
08. I don't need anything from you
Al día siguiente mientras entraba a la cafetería ví a lo lejos a Liz sentada en una de las mesas del rincón. Así que fuí hacia ella.
— Hola, Liz. — ella pareció sorprenderse cuando me vio, pero aun así me regresó una amable sonrisa.
— Hola, Sunhee. — dejó su vaso con popote sobre la mesa. — Perdona que no te haya contestado ayer, tenía muchas cosas que hacer.
— No te preocupes, lo entiendo. — sonreí. Luego se me ocurrió preguntarle todo lo que estuve pensando ayer. — Por cierto, Liz. ¿Puedo hacerte una pregunta?
— Claro. — ella asintió después de beber de su popote, dejándolo sobre la mesa otra vez. — ¿De qué se trata?
— ¿Conoces a Yujin? — de pronto su cara tomó una forma sorprendida pero a la vez como si no se esperaba que le preguntara eso. ¿Por qué será?
— Conozco a muchas Yujins. — se encogió de hombros un poco más tranquila.
— ¿An Yujin? — pregunté, y de nuevo su rostro tomó la misma forma, aun más perpleja. Luego sonrió y rió nerviosa.
— Oh, sí. Conozco a An Yujin. — luego me miró frunciendo su ceño. — ¿Por qué me lo preguntas?
— He oído que ella iba en esta Universidad. — me encogí de hombros, aunque esa parte ya la sabía. Pero quería que ella me contara un poco más acerca de Yujin.
— Sí, ella era muy popular aquí.
— ¿Y por qué ya no viene? — puse una mano debajo de mi mentón, fingiendo extrañeza. Aunque esa parte no la sé todavía.
— Hmm, bueno, ella tuvo un accidente. — murmuró la última palabra bajando un poco la mirada.
— ¿Un accidente? — yo estaba muy confundida, pero seguí. — ¿Por eso está en una silla de ruedas, verdad?
— ¿C-cómo lo sabes? — sus ojos se abrieron con un poco de miedo.
— Oh, la ví en uno de sus posts de Instagram. — traté de sonar natural y ella formó una "O" con sus labios. Pareció creerme ya que sus facciones se suavizaron.
Ahora quería preguntarle si Yujin y Haechan habían estado en una relación. Porque a pesar de lo que mis amigos me hayan contado y estar viendo las fotos de Yujin ayer, aunque no todas, no apareció ninguna donde ella y Haechan salgan juntos.
— ¿De casualidad... conoces a Haechan? — soltó el vaso dejándo que se derrame el contenido de este, me hice a un lado para que el líquido no pudiera manchar mi ropa.
— Lo siento mucho, Sunhee. — soltó muy rápido como si yo fuese a enojarme con ella por un pequeño accidente. Tomó unas servilletas para limpiar pero yo le detuve ambas manos.
— No te preocupes. — le dí una sonrisa y ella pareció tranquilizarse un poco. Tomé unas servilletas y las puse sobre la parte húmeda de la mesa, mientras nos cambiábamos de lugar. — ¿Entonces... conoces a Haechan?
— S-sí... bueno, un poco. — encogió sus hombros y miró abajo. Luego me miró con recelo. — ¿Por qué quieres saber de ese chico?
— He oído hablar mucho sobre él, y la verdad me intriga saberlo. — dije sinceramente. Porque la verdad Haechan me ha intrigado mucho desde la hora y punto que nuestras miradas chocaron.
— Bueno, no te puedo decir mucho porque nunca he hablado con él. — soltó con indiferencia mirando hacia otro lado.
En eso Gaeul llegó y se sentó frente a nosotras.
— ¿De qué hablan?
— Le estaba preguntado a Liz si sabe algo de Haechan. — solté con normalidad, pero en ese momento Gaeul me miró de reojo y luego a Liz.
— ¿H-haechan? — empezó a tartamudear y eso no me daba una buena señal. Aun así continué.
— Sí. — asentí. — Le estaba preguntado si es cierto que él y Yujin fueron novios. — pero Gaeul parecía ignorar todo lo que yo le decía. Incluso Liz se encogió en su lugar como si estuviera nerviosa. — ¿Qué les pasa? ¿Fue algo malo lo que dije? — traté de suavizar mis palabras para no demostrar que ya estaba algo irritada por la extraña actitud de ambas.
— No es bueno hablar de él. — Gaeul murmuró hojeando un libro frente a ella como si estuviera buscando una página, cosa que sé que no es verdad.
— ¿Por qué no? ¿Es muy malo lo que pasó entre ellos?
— ¿Sabes lo que les pasó? — Liz me preguntó.
— Sólo un poco, pero no sé todo. — admití encogiendo mis hombros.
— A veces es mejor quedarse callado. — Gaeul volvió a murmurar antes de clavar la vista en su libro.
— ¿Por qué no me quieren decir? Sólo es una duda. — las miré a ambas con un poco de tristeza.
— No es algo bonito lo que les ocurrió a ambos. — Liz murmuró. — Gaeul tiene razón, no deberíamos hablar sobre eso y te agradeceríamos mucho que no sigas preguntando algo que nosotras no sabemos. — la rubia formó una línea recta con sus labios antes de sacar y mirar a su celular.
Creo que fuí muy insistente, pero está bien, si ellas no querían decirme yo misma lo descubriría.
Después de la escuela decidí que pasaría el resto del día investigando un poco más acerca de Yujin y Haechan. Sólo necesito saber como empezaría, porque sin información no podía hacer absolutamente nada, pero buscaría por mi propia cuenta. Me sabía el nombre de usuario de Yujin, sé que es poco pero al menos ya es un comienzo.
Mientras bajaba las escaleras iba hablando con mi hermano mayor. Hacia mucho que no hablaba con él desde hace dos meses y ya lo extrañaba mucho. No teníamos una gran relación de hermanos como a ojos de otros, pero al menos nos llevábamos bien.
"Reno 🫎"
"¿Acabas de salir?"
"Hace un rato. ¿Y tú, qué estás haciendo?"
"Lo mismo de siempre, ya sabes."
"No me cabe duda. ¿Cuándo vendrás a Seúl?"
"El próximo mes, quizás, no lo sé. ¿Ya me extrañas?"
"No. Sólo necesito a quien molestar."
"Mocosa."
"¡Odio que me llames mocosa!"
"Lo sé, jaja. Tengo que irme. Te quiero hermanita."
"Yo también te quiero Bambi."
"¡NO ME LLAMES BAMBI!"
Solté a carcajadas. Me gustaba molestar a mi hermano.
En eso mi espalda se estremeció al oír una risa enfermiza muy familiar.
— Hola, Sunhee. — ni siquiera me dí la vuelta para saber quien era. Aun así lo hice para ver a LeeKnow frente a mí con una gran sonrisa sobre su rostro, que sólo de verla me causaba escalofríos.
— H-hola, LeeKnow. — me puse seria aunque mi voz salió temerosa. Miré hacia abajo para evitar el contacto visual.
— ¿Cómo has estado? Me alegra verte. — soltó en un dulce tono. Tragué duro y sentí mi estómago encogerse. ¿Acaso ya se le olvidó lo que me hizo?
— He estado muy bien. — solté firme. — Si me disculpas debo irme.
— Oh, espera. — me detuvo del brazo y me tensé, pero de miedo. Mis ojos miraron su rostro con cicatrices que aun no habían sanado. Un corte debajo del ojo izquierdo que aun seguía seco, otro en el labio inferior y uno más atravesando su ceja. Esos cortes se los había hecho el mismo con una navaja, estoy segura. Conociendo la clase de enfermo que era no me cabía la menor duda.
— ¿Qué quieres?
— Sólo hablar. Sabes, te he extrañado mucho. — de pronto me moví cuando él acarició mi rostro con el dorso de sus dedos, estaban fríos y hacían tiritar todo mi cuerpo. — He extrañado ver tu lindo rostro. Que bueno que aun conservo esas fotografía tuyas. ¿Lo recuerdas?
Quería vomitar. ¡Esas malditas fotos me traían abominables recuerdos! Mi estómago no soportaba más. Traté de respirar lo más hondo para controlarme sin que él notara que estaba asustada.
— ¿No crees que es mejor que te olvides de mí? — solté cabreada, pero en vez de sorprenderle mi dura actitud soltó una carcajada como un loco.
— ¿Cómo podría? Con un rostro tan bonito como el tuyo es imposible que pueda olvidarme de ti, cariño. — sentía asco cuando me llamaba "cariño" mucho pero mucho asco. — Eres tan bonita, Sunhee. ¿Por qué no me haces caso?
— ¡¿Y todavía lo preguntas?! — solté enojada en voz alta.
— Sé que he sido un idiota, pero todo lo hice por amor. — gruñé ladeando la cabeza. No quería seguir escuchándolo. — Tu amor es lo que me mantiene vivo, cariño. Y sólo para que veas lo mucho que te amo... — se remangó el brazo para dejarlo al descubierto y ver mi nombre en letras grandes y rojas tatuado sobre el. Me horricé al ver que los trazos estaban morados, era evidente que había usado una navaja.
Lo miré y me sonrió con normalidad.
— ¡Déjame en paz, LeeKnow! — le grité a la cara antes de salir de allí. Mientras más avanzaba sentía unas pisadas seguirme. No me dí la vuelta para descubrirlo y comencé a correr por toda la cuadra. Sin saber a donde llegar no me detuve, aunque mis pies ya se habían cansado. Entré a un callejón obscuro y sin salida. Para cuando ví la pared ya era demasiado tarde para volver hacía atrás. LeeKnow estaba frente a mí, bloqueandome la salida, y empezó a acercarse furioso. Tomé un pedazo de madera y se lo arrojé a la cara. Intenté escapar pero me jaloneó del brazo y luego sus brazos me encadenaron.
Empecé a patalear y a gritar lo más que pude. Pidiéndole que por favor me soltara, pero LeeKnow me tapó la boca y me llevó a un rincón donde unas cajas y escombros tapaban cierta visión del callejón.
Me recostó sobre el suelo sucio y entre más gritaba más presionaba mis brazos lado a lado de mi cabeza.
— ¡LeeKnow, por favor..! — empecé a llorar y la voz se me escapaba de la garganta. LeeKnow presionó mis muñecas con una de sus manos mientras que con la otra me consolaba acariciando mi rostro.
— No llores princesa, no te voy a lastimar. — limpió mis lágrimas y besó mi frente. Pero antes de que pudiera intentar hacer cualquier cosa, le pateé su parte intima haciendo que se quejara, me levanté y traté de huír pero él volvió a tomarme por detrás y arrastrame de nuevo. Sólo que esta vez me resistí.
— No vas a huir esta vez de mí, Sunhee. Vas a ser mía. ¿Oíste? ¡Mía!
Solté un grito cuando me empujó lejos, no me podía mover, y esperé lo peor.
— Dejála, LeeKnow. — el pelinegro se dio la vuelta para ver quien era. Yo sólo pude ver una silueta más adelante pero no a la persona.
— ¿Qué haces aquí idiota? — LeeKnow se rió de Haechan. En cambio él, no demostraba ningún tipo de expresión en su rostro.
— Veo que sigues en los mismos trotes.
— Seguramente tú cambiaste después de lo que le pasó a Yujin ¿no? — LeeKnow rió con ironía, ví a Haechan apretar los puños así como su mandíbula, como si quisiera explotar en ese momento.
— Tú y yo sabemos porque pasó.
— ¿Enserio? Ambos sabemos que aun así quisieras matarla si la tuvieras frente a ti.
— ¡Ya cállate! — Haechan lo empujó para acercarse a mí, pero LeeKnow lo envió lejos de una patada en el estómago. Lo que no contaba era que Haechan se había levantado como si nada le hubiese hecho daño, entonces LeeKnow sacó de su bolsillo una navaja.
Haechan la miró por un segundo y después a él esbozando una sonrisa malvada.
— ¿Ya no sabes que hacer que ahora me amenazas? — LeeKnow no se contuvo y se fue contra él, pero Haechan le detuvo la mano en el momento que la navaja iba a ser clavada en su estómago. Torció el brazo de LeeKnow llevándolo hacia su espalda, lo empujó hacía unas cajas de basura, me giré para no ver y sólo escuché el ruido de unos vidrios romperse. Oí golpes, me dí la vuelta para levantarme y ver a LeeKnow tirado e inmovíl sobre un montón de vidrios rotos. Haechan se le acercó sólo para recoger al navaja del suelo y guardársela en la bolsa del pantalón.
— Vamos. — Haechan inclinó su cabeza hacía la salida y me fuí corriendo detrás de él. Al salir se giró hacia mí, mientras yo retenía las ganas de llorar. — ¿Estás bien?
Asentí aunque pronto rompí a llorar y Haechan no hacía otra cosa que verme sin saber que hacer.
— Oye oye, tranquila. — murmuró pegando su mano a la pared para que nadie pudiera ver lo que me estaba pasando. En este momento quería un abrazo, pero Haechan no era la persona indicada para eso. Rápidamente me limpié las lágrimas.
— Gracias, Haechan. Otra vez. — una cruva se formó en sus labios como queriendo sonreír, pero no lo hizo. Aun así asintió.
— De nada. — sorbí mi nariz para poder hablar.
— Si no hubieras llegado, no sabría lo que LeeKnow...
— Oye, lo importante es que no pasó nada. — sentí como si sus palabras me dieron un golpe, aunque creo que era la verdad.
— Por cierto, ¿qué haces por aquí? — de repente fruncí mi ceño.
— Voy por Jiyu a la escuela.
— Ya es un poco tarde. — miré la hora en mi celular.
— Lo sé, siempre llego tarde por ella. — se encogió de hombros.
— Si quieres puedo llevarte. — ofrecí. Creo que después de salvarme lo más justo era que yo le ayudara a él también.
Rápidamente agitó su mano con desdén.
— No, no te preocupes. No necesito nada de ti, Sunhee. — esas palabras pudieron haberme dolido si estuviese en otro estado, pero ahora me sentía lo suficientemente agradecida con él por salvar mi vida.
— Tómalo como un favor por ayudarme. Anda ¿sí? — le puse una cara de perrito que seguramente diría "no hagas eso porque no me vas a convencer". En cambio, creo que estaba funcionando en él cuando soltó un suspiro.
— Está bien. — sonreí sastisfecha. Tuvimos que caminar por unos minutos puesto que mi auto lo había dejado frente a la Universidad. Al llegar pude notar la cara de Haechan al ver el auto como si se la cayera la mandíbula.
— ¿Ese es tu auto? — señaló con su dedo y asentí. Luego se dió la vuelta para mirar rápidamente la Universidad.
Desbloqueé el vehículo, abrí la puerta mientras él se subía en la parte del copiloto, y cuando estuvimos dentro arranqué el auto hacia la escuela.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro