar a leguas su repentina molestia
—Ay no.
Asustada, me escondí detrás de Taehyung, de algo me debía servir su tamaño y juzgando así un poquito nada más, puedo decir que como escudo clasifica muy bien.
—¡Tienes tres minutos para dejar de esconderte!
Hubo silencio, Taehyung estaba tenso, yo....creo que me oriné encima.
—Uno..— comenzó a contar y rápidamente salí de mi escondite.
—¡Mamá!— dije acercándome sigilosamente hacía ella y viendo como el asombro ocupaba el rostro de Taehyung.
—¿Has dicho mamá?
—Niña, ¿Dónde has estado metida todo el día?— espetó mi progenitora frustrada.
—Aquí, donde mismo me ves.— contesté.
—¿Entoneces no fuiste tú la que público esto sobre Jungkook?— dijo, enseñándome una página de cotilleo en su celular.
Un usuario, había tomando una foto del pelinegro saliendo del gimnasio mientras hablaba de lo bien trabajado que estaba su cuerpo.
—Me ofende muchísimo que no sepas mi manera de narrar— opiné, devolviéndole el celular.
—Se que no es tu forma de hacerlo, pero pense que habías sido tú, con un plan absurdo, nuevamente
—No, mamá, no fui yo esta vez.
—Un momento, ¡fuiste tú la que escribió en el periódico!— un Taehyung asombrado se llevó la mano a la boca.
Bueno...ups, atrapada.
—Notita:
Juju, espero que les guste.
Gracias por leer, cuídense y eso.
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