Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11. 𝖵𝖺𝗆𝗈𝗌 𝖺 𝗎𝗇𝖺 𝖿𝗂𝖾𝗌𝗍𝖺.

[🥊]

¡¿Por qué todos se enteraban de lo que se supone es un secreto?!

—¿Cómo diablos sabes eso?— pregunté

—Taehyung borracho, habla mucho— se encogió de hombros.— Y entonces, ¿Te pones de una puta vez los guantes o las vendas?

—¿Por qué debería confiar en ti?, ¿Acaso ya fuiste a decirle a Jeon que lo acoso y que escribo sobre él en el periódico?— solté, maldiciendo entre dientes al haberle dado más información que ahora utilizaría en mi contra.

—Así que fuiste tú...

—Si, fui yo— espeté molesta.— ¿Algún problema?

El paliducho alzó ambas manos soltando una risilla mientras negaba.

—Calma fiera, no diré nada, solo quiero ver que tan buena eres. Tu madre te halagó mucho el rato que habló conmigo sobre ti.

—Está bien, solo, deja de molestarme cuando esto acabe— pedí, este asintió.

A pasos pesados me dirigí a uno de los casilleros del fondo, abriendo el que me correspondía hace bastante tiempo y saqué de este los guantes rojos y negros que me pertenecían.

Miré estos y sentí una presión incómoda en el pecho. De pronto quería llorar.

Los regresé a su lugar, no quería usuarlos. Tomando una bocana de aire me giré sobre mis talones en busca de un par de vendas elásticas para mis manos, será algo rápido, no necesito guantes.

Miré a Yoongi molesta, este me esperaba descalzo sobre el ring.

¿En serio debo subir ahí?

En sus manos llevába los protectores para que golpeara en ellos. Por la pequeña escalera subí, abriéndome paso entre las cuerdas para poder entrar. Miré a ambos lados percatándome de que nadie estuviera viéndonos. Y un poco tensa me coloqué frente a él.

—Venga, relaja el cuerpo, solo estamos tú y yo, deja la mente en blanco y muéstrame lo mejor de ti— pidió, de manera generosa.

Este chico era bipolar. Pero sus palabras me ayudaron, moví mi cuerpo, estirando este un poco y colocándome en la poción inicial. 

Ambas manos a cada lado de la cara, incliné un poco una de mis rodillas mientras miraba fijamente el rostro de mi oponente.

—Comencemos— asentí a su pedido.

Como era de esperarse, y como en los viejos tiempos, recibí un par de órdenes mientras me indicaba a donde moverme, golpe derecha, golpe izquierda, esquiva, cubre, agacha. Aún no había perdido mi escencia, lo sentía, mi cuerpo extrañaba esto.

—Bien, suelta todo, golpea—pidió y ciertamente lo sentí como una señal para descargar mis frustraciones.

Así que como pidió, comencé a lanzarle golpes sin intención de herirle.

Y pasaron las horas, dos exactamente, cuando me pidió que descansara.

Dejé caer mi cuerpo en el mismo suelo del ring, mientras mi pecho subía y bajaba, dirigí mi mano hacia mi frente y sequé el sudor de esta.

—Sabes— comenzó a hablar sentándose a mi lado.— Eres más buena de lo que me imaginé.

Y me sonrió, de manera genuina, cosa que no me esperaba para nada.

Me ofreció una botella de agua y se levantó, retirándose del lugar una vez que recogió todas sus pertenencias.

Imité su acción con la ayuda de mis manos y pies y saliendo de la cuadricula, busqué en mi mochila mi celular, marqué el número de Taehyung. Quitándome las vendas elásticas.

—Ven al gimnasio— dije una vez que contestó y colgué antes de que hablara.

El ruido que producía su boca al sorber el líquido me estaba sacando de quicio. Le golpearía la cara.

Me miró, subiendo sus gafas coloridas hasta su cabeza donde las acomodó de manera que no cayeran.

—Y bien— comenzó.

Quise darle suspenso al ambiente.

—Yoongi sabe que acoso a Jungkook— solté, haciendo que se atragantara con el jugo y que tosiera como si su alma dependiera de ello.

—Lo siento, lo siento— comenzó, colocando ambas manos juntas frente a mi rostro.—Fue un pequeño accidente, estaba bebiendo en su casa para liberar mis penas y bueno, los borrachos suelen hablar de más. No me pegues por favor— pidió mirándome con horror.

Le mantuve la mirada por unos minutos por puro placer de verle temer, se veía muy gracioso frotando sus manos mientras me pedía que no le pegara. Sin evitarlo comencé a reír provocando que las personas de la cafetería me miraran.

—No te pegaré, me sorprende que Jeon aún no se haya dado cuenta de mi acoso, lo saben todos menos él— opiné, acomodando mis manos sobre la mesa.

—Si, a veces Jungkook suele ser despistado y no se da cuenta de las cosas obvias— respondió el peculiar chico, ganándose un golpe en el brazo de mi parte.

—Yo soy muy discreta— dije con orgullo, este me dio la razón con ironía.

—Tanto que todo el mundo sabe ya que lo acosas— rodeé los ojos, vale quizás no era del todo discreta.

—Como sea— contesté robándome su bebida y dándole un buen sorbo.— Le tiré algunas fotos mientras hacía calentamiento, ¿Quieres ver?— le conté emocionada habían sido buenas fotos.

Tae negó, haciendo una mueca.

—¿Qué te parece si en la noche, te apuntas a acompañarme a una fiesta de boxeadores novatos?— propuso, fruncí mi ceño.

—¿Boxeadores novatos?

—Si, suelen hacer fiestas, es una forma de bienvenida a la hermosa familia de puños, sangre y sudor con fluidos—hice una mueca, Tae rió.— A parte es a la única fiesta que podremos asistir ya que entramos en período de pruebas, combates y competencias.

—No lo sé, no suelo salir— Taehyung me miró con horror como si lo que acababa de decir hubiese sido la cosa más cruel del mundo.

—¡Los adolescentes deben ir a fiestas!— chilló.

—¿Es obligatorio?, prefiero estar en casa.

—¡Es una ley, tienes que asistir por lo menos a una!— exageró el tono de su voz, mirándome de forma incrédula.

—Las fiestas son...asquerosas— dije buscando una palabra acordé con el concepto que tengo de fiesta.

—Pero no siempre, en esos lugares encuentras buenos amigos e incluso sexo— le hice una mueca de desagrado, rodó los ojo.— Jungkook irá, puedes aprovechar y sacar información.

—Trato— solté rápidamente.— ¿A que hora me pasas a buscar?— pestañé varias veces.

—Debí haberte dicho eso desde un principio, ¿Cierto?— preguntó, asentí.

—Es mi momento perfecto para ver como se comporta con mucha personas, sudor y alcohol— dije, como si fuera lo mejor del mundo.— Tengo que saber todo.

—No me sorprendería si supieras a la hora que caga y los días que lo hace— le tiré una servilleta, eso era un comentario muy grosero.

—¡No se sobre eso!, pero si se lo que suele hacer por las mañanas y en sus horarios de clase, más sus entrenamientos y...

—Oh por favor, cállate.

Reí, había aprendido a sacarle de quicio y me gustaba hacerlo.

Cuídense y eso.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro