Capitulo 15
Wonwoo veía como las gotas de lluvia chocaban delicadamente contra la ventana de su cocina, aún faltaban algunas horas para ir a levantar a los demás pero la noche había le resultado muy pesada, las veces en las que logró conciliar el sueño se despertaba muy rápidamente y sobresaltado. No soportó más así que decidió bajar a la cocina y prepararse un café caliente mirando lo muy horrible que estaba el día, con las gotas de agua cayendo de las nubes grises que cubrían por completo cualquier rastro de la luz alegre del sol.
Cuando estaba a solas aprovechaba para reflexionar, mientras miraba su anillo de bodas manchado con distintos acrílicos de colores por haber estado ayudando a Mark con una tarea de plástica, sonrió con melancolía y tomó un sorbo de su bebida caliente.
Ahora mismo no paraba de hacerse preguntas de qué pasaría cuando los chicos estén con su madre, él querían que estén seguros pero algo en esa mujer lo inquietaba, quería confiar en ella pero simplemente no podía, no lograba tenerle empatía cuando ella fue la causante del daño hacia sus hijos.
Tal vez suene tan cliché y tan tierno a la vez pero quería proteger a sus hijos. Porque sí, lo eran, él sentía que lo eran, la sangre en estos momentos es lo que más que importa un carajo, no necesita un estúpido papel ni un maldito árbol genealogico que lo compruebe y decir que esos cinco chicos maravillosos eran sus hijos.
Una presencia lo distrajo de sus pensamientos así que terminó desviando la mirada y encontró a su esposo otra vez buscando comida en la heladera a una hora no muy considerable.
El moreno se acercó a su esposo olvidando por el molesto su aperitivo madrugador y se sentó junto a él para acompañarlo.
—Te dije que te hace daño comer porquerías a éstas horas, Mingyu —lo regañó y recibió una caricia en un pequeño mechón rebelde del menor.
—Ya—soltó una risa nasal y abrazó a su esposo por la espalda obteniendo como respuesta la cabeza del menor en su hombro—Tomar café tan temprano tampoco te hace bien...
—Cállate—siseó divertido—Es lo único que logra calmarme cuando estoy nervioso.
—Está bastante nublado...—dijo desviándose del tema.
—Sí—respondió en un suspiro—Hace ver más deprimente el día.
Mingyu acurrucó más a su esposo al escuchar ese tono tan pesado y triste.
A ambos no les quedó de otra que quedarse callados por las escasas ganas de decir una sola palabra mientras esperaban la hora para ir a despertar a los chicos y nunca pensaron que el tiempo pasaría rápido, a pesar de que el clima seguía siendo igual de triste y horrible.
En menos de lo que esperaban ya estaban vestidos de una manera aceptable mientras acomodaban algunas prendas de los más pequeños. Odiaban demasiado que el tiempo pasara tan rápido pero por lo menos soltaron algunas sonrisas porque Chan se negaba a levantarse, no sólo porque estaba muy cómodo debajo de sus mantas, sino que quería de hacer esos últimos segundos lo bastantes duraderos junto a sus papás tratando de sacarlo de la cama.
Cuando por fin lograron vestirlo el ambiente volvió a ser neutro y pesado, en dónde la incomodidad podía sentirse. Los menores no tenían expresiones que demuestren felicidad, parecía como si les costara mostrar emoción al ya saber que si irían con su mamá.
Ellos no querían irse con ella, querían quedarse con sus papás.
—Papá—llamó la voz suave de Mark.
—¿Qué pasa, Mark?—el castaño lo miró mientras le acercaba un plato con galletas.
—¿Es obligatorio ir?—preguntó entrecerrado sus ojos—¿No le podemos decir al señor que vamos a ir otro día?
—No, amor, tenemos que ir sí o sí—explicó—Sería una falta de respeto si no nos presentamos cuando ya nos dieron la fecha.
El mayor se fue del comedor dejando a Mark con un tierno mohín en su pequeña boquita, el cuál se hizo más molesto cuando su hermano menor se estiró por la mesa para robarle una galleta de chocolate.
—San tú tienes las tuyas—apartó el plato de plástico rápidamente—Sácale una a Chan, él está más cerca.
Mark estaba dispuesto a iniciar un duelo entre sus dos hermanos menor cuando se vió interrumpido por el rostro preocupado de Mingyu, que terminó por incomodarlo.
—Chicos—el nombrado habló obteniendo la atención de sus hermanos mayores en—No quiero irme con mamá...
—Yo tampoco—siguió San—¿Está mal que...—dudó si decir realmente lo que sentía, era demasiado fuerte para alguien de su edad y según por lo que llegaba a comprender en su corta vida—...no la quiera?
Sus hermanos lo miraron asombrados ante aquella pregunta, aquella mujer los había tratado muy mal pero seguía siendo su madre y se supone que la gente debe adorar a su mamá ¿Por qué él no lo hacía? ¿Acaso no era fácil superar el rencor y las equivocaciones cuando vienen por parte de una mamá?
—Supongo que...¿sí?—respondió el mayor de los tres dudoso—Es nuestra mamá...y debemos de amarla, creo.
—Pero es mala—dijo al fin Chan, haciéndose presente.
Mark quería ser un buen hermano mayor y responder con algo sabio como Eric seguramente habría respondido pero sentía demasiada presión sobre sus hombros al compartir sentimientos con su hermano.
Él tampoco quería regresar con su madre, algo le decía que no estarían bien con ella pero como en tantas ocasiones, no lo tomarán en cuenta por ser pequeño, ni a él ni a sus hermanos.
A veces era difícil ser el hermano mayor, por eso admiraba mucho a Eric y tal vez un poco a Jisung pero él no le tenía tanta paciencia.
—Hay que darle una oportunidad, San...—trató de que su voz no temblara—Tal vez nos llevemos una sorpresa... además, dijo que íbamos a venir a visitar a nuestros papás.
Se sintió un gran hermano mayor al ver que por lo menos una leve sonrisa apareció en los rostros de sus hermanos menores, mientras tanto los dos miraban maravillados a su hermano, para sus pequeñas e inocentes mentes esas palabras habían sido totalmente inteligentes y muy prudentes.
A Chan y a San les hubiera encantado seguir con su conversación, escuchado las sabias palabras de Mark de no ser porque Eric y Jisung entraron a la cocina para poder prepararse el desayuno con un Mingyu y un Wonwoo atrás de ellos tratando de arreglarles bien la ropa, eliminando las arrugas y acomodando sus sacos.
El viaje hasta la corte fue muy corto para Wonwoo y Mingyu, los chicos parecían estar inquietos y nerviosos, a excepción de Jisung que mostraba indicaciones de estar ansioso.
Cuando bajaron del auto ya estacionado, en un rincón de un gran pasillo se encontraban las trabajadoras sociales junto a Seonhee, Jisung retuvo las ganas de ir hasta ella y abrazarla en cuanto la vió entrar al tribunal en dónde se llevaría el juicio, aquel era enorme, tanto que los más pequeños miraban boquiabiertos el lugar, había muchos asientos y un gran estrado de madera en dónde seguramente se ubicaría el juez.
Los menores se dirigeron a su orden hasta los bancos de adelante sin necesidad de ser guiados, ya conocían perfectamente como era toda la situación, llegaban, a los más que pequeños les daban unos peluches, los cinco se sentaban frente al juez y los mayores respondían algunas preguntas que el hombre les hacía.
Ya en su sitio, vieron como su madre se acomodaba a unos metros lejos junto a su abogada y sus padres sustitutos colocaron en un lugar igual pero a su derecha, también había otras personas presentes pero los menores nunca entendieron que es lo que hacían.
Llegó el momento de pararse para recibir al juez, todos ahí saludaron con una reverencia y vieron como un hombre por ahí en los cuarenta años, algo regordete se sentaba en estrado.
—Buenos días—saludó cortez mientras se colocaba unos lentes para poder leer unos papeles inscritos que tenía cerca—Estamos aquí ya que la vista de adopción pasó a ser cambiada por cambios de circunstancias por la señora Seonhee Lee...—el hombre levantó su mirada buscando a la mencionada—¿Usted es la señora Lee Seonhee?
—Es ella, señoría—habló la voz clara de su abogada y la mujer asintió.
—Señora Lee, tengo sabido de que ya lleva díez meses liempia y que ha cumplido con los horarios de visita ¿Eso es verdad?
—Sí—respondió de manera simple para que sus nervios no salieran a flote.
Se calmó al ver una sonrisa en el rostro del juez mientras le daba un pequeña felicitación y seguía nombrando a los presentes.
—Bien y también tenemos a Eric, Jisung, Mark, San y Chan Lee ¿No es así?—miró directamente al frente en dónde estaban los hermanos.
Los más pequeños levantaron su mano como en en la escuela al escuchar sus nombres y Chan solamente copió lo que sus hermanos hacían provocando una tierna sonrisa en cara rellena del juez.
—¿Le dieron peluches?—preguntó tiernamente y los niños respondieron sonrientes mientras alzaban a sus nuevos peluches para mostrarle al juez.
—Aquí están—dijo Mark con una linda sonrisa.
—Oh, esos son de los buenos—el hombre sonrió y miró a los otros dos chicos situados a un costado—Y ustedes deben ser Eric y Jisung Lee.
—Sí, señoría—respondió el hermano mayor.
El hombre asintió para volver a tener su mirada en una hoja de papel.
—Y ustedes estaban bajo el cuidado de sus padres de acogida: Kim Mingyu y Jeon Wonwoo ¿Están ellos presentes?
—Sí, señoría—respondió el castaño con una postura firme.
—Bien, entonces prosigamos. Jisung, tú has mandado una declaración por si no me equivoco.
Jisung movió su pierna nervioso hasta que sintió la mano de Eric en su hombro izquierdo para que se calmara aunque el estaba confundido ya que no sabía que el menor había escrito una declaración.
—Así es, señoría—habló casi en un tono bajo.
La pareja miró con curiosidad al juez para poder saber ya que había puesto Jisung en esa dichosa declaración de la cual desconocía su existencia.
[...]
—Entonces...señores ¿Es verdad que el señor Jeon le faltó al respeto a una señora mayor en frente de los niños?
Wonwoo frunció el ceño confundido y en seguida recordó ese acontecimiento en su casa cuando su suegra había ido.
—Señoría, hay una explicación, la mujer es mi suegra y no me llevo bien con ella...
—Oh wow, lo felicito entonces—habló usando un tono sarcástico.
El castaño frunció sus cejas molesto cruzándose de brazos y dispuesto a pararse de su lugar pero Mingyu tomó sus manos para calmarlo y devolver la mirada hacia el juez.
—Señor juez, lo que mi esposo quería decir es que todo eso tiene una clara explicación.
—Señores, no necesito una explicación, sólo necesito saber si Jisung miente o no.
Ambos suspiraron y volvieron a reincorporarse sintiendo las miradas de los menores en ellos.
—No, no miente—respondió el castaño con un tono serio.
—Y por último ¿Es verdad que no pasaron a tiempo por Jisung a la escuela y terminó yéndose con alguien más?
—Eso fue porque se fue con ella—se defendió inmediatamente Mingyu —Nosotros íbamos a pasar por él.
—Señor Kim, ¿Sí o No?—preguntó con una mirada desafiante.
Mingyu miró indignado al terco juez que se negaba a escucharlo.
—Sí pero en nuestra defensa...—traró de hablar lo más rápido que pudo pero eso no evitó que el juez siguiera hablando.
—Bien—lo interrumpió repentinamente dejándolo con las ganas de decir más.
—Señoría, todo eso que mi hermano escribió tiene una explicación—por fin decidió hablar el mayor de los cinco hermanos.
—Agradezco mucho tu comentario Eric, pero no puedo anular una declaración que ya está escrita y a juzgar por las cosas escritas seguramente tendrán que volver a un juzgado.
Todo se quedó en silencio por algunos segundos mientras el juez leía quién sa qué y Wonwoo junto a Mingyu sentían como sus nervios iban aumentando al compás, tenían muchos sentimientos encontrados que se mezclaban al mismo tiempo.
Sentían miedo, enojo, desesperación, sentimientos diferentes pero que tenían en común una cosa y era de que no eran buenos.
El juez estaba a punto a hablar nuevamente cuando Wonwoo lo interrumpió.
—Señoría, nosotros también tenemos una declaración—avisó con las esperanzas de que el hombre lo escuche.
—Sí, ya la he leído no se preocupe.
—Ahí describimos la verdad ¿Podría leerla?
—No, señor Jeon—respondió.
—Pero debe leerla—exigió—Mire aquí está el borrador—sacó una hoja de carpeta de su bolsillo y se la mostró al juez—Déjeme leerlo, será rápido.
Estada dispuesto a pararse pero la dura voz del juez resonó con el eco de la habitación.
—Señor Jeon, siéntese.
—Por favor, será rápido...
—No—volvió a remarcar—Es la última vez que se lo repito, siéntese. Este juzgado no se trata de ustedes.
Wonwoo se dió por vencido y terminó sentándose nuevamente en su lugar mientras tenía la mirada baja perdiéndose en las preguntas que el juez le hacía a Seonhee, como si estuviera debajo del agua y no pudiera entender con claridad lo que las voces presentes decían.
[...]
Los cinco hermanos entraron por orden a la casa mientras que sus padres sustitutos iban ingresaban a la recidencia a sus espaldas.
Todos estaban serios mientras se dedicaban una que otra mirada, la escena fácilmente podría confundirse como dos padres regañando a sus hijos pero esa no era la ocasión.
El juez había declarado que debido a los derechos que la madre poseía y por las condiciones en las que se encontraba ya era apta para hacerse cargo nuevamente de sus hijos.
Wonwoo y Mingyu no sabían se sentirse felices por los menores o triste porque este sería el último día en el que estén con ellos.
Los chicos no se veían mejor que ellos, estaban también con una leve expresión de melancolía al comprender que ya vivirían más con Wonwoo y Mingyu, ellos ya sabían que algún día se irían pero jamás pensaron que llegaría tan rápido y eso hasta a Jisung le costaba asimilarlo pero por lo menos volverían con su madre.
Y eso era bueno ¿No?
—Jisung carraspeó mientras cargaba a Chan—Creo que...iremos a empacar nuestras cosas.
—Ah, claro—habló uno de los mayores saliendo de su trance—Vayan ustedes, nosotros ayudaremos a los demás.
Eric vió como cada uno estaba con el objetivo de dirigirse a preparar los bolsos para que él y sus hermanos menores puedan irse mañana temprano y él no quería, deseaba tener por lo menos unas pocas horas compartidas con ellos pero tenía algo de vergüenza en decirlo en voz alta.
—Tal vez podemos empacar más tarde, es temprano aún...—se excusó y recibió la mirada de los seis presentes deteniendo su paso.
—Mejor háganlo ahora, cariño—contestó el castaño frunciendo un poco su ceño no viéndose molesto—Sino vamos a estar hasta altas horas de la noche organizado todo.
El menor les dedicó un intento de sonrisa mientras asentía y tomaba camino para ir a preparar su bolso, tampoco iban a tardar demasiado ya que era solamente organizar unos pocos calzados, su ropa y algunas cosas personales.
Ni siquiera sabía por dónde empezar, por lo general él siempre era el que terminaba primero de empacar porque era el más ordenado o tal vez era porque siempre estaba listo para partir de cualquier lugar y justamente Eric no quería irse de su hogar.
Jisung ya había terminado y se ofreció a ayudarlo, y eso que el menor tardaba demasiado en ordenar sus cosas.
Eric se hallaba en el suelo cruzado de piernas mientras acomodaba sus ropas lanzadas por su hermano en su bolso.
—Agarrá—dijo Jisung arrojándose una camisa negra a su hermano mayor quién ágilmente logró atraparla—¿Qué te pasa?
—Nada ¿Por qué?
—Te ves decaído.
—Y tú te ves normal.
—Ya, en serio, estoy tratando de ser un buen hermano—se defendió minetras doblaba una camiseta—Dime.
—No lo entenderías.
Jisung miró nuevamente a su terco hermano, él sabía que al mayor le costaba verlo ya como alguien mayor en vez de un pequeño niño inseguro, indefenso y tímido al que solía cuidar y defender de los niños malos que lo molestaban por eso.
—¿Por qué no?
—Porque tú sí quieres irte, Sung—le dijo mirándolo directamente a los ojos transmitiendo una seriedad neutra—Además nunca pensé que era cierto lo de la declaración.
—Yo te dije que iba a hacerla.
—Creo que estuvo un poco sacada de contexto.
Había estado tan centrado en lo que él quería que ni siquiera se dió cuenta de los sentimientos de sus hermanos y tal vez eso lo hacía un poco egoísta pero más egoísta era no darle una segunda oportunidad a una madre arrepentida que quiere dar lo mejor de ella.
Decidió quedarse callado sin decir más, lo último que quería era tener una discusión con Eric y de ahí siguió el silencio mientras los dos hermanos seguían guardando las pertenencias del mayor.
Mientras tanto en la pieza de los tres pequeños, los esposos miraban con tristeza aquellos estantes vacíos dentro del placar. Estaban ayudando a los niños a doblar su ropa. Mark dijo que ya era muy mayor así que se dobló el solo la ropa dejándola hecha un bollo y a escondidas Wonwoo la quitaba de su lugar para doblarla correctamente y volver a guardarla, San le pasaba las prendas a Mingyu mientras él las guardaba y Chan preparaba su pequeña mochila metiendo a sus peluches con una que otra golosina que tenía por ahí escondida.
Todo su alrededor estaba lleno de melancolía y promesas infantiles que decían que los visitarían, también que ellos podían ir a su casa cuando quieran para poder comer galletas y jugar, que irían a buscarlos para ir al parque o a salir a un lugar divertido. Era estúpido pero muy en el fondo de sus corazones, los mayores esperaban que eso se haga realidad pero sus mentes decían que era algo muy imposible, a veces los golpes de realidades solían ser duros pero tendrían que aceptarlas por lo muy crudas y feas sean.
—Papi, tengo hambre—habló San sentándose sobre su bolso.
—Yo también—esta vez habló el niño mayor—Podemos hacer algo especial, ya saben, como es nuestro último día...
La pareja no se negó y de inmediato los niños salieron disparados de la había directamente hacia la cocina para ir a preparar todo lo necesario y tener una tarde de películas los siete.
—Cambia esa cara—le dijo el mayor a su esposo acariciando dulcemente su mejilla.
—No puedo—se excusó mirando a su pareja—En serio odié a ese estúpido juez.
—Ya, cariño, sólo disfruta los últimos momentos que tenemos con ellos ¿Sí?—con una mano se encargó de apretar las suaves y regordetas mejillas ajenas—¿Mhm?—sonrió de forma en que sus ojos casi desaparecieron en dos líneas.
—Mhm—sonrió por lo muy lindo que se veía Mingyu sonriendo.
Se dieron un rápido beso con aún unas lindas sonrisas en sus labios y subieron los cierres de los bolsos para ir junto a los pequeños.
Como siempre en la cocina hubo alguno que otros pequeños desastres, manos inquietas y también como sopresa los hermanos mayores terminaron por unirse. Cocinaron bocadillos simples y terminaron algo tarde así que aprovecharon y fueron directamente a la sala para ver películas infantiles por algunas largas y torturosas horas para Jisung, ya que los demás estaban acostumbrados a ver esas caricaturas coloridas y sin sentido en su trama.
Los niños se durmieron profundamente y los adolescentes aprovecharon a mirar algo con los mayores como una película de terror que tuvieron que sacar al final porque Eric no dejaba de gritar y terminó despertando a sus hermanitos.
Ya era demasiado tarde y tenían madrugar mañana así que los menores fueron a sus habitaciones para dormir tranquilamente, Wonwoo llevó a los más pequeños mientras que Mingyu bajaba los bolsos de Jisung y Eric, luego Wonwoo lo ayudó a bajar lo demás.
[...]
Al día siguiente despertaron con el sonido abrumador y molesto que provenía de la alarma, no les quedó de otra que levantarse pesadamente e ir a despertar a los chicos.
—¿Tienen todo listo?—preguntó Wonwoo mientras cargaba a un dormido Chan aún en su pijama enterizo.
—Mmm sí, estoy seguro que no nos olvidamos nada ¿No?—miró Jisung a Eric.
—Sí, ya está todo—dijo mientras se colgaba el bolso en su hombro.
Eric se miraba más distante, Jisung ya lo conocía y el mayor llegaba a ponerse así cuando estaba melancólico.
—Wonwoo, Mingyu...—llamó Jisung acercándose a la pareja que estaba acercando las pertenencias de los demás a la puerta.
Ambos lo miraron y le dedicaron toda su atención con unas miradas tan comprensivas que el adolescente no pudo evitar sentirse culpable por alguna razón.
—Quería pedirles perdón por lo de ya saben, la declaración y todo eso...—habló un poco avergonzado.
Era estúpido que se disculpara, después de todo él ya había leído la que los mayores habían escrito.
—Descuida, y cierta parte tenía razón.
—Tal vez hubo algo sacado de contexto pero está bien—el castaño sonrió y nuevamente sacó de su bolsillo trasero una hoja doblada—Ten, está es la declaración que le mandamos al juez, para que la tengas.
Estaba a punto de abrir el doblez de la hoja para empezar a leerla de no ser porque una bocina de un auto llamó su atención, de inmediato guardó de forma descuidada el papel en uno de sus bolsillos y se acercó rápidamente a la ventana para ver cómo su madre junto a las trabajadoras sociales salían del auto.
—¡Chicos, mamá ya vino!—dijo con una sonrisa.
Todos salieron con una enorme pesadez sobre sus hombros menos Jisung, él tenía una gran sonrisa en su rostro mientras corría hacia su madre para abrazarla, esa escena siempre les partía el corazón al matrimonio y no era porque estén experimentando algo parecido a los celos, era porque había algo que les decía que ese amor no era correspondido.
Vieron como cada uno se colocaba al frente suyo, menos Chan porque aún descansaba en el hombro del castaño.
—Bien...creo que es todo—habló Eric tratando de mantener su mirada sin cristalizarse—A-Ah, perdón, no soy bueno con las despedidas.
Sonrieron por la ternura que les provocó el menor, parecía un niño, quería protegerlo junto a su hermanos.
—Les dije que es muy llorón—se burló Jisung para aliviar el ambiente y recibió un leve golpe de su hermano mayor—Como sea, en resumen... gracias.
—Los vamos a extrañar mucho—confesó Mark mientras los abrazaban junto a San—Pero vamos a venir a verlos, lo prometemos.
No lo soportaron y terminaron por darse un abrazo grupal que no duró tanto porque habían sido llamados por su madre, así que tuvieron que separarse, Eric recibió en sus brazos al dormido y soñoliento Chan.
Seonhee les dedicó una sonrisa junto a una leve reverencia para volver a entrar al auto junto a sus hijos.
Los siguieron saludando desde adentro del auto mientras arrancaban hasta ya desaparecer de su vistas por lo muy lejos que estaba el vehículo.
Dino despertó y miró confundido a su alrededor.
—¿Y nuestros papás?—preguntó confundido mientras se acomodaba en los brazos de su hermano.
—Ya nos fuimos, Chan.
Con esa confesión los ojitos del menor se cristalizaron—Pero no me pude despedir.
—Fue mejor así, Chan—contestó su otro hermano mayor.
Durante el resto del viaje Eric junto a los más pequeños estuvieron tratando de calmar las lágrimas de su pequeño hermanito mientras Jisung leía aquella declaración.
Sentía mucha culpa y un gran cargo de conciencia pero era cuestión de tiempo para que ya se le pasara y pudiera disfrutar el tiempo eterno que ahora tenía con su verdadera familia.
Volvió a doblar de forma descuidada haciéndolo lucir viejo aquel papel que decía:
"Cuando a penas íbamos empezando con el programa si nos preguntaban para qué queríamos ser padres sustitutos no habíamos sabido que responder.
Al principio queríamos intentar porque sentíamos que nos faltaba algo, un vacío por llenar, intentamos hacer la experiencia de ser padres y cuando conocimos a Eric, Jisung, Mark, San y Dino pasó a ser más, es extraño pero realmente sentimos un amor incondicional por ellos por eso creemos que somos la pareja perfecta para poder adoptarlos"
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