19. Gossip girl
POV Sunhee.
Cerré el cajón sin tener el menor cuidado de despertar a Haechan. Por suerte, él seguía dormido, pero yo estaba muy alterada ahora.
Podría esperar de él cualquier cosa como drogarse o deber dinero, pero jamás creí que tendría consigo un arma. De repente, una pregunta se formó en mi mente. ¿Y sí hubiese querido utilizarla para matar a Yujin? Sé que sólo es mi hipótesis, pero no podría guardarla por otra razón.
Aunque por otro lado, no creo que él sea capaz de asesinar a alguien. Sé que suena estúpido y tal vez tenga un carácter algo difícil, pero en el fondo él era un chico muy agradable. Tanto me bastó conocerlo un poco más para darme cuenta de que no era lo que yo creía, si bien podría ser un poco molesto en su forma de bromear, pero por otra parte, era divertido y atento con sus hermanas. Al menos para mí, sería absurdo pensar en cosas pésimistas sobre él después de todo este tiempo conociéndolo.
Mi celular hizo ruido haciendome sobresaltar, rápidamente contesté la llamada en un susurro.
— ¿Quién es?
— Sunhee soy yo, Ning. — suspiré de alivio.
— ¿Qué pasa?
— Más bien, ¿qué pasa contigo? ¿por qué estás susurrando? — me levanté del suelo para abrir la puerta y cerrarla con cuidado detrás de mí.
— Necesito que me escuches, pero sobre todo no hagas ruido.
— ¿Dé que estás hablando? — exclamó haciendo eco en mi oreja.
— ¡Ningning! Cállate por favor, esto es enserio.
— Está bien. — bajó el tono de su voz. — ¿Qué pasa?
Muy bien, respira.
— Ocurre que estoy en casa de Haechan.
— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo se te ocurre?! ¡¿Qué mierda estás haciendo allá?! — tapé el altavoz de mi celular con mi mano cuando empezó a gritar.
— Mark me llamó para pedirme ayuda porque Haechan está inconsciente. — susurré lo suficiente audible para ella pero no tanto para no despertar a los que dormían.
— ¿Él está bien?
— No lo sé, según creo sólo se emborrachó.
— O tal vez se drogó. — soltó con indiferencia como si adivinara la situación en la que me encuentro.
— Eso no importa. Estoy en su casa y necesito que me hagas un favor.
— Antes de que digas otra cosa, sólo quiero preguntarte algo. ¿Por qué te quedaste con él y no los chicos?
— B-bueno... yo... — empecé a rascar mi cabeza con nerviosismo.
— ¿No será por lo que estoy pensando? — dijo con voz juguetona.
— ¿Y según tú que estás pensando? — fruncí mi ceño confundida.
— Aquí me huele a romance. — dijo con una voz melosa mientras cantaba burlonamente.
— Cállate, ves muchas películas. — la regañé para que pare de reírse. — En realidad, mi auto se quedó sin gasolina, y me preguntab-
— ¿Si puedo ir por ti en la mañana para llevarte a tu casa, buscar tus cosas e ir a la escuela? — me reí cuando terminó de decir lo que yo quería decirle.
— ¿Puedes?
— Sabes que no tienes que preguntar, mañana estaré en casa de Haechan muy temprano para recogerte.
— Gracias, Ning. Eres la mejor.
— De nada, Sun, eres mi amiga. Aunque creo que me estoy volviendo más cercana a ti que tú con Chaewon. — solté una ligera risa. — Hablando de ella, me estaba preguntando por ti.
— ¿Te dijo algo? — fruncí mi ceño confundida.
— Sólo me dijo que había llamado a tu celular y a tu casa para hablar contigo sobre su cita con Mark, pero que no encontró la forma de comunicarse contigo y por lo tanto estaba preocupada.
— Debí poner mi celular en vibrador cuando me fuí hacia el Club.
— ¿Qué Club?
— Mañana te explico todo.
— Está bien, pero creo que ya deberíamos ir a dormir, ya casi es la una de la madrugada.
— Nos vemos mañana, Ning. — me despedí para colgar la llamada. Regresé a la habitación, pero antes asomé la cabeza por la puerta para asegurarme de que Haechan estaba durmiendo. Y en efecto, seguía dormido.
Cerré la puerta detrás de mí. Me senté sobre el sofá de dos asientos para quitarme los zapatos, me quité mi chamarra negra y la puse en el suelo. Tomé un cojín que usaría de almohada y una manta que Mark dejó para mí antes de irse. Me acosté y en cuanto encontré mi posición caí en la inconsciencia y así me quedé dormida.
(...)
Me desperté gracias al sonido de mi alarma, busqué mi celular con los ojos cerrados hasta que lo encontré y apagué el estúpido ruído que torturaba mis oídos. Traté de acostumbrarme a abrir los ojos para darme cuenta que seguía en la habitación de Haechan, él estaba durmiendo aun. Por suerte la alarma no lo despertó, y me dí cuenta que eran las 7:30 de la mañana.
Ningning no tardaría en pasar por mí, me senté y estiré los brazos seguido de un gran bostezo. Tallé mis ojos antes de ponerme los zapatos y acomodar todo donde dormí. Me puse mi chamarra lista para salir por la puerta, pero al tomar la perilla giré mi cabeza hacia Haechan por última vez.
Empecé a caminar lentamente para no hacer ruido, sin embargo, el sonido de una puerta abrirse me hizo estremecer.
— ¿Sunhee? — Hayoung me miró adormilada pero confundida al mismo tiempo.
— Hayoung... — en ese momento entré en pánico. ¿Cómo le explicaría el como llegué a su casa? — Yo te lo puedo explicar...
— No necesito que me expliques nada, lo escuché todo anoche. — fruncí mi ceño.
— ¿Qué escuchaste?
— Todo. Cuando abrieron la puerta me levanté y escuché las voces de Mark y Renjun. No sabía quien era la otra persona que venía con ellos hasta que te escuché hablar en el pasillo con alguien.
— ¿Oíste mi conversación? — la miré con ojos muy abiertos y la vergüenza estaba por dominarme, sin embargo, ella sonrió con ternura negando su cabeza.
— No te preocupes, me venció el sueño muy rápido y no pude oír nada más. — internamente solté un suspiro de alivio.
— ¿Y qué haces despierta a esta hora?
— Es la costumbre de ir al baño, pero normalmente solía despertarme cuando... — ella no terminó su oración y se aclaró la garganta de un modo extraño.
— ¿Qué ibas a decir?
— Oh nada, olvídalo. — agitó su mano sonriendo. Luego frunció su ceño.— ¿Qué le pasó a mi hermano?
— Creo que se emborrachó.
— No me sorprende. — rodó los ojos.
— Me quedé con él porque Mark y Renjun no querían hacerlo.
— Bueno, te lo agradezco mucho. Aunque no es la primera vez que Haechan hace estas cosas. ¿Sabes?
— ¿A qué te refieres?
— Siempre toma mucho cuando algo lo pone de mal humor o para liberar el estrés. — se encogió de hombros y entonces, supuse que ella ni nadie de su familia sabía que Haechan se drogaba a veces. Pero era mejor que no lo supieran.
— Sí, eso creo. — me encogí de hombros con desdén.
— ¿A dónde vas? — puso ambas manos detrás de su espalda.
— Tengo que ir a clases hoy.
— ¿Los sábados? Eso es imperdonable. — cruzó sus brazos fingiendo estar molesta con un puchero en sus labios. Era muy tierna.
— Lo sé. — me reí. — Pero mi amiga viene a buscarme y me llevará a la escuela con ella.
— ¿Y tu auto?
— Se quedó sin gasolina. — en eso, el sonido de mi celular me indicó que alguien me estaba llamando. Era Ningning. — ¿Qué pasa?
— Ya estoy llegando por ti. Apresúrate.
— Bien. — colgué la llamada y guardé mi celular en mi bolsillo trasero. — No le digas a nadie que estuve aquí, por favor.
— No te preocupes, no le diré a nadie. — ella asintió sonriendo y supe que podía confiar en ella.
— Debo irme. — caminé hacia la puerta. Me dí cuenta que Hayoung se adelantó y abrió la puerta para mí. Qué amable es.
— Gracias.
— Espero que te vaya bien en la escuela. — sonrió y me dio un abrazo en la cintura ya que era más baja que yo. Me despedí bajando las escaleras para encontrarme con un auto negro blindado. El chofer salió de este y me abrió la puerta para encontrarme con Ningning.
— Ya era hora. — soltó en tono regañador pero con diversión. — Sólo por ti, es que me levanto temprano. — me reí mientras subía el auto.
— ¿Cuánto tiempo tienes esperando? — Ningning miró la pantalla de su celular.
— Hace dos minutos.
— ¿Enserio, Ningning? — rodé los ojos con incrédulidad.
— Oye, la puntualidad es muy importante para mí, y en este momento lo es para ti, así que vayamos a tu casa ahora.
(...)
Cuando llegamos a mi casa me cambié de ropa y tomé mis cosas para volver al auto de Ningning e ir finalmente a la Universidad.
— Entonces, dejame ver si entiendo. ¿Haechan se drogó y la única salvación que Mark pudo conseguirle fue a ti?
— ¿A quién más podría llamarle? Soy la única amiga que tiene Haechan.— me encogí de hombros.
— Sí, se nota que ustedes se han llevado mejor. Sin contar todo lo que ha pasado en estas últimas semanas.
— ¿A qué te refieres? — me volví hacia ella frunciendo el ceño.
— Bueno, has estado llendo a la escuela donde está su hermanita para hacer tu servicio social y eso hace que se vean muy seguido. Pocas veces los has llevado a su casa y otras se han visto en el parque de skate. Y cabe aclarar, que Chaewon ni siquiera lo sabe.
— ¿Por qué tendría que ocultárselo?
— Tal vez es mejor así, ya sabes el concepto que tienen ella y Hyunjin sobre Haechan. — rodé los ojos con fastidio. Pero supongo que tenía razón y era mejor no decir nada.
— Supongo que sí.
— Aunque todavía no me cabe en la cabeza porque decidiste quedarte en su casa. ¡En su habitación, Sunhee! ¿Te das cuenta de eso? — chilló de emoción pero sólo me hizo rodar los ojos.
— No te emociones, no es la gran cosa.
— Sé que te quedaste por alguna razón, y cuidarlo es una excusa barata. — rodé los ojos pero agradecí internamente cuando llegamos a la Universidad.
Mientras subíamos por la escaleras de concreto Ningning seguía molestandome acerca de mi velada en la habitación de Haechan.
Me detuve en el camino.
— Ningning, para, te escuchas igual que una loca. — empecé a reírme.
— No me importa lo que pienses, muy pronto sabré la verdad. — se encogió de hombros indiferente, pero sabía que sólo estaba fingiendo para molestarme.
— Hay cosas que desearía no haber sabido jamás. — murmuré sin pensar, pero logré llamar su atención.
— ¿Cosas como cuales? — de repente ella se detuvo frunciendo su ceño.
— No es nada. — seguí caminado con más prisa pero su mano me detuvo del brazo.
— Sí, algo te pasa, estás muy alterada. ¿Qué te ocurre? — de repente sentí que la respiración se me iba de los pulmones, pero no estaba segura si decirle lo que supe anoche.
Aunque si no se lo decía no me quedaría tranquila ni un solo instante. Entonces tomé su mano para salir del patio y caminar hacia nuestro salón de clases. Cerré la puerta.
— Dime que está pasando, Sun. No parece que me hayas contado todo. — Ningning me miraba con suspicacía pero al mismo tiempo con preocupación.
— Cuando estaba en la habitación de Haechan miré que habían unos cajones al lado de su cama. Decidí averiguar que había en ellos así que abrí uno.
— ¿Y qué encontraste? — mi amiga me miraba impaciente frunciendo el ceño.
— Había un arma... — murmuré pero pareció ser lo suficiente audible para que Ningning me escuchara. No dijo nada, sólo se quedó mirandome perpleja.
— ¿Crees que Haechan...
— No creo que él se capaz de hacerle daño a nadie. — miré hacia el suelo con tristeza.
— Yo tampoco lo creo, pero podrías considerar que la tiene consigo para defenderse, vive en un barrio solitario y hay mucha gente mala rondando por allí.
— Sí, quizás tengas razón. — me encogí de hombros tratando de convencerme a mí misma.
— Además, no creo que tengas nada de que preocuparte, después de lo que pasó ayer tendrás más oportunidad de pasar tiempo con él. — Ningning se rió de manera tierna haciendome rodar los ojos con diversión. No era que me disgustara la idea de pasar más tiempo con él, pero de ninguna forma voy a admitirlo.
De repente, la puerta se abrió agresivamente haciendo que giremos nuestras cabezas hacia ella y al responsable de su causa. Pero me arrepentí en el acto y mi corazón lo sentí encogerse de pánico.
— ¡¿Así que te sigues viendo con él?!
El capítulo me iba a quedar súper largo, así que lo dejaré hasta aquí. 💌
Por cierto, ¿quién creen que escuchó lo que hablaban Ning y Sun?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro