39. Justice for her
POV Haechan.
Abrazaba a Sunhee mientras ambos estabámos sentados sobre su cama. Su cuerpo se hacía más pequeño debido a que sus rodillas le quedaban cerca de su pecho, mientras mi brazo rodeaba su cuerpo y masajeaba suavemente su brazo.
Se había puesto una de sus pijamas rosadas de terciopelo y estaba recién duchada, abrazando uno de sus peluches mientras su cabeza descansaba en mi pecho, y mi barbilla se recargaba en la coronilla de su cabeza.
Chaewon abrió la puerta con una taza de té caliente en ambas manos y se sentó al borde de la cama con cuidado. Acercó la taza después de soplar un poco para que enfríara, y Sunhee se acomodó para beber de ella. Puse mi mano debajo de su barbilla por si acaso mientras bebía.
Limpié las comisuras de sus labios con mi pulgar y se volvió a inclinar para acostar su cabeza sobre mi pecho. Afortunadamente LeeKnow no había abusado de ella, pero era evidente que el trauma que le había provocado no iba a desaparecer en poco tiempo.
¿Qué había hecho ella para que el mundo sea tan malo a su alrededor? Sinceramente no comprendo como es que una chica tan dulce y tierna como Sunhee puede ser víctima de tanta maldad.
— Habrá que denunciar a LeeKnow. — Chaewon habló después de mucho tiempo y su voz era notablemente débil y frágil.
— Me encargaré de destrozarle hasta la última partícula de su cuerpo si lo vuelvo a ver. — amenacé entre entredientes, sonando lo suficiente audible para que Sunhee me escuchara. Pero parecía que a ella nada le hacía efecto en ese momento.
— Después de la golpiza que le metiste hace un rato sería otro problema más para añadir a tu expediente falso. — Chaewon soltó y me quedé helado porque tenía razón. Esta vez, estaba seguro de que LeeKnow no sobreviviría, pero si era para defender a mi novia entonces valdría la pena.
— No te preocupes, cariño. — besé suavemente su frente y acurruqué mi mejilla con su cabeza, aferrándome más al abrazo.
— Lo mejor será que te vayas antes de que su madre llegue. No creo que este sea el momento adecuado para que te presentes con ella. — gruñí, no quería irme de su lado. Pero sabía que era lo mejor.
— Sí, creo que tienes razón. — asentí estando de acuerdo y me separé poco a poco de Sunhee, dejando su cama. — Volveré mañana.
— ¿Aunque sea a escondidas? — Chaewon torció una ceja.
— Sí. — encogí mis hombros con simpleza. Me volví hacia Sunhee ahuecando su rostro, plantándole un beso en sus labios y acaricié su cabeza antes de irme.
Chaewon me acompañó hasta la puerta del asensor y me ayudó a bajarlo. Una vez afuera, decidí que me iría a casa, por lo que cuando llegué mis hermanas me esperaban en los escalones ansiosamente.
— ¿Qué están haciendo aquí?
— Mark dijo que saliste corriendo, pero no sabe a donde. — Haneul se encogió de hombros.
— ¿Fuíste a ver a Sunhee? — Jiyu se levantó y estiró sus brazos indicando que quería ser cargada.
— Algo así. — titubeé, fingiendo sonreír.
— ¿Cuándo la traerás para que Mamá la conozca? — Hayoung preguntó emocionada.
— No estoy seguro, quizás pronto. — me encogí de hombros y guié a mis hermanas para que entraran a la casa. Bajé a Jiyu cuando Mark me llamó por detrás, así que cerré la puerta y caminé hacia él.
— ¿A dónde fuíste con tanta urgencia?
— Tu novia me mandó un mensaje muy desesperada. — pronto el ceño de Mark se frunció y cruzó sus brazos.
— ¿Para qué?
— ¿Recuerdas a LeeKnow, el amigo de Yujin? — Mark vireó los ojos como haciendo memoria hasta que asintió. — Pues resulta que casi abusa de Sunhee en el baño de mujeres, pero por suerte no le hizo nada más.
— Dime que no hiciste lo que creo que hiciste. — Mark me miró un poco asustado, pero ni siquiera hizo falta que contestase a eso. Mi silencio se lo dijo todo. — Haechan...
— ¿Qué? No me digas que no harías lo mismo si Chaewon estuviera en su lugar. Sabes cuantas cosas ha hecho LeeKnow con las chicas de esa escuela, y no iba a dejar que Sunhee se quedara sin hacer justicia.
— Entiendo. Pero, lo que me preocupa es que ese tipo te demande y entonces la policía no dude en venir otra vez.
— Y si lo hace, al menos le hice un favor a Sunhee. No me iba a quedar con las ganas. — Mark suspiró mirando al suelo, sabía que le era complicado entender que no me importaba lo que fuera a pasar. Sólo quería asegurarme que hice lo correcto, no para los ojos de la ley, sino para Sunhee.
(...)
A la mañana siguiente me levanté más temprano de lo habitual. Como le había prometido a mi novia que volvería a verla decidí aprovechar mi tiempo antes de que mi madre llegase por la tarde. Todavía no me animaba a contarle de Sunhee, y no creo que sea el momento perfecto, pero aun así era importante para mí que mi madre lo sepa, por mucho que no tengamos una conexión cercana.
Después de ducharme salí de la habitación en busca de algo que desayunar. A estas horas mis hermanas seguían dormidas, por lo que hice todo lo posible y con el mayor silencio para no despertarlas. Sin embargo, unos golpes violentos tocaron a la puerta. Me extrañó demasiado que alguien tocase de esa manera a las ocho de la mañana. Probablemente sería Mark o Karina.
Pero me equivoqué al abrir la puerta y encontrarme con mi peor miedo.
— ¿Eres Lee Donghyuck? — habían dos oficiales de policía frente a la puerta de mi casa. Uno de ellos sostenía un sobre en sus manos por lo que me imaginé que era una orden de arresto.
— Sí, soy yo.
— Quedas arrestado por el intento de homicidio de An Yujin, y por el asesinato de Park Sangnam. ¡Espósalo! — no me resistí, ni siquiera hacía falta, sabía que esto pasaría tarde que temprano. De nada serviría. Me dí la media vuelta lentamente con las manos en la espalda para que el oficial me pusiera las esposas, aunque, en mi oponión, creo que las ajustó a propósito para que soltara un ligero gemido.
Me tomó del hombro y me guió bajando las escaleras para llegar a la patrulla, cuando en eso, oí los gritos desgarradores de mis hermanas y me dí la vuelta frenéticamente.
"Mis hermanas..."
Mi corazón se encogió cuando ví a Jiyu correr desesperadamente hacia mí, pero el otro oficial la detuvo mientras ella pataleaba y se retorcía por ser libre.
— ¡No la toque! — grité. En eso, Haneul y Hayoung salieron desplomándose hacia mí pero justo en el momento Mark y Renjun las abrazaron por detrás, impidiéndoles acercarse.
Mis hermanas lloraban a lágrima viva y eso sólo hizo que se me formara un nudo en la garganta. Karina tomó a Jiyu entre sus brazos y acarició su espalda, pero de nada funcionó.
— ¡Haechan! — Haneul gimió entre el llanto, aferrándose a Mark mientras él la abrazaba con más fuerza.
— ¿A dónde se llevan a mi hermanito? — la pregunta de Jiyu hacia Karina me rompió completamente y no pude evitar que las lágrimas se me acumularan en los ojos.
— ¡Entra al auto! — el oficial que me tenía esposado abrió la puerta y me adentró en el vehículo sin cuidado alguno. Mark soltó a Haneul y Karina la abrazó mientras mi mejor amigo se acercaba a la ventana.
— No te preocupes, llamaré a Yuta y le contaré la situación. Vamos a sacarte de esto.
— Aunque quisieran sacarme no hay pruebas que confirmen lo dicho.
— ¡No seas pésimista! Yuta va sacarte de esto, te lo prometo. — Mark aseguró como si fuese tan hacerlo como decirlo. Pero en este momento, mi mente no pensaba en mi libertad. Sino en algo más.
Sunhee...
(...)
POV Sunhee.
Mi hermano había venido a visitarme antes de irse de Seúl. Mi madre estaba recargada en el marco de la puerta con los brazos cruzados, mandádole dagas con la mirada a Sunchang, quien estaba sentado en la orilla de mi cama a mi lado.
Desde el día que Haechan me trajo a casa no tenía los ánimos suficientes para salir de mi cama, así que me la pasaba todo el día en pijama y viendo televisión.
— ¿Estás segura de que estás bien? Puedo quedarme, si lo prefieres. — mi hermano era tan tierno cuando se preocupaba por mí y acarició mi cabeza con cuidado.
— No hace falta que te quedes, Sungchan, ella estará bien. Eso te lo puedo asegurar. — la voz áspera e impertinente de mi madre resonó en mis oídos que hasta me puso de malhumor y a mi hermano también.
Sungchan rodó los ojos sin siquiera voltearse a verla y me sonrió ligeramente para controlar su frustración.
— Está bien, cualquier cosa me llamas, ¿de acuerdo? — asentí ligeramente para después recibir un suave beso en la frente de su parte. Al salir por la puerta ni siquiera se despidió de mi madre, sólo pasó por su lado como cualquier otro extraño.
Mi madre en cambio, dejó su actitud aspera para cambiarla por una dulce y melosa cuando escuchó el sonido de la puerta principal cerrarse.
— Te traeré un té de manzanilla y un tazón de galletas, después me iré al hospital. — fue todo lo que dijo y salió de la habitación.
La actitud de mi madre y mi hermano me preocupaba mucho, porque de no tener ninguna clase de secretos no se comportarían indiferentes de esa manera, mucho menos delante mío.
Pero eso, no era lo que me provocaba un malestar en el estómago en ese momento, era algo más, como si de un mal presentimiento se tratara.
En eso, oí la puerta principal abrirse, y una voz familiar me pareció reconocer a lo lejos mientras hablaba con mi madre. Me quedé confundida por un largo tiempo hasta ví entrar a mi madre con cautela y una piza de sospecha.
— Cariño, una amiga tuya vino a visitarte. — ella se apartó de la puerta para dejar entrar a Karina, y me emocioné cuando ella me vió con la misma expresión en su rostro, aunque cohibídamente.
Mi madre dejó mi té y las galletas en mi buró para retirarse de la habitación cerrando la puerta. Invité a Karina sentarse a mi lado palmeando mi cama, ella parecía sentirse muy extraña estando en mi habitación llena de color de rosa, aunque no la juzgo por ello.
— ¡Tu cuarto es hermoso! — dijo con contemplación mirando cada rincón.
— Gracias. — reí tímidamente y por fin ella se sentó frente a mí. — Pero, ¿qué haces aquí? ¿Cómo supiste dónde vivía? — fruncí el ceño después de un tiempo.
— Chaewon me contó lo que pasó, así que quise venir a ver como estábas. — no pude evitar sonreír ante ese gesto tan dulce de su parte.
— En lo que cabe estoy bien, es sólo que no tengo ánimos de salir, ni siquiera de mi cuarto. — murmuré cabizbaja.
— Sí, entiendo. Pero, realmente es que vengo por otra razón. — alcé la mirada ligeramente fruncida.
— ¿Qué es?
— Es algo muy grave y vengo a contártelo porque sé cuanto te importa Haechan. — al escuchar el nombre de mi novio no pude evitar sentir una angustia tremenda en el estómago.
— ¿Qué pasó?
— Ayer por la mañana dos oficiales lo arrestaron y se lo llevaron. — mi boca se entreabrió y mi corazón comenzó a latir con fuerza. No, esto no podía estar sucediendo.
— ¡¿Cómo que se lo llevaron? ¿Y sus hermanas?!
— Nosotros las estamos cuidando en lo que su madre le consigue un abogado, aunque me parece que Mark se encargó de eso, pero aun así sus hermanas están conmigo.
— Seguramente lo encerrarán por muchos años. — mis ojos comenzaron a arder mientras mi vista se nublaba y mi garganta se formó en un hilo.
— Eso no pasará, por eso vine hacia ti.
— ¿Y yo que puedo hacer? — fruncí mi ceño derramando unas cuantas lágrimas y las limpié rápidamente.
— Tú fuíste la que investigó a Haechan gracias a tu amigo Jisung. Podemos usar todo lo que has encontrado como pruebas para que Haechan sea un hombre libre.
— Pero no son suficientes pruebas, sin testigos no hay nada que se pueda hacer, y Yujin puso a toda la Universidad en su contra.
— Es por eso que traje esto. — Karina sacó del bolsillo de su chaqueta una memoria USB color negra.
— ¿Qué hay allí?
— Kazuha me contó antes de morir que Yujin no sólo acosaba a Haechan, sino a ella también. Aquí hay mucha información que nos puede ser útil, como mensajes, audios y fotos de todo lo que Yujin le mandaba a Kazuha, incluso de como varias veces la amenzó de muerte para que dejara a Haechan y Yujin pudiera quedarse con él. — me quedé petrificada al escuchar a Karina. — Podemos mostrarle todo esto al abogado que defenderá a Haechan en el jurado, porque lo más posible es que eso pase.
— Pero, ¿y los testigos? De nada servirá si sólo mostramos esa clase de pruebas.
— Lo sé, es por eso que queremos que hables con Jisung, para ver si puede conseguirnos a alguien que haya formado parte del pasado de Yujin o sabe algo por el estilo. Sé que suena un poco tonto, pero tu amigo es un genio de tecnología incluso para investigar a alguien.
La verdad es que tenía mucha razón.
— Las ex-amigas de Yujin saben muchas cosas, intentaré hablar con ellas aunque sé que es un poco riesgoso porque le tienen miedo y las amenazó de lo mismo que a Kazuha. — encogí mis hombros con las esperanzas hasta el suelo. Karina puso su mano sobre la mía para tranquilizarme.
— No te preocupes, nosotros ya estamos haciendo lo mismo, y con tu ayuda vamos a hacer todo lo posible para sacar a Haechan de la cárcel.
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