「🥊」

—¡Buenos días dormilona!— la puerta de mi habitación fue abierta abruptamente, acompañada de gritos y molestos ruidos. 

Dando un respingo sobre la cama, agarré una de las tantas almohadas que me acompañaban en la noche y sin siquiera abrir los ojos, la lancé.

—¡Maleducada!, ¿Así piensas recibir a tu hermano mayor?— gritó nuevamente la voz. Abrí mis ojos tras escuchar lo dicho.

Pestañé varias veces enfocando mi vista en el sonriente rostro de mi hermano. 

—¡Suho!— dije como una niña pequeña, lanzándome desde la misma cama a sus brazos. Este acostumbrado a esa reacción de mi parte, me atrapó en el aire.

Lo apreté con fuerza, hasta que me golpeó en la espalda para que lo soltara, mientras susurraba  que lo haría escupir un pulmón. Obedeciendo su mandato dejé de apretarlo con fuerza, pero mantuve mi postura de koala sobre él. 

—Mi hermanito preferido— dije, apretando sus cachetes y moviendo mis manos sobre estos una vez que mis pies volvieron a tocar suelo. 

—Cariño, soy tu único hermano— dijo, dándome un manotazo con la mano libre que le quedaba, ya que la otra aguantaba mi cuerpo.

—Quizás mamá tenga un hijo en alguna parte del mundo y no lo sepamos— cuestioné.

Mi hermano frunció ambas cejas, soltando un suspiro, olía a menta.

—Deja de ver series o leer libros, en vez de aprender algo, están comenzando a dañar tu mente— ordenó .— Y otra cosa, chica cepillate los dientes, tienes olor a mofeta— rodeé los ojos lanzándole un golpe directo a la cabeza.

Con cariño, claro.

Una vez que me encontré decente y con un buen olor en mi boca, bajé para reunirme con mi amada familia.

Desde la escalera se alcanzaba escuchar las peculiares risas de Suho y Jin quienes se reían igual de escandaloso. Bajé de dos en dos los escalones, encontrándome con mamá apretujando los mofletes de mi hermano mientras le preguntaba una y otra vez si se estaba alimentando correctamente.

—Acaso no lo ves, esta en perfecto estado— opinó el tío Seokjin, ganándose un "gracias" por parte de mi hermano al ser liberado de la garras de su progenitora.

—Buenos días familia— dije, entusiasmada dejándome caer en el sofá.

—¿Buenos días dices?— se mofó mamá encarando una ceja, solpé un mechón de cabello para poder verle la cara. — Son las dos de la tarde.

Sonreí con alegría, estirando mi cuerpo y suspirando dije:

—He dormido tan bien.

—Porque yo te dejé.

—Mamá atiende a tu hijo que vino a verte— recordé, para que me dejara en paz.

Ventajas de tener un hermano que no vivía en la misma casa.

Como si se tratara de un robot mamá se giró volviendo a agarrar la cabeza de mi hermano para depositarla en su pecho y darle varios toques sin importarle las quejas del dueño de dicha cabeza, sus ojos me fulminaban ya que por mi culpa había sido nuevamente el centro de atención de la mayor.

—Toma— el Tío Seokjin me tendió un vaso lleno de jugo.

No me había percatado de que se había levantado.

—Gracias— asintió y me hizo una seña con la mano para que bebiera.

—¡Hoy es un gran día, tenemos mucho que celebrar!— opinó mi hermano alegre, llenando el silencio que solo era perturbado por la televisión.

—¿A parte de tu llegada que más se celebra?— pregunté dejando el vaso vacío sobre la mesita.

—Pues tenemos que celebrar que también es el mesiversa...

—¡Que tú hermano este aquí es algo maravilloso!— chilló mamá haciendo callar a mi hermano con la ayuda del tío Seokjin, el cuál  tapó su boca rápidamente.

Mi mirada fue de los mayores a mi hermano, ambos mirabamos a estos de forma confusa. 

—¿Alguien quiere una galletita?— preguntó Jin, limpiándose la baba que dejó mi querido hermano en su mano.

Extrañada y confundida por sus actos me dispuse a levantar la mano.

—¡Mamá, saldré con Taehyung!— grité abriendo la puerta.

—Vale cariño, no llegues tarde— me devolvió el grito mi hermano en vez de mamá señalándome con un cucharón.

Atrás de él apareció mamá la cual asintió a mi aviso, dándome permiso aunque yo solo le había anunciado que me iría.

—Un momento, ¿Quién es Taehyung?— preguntó Suho repentinamente, antes de que comenzara con su interrogatorio cerré la puerta despidiendome con la mano.

—Hola bonita— saludó mi querido amigo dejando un par de besos en mi rostro.

—Empalagoso— dije, apartando sus labios de mi rostro.—Hola feo.

—¡Ja!, ya quisieras tú que yo fuera feo— rodeé los ojos, se me había olvidado lo egocéntrico que podía llegar a ser. 

—Dime, ¿Por qué me dijiste que teníamos que vernos urgentemente?— pregunté, Taehyung me había llamado con una urgencia según sus palabras.

—Quiero llevarte a un sitio— empezó acercándose poco a poco y picando con sus dedos mis costados.

—¿A dónde?— pregunté curiosa, apartando estos de mi, me provocaban cosquillas.

—Sube al auto y ya verás.

—No irás a matarme en las afueras de la ciudad— indagué.

—Deja de leer cosas de ese tipo por favor— rodó los ojos, me reí subiendo al auto.

El aire golpeaba mi rostro y agradecía internamente el hecho de que Taehyung maneraja con calma esta vez. A diferencia de otros días, hoy parece que quiere mantenerse con vida.

Mis ojos curiosos miraban lo poco que lograba contemplar de los alrededores. Comenzábamos a alejarnos de la carretera central de Seúl ya que el auto se detuvo una vez que la carretera comenzó a desaparecer. Estábamos un poco bastante lejos de casa.

—¿Qué es esto?— pregunté bajando del auto y mirando una especie de descampado que tenía en el una bajada con un montón de escaleras.

—Es una sorpresa, solo cállate— pidió agarrando mi mano comenzando a descender por los escalones.

Iba con calma, sin apuro, yo a diferencia de él, no necesitaba volarme algunos escalones ya que mis piernas eran pequeñas.

Inhalo tanto oxígeno como pudo para luego soltarlo lentamente.

—¿Te gusta pasar tiempo conmigo?— preguntó repentinamente mientras toqueteaba su cabello.

—¿A que viene eso?— pregunté pero no me respondió.— Me encanta pasar tiempo contigo Tae— respondí tras haberme quedado unos minutos en silencio.

—Me alegra saber eso pequeña— me sonrió con la forma peculiar cuadrada de sus sonrisas.

Me quedé embobada por unos minutos observandole. Habíamos detenido nuestro caminar ya que las escaleras habían acabado. El aire golpeaba su rostro haciendo que su cabello se moviera de forma agresiva. Su mano aún envolvía la mía mientras que con la punta de su dedo anular acariciaba el dorso de la mía. 

—¿No estas asustada de donde te he traído?— preguntó divertido y fue ahí donde me dispuse a ver el sitio.

Frente a nosotros solo se veía un camino de piedras, mientras que a los lados solo habían puros árboles gruesos y enormes.

—Taehyung, estoy pensando seriamente si tienes intención de matarme.

Lo escuché carcajearse mientras jalando mi brazo me obligó a caminar por el sendero de piedras.

A los lados del camino habían montones de rosales, con diferentes colores en las rosas, era algo hermoso de mirar. Era mágico, se sentía así.

—Bienvenida a el rincón de las rosas— la voz de Taehyung captó mi atención provocando que mirara el cartel de madera que colgaba del local que parecía una casa encantada.

—¡Esto es asombro!— dije sincera, observando las enredaderas que subían por las paredes del local.

¿Dónde me has traído Taehyung?

—Notita:
Capítulo dedicado a @hayumi125
¡Muchas gracias por tu apoyo!  Pd: prepárense para lo que viene :)