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᳝ ࣪ 𔘓 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮8 」

«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗈𝖼𝗁𝗈»... [𝖮8]

❝𝗡𝗼 𝗺𝗮́𝘀 𝗕𝗿𝗶𝗹𝗹𝗼𝘀❞

El día había llegado. El final del contrato que Jimin tanto había esperado, pero que, ahora que estaba frente a él, lo llenaba de una sensación extraña que no lograba comprender del todo. A lo largo de la semana, había pasado por una serie de emociones que jamás habría imaginado cuando aceptó estar en esa casa. Desde la incomodidad inicial hasta el afecto inusitado que la familia de Min comenzó a mostrarle, todo se había vuelto una especie de montaña rusa emocional que lo tenía en un constante estado de alerta.

Horas antes, Jimin había tenido que despedirse de ellos. La madre de Yoongi lo abrazó con una calidez que le hizo olvidar, por un momento, que todo esto había sido un simple acuerdo. El padre de Yoongi, que al principio apenas le dirigía la palabra, también le estrechó la mano con una sonrisa que, para Jimin, resultaba desconcertante. Incluso el pequeño de la familia, después de haber mostrado signos de celos por su competencia en los juegos, se le acercó tímidamente para decirle que esperaba volver a verlo. Era como si, de repente, se hubiera convertido en una pieza más de esa familia, y no en el extraño que había llegado días atrás.

━ Jimin, cuídate mucho ━ dijo la madre de Yoongi, mientras le acariciaba el brazo con ternura ━. Ha sido un placer tenerte aquí. Eres un muchacho muy especial.

Jimin sonrió, forzando una expresión amable, aunque por dentro se sentía completamente confundido. ¿Especial? Esa palabra resonaba en su cabeza de una manera que lo incomodaba profundamente. ¿En qué momento había pasado a ser visto de esa manera? A lo largo de su vida, nunca había sido tratado como algo especial. En todo caso, siempre se había sentido fuera de lugar, como si su verdadera personalidad fuera algo que debía mantener oculto. Y, ahora, esta familia lo despedía con elogios que no parecían corresponder a quien realmente era.

━ Gracias... por todo ━ murmuró, intentando sonar genuino, aunque el nudo en su garganta lo traicionaba.

Los halagos continuaron. Palabras como "increíble", "dulce" y "generoso" llenaban el ambiente, pero Jimin apenas las procesaba. Todo esto le parecía surrealista. Mientras caminaba hacia la salida, sintió cómo cada palabra de afecto lo envolvía en una red de incomodidad. Porque, al final, sabía muy bien que el Jimin que ellos estaban despidiendo no era él. No era la persona que solía ser cuando no estaba bajo la presión de encajar, de ser aceptado.

Yoongi lo siguió hasta la puerta. Parecía más tranquilo que de costumbre, como si esa despedida fuera algo que esperaba, pero no necesariamente algo que deseara. Lo miró por un instante, en silencio, como si estuviera tratando de descifrar lo que pasaba por la cabeza de Jimin.

━ Bueno... parece que este es el final ━ dijo Yoongi finalmente, cruzando los brazos y apoyándose en el marco de la puerta ━. Ha sido... interesante.

Jimin soltó una risa corta, sin mucho entusiasmo.

━ Sí, interesante es una forma de describirlo ━ respondió, evitando el contacto visual.

Yoongi ladeó la cabeza, como si notara algo en su tono, pero no dijo nada. Simplemente le dio una pequeña palmada en el hombro antes de volver a entrar, dejándolo solo en la entrada de la casa.

Jimin se quedó allí unos segundos más, mirando la puerta cerrarse, y sintió un peso extraño en el pecho. No era tristeza exactamente. No estaba triste por irse; en realidad, había contado los días para que ese momento llegara. Pero había algo en esa despedida, en los gestos amables, en el cariño que la familia le había mostrado, que lo inquietaba profundamente. Sabía que no había sido él mismo durante toda esa semana. Había jugado un papel, había fingido ser alguien que no era, alguien más dócil, más amable, más "aceptable". Y, sin embargo, por primera vez en mucho tiempo, había recibido afecto, verdadero afecto, de personas que no lo conocían del todo.

Caminó hacia el coche que lo llevaría de vuelta, pero cada paso se sentía pesado, como si el suelo mismo intentara retenerlo en ese lugar. ¿Por qué sentía esto? Era absurdo. Debería estar aliviado. El contrato se había terminado, y con él, todo el martirio de tener que convivir con una familia que al principio lo había hecho sentir tan fuera de lugar. Pero en lugar de alivio, lo que sentía era... vacío.

Subió al coche y se dejó caer en el asiento, cerrando los ojos un momento. ¿Qué era lo que le estaba molestando tanto? ¿Acaso le dolía haber sido querido solo porque no había mostrado quién era realmente? Esa familia lo había tratado bien, sí, pero lo habían tratado bien por la versión de Jimin que ellos creían conocer. Esa versión que él había construido cuidadosamente para evitar conflictos, para asegurarse de que todo marchara bien y no causar problemas. Y ahora, que todo había terminado, se daba cuenta de lo falso que había sido todo.

El coche arrancó, y mientras veía cómo el paisaje rural se desvanecía a través de la ventana, Jimin no pudo evitar preguntarse si alguna vez sería capaz de ser él mismo sin temer el rechazo. Porque en ese momento, el cariño y los elogios que había recibido le parecían vacíos, como si estuvieran dirigidos a un fantasma, a alguien que no existía realmente.

Sacudió la cabeza, intentando despejar esos pensamientos. No tenía sentido seguir dándole vueltas. Todo había terminado. Ahora, lo único que quedaba era volver a su vida, alejarse de esa familia que, aunque lo había tratado bien, nunca había conocido al verdadero Jimin. Y quizás eso era lo mejor.

El regreso de Jimin a su oficina fue como cruzar un umbral entre dos mundos. Desde el momento en que cruzó la puerta, su rostro volvió a la expresión que siempre había cultivado: fría, impenetrable, cargada de una severidad calculada. La fachada que había perfeccionado a lo largo de los años como un escudo contra el mundo exterior. Ahí, nadie cuestionaba quién era o qué pensaba realmente, porque no daba espacio para esas preguntas.

Se convirtió de nuevo en ese hombre que infundía respeto y temor en igual medida, el que no permitía que nadie se acercara demasiado. Y, sin embargo, algo se sentía extraño, algo se había desajustado durante su tiempo con la familia de Min.

Se sentó en su escritorio, observando los documentos que habían quedado pendientes. Su despacho, tan pulcro y ordenado como siempre, era un reflejo de su control. Todo debía tener un lugar, un propósito claro, sin espacio para el caos o la incertidumbre. Jimin había construido su vida con esa misma precisión. Pero mientras hojeaba los contratos y revisaba los informes, una sensación de inquietud lo atravesaba, como una sombra al acecho en el borde de su consciencia.

¿Qué era exactamente lo que lo estaba perturbando? No podía ponerle nombre, pero sabía que algo no encajaba.

La puerta de su oficina se abrió con un suave clic, y ahí estaba Yoongi, entrando como si nada. Llevaba una expresión neutral, casi indiferente, como si lo que había pasado en los últimos días fuera simplemente un trámite más que ya había cumplido. Jimin sintió un repentino brote de molestia en su interior, una irritación que no esperaba. ¿Cómo podía Yoongi estar tan tranquilo? Había pasado una semana entera en su casa, rodeado de su familia, fingiendo ser alguien que no era, y ahora Yoongi se presentaba aquí, sin el más mínimo signo de haber sido afectado por todo aquello.

━ Vengo a liquidar los últimos detalles del contrato ━ dijo Yoongi con voz calmada, colocando una carpeta sobre el escritorio de Jimin ━. Todo en orden, como siempre.

Jimin se limitó a asentir, manteniendo su expresión dura mientras tomaba la carpeta y comenzaba a revisar los documentos. El silencio que siguió fue espeso, cargado de una tensión que Jimin no podía ignorar. Las palabras de Yoongi eran simples, como si no hubiera pasado nada extraordinario entre ellos, como si esos días en su casa hubieran sido un mero trámite comercial, algo sin importancia.

━ ¿Todo bien? ━ preguntó Yoongi de repente, notando tal vez el leve fruncir de ceño de Jimin.

━ Perfecto ━ respondió Jimin, sin levantar la vista de los papeles ━. Todo está en orden.

Pero su tono no era tan neutral como habría deseado. Había algo en esa interacción que lo estaba exasperando. Quizás era la tranquilidad con la que Yoongi manejaba todo, o el hecho de que, después de todo lo vivido, no pareciera tener ninguna intención de hablar de lo que había ocurrido. Jimin no quería admitirlo, pero había algo que lo molestaba profundamente de esa indiferencia.

Yoongi recogió sus cosas sin más ceremonia, y Jimin lo observó de reojo mientras se preparaba para salir. Hubo un momento de duda, como si Yoongi quisiera decir algo más, pero al final se limitó a un leve gesto de despedida antes de salir por la puerta. Y cuando la puerta se cerró, Jimin soltó un suspiro, sintiendo cómo una pequeña chispa de frustración crecía en su interior. ¿Por qué le afectaba tanto la actitud de Yoongi?

Minutos después, el inconfundible sonido de pasos ligeros se escuchó acercándose a su oficina. La puerta se abrió apenas un poco, lo suficiente para que la cabeza de Taehyung asomara por el marco. Su mirada siempre curiosa se posó sobre Jimin, quien apenas levantó la vista.

━ Te ves raro ━ dijo Taehyung sin rodeos, abriendo más la puerta y entrando sin esperar invitación ━. ¿Todo bien?

Jimin le dedicó una mirada severa, pero su amigo no se inmutó. Taehyung siempre había tenido esa capacidad de ver más allá de su fachada. A pesar de los esfuerzos de Jimin por ocultar cualquier signo de vulnerabilidad, Taehyung siempre sabía cuándo algo estaba fuera de lugar.

━ No hay nada raro, Taehyung. Todo está bien ━ respondió Jimin con frialdad, como si quisiera cerrar la conversación antes de que siquiera comenzara.

Pero Taehyung no se dejó convencer tan fácilmente. Se apoyó en el borde del escritorio de Jimin, cruzando los brazos mientras lo observaba con una mezcla de interés y preocupación.

━ No me mientas ━ replicó, con esa familiar terquedad que Jimin tanto odiaba y, al mismo tiempo, tanto apreciaba ━. Algo te pasa. Desde que regresaste, estás más... no sé, más tenso de lo normal. ¿Te pasó algo con Yoongi?

Jimin apretó los dientes, sintiendo cómo la incomodidad aumentaba. No quería hablar de eso, no con Taehyung, no con nadie. Lo que había pasado en esos días con la familia de Yoongi era algo que prefería enterrar, algo que no quería analizar demasiado. Porque si lo hacía, corría el riesgo de enfrentar preguntas que no estaba preparado para responder. ¿Por qué le importaba tanto lo que aquella familia pensaba de él? ¿Por qué le molestaba la indiferencia de Yoongi?

━ Te estás imaginando cosas, Taehyung ━ contestó Jimin, volviendo su atención a los papeles sobre su escritorio ━. Todo está en orden.

Taehyung lo miró fijamente durante unos segundos, como si estuviera sopesando si seguir insistiendo o dejarlo pasar. Al final, soltó un suspiro y se puso de pie.

━ Está bien, si tú lo dices. Pero, ya sabes, puedes hablar conmigo si algo te está molestando.

Jimin no respondió. Su fachada permaneció intacta, impenetrable. Taehyung lo observó un momento más antes de salir, cerrando la puerta tras de sí. El silencio volvió a llenar la oficina, pero esta vez, no era el tipo de silencio que Jimin encontraba reconfortante. Era un silencio incómodo, lleno de preguntas sin respuesta.

Y así, mientras volvía a concentrarse en su trabajo, Jimin no pudo evitar sentir que algo había cambiado. Algo dentro de él se había removido en esos días, y ahora, aunque todo parecía haber vuelto a la normalidad, no podía sacudirse la sensación de que esa fachada que tanto se había esforzado en mantener estaba comenzando a mostrar grietas.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09

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