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02. You are looking at me?

Desvió su mirada para volver con sus amigos, y entonces mi respiración regresó. Por una parte me sentí mal que él haya roto nuestro contacto visual, pero por otra parte estaba agradecida ya que yo no podía dejar de mirarlo.

Escuché la voz de Jaemin llamándome.

— ¿Sunhee, me estás escuchando? — me volví hacia él. Yo asentí de inmediato fingiendo haberle escuchado.

— ¿A quién estabas mirando? — Chaewon me pegó un codazo sonriendo divertida. Me tomó por sorpresa un segundo hasta que reaccioné y tragué saliva.

— ¿Y-yo..? A nadie. — negué rápidamente para parecer convincente. — ¿Qué hora es? — pregunté para cambiar de tema, ella sacó su celular mirando la pantalla.

— Son las doce. ¿Quieres que nos vayamos?

— No quisiera arruinarles la diversión. — me encogí con un poco de vergüenza.

— No hay problema, tampoco es como que quisiéramos que llegaras borracha a tu casa. Podemos venir otro día. — se rió en un tono burlón y yo también me reí, sintiendo alivio dentro de mí. Por un momento pensé que se molestaría o algo, pero estoy comenzando a creer que desconozco a mi propia amiga.

Bueno, con ella nunca se sabe.

— Podemos venir cuando Hyunjin se mejore. — propuso Jaemin encogiendo sus hombros con simpleza.

— ¿Ya lo extrañas, verdad? — me burlé, porque conociendo que ellos dos siempre suelen pelear por pequeñas cosas.

Parecía una especie de "rivalidad" lo que ellos tenían por así decirlo, aunque siempre han demostrado ser muy buenos amigos apesar de las diferencias.

Jaemin volvió a encogerse de hombros.

— Como sea, Hyunjin es aburrido de todos modos. — dijo con indiferencia y Chaewon y yo soltamos a reír.

Estábamos apunto de irnos cuando de repente algo me detuvo.

— Esperen. — ambos se detuvieron en seco, volteando hacia mí. — Debo ir al baño. — confesé y ellos asintieron.

No fue tan difícil para mí encontrar el baño. Pero cuando entré una sensación desagradable se instaló nuevamente en mi estómago al ver a una chica vomitar en uno de los lavamanos, mientras otra le sujetaba el cabello por detrás y otra chica se recargaba en la pared fumando un cigarrillo viendo pacíficamente aquella escena.

¿De verdad estas cosas pasaban estando aquí?

Me sentí un poco incómoda mirando aquello, y con algo de resignación recordé las palabras dichas por Chaewon y Jaemin.

Dejé de prestarles atención ya que las dos chicas libres empezaron a mirarme mal y preferí entrar a uno de los cubículos.

Al salir pude notar que las chicas de antes ya no estaban, lo cual agradecí internamente. Terminé de lavarme las manos y aproveché el momento para mirarme en el espejo y tomarme una selfie, para después publicarla en mi Instagram. Sí, puede que suene muy random pero cuando hay oportunidad para algo tan impredecible como esto había que aprovecharlo.

Cuando salí el olor a vómito y tabaco desaparecieron de mis fosas nasales. Ahora la parte más difícil era salir de este lugar sin perder de vista a mis amigos, teniendo en cuenta que era más difícil encontrarlos entre la gente que bailaba y entraba por doquiera.

Sin pensarlo dos veces, me adentré en el mar de gente que bailaba en la pista, casi iba empujando a quien se me cruzara en mi camino, y no podía evitar escuchar algunas quejas de otras chicas o ver sus miradas con desaprobación, o los silbidos y piropos de los hombres. Pero yo solo quería encontrar a mis amigos e irme de aquí lo antes posible.

De repente me sentí incómoda y la vez pérdida, como una niña pequeña que aun asustada buscaba a su madre. Y en este caso, la mamá eran Jaemin y Chaewon.

Tan pronto como recordé donde estaba, seguí mi camino, un sujeto pasó por mi lado chocando mi hombro haciéndome girar, probablemente estaba lo suficiente borracho para que me diera cuenta y perdiera de vista la salida de este Club.

Empecé a sentir nervios por todo mi cuerpo y las manos comenzaron a sudarme, no voy a negar que estaba asustada. Me moví a una dirección aleatoria sin importar si estaba moviéndome en la dirección correcta.

La música cambió drásticamente a una más extraña y las luces se hicieron más tenues en el lugar que casi me era imposible ver algo.

Seguí caminando pero choqué con alguien y unos brazos me tomaron de los míos para evitar caerme. Estaba apunto de disculparme cuando alcé la vista y me quedé helada. Las luces dejaron de ser menos tenues y había un poco de iluminación en el lugar. Pero mis ojos seguían clavados en los del chico que me seguía sosteniendo.

Mi corazón dio un vuelco y mi voz desapareció de mi garganta cuando el chico que estaba frente a mí era el mismo que había visto minutos antes de que decidiera abandonar este lugar.

Esta vez pude notar con claridad su rostro y facciones, y debo admitir que no tengo suficientes palabras como para describirlo. Su cabello era castaño, alborotado pero no despeinado, tal como lo había imaginado desde lejos. Sus ojos eran marrones, aunque por el reflejo de las luces no sabía si eran obscuro o claros, pero puedo decir que eran bastante hermosos... y dominantes.

Analicé su rostro, habían pequeños lunares en su mejilla izquierda y mi vista bajó a sus inefables labios rosados. No voy a negar que estos eran envidiablemente bonitos.

Lo que me sorprendió ver fue que tenía un piercing atravesando su labio inferior. Lo que me causó una extraña sensación sólo de contemplarlo.

Oí un gruñido por su parte y me sobresalté un poco, mirándolo algo temerosa.

— ¿Me estás mirando, preciosa? — me estremecí y a la vez sentí mis mejillas calentarse ante el suave y grave tono de su voz. Meneé mi cabeza mentalmente para concentrarme en la realidad.

— ¿Y-yo...? — solté torpemente señalando a mi pecho, él ensanchó una sonrisa burlona. ¡Dios, incluso su sonrisa era preciosa como la de un ángel!

"No es el momento para pensar sobre eso, Sunhee". — me regañé a mi misma mentalmente.

En eso escucho una voz lejana que me llamaba por detrás, pero no me giré para ver quien era, no podía despegar mi vista de este chico que aun tenía frente a mí, y por si fuera poco, diría que no se parece absolutamente en cuanto a los demás chicos lindos que he conocido.

Él era diferente.

— ¡Sunhee, aquí estás! — escuché la voz de Chaewon detrás de mí, y entonces me volteé para verla, cuando sentí el roce del chico abandonar mis brazos.

— Chaewon, que bueno qu- — me detuve borrando mi sonrisa cuando ví la cara de mi amiga completamente pálida, como si hubiese visto un fantasma. Yo me giré de nuevo hacia el chico lindo y pude darme cuenta que ella le estaba mirando, que por cierto, él no dejaba de vernos mientras mantenía una ceja arqueada y una sonrisa juguetona sobre su rostro.

— Sunhee, vá-vamonos...— Chaewon tiró de mi mano con desesperación y yo todavía seguía confundida por su reacción. Volteé de nuevo para atrás y cuando menos me lo esperé el chico negó su cabeza con una sonrisa vacilante antes de darnos la espalda.

¿Qué había sido eso?

Cuando Chaewon y yo salímos hacia la calle me dí cuenta de que Jaemin estaba adentro del auto, con la puerta abierta de brazos cruzados. Cuando nos miró ví fruncir su ceño y salió del auto para venir con nosotras.

— ¿Por qué la tardanza? — preguntó en un tono preocupado, pero en realidad me dí cuenta que veía a Chaewon, quien yacía con la respiración agitada. — ¿Pasó algo?

