᳝ ࣪ 𔘓 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮3 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗍𝗋𝖾𝗌»... [𝖮3]
❝𝗙𝗮𝗺𝗶𝗹𝗶𝗮❞
La mañana comenzó con la inesperada llegada de la madre de Jimin, algo que no ocurría con frecuencia desde que él había comenzado a trabajar en su empresa. Jimin, que ya estaba listo para su nueva misión, apenas escuchó el sonido de la puerta, frunció el ceño. Tenía un día muy ocupado por delante, y la aparición repentina de su madre solo complicaría las cosas.
Se encontraba frente al espejo, ajustándose los detalles finales de su nueva apariencia, con un leve rubor en las mejillas y su cabello temporalmente teñido de un rubio platinado, algo completamente ajeno a su usual porte elegante y oscuro. Sus cejas se tensaron al notar lo ridículo que se sentía en ese momento, como si estuviera interpretando una burda caricatura de sí mismo.
Justo cuando terminó de colocarse los accesorios que requería su nuevo personaje, la puerta se abrió de golpe y su madre entró sin previo aviso. Jimin se giró rápidamente, intentando esconder la incomodidad que le generaba verse tan diferente. Su madre, una mujer de semblante firme y ojos que revelaban cada uno de los juicios que pasaban por su mente, lo miró de arriba abajo, escaneando cada detalle de su apariencia con una sonrisa que mezclaba incredulidad y diversión.
━ ¿Qué demonios te hiciste en el cabello? ━ preguntó ella sin filtro, caminando hacia él mientras inspeccionaba los detalles del cambio. Jimin se quedó en silencio por un momento, intentando encontrar una respuesta que no fuera un gruñido de frustración.
━ Es para una nueva misión ━ respondió al fin, con tono seco, intentando que aquello sonara natural, aunque por dentro sabía lo ridículo que se sentía.
Su madre alzó una ceja, incapaz de contener una risa burlona. ━ ¿Una nueva misión? ━ repitió, divertida ━. ¿Desde cuándo te dedicas a ser modelo de revistas juveniles? ━ Su tono mordaz hizo eco en la habitación, y Jimin tuvo que contenerse para no rodar los ojos. Sabía que, aunque intentara justificarlo, nada de lo que dijera cambiaría la opinión de su madre.
━ No es un trabajo cualquiera ━ insistió él, cruzándose de brazos ━. Es algo más… complicado. Necesito mantener una apariencia específica para este cliente. ━ Hizo una pausa, con la mandíbula apretada, claramente incómodo con la conversación.
━ Oh, claro, complicado ━ repitió su madre, todavía divertida ━. No me digas que ahora te dedicas a hacerte el tierno. ━ La palabra "tierno" resonó como un chiste privado entre ellos, algo que Jimin jamás había sido ni pretendía ser.
Él suspiró pesadamente, sintiendo cómo su paciencia se desgastaba. ━ Es un trabajo, madre. No tiene nada que ver con lo que yo quiera o no. Es lo que hay que hacer.
Ella, aún divertida, se acercó para tocarle el cabello y comprobar que realmente se había atrevido a cambiar su habitual negro azabache por aquel tono ridículo. ━ Jamás imaginé que mi hijo terminaría haciendo esto ━ dijo con una sonrisa traviesa antes de darle un golpecito en el hombro ━. Solo espero que no termines disfrutando esto más de lo que crees.
━ No lo disfrutaré ━ respondió él, con dureza en su voz ━. Créeme.
Con una última risa burlona, su madre se despidió, deseándole suerte con lo que consideraba un absurdo. Jimin apenas pudo contener su frustración cuando la puerta se cerró tras ella. Respiró hondo, mirándose una vez más en el espejo. Estaba listo, aunque cada segundo que pasaba vestido de esa forma le recordaba cuánto detestaba lo que estaba a punto de hacer.
Horas más tarde, Jimin y Yoongi se encontraban ya de camino a Busan, con el auto avanzando lentamente por las carreteras que conectaban la ciudad con su destino. A medida que se acercaban, Jimin no podía evitar sentirse cada vez más incómodo. Había pasado toda su vida acostumbrado a ser el centro de atención, pero no de esta manera. Ahora, con su cabello rubio y su ropa cuidadosamente seleccionada para proyectar una imagen más dulce y accesible, las miradas curiosas de las personas que se cruzaban en su camino comenzaban a inquietarlo.
Yoongi, sentado a su lado, permanecía en silencio, pero la tensión en el aire era palpable. No hacía falta ser un experto para notar que Jimin estaba luchando por mantener su compostura. Cada vez que alguien pasaba cerca del auto y echaba un vistazo curioso en su dirección, Jimin apretaba la mandíbula, intentando no perder la calma.
━ Esto es ridículo ━ murmuró por lo bajo, aunque lo suficientemente alto como para que Yoongi lo escuchara. El tono de su voz dejaba claro que no estaba disfrutando en absoluto de esta experiencia.
Yoongi, notando la incomodidad de Jimin, se removió en su asiento, claramente nervioso. ━ ¿Estás bien? ━ preguntó tímidamente, sin saber muy bien cómo abordar el tema.
Jimin le lanzó una mirada de advertencia, dejando claro que no era el mejor momento para ese tipo de preguntas. ━ Estoy perfectamente bien ━ respondió con frialdad ━. Solo quiero terminar con esto lo antes posible.
El trayecto continuó en silencio durante un rato más, pero las miradas seguían acumulándose. Cada vez que Jimin se cruzaba con alguien, sentía cómo los ojos se clavaban en él, analizando su nueva apariencia. ¿Qué pensaban esas personas? ¿Veían a alguien tierno, como se suponía que debía proyectar? O quizás, a pesar de todo el maquillaje y los brillos, aún podían percibir la tensión y el desagrado que se escondían debajo.
Llegaron finalmente a la ciudad de Busan, y Jimin no pudo evitar soltar un suspiro de alivio cuando dejaron atrás las carreteras más transitadas. Sin embargo, el alivio fue momentáneo. A medida que se acercaban al destino final, el peso de la misión caía sobre él con más fuerza. Estaba a punto de enfrentarse a la familia de Yoongi, y lo que les esperaba era un reto mucho mayor de lo que había anticipado.
━ Recuerda lo que dijimos ━ le advirtió Yoongi en voz baja ━. Mantente relajado y… bueno, lo más amable posible. Mi familia puede ser un poco… exigente con este tipo de cosas.
Jimin solo asintió, pero la verdad era que no estaba seguro de cuánto tiempo podría mantener esa fachada.
Cuando Jimin y Yoongi finalmente llegaron a la casa de los padres, Jimin sintió una oleada de incomodidad recorrer su cuerpo. Sabía que estaba a punto de adentrarse en terreno peligroso. No era simplemente conocer a una familia, sino cumplir con un papel que le disgustaba profundamente: ser el novio tierno y adorable que Yoongi había inventado. Todo en su apariencia, desde los mechones rubios que caían sobre su frente hasta los brillos que aún relucían en su piel, era un recordatorio constante de lo ajeno que se sentía a sí mismo.
No bien habían puesto un pie dentro de la casa, una mujer baja y de rostro afable, con una energía casi infantil, se acercó a Jimin con los ojos brillando de emoción. Era la madre de Yoongi, claramente emocionada por la llegada del supuesto novio de su hijo. Antes de que pudiera decir una palabra, la mujer lo agarró por las mejillas, apretándolas suavemente con sus manos pequeñas.
━ ¡Oh, pero qué lindo eres! ━ exclamó, casi chillando de felicidad ━. Yoongi nos ha contado tantas cosas, pero no me imaginaba que fueras tan... adorable.
Jimin, cuyo rostro había sido apresado por esas manos amables pero firmes, hizo todo lo posible por mantener una sonrisa que no traicionara su incomodidad. "Adorable" era una palabra que lo hacía temblar internamente. Sin embargo, decidió asumir su rol con determinación, tragándose la molestia. Devolvió la sonrisa, aunque esta no llegó a sus ojos.
━ Gracias, señora Min ━ respondió con una voz tan dulce como pudo forzarla, sintiendo cómo los músculos de su cara se tensaban.
Mientras la madre de Yoongi seguía hablando, un hombre alto y de porte serio, que claramente era el padre, apenas levantó la vista del periódico que sostenía entre las manos. Su falta de interés en la situación era evidente. Apenas dirigió un breve vistazo a Jimin, murmurando un seco "hola", y luego volvió a sumergirse en la lectura. Jimin sintió una mezcla de alivio y frustración. Por un lado, no tener que enfrentarse a una inquisición por parte del padre le quitaba un peso de encima, pero por otro, la indiferencia lo hacía sentir aún más fuera de lugar.
━ Ven, ven, déjame presentarte al resto de la familia ━ continuó la madre de Yoongi, llevándolo casi a rastras hacia el interior de la casa.
Ahí fue cuando conoció al pequeño hermano de Yoongi, un niño travieso que no tendría más de seis años. Apenas lo vio, los ojos del niño se fijaron en algo que colgaba del bolso de Jimin: unos ridículos muñecos de felpa que había tenido que añadir a su atuendo para completar la imagen tierna que se esperaba de él. El niño se lanzó hacia ellos con una emoción desbordante.
━ ¡Quiero jugar con esos! ━ gritó mientras extendía sus pequeñas manos hacia el bolso.
Jimin, sintiendo cómo la irritación comenzaba a burbujear en su interior, estuvo a punto de decirle algo, de apartar al niño y regañarlo por ser tan impulsivo. Pero no podía. No ahora. No mientras todos los ojos estaban puestos en él, observando cada uno de sus movimientos, esperando que mantuviera la fachada de novio perfecto.
━ Ehm, tal vez más tarde, pequeño ━ dijo Jimin, su voz forzadamente dulce, mientras retiraba el bolso de su alcance ━. Son... parte de un regalo especial.
El niño lo miró con una mezcla de curiosidad y decepción, pero pronto se distrajo con otra cosa, dejando que Jimin respirara aliviado. En todo ese tiempo, Yoongi no había dicho mucho, observando desde un rincón, aunque su mirada mostraba signos de incomodidad. Era evidente que no disfrutaba de aquella situación tanto como Jimin. Sin embargo, ambos sabían que no tenían otra opción.
Justo cuando Jimin pensó que había sobrevivido a la presentación inicial, la madre de Yoongi, que hasta ahora no había parado de hablar y elogiar a su hijo por "encontrar a alguien tan dulce", soltó una pregunta que lo tomó completamente desprevenido.
━ Bueno, ya que están aquí, supongo que no se molestarán si les pedimos ver una pequeña muestra de cariño, ¿verdad? ━ preguntó con una sonrisa cómplice, sus ojos llenos de expectativa.
El silencio cayó como una losa sobre el lugar. Jimin y Yoongi intercambiaron una mirada rápida, y por un segundo, ambos quedaron paralizados. Ninguno de los dos esperaba que aquello ocurriera tan pronto. A Jimin le costó unos segundos procesar lo que la madre de Yoongi acababa de pedirles. ¿Un beso? ¿Ahí, frente a toda la familia? Sintió una oleada de incomodidad, pero no podía retroceder.
━ Claro, no hay problema ━ dijo Jimin con una seguridad fingida, sabiendo que no había otra salida más que seguir adelante.
Se volvió hacia Yoongi, quien parecía estar aún más nervioso que él. Jimin, sin poder evitarlo, dejó que sus instintos tomaran el control. Se acercó a Yoongi, pero lo hizo de una manera que parecía demasiado natural para su personalidad real. Sus manos se posaron sobre los hombros de Yoongi, tomando el control de la situación. De inmediato, supo que había cometido un error. La tensión en el aire era palpable. Todo lo que había practicado para actuar como el novio tierno y sumiso parecía haberse desvanecido en ese instante. La mirada de Yoongi lo delató, un destello de sorpresa y confusión.
Antes de que el momento se volviera aún más incómodo, Jimin cambió de táctica. Soltó los hombros de Yoongi y suavizó su postura, acercándose lentamente, como si estuviera dudando, como si fuera el más vulnerable de los dos. Fingió ser lo que todos esperaban ver: el novio tímido y delicado.
El beso que siguió fue breve, casi insignificante en su ejecución, pero el impacto fue monumental. Las mejillas de Jimin se sonrojaron, no por el beso en sí, sino por la vergüenza de haber tenido que actuar de esa manera. Sabía que todos los presentes los observaban detenidamente, esperando cualquier señal que pudiera traicionar su actuación. Pero, por suerte, nadie parecía haber notado su pequeño tropiezo inicial.
━ ¡Oh, qué lindos son! ━ exclamó la madre de Yoongi, claramente satisfecha con lo que acababa de presenciar.
Jimin, por dentro, solo quería desaparecer.
La habitación estaba en penumbra, pero eso no impedía que Jimin sintiera como si cada centímetro del lugar lo asfixiara. Las paredes, cubiertas de una decoración absurdamente infantil, parecían burlarse de él, reflejando su frustración. No había tenido un momento de paz desde que llegaron a la casa de los padres de Yoongi. Durante toda la tarde, había sido un espectáculo constante, donde cada miembro de la familia se sentía en la necesidad de bombardearlo con comentarios dulces y tiernos. Sonrisas, risitas, palabras que lo hacían sentir como si fuera una especie de peluche en exhibición. Y lo peor de todo, tenía que fingir que le encantaba.
Ahora, de pie frente al espejo, observaba su reflejo con una mezcla de furia y resignación. Allí estaba, en ese maldito pijama con dibujos de muñecos ridículos que le habían insistido en ponerse. El estampado infantil cubría toda la tela, haciendo que cada vez que lo mirara, sintiera que su dignidad se desmoronaba un poco más. No había escapatoria. Sabía que había firmado para esta misión, sabía que estaba comprometido a seguir las reglas, pero eso no significaba que lo soportara en silencio.
━ ¡Maldita sea! ━ murmuró, apenas conteniendo el grito que quería soltar.
Quería romper algo, desahogar su ira de alguna manera, pero no podía permitirse el lujo de hacer ruido. Lo último que necesitaba era que alguien más en la casa lo escuchara y entrara a la habitación, con otra ronda de dulces comentarios y preguntas intrusivas.
Jimin caminó de un lado a otro en la habitación, las manos apretadas en puños, el corazón latiéndole con fuerza. Su furia era casi palpable. No podía entender cómo había terminado así, metido en esa farsa, rodeado de muñecos y sonrisas falsas.
Justo cuando estaba a punto de explotar, la puerta se abrió y apareció Yoongi, con una sonrisa en los labios. Al verlo, Yoongi soltó una risa suave, como si no pudiera contenerse.
━ ¿Qué diablos te pasa? ━ le espetó Jimin, acercándose a él con una mirada amenazante ━. ¿Te divierte verme así?
Yoongi se encogió de hombros, sin dejar de reír. Estaba apoyado en el marco de la puerta, los brazos cruzados, observando la furiosa figura de Jimin en ese pijama que claramente lo hacía ver como todo lo contrario de lo que era en realidad.
━ Perdona, pero no puedo evitarlo ━ respondió Yoongi, aún con una sonrisa burlona ━. Es que… mírate. Con esos muñecos, pareces un niño enfadado porque no le dejaron comer postre.
Jimin lo fulminó con la mirada. Cada palabra que salía de la boca de Yoongi solo alimentaba más su rabia. Dio un paso hacia él, cerrando el espacio entre ambos de manera amenazante.
━ Yoongi, juro que si no paras de reír, no responderé de mí ━ dijo en voz baja, pero con la firmeza suficiente para que el mensaje fuera claro.
Pero antes de que pudiera continuar con su intimidación, la puerta volvió a abrirse, esta vez de golpe. Una joven adolescente, con el cabello desordenado y la expresión cansada, apareció en el umbral. Era la hermana de Yoongi, que, al verlos a ambos en esa posición, quedó congelada en su lugar por un momento. Sus ojos se pasearon entre la figura imponente de Jimin, que estaba claramente molesto, y Yoongi, que aún tenía una sonrisa en los labios.
━ ¿Qué está pasando aquí? ━ preguntó la joven, con una mezcla de curiosidad y confusión.
Jimin, que había estado a punto de estallar, tuvo que contenerse de inmediato. Su mente trabajaba a toda velocidad para mantener la fachada. No podía permitirse el lujo de que la hermana de Yoongi sospechara algo. Todo debía parecer perfecto. Soltó los hombros de Yoongi y retrocedió un paso, forzando una sonrisa que apenas disimulaba su frustración.
━ Nada, solo estábamos… conversando ━ dijo Jimin, su tono de voz cambiado, volviendo a la dulzura forzada que había adoptado durante todo el día.
La hermana de Yoongi los miró con escepticismo, pero no pareció dispuesta a indagar más en lo que había visto. En lugar de eso, dejó escapar un bostezo y se encogió de hombros.
━ Bueno, mamá dice que bajen cuando quieran. La cena está lista ━ informó antes de desaparecer de nuevo por el pasillo.
El silencio cayó sobre la habitación después de que ella se fue, y Jimin soltó un suspiro largo y profundo, como si todo el aire contenido en su pecho finalmente pudiera salir. Se pasó una mano por el rostro, apartando algunos mechones rubios que caían sobre sus ojos. Sentía que cada minuto que pasaba en esa casa era una prueba de resistencia mental.
Yoongi, por su parte, volvió a apoyarse en el marco de la puerta, observando a Jimin con una expresión más seria ahora. La diversión que había mostrado antes había desaparecido, y ahora parecía realmente preocupado por cómo estaba tomando Jimin todo aquello.
━ Jimin, lo siento si esto es más de lo que esperabas ━ dijo Yoongi, cruzando los brazos ━. Sé que no es fácil, pero lo estás haciendo bien. Solo falta un poco más de tiempo.
━ ¿Hacerlo bien? ━ repitió Jimin, lanzándole una mirada de incredulidad ━. Me estoy ahogando en esta farsa. No soporto ni un minuto más de sonrisas falsas y comentarios ridículos sobre lo "adorable" que soy.
Yoongi lo miró fijamente por un momento, luego suspiró, acercándose a él con pasos lentos pero decididos.
━ Solo un poco más. Te prometo que todo esto valdrá la pena.
Jimin resopló, sin estar convencido. Pero, al mismo tiempo, sabía que no había vuelta atrás. Ya estaba demasiado dentro de la mentira como para abandonarla ahora. Se volvió hacia el espejo nuevamente, mirando su reflejo con una mezcla de odio y resignación. Sabía que tenía que seguir, pero cada parte de él deseaba poder arrancarse esa piel falsa que había adoptado y volver a ser él mismo.
━ De acuerdo ━ dijo finalmente, con un tono mucho más frío ━. Pero si alguien más me llama "adorable", me va a explotar la cabeza.
Yoongi soltó una risa suave, pero esta vez fue más comprensiva que burlona. Sabía que Jimin estaba al límite, pero también sabía que lo lograría.
━ Solo aguanta un poco más ━ dijo Yoongi, antes de salir de la habitación, dejando a Jimin solo una vez más con sus pensamientos y su molesto pijama de muñecos.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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