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35. I care about you

POV Sunhee.

Mark y Karina se sorprendieron cuando les pregunté por el nombre de esa chica y se miraron como si no supieran que decirme, pero al mismo tiempo sus rostros se volvieron melancólicos. Era bastante complicado entender lo que pensaban ellos que incluso Chaewon no se atrevió a intervenir esta vez. 

— No quiero hablar de eso. — Karina murmuró mirando al suelo. Luego pude notar como dos lágrimas resbalaban por sus mejillas pero las limpió rápidamente con el dorso de su mano.

Quería preguntarle porque estaba llorando pero se dió la media vuelta para salir corriendo, dejándonos a todos desconcertados. Mark la llamó un par de veces por su nombre pero Karina ya se había alejado lo suficiente, y entonces supuse que había sido mi culpa por preguntar por el nombre de esa chica.

— ¿Karina está bien, Mark? — Chaewon habló por primera pero el chico sólo se tocó la nuca como pensando que decir.

— La verdad es que, para Karina es muy complicado hablar sobre Kazuha.

— ¿Por qué? — pregunté un poco confundida.

— Lo sabrán a su debido tiempo. Mientras tanto, creo que tú debes hacer algo. — Mark me giró de los hombros para quedar viendo hacia la casa de Haechan, y como él iba bajando los escalones con las manos metidas en las bolsas de su chaqueta.

Me sentía algo nerviosa y ansiosa, porque sabía que tendría que hablar con él. Mark me empujó suavemente para que fuera hacia Haechan y empecé a caminar aunque más lento de lo normal. No quería estar aquí, pero no tenía otra opción. Ver a Haechan después de días me provocaba una mala sensación de nerviosismo y angustia en el estómago, pero lo que más me aterraba era si llegase a gritarme o insultarme como la última vez.

Cuando llegué hacia él, él se dio la vuelta para caminar y lo seguí por detrás rodeando su casa hasta llegar a la parte de atrás de esta. Había un patio pero este estaba muy descuidado. Cuando nos detuvimos Haechan se recargó en la pared de brazos cruzados, y yo me quedé frente a él con las manos sudando por dentro de mis bolsas.

— ¿A qué viniste? — su voz ronca y severa me hizo sentir como una patada en el intestino, pero le respondí rápidamente por los nervios.

— Hablar contigo.

— ¿Qué quieres hablar? — volteó hacia otro lado, indiferente.

— Mark me dijo que habló contigo. — solté sin saber que decir ahora. Él se volteó hacia mí.

— Algo así. Pero ahora que lo dices yo soy el que tiene muchas dudas.

— ¿Cómo cuales? — pregunté un poco confundida.

— ¿Cuál es la razón por la que decidiste investigarme? — me sorprendí un poco cuando me preguntó eso.

— Pensé que eso te lo había dicho Mark.

— No me dijo nada de eso, sólo me convenció para hablar contigo. Así que responde. — tragué saliva por lo frío que se estaba portando conmigo, pero aun así respondí.

— Creo que lo más sensato es decirte toda la verdad. — no estaba segura de como reaccionaría cuando le dijera todo, sólo espero que no me insulte.

— Habla.

— ¿Recuerdas la primera vez que nos conocimos en el club? — él asintió. — Bueno, yo estaba buscando a Chaewon y me topé contigo. La cosa es que cuando Chaewon nos vió juntos empezó a asustarse pero no me dijo cual era la razón. Entonces, cuando volvímos al club recuerdo que tú estabas molestándome. ¿Lo recuerdas?

— Lo recuerdo. También que tus amigos te tiraron lejos de mí como si tú fueras su hija o algo porque estaban asustados por verme.

— Cuando salímos del club me dijeron que no me acercara a ti por ningún motivo, porque habías hecho algo malo.

— ¿Te dijeron algo? — asentí ligeramente.

— Sí.

— Quiero escucharlo de ti. Quiero saber que te dijeron. — cerré los ojos por un momento mientras tomaba suficiente aire y lo expulsaba por mi boca.

— Que tú... eras un monstruo. — solté cabizbaja y luego alcé la mirada hacia él. No parecía sorprendido, de hecho, no tenía emoción en su rostro.

— Y tú les creíste. — negué con mi cabeza inmediatamente.

— No. Ni siquiera me dieron pruebas de lo que dijeron, cuando empecé a conocerte mejor decidí buscar por mi propia cuenta. Y fue allí donde entendí que tú no hiciste nada malo.

— ¿Qué te hace pensar que no lo hice?

— Porque obtuve ayuda, y tengo pruebas que demuestran que tú no eres lo que mis amigos decían. Todo fue un malentendido.

— Si fuera un malentendido, todos se hubieran dado cuenta. Pero da la grandísima casualidad que a los inferiores nunca les creen. Jamás harán que tu voz se escuche, y eso sólo lo hace la gente como tú. — me entristecía que dijera eso cuando prácticamente, le estaba diciendo que yo le creía. Que yo no pensaba lo contrario de él.

