34. Kazuha
POV Sunhee.
Habían pasado tres días después de lo sucedido con Haechan y no podía sentirme la peor persona del mundo en este momento. Me sentía mal por mentirle, por ocultarle todo, aun cuando él también me ocultó cosas y se enojó conmigo, pero estoy segura de que tampoco sería nada fácil para él abrirse y decirme las cosas.
Aun así, me sentía ofendida con todo lo que me había dicho. Especialmente cuando me llamó hipócrita, pero creo que por una parte él tenía razón. Había sido hipócrita y no puse en primer lugar sus sentimientos, pero tampoco sabía como llevar a cabo toda la situación.
Lo que más me dolía era la idea de no volver a verlo, no lo soportaría aunque estaba claro que él ya no quería nada de mí.
"No quiero volver a verte y tampoco te quiero cerca de mis hermanas."
Esas palabras me mataban como cuchillo por dentro. Y recordarlas sólo me hacía sentir peor.
Después de clases me la pasé toda la tarde encerrada en mi habitación y acostada en mi cama. Ni siquiera tuve ganas de vestirme glamurosa para ir a la Universidad y sólo me puse ropa casual pero sin la necesidad de arreglarme como habitualmente lo hago.
No tenía ánimos de nada, ni siquiera sé si los tendría para cuando llegue mi hermano a la cuidad. Tampoco tenía ganas de repasar mis apuntes para los próximos éxamenes aunque sabía que eso afectaría mi calificación.
Pero, ¿a quién le importaba?
Ese mismo día le envié varios mensajes con la esperanza de que me dejara explicarle todo aunque fuera sólo una vez, pero nunca me respondió, ni siquiera a las llamadas y después de un rato supuse que debía dejar de insistir.
Me dolía. Me dolía porque enserio lo quería, porque había desarrollado sentimientos muy fuertes hacia él de una manera que nunca sentí con nadie, y que a pesar de todas las cosas que me dijo aun le guardaba cariño.
Oí la puerta de mi habitación abrirse pero ni siquiera me levanté para ver quien era.
— Sunhee, ¿aún sigues en la cama? Chaewon vino a verte. — sentí a mi madre sentarse a mi lado aunque yo le estaba dando la espalda. No respondí, no quería hablar con nadie. — ¿Sigues triste por lo que pasó con Hyunjin? — el sólo escuchar su nombre me provocaba un odio terrible hacia él.
Por lo general no suelo ser una persona que le guarda odio a nadie por mucho que me hicieran daño, pero con Hyunjin fue distinto porque su actitud hacia Haechan y su odio por él fue lo que complicó nuestra amistad.
— No tienes porque preocuparte ahora en este momento, estoy segura de que las cosas pronto se arreglarán entre ustedes. — suspiré frustrada. ¿Cómo podía decir eso después de todo lo que le conté? Era absurdo.
Me dí la vuelta sólo para verla.
— Mamá, Hyunjin es una persona soberbia que no le gusta escuchar a los demás y siempre quiere tener la razón. Personas como él no quiero en mi vida. — mi madre no dijo nada y le volví a dar la espalda.
— Entiendo, cielo. Sé que romper con su amistad te haya afectado mucho, pero al menos recibe a Chaewon. — se levantó de mi cama sin antes dejar un beso en mi cabeza y en menos de unos segundos oí a alguien cerrar la puerta y sentarse a mi lado. Sólo que esta vez mi nariz se hundió de un dulce perfume de manzana, y sabía que le pertenecía a Chaewon.
— Sunhee. — su voz calmante y la palma de su mano sobre mi hombro me reconfortó un poco, me hacía bien tenerla conmigo cuando se trataba de mis problemas o incluso de algo más. Después de todo era mi mejor amiga.
Me dí la vuelta para sentarme sobre mi cama y me llevé las rodillas a mi pecho abrazando mis piernas. Nos quedamos en silencio por un rato hasta que un murmuro ronco y seco salió de mis labios.
— Él me odia.
— No digas eso, Haechan no puede odiarte. — acarició mi espalda para darme consuelo.
— ¿Por qué asumir que no es así cuando es tan obvio? Él ya no quiere verme. — murmuré para que mi madre no me escuchara mientras la voz se me encogía y los ojos se me llenaban de lágrimas nuevamente.
— Él malinterpretó todo, Sunhee. Aunque, yo en su lugar también haría lo mismo. — dejé caer unas cuantas lágrimas mientras absorbía mi nariz. — Pero no significa que lo que dijo sea verdad, él está enojado, pero tiene que escucharte y debes aclarar todo.
— No creo que quiera escucharme después de lo que me dijo.
— Pues hables con él o no tienes que seguir con tu vida. No te puedes quedar atrapada en estas cuatro paredes para siempre.
— Para ti es fácil porque tienes a Mark. — solté fríamente aunque en cuestión de segundos me arrepentí de haberle dicho eso. — Lo siento.
— No importa. Entiendo por lo que estás pasando. — ella seguía acariciando mi espalda mientras más lágrimas caían por mis mejillas, y de pronto Chaewon me abrazó dejándome apoyar la cabeza sobre su pecho mientras acariciaba mi cabello. — Al menos sal conmigo. Ningning no fue hoy a la Universidad y creo que le haría muy bien vernos.
— ¿Qué le pasó? — pregunté sin despegarme de ella aun.
— Dijo que se sentía mal o algo así. Creo que está un poco desanimada por su cita con Renjun.
No tenía nada en contra de Renjun, pero Ningning era una de mis débilidades porque la consideraba como a una hermana menor. Me separé de Chaewon para que ella sacara de su bolso un paquete de pañuelos y me limpió el resto de mis lágrimas.
Al menos ver a Ningning me haría sentir mejor, o eso esperaba.
Cuando me bajé de mi cama me puse mis zapatos deportivos y dejé mi pelo suelto tal como estaba. Tomé una sudadera negra y mi teléfono para irme a casa de Ningning.
Mientras Chaewon conducía todos los recuerdos con Haechan se me vinieron a la mente en ese momento. Y debo decir que sentía mucha nostalgia, al recordar todos nuestros momentos juntos, en especial sus labios sobre los míos.
Esos labios que tal vez ya no probaría me hacían sentir un cosquilleo en ellos como si anhelara tenerlos de vuelta.
Una lágrima se me escapó y la limpié rápido mientras tenía la vista perdida por la ventana. Y luego, me dí cuenta de que la ruta por la que estábamos tomando no era la misma que nos llevaba a casa de Ningning. Y me volteé a ver a Chaewon.
— Pensé que íbamos a casa de Ning. — dije con las pocas fuerzas y ganas que me quedaban.
— En realidad... ella está bien. — soltó naturalmente y me quedé confundida. Pero no le presté atención y recargué mi codo sobre la ventana y mi mano sobre mi frente para cerrar los ojos por un momento.
Inconscientemente se me vino a la mente la vez que Haechan y yo dormimos en mi cama, y si mal no recuerdo, sentí su brazo alrededor de mi cintura mientras dormíamos y nuestras respiración se mezclaban. Una de las mejores sensaciones de mi vida que ya no tendría el privilegio de sentir jamás.
Cuando desperté supe que no estábamos en otro lugar que no conociera, por lo que miré por la ventana todo lo que pude para confirmar mis sospechas. Me giré a ver a Chaewon mientras aparcaba el auto frente al parque donde Haechan y sus amigos se reunían.
Ahora entiendo porque ha estado callada todo el camino.
— Chaewon... — alargué su nombre en un susurro cuando apagó el auto. No quería estar aquí.
— Ustedes tienen que hablar, Sunhee. — soltó firmemente sin mirarme agarrando su bolso mientras abría la puerta. — Vamos.
— No voy a bajar. — me crucé de brazos recargando mi espalda sobre el respaldo y viendo hacia la ventana.
— Vas a tener que hacerlo. — dijo cerrándo la puerta con fuerza como si le molestara mi actitud. Desde el auto la ví caminar hacia el parque donde Mark se encontraba de pie junto a Karina quien estaba sentada sobre una banca.
Cuando Chaewon se acercó empezó a decirle algo a su novio puesto que él asintió con la cabeza, pero después tanto él como Karina negaron sus cabezas hacia ella.
¿Qué estarán tramando? Pensé.
Chaewon se dió la vuelta haciendo señales con su mano como si quisiera que fuera con ellos. Suspiré hondo, y de mala gana me bajé del auto.
Metí las manos en los bolsillos de mi sudadera -cosa que no hago nunca-, y caminé media cabizbaja hacia ellos. Cuando llegué Mark y Karina se sobresaltaron al verme como si se tratara de una película de terror.
¿Y cómo no iban a hacerlo? Si mi figura no vestía ni una pieza de glamour en este momento, mi cara sin maquillaje, mis ojeras marcadas a causa del mal sueño y mi cabello seco le daba un aspecto triste a mi persona.
— Sunhee... hum. — Karina intentó pronunciar algo pero se quedó callada al final.
— ¿Para que me trajiste? — me crucé de brazos mirando a Chaewon.
— ¿No le has dicho? — Mark miró a su novia y ella negó con la cabeza tímidamente.
— Supongo que no. — me contesté a mí misma de mala gana mirando hacia ella.
— No te enfades conmigo sólo por querer ayudarte. Esto fue idea de todos. — Chaewon soltó algo molesta y yo fruncí el ceño con más confusión.
— Es sólo que no entiendo para que me engañaste diciendo que veríamos a Ningning. — dije en tono acusador pero sin sonar molesta por mucho que debería expresarlo.
Para la próxima le llamaría yo misma a Ningning.
— Entiendo que estés molesta porque Chaewon te engañó y no tengas ánimos de nada. Pero tienes que saber que todos queremos que Haechan y tú arreglen las cosas. — explicó Mark.
— Es que no entiendo porque ustedes se meten en esto. — me encogí de hombros mirando con determinación al chico. Este al igual que todas se miraron en silencio por unos segundos.
— Porque nosotros sabemos lo que le pasó a Haechan. — Mark soltó casi murmurando por debajo y me quedé perpleja por un segundo.
— ¿A qué te refieres?
— Tanto Karina como yo sabemos lo que le pasó en la Universidad con esa chica y el problema en el que lo metió. Haechan nos contó sobre eso.
— Le conté a Mark todo lo que me dijiste y lo que yo viví en la Universidad cuando eso ocurrió. — Chaewon explicó y por un momento dejé mi enojo de lado.
— Y si sabían algo, ¿por qué nunca dijeron nada?
— No sabíamos que te interesaba Haechan lo suficientemente enserio. Además, no te conocíamos muy bien en ese momento y te teníamos desconfianza. — Mark se encogió de hombros como apenado por decir lo último.
— ¿Ustedes también desconfiaron de mí? — me sentí un poco ofendida puesto que nunca les he dado razones para hacerlo.
— No es muy normal que una chica como tú se acerque a Haechan sin intentar nada sexual, por eso nos sorprendió un poco. Pero es obvio que él tenía más desconfianza de ti a diferencia de nosotros. — Karina explicó mientras se levantaba desde su lugar y se acercaba más.
Por una parte me sentía mal puesto que yo le dí confianza a Haechan y él había desconfiado de mí, pero por otra parte podía entenderlo bien.
— Haechan ha sufrido mucho, Sunhee, más de lo que te puedes imaginar. Por eso él no es muy abierto con las personas porque teme que lo lastimen o no le crean. — Karina añadió en un tono afligido y asentí comprendiendo lo que me estaba diciendo.
— Así como no le creyeron cuando pasó lo de Yujin y fue ella quien se aventó por la ventana hasta quedar inválida. — mumuré por debajo, imaginando toda la frustración e injusticia que Haechan tuvo que pasar en ese momento.
— Esa chica se lo merece por hacerle la vida imposible. — Karina soltó con fríaldad y sin tapujos, que hasta a mí me sorprendió escucharla hablar de esa manera.
— Debes saber que hablé con Haechan para que puedas explicarle como sucedieron las cosas. — miré a Mark y rápidamente sentí una opresión en el pecho. Negué con la cabeza ligeramente mirando hacia el suelo.
— Él no va a querer escucharme.
— Va a tener que hacerlo, porque después de todo le has demostrado cuanto te importa. Y eso, Karina y yo lo sabemos.
— Es cierto que Haechan es muy obstinado. — la pelirroja miró a Mark por un segundo, encogiéndose de hombros. — Pero aunque sea muy duro de cabeza él no tiene malos sentimientos.
— Aun así no creo que resulte. Él nunca va a perdonarme. — suspiré hondo mirando al suelo con resignación.
— ¿Así que tú y Haechan están enojados? — todos volteamos en la misma dirección para darnos cuenta de que Yuqi estaba detrás de nosotros cruzando los brazos, fingiendo preocupación.
— ¿Y tú que haces aquí? — Karina espetó con desagrado y pude notar como sus nudillos se hacían blancos a medida que apretaba los puños.
— Escuché por allí que Haechan está muy enojado contigo. — Yuqi ignoró a Karina y se dirigió a mí sonriendo con satisfacción.
— Eso no te incumbe. — solté cortante, ya que no estaba de humor como para soportarla por milésima vez.
— Tal vez no, pero sé que Haechan te odia tanto que ya ni siquiera quiere verte. Es una lástima, ¿no lo crees? — me quedé perpleja por un segundo, ¿cómo sabía ella eso?
— Vete de una vez. — Chaewon dió un paso acercándose a ella pero Mark la detuvo del brazo y Yuqi le sonrió hipócritamente.
— Estoy hablando con ella, Amiga. — luego la miró de arriba hacia abajo con altivez mientras Chaewon retrocedía pero sin quitarle la mirada asesina.
— Yuqi, deja de buscar problemas y vete. — Mark le replicó pero ella rodó los ojos haciendo caso omiso, y se volvió hacia mí.
— Y dime, ¿qué vas hacer? ¿Hacerlo cambiar de opinión? Por favor, no eres capaz de ni verlo a los ojos. Sólo mírate en que condiciones estás, y es así como te apareces por aquí. No tienes vergüenza, ¿o sí?
— ¿Quieres que te empareje la otra mejilla? — amenacé por debajo pero ella se encogió de hombros como si no le importara.
— Hazlo, ¿qué ganarás de todos modos? No conseguirás cambiar a Haechan ni aunque te arrastres a sus pies. Es sorprendente lo poca cosa que te has convertido a tal grado de recuperar a un hombre que ni siquiera a cambiado por ti.
— Tú no sabes nada.
— Sé muchas cosas. Como por ejemplo, su terrible adicción. ¿Crees que podrías cambiar eso con tu ternura y cariño? Eres muy ridícula si lo piensas, ni siquiera la pobre de Kazuha pudo hacerlo.
— ¡No te atrevas a hablar de Kazuha! — de repente Karina se exaltó mientras Mark la sostenía de ambos brazos y los ojos de mi amiga se volvían cristalinos.
¿Quién era Kazuha? Me pregunté.
— ¿Por qué no? Todos sabemos lo que le pasó, ella ni siquiera pudo cambiar a Haechan.
— ¿Cómo puedes tener la sangre tan fría después de lo que le pasó? — esta vez, Mark habló en un tono enojado y al mismo tiempo dolido soltando a Karina.
— Ella se lo buscó. — Yuqi se encogió de hombros despreocupadamente, y yo todavía no comprendía la gravedad de la situación.
— Lo dices porque la odiabas. — Karina soltó con la voz rota y las lágrimas amenzando con salir.
— Y la sigo odiando, tanto yo como Minji. Pero los muertos no resucitan.
— ¡Eres una perra! — Karina perdió el control y estuvo a punto de lanzarse sobre ella si no fuera porque todos la detuvímos en el momento. Aunque después empezó a llorar mientras peleaba porque la soltaramos.
¿Qué tan grave debió ser lo que le ocurrió a esa chica como para que Karina reaccionara de esa manera?
— No actues como si tú tampoco lo fueras, Kari. — me dí la vuelta hacia Yuqi y le planté una bofetada con todas mis fuerzas. Ya estaba harta de su insensibilidad. Aunque después ella también me abofeteó y me lancé empujándola hacia atrás hasta que terminamos en el suelo.
Pero luego nos separaron y las chicas no me soltaron hasta que me calmara mientras Mark sostenía a Yuqi por los brazos. Ella se zafó en un movimiento brusco y me miró con odio.
— Ya lárgate de una vez, Yuqi. — Mark le ordenó enojado y ella terminó por irse. Las chicas me soltaron una vez que Yuqi se alejó lo suficiente y me calmé.
— ¿Estás bien? — Chaewon me preguntó y asentí hasta que su rostro se formó en uno de horror.
— Esta perra te rompió el labio. — me sorprendí y me toqué el labio inferior cuando sentí un ligero escozor y ví la sangre correr en mis dedos.
Chaewon sacó un paño de su bolsa y me ayudó a limpiarme con cuidado. Pero en ese momento no me importaba mi herida, había algo más que quería saber. Después de un rato quité suavemente su mano de mi boca para luego mirar a Mark y a Karina.
— Mark.
— Dime, Sunhee. — el chico me miró con atención y luego miré hacia Karina por un momento antes de volverme hacia él.
— ¿Quién es Kazuha?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro