23. 𝖡𝗎𝗋𝗅𝖺𝗌 𝗒 𝗈𝗍𝗋𝗈 𝖻𝖾𝗌𝗈.
「🥊」
Cuando llegué a la sala donde mayormente entrenaba con Yoongi, me dispuse a soltar mis cosas en un rincón e ir directo al baño a cambiarme. Una vez lista, vistiendo la ropa que debía llevar para los entrenamientos. Proseguí a colocarme las vendas elásticas en mis manos para luego poner los guantes.
Subí al ring en el cual me dejé caer esperando la llegada del paliducho. Era raro estar aquí sin él.
Muy pocas veces llegaba tarde.
Movía mi pie de un lado a otro mientras miraba uno de los dibujos de Yoongi en las paredes, es realmente bueno en ello.
La puerta se abrió y yo me recompuse en mi lugar para quejarme sobre la impuntualidad de mi compañero. Pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta cuando quién estaba prácticamente frente a mí, era Jeon.
Sin camisa y acomodando sus guantes.
Repito por si no lo captaron bien...
¡Su torso estaba descubierto!
Dándole una mirada confusa y obligando a mis ojos a no bajar hacía su abdomen hice el intento de preguntar, pero fue más rápido que yo al hablar dándome explicaciones.
—Yoongi se tardará en venir, me pidió que te ayudara un poco—explicó de manera seria.
¿Este chico siempre esta molesto?
Definitivamente mataré a Yoongi.
—Se supone que debes entrenar para la competencia.
—Consideraré esto como un entrenamiento básico— ¿Me estaba llamando debilucha?
Lo miré con caras de pocos amigos. Creo que conseguí molestarlo más.
—Podrías posicionarte de una buena vez frente a mí— pidió con fastidio.
Respiré profundo aguantando las ganas de gritarle por su mal comportamiento y como pidió, me coloqué frente a él. Trono los huesos de su cuello sin apartar sus ojos de los míos.
Esto parecía un combate de película de Jackie Chan.
Me coloqué en posición de defensa, como Yoongi me había enseñado para que los golpes de mi contrincante no me hicieran retroceder tanto. Pero a quién vamos a engañar, Jungkook me empuja con la punta del dedo y yo ya estoy en el suelo.
Sin dar algún tipo de advertencia o conteo regresivo o algo, me lanzó el primer golpe. Lo esquivé, apretando mi mandíbula para no soltarle un insulto. Otro golpe más, y seguido de ese varios más.
Algunos lograba esquivarlos, otros terminaban dándome y pocas veces lograba contraatacar.
Me comenzaba a frustrar.
Me alejé de él, para poder tomar una gran bocado de aire e impulsarme y comenzar a atacar. Jeon se esperaba esa reacción así que me atacó con la misma intensidad que yo.
La sala se mantenía en silencio a pesar del sonido de nuestras respiraciones, los guantes al hacer contacto con la piel del otro y los zapatos rechinando en el suelo.
Estaba agotada, Jeon era demasiado rápido. Lo miré, esquivando un golpe, su semblante era serio, y el sudor comenzaba a correr por su frente. Su pecho subía y bajaba mientras se tensaban los músculos de sus brazos.
—Deja de mirarme, te estás entreteniendo— articuló, soltando un puñetazo que fue destinado a mi brazo.
Me quejé, me había pegado con un poco de fuerza. Lo vi bajar la guardia y acercarse a mí un poco preocupado.
—No bajes la guardia Jeon— dije, lanzándole un gancho directo a la cara y mientras este retrocedía un par de pasos me giré tomando impulso para plantarle una patada en la espalda.
Haciéndolo caer.
Las patadas no son legales pero estoy molesta.
Tenía que derribarlo de alguna forma.
Lo escuché maldecir en el suelo y supe que esa había sido mi victoria.
Como si se tratara de un torneo internacional, comencé a chillar, quitándome los guantes y dando pequeños saltitos de un lado a otro.
¡Había vencido a Jeon Jungkook!
¡¿Quién es el debilucho ahora?!
Él molesto por mi celebración agarró uno de mis pies jalando este y haciéndome caer al suelo junto con un grito escapado de mi garganta.
Me retorcía como gusano, me había dado en un codo y realmente me dolía.
Jeon se posicionó encima de mí, aplastando mi cuerpo con el suyo y tomando en sus manos mi codo (luego de haberme gritado que me callara) comenzó a masajear este.
—Hasta para caerte eres tonta— le maldecí entre dientes, mientras sus manos seguían masajeando.
Indignada abrí mi boca.
—Se supone que debes disculparte— aclaré.
—No tengo porque hacerlo.
Me removí debajo de su cuerpo, queriendo lanzarle otro golpe más.
—Me estás aplastando, muévete— pedí, con una mueca de fastidio.
Pensé que me obedecería ya que se movió un poco dejándome respirar con más facilidad, pero rodeé los ojos cuando volvió a estar encima de mí, pero esta vez apoyado de sus antebrazos sin hacer presión en mi cuerpo.
Su cara estaba a la altura de la mía, y sus ojos curiosos miraban mis labios.
Tragué saliva, e inconscientemente pase la lengua por lo que tanto miraba. El acto hecho hizo que sus ojos se enfocarán en mis ojos. Pestañé varias veces, sintiéndome nerviosa y un poco incomoda.
—¿Por qué venías con Taehyung?— soltó de pronto. Fruncí mi ceño, me esperaba cualquier pregunta menos esa realmente.
—Somos amigos, él suele irme a buscar al colegio—respondí, maldiciéndome internamente ya que mi subconsciente me gritaba que no le respondiera.
Chasqueó la lengua negando varias veces, posicionando su rostro en mi pecho. Entre el espacio existente entre mis pequeños senos.
Una descarga eléctrica me recorrió por todo el cuerpo y mi corazón estaba como loco golpeando en su lugar.
Inhalo, sentí mi piel erizarse, me comenzaba a desesperar, no sabía que hacer en estas circunstancias. Moví mis manos para al final dejarlas en la misma posición que mantenían en un inicio.
—Jungkook— llamé en susurro, mi mente me traicionó, iba a ser más un reclamo que un llamado tan vulnerable, parecía que mi cuerpo lo necesitaba.
Ay no, diosito sálvame.
Levantó su rostro dejando escapar un "mmh" de su garganta. Volví a tragar saliva.
—Yo...esto.
Y como si todo fuera una broma, como si mi cara fuera un payaso, como si mi pequeña existencia fuera divertida. Soltó una carcajada sonora. Haciéndome callar rápidamente.
—¿Estas nerviosa pequeña Kang?— preguntó de manera burlona.— Te pone nerviosa que este tan cerca de ti— afirmó mordisqueando su labio para no reír. —Eres tan pequeñita.
Mi expresión había cambiado completamente, descaradamente se había comenzado a burlar del simple acto provocador de descargas eléctricas por mi cuerpo.
Era insignificante para él.
Estúpido.
Molesta y avergonzada intenté zafarme de su agarre, pero me fue imposible ya que aferraba mis manos junto a mi cuerpo.
Abrí mi boca con intenciones de decirle hasta del mal que iba a morir. Pero sus labios hicieron la labor de mantenerme callada.
Una vez más, me estaba besando.
—Notita:
Días... porque buenos están los momentos de estos dos.
¡Gracias por leer!
Besos.
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