— Yo no creo que tú seas un monstruo.

— Sólo lo dices porque conseguiste pruebas, pero ve y dícelo a ellos. A todos los que creyeron en Yujin antes que en mí.

— Haechan...

— Tú no sabes la atrocidad que viví en esa escuela. Sólo quería estudiar, quería vivir en paz, pero esa maldita de Yujin me hizo la vida imposible de la peor manera que te puedas imaginar.

— Yo te creo. — solté con voz audible y quebrantable. — Te creo, Haechan. Sé un poco de lo que te hizo, sé que tenías un amigo con el que hablabas de ella porque no tenías manera de desahogarte. Sé que nadie te ha creído por mucho que te esforzaras, pero quiero que entiendas que yo si te creo. — después de expresarle, se quedó mirándome estático por unos segundos.

— Lo que esperé tanto para escuchar eso, pero nadie lo dijo en su momento. — pude notar la tristeza y decepción en su voz tanto en su mirada. No me podía imaginar lo que sintió estando allá.

— Yo sé que la gente fue muy cruel contigo, pero tienes que saber que yo te creo en absoluto, y que no debes desconfiar de mí.

— Después de todo ya no sé si confiar en ti. Me decepcionaste cuando escuché lo que le dijiste a Chaewon, y me dolió tanto que pensé que no te importaba.

— Haechan, tú me importas mucho. Lamento si no te dije la verdad desde antes pero no sabía como, ni de que forma ibas a reaccionar. Sentí que sería muy imprudente decirte algo que ni tan siquiera tú me has comentado, por eso no lo hice y sé que fue mi error.

— No me molesta eso, no me molesta que me hayas investigado a pesar de lo que dije. Lo que me molesta es que hayas desconfíado de mí después de todo el tiempo que llevamos juntos. — agaché mi cabeza en señal de que tenía razón. Había sido una estúpida. — Pero yo también tengo algo de culpa, por no confiar en ti cuando me demostraste que te importaba. Es sólo que el enojo se me subió y no pensé lo que dije.

— Supongo que ambos nos fallamos. — él asintió ligeramente mirando al suelo.

— Ahora que sabes la verdad supongo que ya no tienes más dudas. ¿O sí?

— En realidad, sólo escuché lo que me dijeron. Pero él único que me puede decir la verdad eres tú, si lo deseas.

— No hay mucho comparado con lo que ya se dijo. Supongo que Jeno te dijo casi todo.

— Tú lo has dicho, casi todo. — rectifiqué. — Pero si no me quieres decir más a detalle lo entenderé.

— No, creo que será mejor que te lo diga. — me alegré por un momento a que él estuviera dispuesto a decirme todo. Pero esta vez no interferiría.

— Yujin era la persona más buscada en la Universidad, pero ella me eligió a mí por alguna razón. Después de que supe sobre los rumores le pedí que parara, pero ella me dijo que lo haría sólo si aceptaba salir con ella en secreto, lo cual me negué. La acusé varias veces pero nadie me hizo caso, debe ser irónico que acepten a diferentes alumnos con tal de ser más reconocidos, pero sólo es una mierda.

— ¿Puedo preguntar algo? — él asintió. — Además de las fotos falsas, ¿qué otras cosas te hacía?

— Me seguía a todos lados. Incluso sabía donde estudiaban mis hermanas y tenía que traerlas conmigo o con Mark porque hasta a ellas se les acercaba. Después de lo que sucedió en el accidente yo me fuí corriendo de la Universidad. No sé porque me escapé, pero estaba asustado. Luego cuando regresé todos me trataron como la mierda, me hacían muchas cosas, me tiraban la puerta, me insultaban de mil maneras. E incluso acosaban a mis hermanas siendo unas niñas. — tragué duro por todo, pero en especial por lo último que dijo.

Que fuerte.

— ¿Y qué hiciste?

— Le conté todo a mi madre, nos cambiamos de casa y ahora vivímos aquí. — se encogió de hombros. — Lo cierto es que Yujin arruinó mi reputación. Después de ese incidente, todos se enteraron y en ningún lugar quisieron darme trabajo para ayudar a mi madre con los gastos.

— Y te pusiste a vender drogas. ¿No? — él me miró de reojo por unos segundos.

— Sé que no es lo más sano del mundo, pero no tenía otra opción. ¿A dónde más iba? Mi madre creé que trabajo con Mark pero la verdad es que si se entera de donde saco el dinero me echaría de la casa y yo no volvería a ver a mis hermanas. Ellas son todo lo que tengo.

Me entristecía y casi me daban ganas de llorar pero me contuve. Mi corazón no soportaba tanto dolor.

— ¿Cómo fue que caíste en las drogas? — pregunté cautelosamente.

— Bueno, Xiaojun me llevó con Kun, dijo que podría ayudarme así que empecé a repartir y trabajar para él. Pensé que sería ayudante en un negocio  algo decente, porque Kun es dueño de una gran cadena de hoteles de lujo, pero cuando me mostró el trabajo que yo haría ya no hubo forma de regresar hacia atrás. Y empecé a consumirla como una forma de calmante, para relajar mis problemas.

— Eso sólo te hace daño. Te destruye. — negué mi cabeza con desaprobación.

— Lo que hizo Yujin me destruyó más de lo que ninguna otra sustancia podría hacer. Así que no es tan grave, pero debo admitir que dejé la hierba hace un tiempo, por ti. — abrí mis ojos con sorpresa e incrédulidad que mi corazón comenzó a latir con una fuerza inevitable.

— ¿Por mí? — él asintió. No podía creerme esto.

— Hablando de daño, ¿qué te pasó en el  labio? — cuando volví a la realidad me toqué donde tenía mi herida.

— Me peleé con Yuqi.

— ¿Por qué? — frunció el ceño.

— Estaba molestando a Karina con lo de una tal Kazuha. — me encogí de hombros pero en cuanto ví su rostro este se transformó a uno que no pude describir. Era entre enojo, rabia y sorpresa. No sabía como describirlo.

— ¿Qué fue lo que dijiste? — preguntó severamente, pero enojado.

— ¿Tú... conoces a Kazuha? — la verdad es que no sabía lo que estaba por decir. Pero supongo que esto sólo empeoró la conversación cuando él se retiró de la pared y caminó a los escalones, sentándose sobre ellos e hice lo mismo a su lado.

Puso las manos en puño debajo de su barbilla y clavó los codos sobre sus rodillas mientras se formaba un poco de silencio entre nosotros.

— Kazuha es un tema que no se habla con cualquiera. Al menos no para mí.

— Puedes decírmelo si quieres, pero si no...

— Creo que es mejor que lo sepas. — empecé a escuchar atentamente lo que estaba por decirme, envolví mis piernas entre mis brazos pegándolas a mi pecho. — Kazuha era mi novia, y era la mejor amiga de Karina. — soltó cabizbajo y la melancolia se notaba en su voz. 

— ¿Qué pasó con ella?

— Hace un año ella murió porque le detectaron cáncer pulmonar. Yo me quedaba con ella en sus químioterapias, pero de nada sirvieron y la vida me la arrebató, incluso en el peor momento de mi vida. Kazuha era mi alegría, era mi paz, incluso en los problemas de la Universidad y de mi casa. Pero ya se fue.

— Ahora comprendo porque Yuqi le dijo a Karina que los muertos no resucitan.

— ¿Eso le dijo? — su voz se volvió agresiva y me giré para asentír sólo del miedo que me causó. — Esa perra la odiaba porque preferí estar con Kazuha antes que a ella, o con cualquier otra.

— Supongo que no la ha superado, pero no es razón para que la odie estando muerta.

— Dícelo a ella. A mí no me importa. Nadie va a entender lo que Kazuha trataba de hacer por mí, incluso antes de que le ocurriera eso ella me ayudaba con mis problemas de las adicciones, pero tan solo se fue y volví a caer en ellas.

— No creo que Kazuha esté contenta por eso desde donde se encuentra ahora. — le dije y suspiró agchando la cabeza.

— Ya lo sé. ¿Pero qué más puedo hacer? Es mi única salida hasta que me muera. — sentí como una daga se clavaba en mi corazón al escucharlo hablarse de esa manera.

— No digas eso, por favor. Tú no te puedes hacer eso.

— Ojalá lo hubiera hecho desde el momento que pude. Y así no estaría en esta situación. Yujin me demandó y la policía busca desde entonces.

— ¿En serio hizo eso? — pregunté incrédulamente. — Pero es una denuncia falsa, podemos mostrar todas las pruebas si es necesario.

— Sunhee, no quiero que te metas. Agradezco tu preocupación, pero no. Yujin tiene influencias y las usaría todas para hundirme más.

— Es una denuncia falsa. — hice énfasis en la palabra 'falsa'. Pero Haechan negó con la cabeza.

— No sólo se trata de eso. — me confundí por un momento frunciendo el ceño.

— ¿A qué te refieres?

— Hay algo que debes saber, que me he estado callando por mucho tiempo porque no tengo a quien decírselo. Sólo mi familia lo sabe.

— ¿De qué me estás hablando? — entre más largas me decía más me sumaba la desesperación y ansiedad por saber lo que diría. Sólo puedo decir que sentía una especie de mala vibra correr por nosotros mientras él guardaba silencio. Y por fin se decidió a verme directamente.

— ¿Tú no sabes lo que es el maltrato, verdad? — su pregunta me sorprendió pero al mismo tiempo me estremecí sólo de imaginar ciertos tipos de maltratos que conozco.

— ¿Sufriste algún tipo de maltrato? — le pregunté pero solo vireó con sus ojos de arriba hacia abajo. Y supe la respuesta de inmediato — Haechan, ¿qué te pasó? — puse una mano sobre su hombro y la otra sobre su brazo mientras mi preocupación iba creciendo, y él se mordía el labio inferior cabizbajo, hasta que lo dejó.

— Fuí maltratado por mi propio padrastro.

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