— Nada. — poco a poco su respiración se controló. — Debemos llevar a Sunhee a su casa. — respondió rápido,  no miraba más que al suelo y se fue a la parte del copiloto mientras yo seguía de pie con Jaemin. Él me miró con cara de "¿Qué pasó?" Pero yo ni siquiera sabía eso, así que solo alcé mis manos y me encogí de hombros antes de entrar al auto.

(...)

Durante las últimas dos semanas, no le comenté nada a Chaewon sobre su extraño comportamiento en el Club. No quise cuestionarla ni hacerme ideas tampoco, ya que seguramente sólo se había preocupado por mí ese día.

Ahora me dirigía a mi salón de clases junto a una de mis amigas que hice en mi curso desde que llegué a la Universidad.

— Entonces ¿fuíste al Club con Nana y Wonnie? — Ningning me preguntó con su dulce tono habitual y yo asentí riéndome en gracia por como llamó a mis amigos.

No es como que los tres fueran muy cercanos, pero ella apreciaba mucho a Jaemin y Chaewon.

— ¿Y cómo te fue para ser tu primera vez? — yo me quedé pensativa un momento para responder. La verdad me gustó mucho, en especial porque me divertí al lado mis amigos, sin embargo, no quise mencionarle la parte en la que casi me tocan más allá de mis entrañas, y considerando que ella es dos años menor que yo, no quiero que tenga ese concepto de un Club.

Me limité a sonreírle dulcemente y hablar.

— Fue muy divertido. Ojalá puedas venir con nosotros algún día.

— Eso sería genial. — me respondió en un tono afligido, apesar de mantener firme su linda sonrisa.

— ¿Te pasa algo? — fruncí mi ceño.

— No es nada. — ella negó la cabeza. — Sólo que a mí también me gustaría ir. Pero ya sabes que me falta un año para cumplir 19. — hizo un puchero inclinando su cabeza al suelo del salón de clases.

Pronto nos sentamos en nuestros lugares, yo en medio de la última fila y ella un asiento detrás de mí. Me giré para verla con mis brazos apoyados en el respaldo de mi silla.

— Si quieres puedes venir conmigo y los chicos. — ella levantó la vista, y sus ojos empezaron a brillar. Sonreí en reacción.

— ¿De verdad? — yo asentí.

— Puedo preguntarles y si me dicen que sí, te avisaré. — ella sonrió ampliamente y me abrazó por el cuello exaltando de emoción.

De acuerdo, me estaba ahorcando, así que le dí palmaditas en sus manos para que me soltara. Ella se detuvo y se separó rápidamente, pidiéndome disculpas con su dulce mirada.

(...)

— ¿Y qué piensan? — les pregunté esperando con entusiasmo. Estábamos afuera en el patio, en una de las mesas redondas de la cafetería. Jaemin me miró de reojo por un segundo mientras que Chaewon desviaba la vista de su celular hacia a mí.

— No lo sé, Sunhee. Ningning no es mayor todavía, además, conociéndola no creo que le guste el ambiente. — Chaewon se encogió de hombros torciendo un poco su boca. No sé porque sentí que no estaba de acuerdo
en llevar a mi amiga, lo que me hizo fruncir el ceño.

— ¿Por qué lo dices?

— No lo sé, pero supongo que a ella no le va a gustar estar allá. — por alguna razón su tono me pareció falso por un momento, pero decidí ignorarlo. Me volteé hacia Jaemin y cuando me miró rodó los ojos seguido de un suspiro. Se reincorporó en su asiento y se dirigió hacia mi amiga.

— Sunhee ya te dijo que a Ningning le gustaría ir.

— Pero...

— ¡Hola a todos! — Chaewon no pudo terminar su oración cuando Hyunjin apareció por detrás de ella, sonriéndo de par en par.

— ¡Hola, Jinnie! — lo saludé con el apodo que siempre usábamos para él. Me sonrió con dulzura.

— Hola, Sunnie. — sentí un pequeño rubor cubriendo mis mejillas. No voy a negar que me gusta la forma en como me llama, pero a veces siento que es muy meloso y simplemente no lo puedo evitar. — ¿De qué estaban hablando? — se sentó por un lado de Chaewon, rodeando un brazo por sus hombros de manera "amistosa". Ella fingió despreciarlo y retiró su brazo por arriba de su cabeza, dejándolo sobre su regazo.

— Queremos ir al Club este fin de semana. — dijo Jaemin. A Hyunjin se le iluminó el rostro.

— ¿Enserio? ¿Y no pensaban invitarme? — puso una mano en su pecho fingiendo estar herido porque nadie de nosotros le había dicho nada antes. Como no había venido a la Universidad por su lesión, no queríamos molestarlo con eso.

— Sólo si Jaemin quiere. — solté en broma, pero al segundo me arrepentí de lo que dije. El rostro de Hyunjin se endureció un poco cuando miró a Jaemin. Él por su parte parecía estar despreocupado por cual era su siguiente reacción.

A veces pienso que no se llevan bien apesar de que siempre suelen bromear entre ellos, incluso algunas veces, algunas de sus bromas han llegado un poco lejos. Sin embargo, no se como hacen para disimular como si nada hubiera pasado.

Creo que son ideas mías. Sí, eso debe ser.

— Quiero decir, el día que fuimos dijo que estaría bien que tú también fueras. — me mordí la mejilla, esperando convencer a Hyunjin para que no lo viera como un malentendido. Suspiré mentalmente de alivio a ver su rostro ablandarse repentinamente y su sonrisa regresó.

— Está bien. ¿Piensan ir este sábado?— miró a Chaewon y ella asintió.

— Sunhee quiere invitar a Ningning. — después de lo que dijo Chaewon, Hyunjin frunció su ceño y volteó hacia a mí. De pronto el pánico me entró.

— ¿Ningning? — yo asentí cuidadosamente. — No creo que sea buena idea.

— ¿Por qué no?

— Ningning no cumple la mayoría de edad aún. — soltó secamente.

— ¡Es lo que yo les dije! — Chaewon  abrió los brazos con furor, y todos la miramos como si estuviera loca. En el buen sentido claro.

— Podemos hacerle una identificación falsa y así nadie lo notará. — sugerí sin pensar y de repente todos voltearon hacia mí con estupefacción. ¿Ahora que dije?

— ¡Estás loca, Sunhee! No haremos eso. — Chaewon me miró hísterica, apuntándome con un dedo.

— Pero...

— ¿Ya olvidaste que por poco no nos dejaban entrar porque pensaban que eras menor de edad? Sino hubieras llevado contigo tu identificación nadie de nosotros hubiera entrado. — me sentí ofendida después de escuchar a Jaemin, y le dí una cara de mala muerte. No era mi culpa por parecer menor solo por ser "baja".

Suspiré rendida.

— Estoy seguro que puede ir otro día. — me ánimo Hyunjin. Yo alcé la cara con una línea recta sobre mis labios.

— Por cierto, ¿cómo sigue tu brazo? — pregunté viendo que ya no traía el yeso consigo.

— Mucho mejor, Sunnie. Gracias. — me sonrió y yo no pude evitar agacharme por el dulce tono de su voz.

— Entonces vamos el sábado. Y nada de arrepentimientos. — Chaewon alzó su dedo como advertencia.

— Seguro que no te arrepientes de ir todos los fines de semana con tal de ver a Jaehyun. ¿Verdad, Wonnie? — Jaemin alargó su apodo en un tono tierno fingido, sonriendo con malicia.

— Cállate.

De repente, al recordar a Jaehyun me hizo recordar la manera en la que me miró por primera vez, y eso hizo que recordara al chico lindo que ví en el Club hace unas semanas. Tal vez me lo encuentre cuando vaya de nuevo.

Porque de solo pensarlo una sensación revoltosa se instaló en mi estómago.

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