Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15. I know more than you

POV Haechan.

— ¿Y tú por qué estás aquí? No veo tu patineta.

— Traje a Hayoung a su clase de baile. — expliqué.

— ¿Enserio? — alzó ambas cejas y asentí. — ¿Y Haneul? ¿Ella no viene con su hermana?

— Es... algo complicado. — desvíe la mirada un poco de la suya.

— ¿Por qué? — el suave y preocupante tono de su voz me hizo voltear a verla y después hacia abajo donde mis brazos descansaban sobre mis muslos.

— Haneul no es muy sociable.

— Oh, entiendo. — dijo. — Ella y Hayoung son muy lindas. — su comentario me hizo sonreír inconscientemente. — Aunque no puedo distinguir quien es quien todavía. ¿Tú cómo le haces?

— Haneul tiene un pequeño lunar en el puente de su nariz. Mientras que Hayoung tiene los mismos lunares que yo en su mejilla. — tracé mi dedo por mi cara, donde estaban mis lunares.

— Imagino que Hayoung se parece mucho a ti. — por alguna extraña razón mis mejillas comenzaron a calentarse como en un día soleado, sólo que con la extraña sensación de latidos golpeando mi pecho.

Contrólate, Lee.

— Eso creo. — murmuré encogiendome de hombros, mirando a otro lado.

En eso escuché a lo lejos la voz de Hayoung gritando mi nombre. Me giré hacia atrás para ver que efectivamente era ella mientras caminaba hacia nosotros. Me levanté al mismo tiempo que empecé a correr hacia ella.

— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no me llamaste? — murmuré con severidad.

— Me quedé sin crédito. — se encogió de hombros con naturalidad.

— ¿Y no pudiste perdir que te prestaran un teléfono? Sabes que no me gusta que cruces la calle sola.

— Ush, que odioso eres. — miró al cielo y luego me miró antes de cruzarse de brazos. Luego inclinó su cabeza para ver detrás de mí. — ¿Esa es Sunhee?

Me volteé en dirección hacia donde ella estaba. Venía hacia nosotros.

— Hola. — Sunhee saludó a mi hermana con su habitual sonrisa.

— Hola, Sunhee. — Hayoung se acercó a ella con los brazos abiertos para envolverla en un abrazo, el cual Sunhee correspondió.

— ¿Así que vas a clases de baile?

— ¿Mi hermano te lo dijo? — Hayoung la miró con ojos sorpresivos y luego a mí como si quisiera comerme vivo. Algo que no me sorprende.

— ¿Te vas? — le pregunté a Sunhee con desinterés.

— Chaewon me escribió diciendo que ella y Mark irán al cine. Así que supongo que sí.

— Va a llover. — Hayoung anunció viendo al cielo formándose gris.

— Supongo que nos vamos ahora. — solté descuidadamente tomando el hombro de mi hermana, acercándola a mí.

— Puedo llevarlos si quie-

— No hace falta. — dije antes de que terminara su oración. La verdad no quiero que se tome tantas molestias por nosotros.

— Pero vamos a llegar a casa mojándonos. — Hayoung reprochó formando un puchero, cruzando sus brazos.

— Tomaremos el autobús. — informé seriamente, para después ver a Sunhee. — Adiós.

— Adiós. — agitó suavemente su mano antes de alejarmos.

(...)

— ¿Sunhee es tu amiga? — giré mi cabeza para ver a Hayoung mientras caminábamos hacia la parada de autobuses.

— No realmente.

— ¿Enserio? Pensé que si lo eran.

— No lo somos. — respondí lentamente con fríaldad, mirando hacia adelante.

— ¿Por qué no? Ella se ve que es una buena persona.

— ¿Te agrada? — me giré a verla frunciendo el ceño.

— La verdad es que sí. — asintió haciendo que niegue con la cabeza, con diversión.

— Hermana de Jiyu tenías que ser.

— De todos modos, no te has acostado con ella todavía ¿o sí? — soltó tomandome totalmente desprevenido.  

— ¡Hayoung!

— ¿Qué? No es un secreto que yo sea la única de nuestra familia que sabe que te acuestas con todas. — se encogió de hombros como si esta fuese la conversación más normal del mundo.

— No lo he hecho con ella.

— Está bien, te creo. Aunque ella es muy bonita. — soltó un tono terriblemente juguetón.

— ¿Eso que tiene que ver? — fruncí mi ceño.

— Que sólo te acuestas con chicas bonitas. — ella empezó a reír.

— ¿Hayoung...? — alargué su nombre severamente como suelo hacerlo cuando estoy apunto de enojarme con ella.

— Ya, me callo, sólo estoy bromeando. Pero a decir verdad, ella sería una buena amiga para ti.

— ¿Por qué estás tan segura?

— Nunca había visto a una chica que se acerque a ti sin tener que comportarse como una perra para impresionarte.

— Sí, eso es cierto. — hice un mojín razonando lo que había dicho mi hermana. Sunhee no era ese tipo de chica y aunque lo negara frente a todo el mundo, una parte de mí se alegraba de ello. Porque ella era tan inocente y alegre como una niña, y su manera de ser era tan distinta al resto de las chicas que he conocido. Ella tenía algo que las demás no.

Luego me volví frenéticamente para ver a mi hermana.

— Oye, no digas palabrotas.

— Tú también las dices. — se encogió de hombros con mala cara.

— Eso no quiere decir que si yo las digo tú debas decirlas. Eres una niña. — sé que a veces puedo ser un poco duro con mis hermanas, pero no quiero que sigan los pasos de un marginado social como yo. No quiero que se conviertan en la mierda que soy.

Llegamos a la parada de autobuses, pero para nuestra sorpresa ninguno se había aproximado. Pronto iría a llover y ya era algo tarde para nosotros.

— Esto está mal. — Hayoung se quejó mirando las nubes ponerse cada vez más grises.

— ¿Quieres calmarte? Pronto estaremos en casa. — mis ilusiones desaparecieron cuando un ruido seco y violento se escuchó desde el cielo, provocando que Hayoung diera un salto de miedo. Y la lluvia comenzó a caer.

— ¡Es el fin! — mi hermana se quejó drámaticamente. — Tal vez si hubieras aceptado que Sunhee nos llevara esto no estaría pasando.

— ¿Ahora yo soy el culpable? — espeté ofendido, ella se puso ambas manos en la cintura como pareciendo obvia.

— Llama a Sunhee.

— ¿Para qué? Probablemente ya se fue o algo.

— Eres un... — mi hermana no pudo terminar su frase cuando vio pasar un auto frente a nosotros, me dí cuenta que era el auto de Sunhee. Mi hermana ya había empezado a correr detrás de el gritando su nombre, y me fuí corriendo detrás de ella para alcanzarla, aunque dudaba mucho de que Sunhee se detuviera sólo para escucharla. Me estaba empapando y Hayoung no se detuvo ni un segundo mientras seguía gritando cosas. Todas las personas nos miraban como si fuéramos dos locos.

Las cosas que mi hermana me hace pasar.

Finalmente el auto se detuvo, alcancé a mi hermana cuando llegó al auto y la ventana del copiloto rodó hacia abajo dejando ver a Sunhee.

— ¿Quieren que los lleve?

(...)

POV Sunhee.

Haechan abrió la puerta trasera para que Hayoung subiera y enseguida se subió él en el asiento del copiloto. Cabe aclarar que los dos estaban algo empapados, pero eso era lo de menos por ahora.

— Gracias por detenerte, Sunhee. — escuché la voz jadeante de Hayoung y me giré a verla con una pequeña sonrisa.

— No hay problema.

— Perdón por empapar tu auto. — Haechan murmuró seriamente por debajo.

— No te preocupes, no pasa nada. — le dí una ligera sonrisa tranquilizadora, él abrió la boca pero no emitió sonido por lo que volvió a cerrarla. Conduje de nuevo. — Así que, ¿vas a clases de baile, Hayoung?

— Sí, hace dos meses que empecé a ir. Pero desde pequeña siempre he bailado. — miré a la chica por el espejo retrovisor. — ¿Mi hermano te contó?

— Algo así. — sonreí divertidamente. — ¿Te molesta si pregunto tu edad?

— Tengo 14 años. — mi boca se formó en una "O". — Aun me falta un año para salir de ese infierno al que llaman "secundaria", pero, seré libre pronto. — me reí entre dientes por la forma drástica y segura que usó para hablar.

Entonces, oí un teléfono. Miré a Haechan sacando de sus bolsillos traseros su teléfono sonando con una canción de rap de fondo. Sin expresión en su rostro deslizó el dedo para desbloquear la llamada.

— ¿Sí? — no pude escuchar mucho sobre con quien estaba hablando, pero por la expresión inquietante de su rostro, supe que no se trataba de algo bueno. — No revisaste mis cajones ¿cierto?

Fruncí el ceño.

Espero que tengas una buena excusa para cuando llegues, Donghyuck. — oí una voz femenina al otro lado de la línea. Pero lo que me sorprendió más fue escuchar el nombre que salió de esta.

Haechan colgó finalmente la llamada de forma rápida y sin cuidado alguno se guardó su telefono en sus bolsillos. Se veía algo molesto.

— ¿Donghyuck? — murmuré con suavidad, aunque lo suficiente audible para que me escuche. Él se giró a verme con ojos sorpresivos. — ¿Ese es tu nombre?

Asintió ligeramente con la cabeza.

— Sí.

— ¿Y entonces por qué te llaman Haechan?

— Toda mi vida me han llamado así. — volteó a mirar hacia la ventana.

— ¿No te gusta tu nombre real?

— Sí me gusta, pero ya estoy acostumbrado al otro. — volví a formar una "O" con mis labios.

— ¿Y qué significa Haechan?

— Haces muchas preguntas, ¿sabes? — su voz se volvió fría que casi tiemblo cuando se giró a verme. Me encogí en mi lugar pensando si tal vez había ido un demasiado lejos.

Pero, ¿por qué se molesta por casi todo?

— Sólo tenía curiosidad. — murmuré molesta, encogiendome de hombros. Oí un suspiro de su parte.

— Bueno, supongo que no puedo culparte por ser así. — usó un tono casual y me giré a verlo con desconcierto.

— ¿Así que... no estás molesto? — lo miré, con la duda comiendome por dentro ya que se había tardado un poco en responder.

Giró su cabeza con una expresión que no supe clasificar, las venas de su cuello sobresalían debido a la posición que se encontraba su cabeza. Mierda.

— Sólo un poco. Aunque debería ser yo quien te pregunte eso. — fruncí el ceño.

— ¿Por qué lo dices?

— ¿Estás enojada con Chaewon porque ahora sale con Mark?

— ¿Por qué piensas que estoy enojada?— solté con voz ronca y me limité a no verle ni un solo segundo, aunque manejaba.

— Sólo lo sé. — jadeé al escuchar el tono presumido de su voz. Me detuve en un semáforo rojo. — ¿No vas a contestar?

— No estoy enojada. — solté firme pero en un tono audible, sin la necesidad de voltear hacia él. Crucé mis brazos y miré hacia abajo. — Sólo quería pasar el día con Chaewon, pero prefirió estar con Mark porque él la llamó.

— ¿Ya ves como si estás enojada? — soltó una risa, burlándose de mí. — No te preocupes, es normal que estés celosa.

Me giré furiosa hacia él.

— ¡¿Celosa yo?! ¿Cómo te sentirías si tu mejor amigo prefiere irse con alguien más, cuando ya has hecho planes con él? — hice mi mayor esfuerzo por no armar una escena dentro del auto, aunque él no borró ni un segundo esa sonrisa arrogante suya.

— Bueno, no me sentiría bien. Pero tampoco no es como si quisiera pasar todos los días con él. No entiendo porque te enfadas.

— Chaewon y yo teníamos planes.

— ¿Ah, sí? ¿Cómo cuáles?

— Ir de compras al centro comerciar, arreglarnos las uñas, tomar un café del mejor barista que hay en la cuidad...

— ¿Llamas a eso planes? — lo miré frunciendo el ceño y una mueca de desagrado se formó en sus labios.

— Claro. Es lo que siempre hacemos. — me encogí de hombros con aire de suficiencia. 

— ¿Por qué no me sorprende? — capté la ironía en su voz mientras veía que la fila de autos adelante de mí no había avanzado. — Honestamente no sé que le ves de divertido.

— No lo entenderías porque no eres como yo.

— No necesito ser como tú para entender tu "forma de vivir la vida".

— ¿Tú que sabes de vivir la vida? — me exalté, que incluso él no emitió una sola palabra durante los próximos segundos. Sólo me envió una mirada fría que me hizo tragar saliva.

Una mirada que transmitía oscuridad.

— Sé más que tú. — murmuró con voz más ronca antes de mirar de nuevo por la ventana. Miré a Hayoung por el espejo retrovisor y agradecí que todo este tiempo tuviese puestos audículares.

El resto del viaje fue silencioso e incómodo, y ninguno de los dos volvímos a decir nada. Por suerte, ya habíamos llegado a casa de Haechan.

— Sigue lloviendo. — solté tímidamente, rompiendo el silencio.

— Necesitaremos una sombrilla. — Haechan se giró a ver a su hermana. — Hayoung, llama a Haneul y dile que estamos aquí, que necesitamos una sombrilla.

— ¡Qué no tengo crédito!

— Mierda. — espetó irritado mirando al techo.

— Puedes usar mi teléfono si quieres. — le pasé mi teléfono a Hayoung para que llame a su casa.

— Gracias, Sunhee.

— Qué considerada. — Haechan soltó con sarcásmo y me volví hacia él.

— A diferencia de ti. — le sonreí dulce aunque falsamente y él hizo lo mismo, borrando de inmediato su sonrisa.

— Listo, gracias de nuevo, Sunhee. — Hayoung me entregó mi teléfono.

— De nada, cariño.

— Sabes, voy a tomar muy enserio lo que has dicho. — me volví hacia Haechan con el ceño fruncido.

— ¿De qué hablas?

— Tal vez tengas razón y no sepa lo que es vivir la vida como tú dices. — de pronto me sentí mal, y todo lo que le había dicho sin pensar hacia que me doliera el estómago.

— Yo no quis-

— Olvídalo. El punto es... que te propongo algo. — me le quedé mirando atenta y como su sonrisa maligna se mantenía en su boca.

— ¿Qué cosa?

— ¿Quieres pasar un rato este Sábado? — soltó directamente, que casi me da algo. ¿Este chico me estaba pidiendo salir?

Seguramente sólo está jugando. Sí.

— ¿T-tú... me... está-as... invita-

— No te emociones, no es una cita. — sonrió burlón y sacudí mi cabeza mentalmente para reaccionar. Me crucé de brazos fingiendome molesta, sólo para ocultar mi nerviosismo.

— ¿Y quién se emociona por estar contigo?

— Tú. — y allí estaba su sonrisa arrogante otra vez, mirándome como si fuese pan comido. Quería abrir la boca y hablar pero no emití sonido y volví a cerrarla. — Entonces, ¿aceptas?

(...)

— ¡No puedo creerlo! — Ningning daba saltos por toda la habitación como una niña.

— Ning, mejor ayúdame a elegir que ponerme. — la paré con ambas manos sobre sus hombros y asintió abriendo mi segundo armario.

Mi cuarto era básicamente un desastre. Mi ropa estaba acumulada sobre mi cama en un montaña, mi maquillaje estaba esparcido por todo mi escritorio y mis zapatos estaban por todas partes.

Era la primera vez que saldría con Haechan, así que quería ser cuidadosa, por suerte, Ningning estaba aquí.

— A ver, no creo que a Haechan le gusten las cosas elegantes ni brillosas, así que, lo mejor es que ir por algo muy simple.

— Estoy acostumbrada a usar de todo Ning, no será un problema.

— Pero tus zapatos no, ¿o sí? — mierda, era cierto. No estaba acostumbra a estar sin zapatos o tenis de plataforma, pero no iba a acceder a usar algo más plano. Con mi calzado nadie se mete.

— Buscáme algo que no use muy seguido, mientras me visto. — Ningning asintió buscando entre las cajas de zapatos, mientras yo tomé mi ropa y me metía en el baño.

Cuando salí vestida Ningning me miró asombrada.

— Te ves hermosa, Sun. — sonreí. No quería impresionar a Haechan, pero tampoco dejaría de arreglarme. Básicamente llevaba puestos unos pnatalones cargo negros y una camiseta sin mangas, blanca con rayas negras.

Ningning me pasó un par de tenis de plataforma color beige que casi no uso, pero al menos combinaba con mi atuendo.

— Esperemos que Haechan no se enamore.

— Eso no va a pasar. — me reí de su broma mientras me ponía mi chaqueta negra.

— Para ser tu primera cita te ves muy linda. — sonreí ante las palabras de Ningning, porque tenía razón.

Nunca había tenido una cita con un chico antes, en especial, un chico como Haechan.

Mi teléfono empezó a vibrar en mis bolsillos delanteros y lo saqué para ver un nuevo mensaje de Haechan.

"Ya estoy aquí afuera"

— Bueno, creo que ya me esperan.

Bajé junto a Ningning por el ascensor y antes de cruzar la puerta principal me dio un abrazo de la suerte, según ella. Salí segundos después, pero no había rastro de Haechan por ninguna parte.

Que extraño.

— Hasta que apareces. — me giré para ver a Haechan recargado sobre la pared del edificio, y caminó hasta a mí.

— Bueno, ya estoy aquí. — me encogí de hombros. — Entonces, ¿a dónde vamos?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro