30. ¿𝖰𝗎𝖾́ 𝖺𝖼𝖺𝖻𝗈 𝖽𝖾 𝗏𝖾𝗋?
「🥊」
Tomaba ansiosa la mano de Tae y cada que Jungkook recibía un golpe la apretaba con toda mi fuerza, tanto así que habían momentos donde Taehyung me pedía que lo soltara ya que le cortaría la circulación.
—Va ganando, va ganando— comenté golpeando el costado de Yoongi varias veces.
—Sun Yhie estoy viendo el marcador, se que va ganando deja de golpearme— comentó molesto, no era la primera vez que lo golpeaba en la noche.
Ellos no me entendían estaba nerviosa.
—Ya casi, ¡Tu puedes Jeon!— gritó Jimin aferrándose a una de mis piernas mientras miraba a su amigo golpear al oponente.
No soy la única nerviosa al parecer.
—Venga chico, venga—susurraba Seokjin mientras sentía el sonido producido por su zapato al golpear el suelo.
Mis ojos se guiaron hacía el centro ya que me había quedado mirando a Seokjin quien agarraba la mano de mamá mientras esta le daba pequeñas caricias. La multitud me recordó donde estaba y a quién debería mirar. Los gritos comenzaron, mientras se levantaban y se abrazaban e incluso algunos lloraban.
Me levanté sintiendo el agarre de Jimin aún en mi pierna, apretaba esta, pero no me importaba. Solo podía mirar al frente, a Jungkook respirar agresivamente mientras se tambaleaba un poco, tenía manchas de sangre de pequeños daños que le había hecho su oponente. El cuál no se levantaba del suelo, mientras el árbitro le hacía el contéo.
Sentí los latidos de mi corazón resonar como tambores en mis oídos y el grito abandono con rapidez mi garganta cuando el árbitro agarró la muñeca de Jungkook y le otorgó la victoria.
—¡GANOOOOOOOOÓ!— gritó Jimin dando saltos en su sitio y abrazando a Yoongi ambos sonreían asintiendo.
—Lo logró— miré a Taehyung, el cual miraba al pelinegro.—¡Lo logró Taehyung, lo logró!— grité con alegría, lanzándome sobre el cuerpo de mi amigo, me agarró riendo.
—Claro que lo logró, es el mejor— opinó apretando mi cuerpo con fuerza.
Y ahí nos quedamos. La respiración de Taehyung cayó en mi cuello y no se porque lo hice, pero acuné mi rostro en en el espacio de su cuello y hombro, aspirando suavemente su perfume.
—¡Oigan, abrazo grupal!— grito Jimin tirándose sobre nosotros y haciéndose hueco para meter su cabeza entre el cuerpo de Kim y el mío.
Al estar separados, Taehyung me miró, su mirada decía algo que sus labios no y yo no sabía como sentirme en este momento. Sentía la necesidad de disculparme con él y ni siquiera sabía el por qué.
O si...
—¡Ese es mi chico, mi chico!— grito fuertemente Seokjin, llamando la atención de todos.—Bien hecho Jungkook, ese es mi chico, ven acá que te estaré...—mamá tomó su brazo alejándolo de la vista de las personas que lo miraban contentos y a la vez riéndose por las palabras del representante de Jeon.
Una vez que las personas comenzaron a dispersarse, los chicos y yo decidimos hacer lo mismo, pero dirigiéndonos al camerino de Jeon. Para festejar su victoria.
—¡Campeón, campeón, campeón!— comenzaron a gritar, Yoongi, Tae y Jimin junto a Seokjin alrededor del pelinegro, el cual solo se reía bajando la cabeza, mientras secaba el sudor de su cuello.
—¿Podrían dejarme a solas un momento con Sun Yhie?— pidió, creando un pequeño silencio en el ambiente. Las miradas cayeron sobre mí, yo solo me encogí en mi sitio pasando mi pie izquierdo por mi pantorrilla derecha.
Cuando el pelinegro levantó la mirada, todos carraspeando sus gargantas o pasando la mano por sus cabellos comenzaron a abandonar el sitio mientras balbuceaban cosas sin ningún sentido.
—Te esperamos, digo, los esperamos afuera— comentó Jimin, cerrando la puerta por nosotros.
El silencio volvió a hacerse presente. Deslicé la lengua por mis labios mirando de forma nerviosa a Jeon, no había despegado la vista de mi cuerpo.
—Jeon...
Me hizo una seña con la mano para callarme y caminó hacia mi agarrándome por la cintura una vez que estuvo lo suficientemente cerca, su aliento caía en mi rostro y los latidos de mi corazón me estaban desesperando. Me levantó del suelo caminando conmigo hacía una de las paredes y ahí me retuvo. Atrapada sin poder moverme.
—Me debes algo— susurró, mis ojos bajaron a sus labios, el inferior tenía un piquete. Quise tocarle la herida y buscar los utensilios para poder curarle.
—Tu...tu labio— balbucee Jeon pasó la lengua por la herida aún con un poco de sangre en ella.
Se inclinó, haciendo que cerrara los ojos, me dejara llevar. Pero los abrí abruptamente cuando una pequeña risa salió de sus dañados labios, se deslizó aún más, guiándose a mi cuello, tal cual saboreó gustosamente al dejar en el pequeños besos y lamidas que estremecían todo mi ser.
—¿Ju..ngkook, que ha..ces?— jadeé un poco, dejando mis manos sobre su pecho descubierto y sudado.
Se detuvo, quise maldecir y decirle que volviera hacer lo que hacía pero no salía nada de mis labios. Me miró, sentí su respiración golpearme con fuerza, su pecho subía y bajaba y cuando por fin había encontrado las fuerzas para hablarle, atacó mis labios con los suyos. Dándome sin duda uno de los mejores besos que me habían dado alguna vez.
Contando el hecho de que a parte de él...nadie más me había besado.
Mordisqueó, chupó y saboreó mis labios, mi boca. Su lengua hacía contacto con la mía, era un beso húmedo, que te incitaba a más. Mi interior comenzó a cosquillear en toda su existencia y mis manos inquietas recorrían su pecho, su cabello, su rostro.
Soltó un gruñido. Alejándose completamente de mi. Ahora mi pecho iba al compás del suyo, subía y bajaba con frenesí mientras que observaba sus labios rojos.
—Debo curarte esa herida—susurré tragando saliva. Jeon asintió, alejándose de mí y agitando un poco su cabello, fue a sentarse.— ¿Dónde están las cosas?—pregunté, mirando alrededor en busca de algún botiquín.
—El botiquín está ahí— dijo, señalando con su dedo la caja blanca y roja que estaba a simple vista, pero que yo, quizás por los nervios ni había visto.
Caminé hacía el objeto y lo tomé entre mis manos para terminar arrollidandome frente a el cuerpo de Jungkook. Abrí la caja sacando lo necesario.
—Dejame...eso, pues— torcí mi labio al sentirme tan estúpida y nerviosa que no podía ni hablar bien.
Jeon reprimiendo una sonrisa me dio más acceso a sus labios, para que yo pudiera comenzar a limpiar y curar estos.
Tomando una pequeña gasa con alcohol en ella, la llevé lentamente hacía la pequeña rotura de su labio. Hizo una mueca soltando un pequeño y ronco quejido. Me disculpé, pasando un poco más lento la gasa sobre su herida.
—Me gusta esto— dijo aprovechando que buscaba algún analgésico para su labio.
—¿A que te refieres Jeon?— pregunté, volviendome acercar a él y apliqué suavemente con mi dedo la pomada en su labio.
—Me gusta que me cuides, y estés aquí conmigo— dijo, deteniendo mi brazo y mirándome con una pequeña sonrisita.
Se acercó, depositando con cuidado de no lastimarse, un beso en mi nariz. Me hizo sonreír.
—Venga, me pongo una sudadera y salimos de aquí, los demás nos están esperando— dijo agitando mi cabello.
Me levanté, recogiendo las cosas y sacudiendo mis rodillas. Cuando Jungkook estuvo listo salimos, hablando de cosas sin sentido.
La sonrisa que portaba mis labios fue borrada cuando mis ojos vieron asombrados lo que obstruía nuestro paso.
—¿Qué es esto?— susurré deteniéndome y haciendo que Jungkook se detuviera también. Y al igual que yo se quedo boquiabierto viendo como Seokjin besaba a mi madre.
Y no precisamente en el cachete.
—Nota:
Yo también solicito un Jungkook para que me de besotes.
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