🗾࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮5 」
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖼𝗂𝗇𝖼𝗈» [𝖮5]
❝𝗠𝗲𝘀𝗮 𝗢5❞...
Seok-Jin y Jimin ya estaban haciendo las maletas para regresar a Seúl, todo debido a lo ocurrido esa noche con el pelirrojo y la peligrosa situación en la que se vio envuelto.
Al llegar al hotel esa noche, Jimin recibió el sermón de su vida. Seok-Jin, visiblemente nervioso e irritado por lo sucedido en el restaurante, descargó su frustración en el rubio.
Jimin llegó al hotel alrededor de las 3 de la madrugada. Con dificultad sacó las llaves y abrió la puerta, su visión algo borrosa por el alcohol. Sin embargo, al ver a Seok-Jin sentado en el sofá al borde de las lágrimas, toda la embriaguez desapareció instantáneamente.
━ Jin, ¿qué... qué pasa? ━ sus dudas se evaporaron al ver a Seok-Jin llorando. ¿Qué había ocurrido en su ausencia? Había salido a divertirse unas horas y ahora su mejor amigo estaba visiblemente afectado. Rápidamente se acercó y lo abrazó, intentando tranquilizarlo tanto a él como a sí mismo ━ Tranquilo, cuéntame qué sucedió.
━ Te dije que era peligroso ━ sollozó Seok-Jin entre lágrimas, dejando escapar su miedo y frustración. Jimin frunció el ceño, intentando comprender ━ Te dije que debíamos irnos de aquí lo antes posible, pero no me escuchaste ━ continuó, ahora más calmado, secándose las lágrimas.
━ ¿Qué? ¿Te refieres al mafioso? ━ preguntó confundido Jimin. De repente, su confusión se convirtió en ira. ¿Qué le había hecho ese hombre a Seok-Jin? El pelirrojo se aferró más a él, interpretando su reacción como confirmación ━ ¿Qué te hizo ese hijo de puta? ¡Voy a ir y le cortaré los malditos huevos! ━ exclamó Jimin alterado, dejando que la rabia lo dominara. La idea de que alguien lastimara a su Hyung era insoportable para él.
━ ¡Shh! ━ Seok-Jin trató de callarlo para evitar un escándalo, tapándole la boca con una mano ━ No me hizo nada malo, pero quiero irme de aquí. Me siento observado y hoy alguien me persiguió ━ murmuró Seok-Jin, sintiendo cómo su cuerpo temblaba ante el temor de ser encontrado o secuestrado en cualquier momento.
Jimin asintió sintiéndose algo aliviado con la explicación, y abrazó más fuerte a su amigo. Finalmente ambos se quedaron dormidos en una posición reconfortante, con el firme propósito de dejar Las Vegas lo antes posible.
Park Jimin y Kim Seok-Jin finalmente habían regresado a Seúl, Corea del Sur, después de un agotador viaje. Cada paso que daban sobre el conocido suelo urbano era como un retorno a la estabilidad y la seguridad. No es que adoraran Seúl en exceso, pero después de los eventos recientes, el simple hecho de estar de vuelta en su ciudad natal se sentía reconfortante, como si hubieran llegado a un refugio seguro después de una tormenta.
El hambre los consumía tras las horas de vuelo, y ni siquiera los meseros del restaurante pudieron disuadirlos de devorar la comida con voracidad. Ambos saborearon cada bocado como si fuera el último, desatando miradas sorprendidas de los meseros que intentaban recomendarles calma.
Después de llegar a casa y poner en orden sus maletas, finalmente pudieron descansar. El día transcurrió en relativa calma, a excepción de los persistentes pensamientos que atormentaban a Seok-Jin.
Sentado en el borde de la cama, Seok-Jin se pasó una mano por el cabello mientras miraba pensativamente por la ventana. Las sombras de Las Vegas parecían perseguirlo aún en la distancia, recordándole la sensación de ser observado, la amenaza latente que había sentido.
Jimin entró en la habitación, notando la tensión en su amigo. Se sentó a su lado, ofreciéndole un abrazo reconfortante. No necesitaban palabras para entenderse; la presencia de Jimin era un bálsamo para el alma inquieta de Seok-Jin.
El silencio entre ellos se llenó con el murmullo lejano de la ciudad que nunca dormía. Seok-Jin cerró los ojos por un momento, tratando de encontrar la paz que tanto ansiaba. Jimin lo apoyaba en silencio, sabiendo que su amigo necesitaba tiempo para procesar todo lo ocurrido.
Finalmente, Seok-Jin rompió el silencio con un suspiro profundo. Miró a Jimin con gratitud, agradecido por su apoyo constante en momentos difíciles como este. Jimin le devolvió una sonrisa suave, prometiéndole con su presencia que juntos superarían cualquier obstáculo que la vida les presentara.
Así, en la serenidad de su hogar en Seúl, Park Jimin y Kim Seok-Jin encontraron un momento de calma después de la tormenta, fortaleciendo su vínculo y preparándose para enfrentar el futuro con determinación y solidaridad.
Eran aproximadamente las 5 de la tarde y Seok-Jin ya se encontraba de vuelta en su restaurante. El pelirrojo realmente extrañó todo lo relacionado con la cocina. Al llegar, lo primero que hizo fue recorrer el local con una mezcla de alegría y nostalgia, saludando con un gesto oportuno a cada uno de los empleados. Puede sonar ridículo, pero la cocina era como su bebé y estaba feliz de volver a estar allí.
Como gerente, tenía la responsabilidad de asegurarse de que todo estuviera en orden, especialmente después de varios días cerrados. Aunque Seok-Jin no se consideraba un chef del restaurante, de vez en cuando disfrutaba preparar algunas recetas. Después de todo, esa pasión fue lo que lo llevó a fundar el restaurante en primer lugar.
No pasó mucho tiempo antes de que todos estuvieran trabajando a pleno rendimiento, atendiendo a los clientes que comenzaban a llenar las mesas y sillas del lugar. En cuestión de horas, el restaurante estaba lleno, y era evidente que seguía siendo uno de los más reconocidos de Seúl. Seok-Jin se sentía profundamente orgulloso de ello; todo el esfuerzo invertido en su trabajo se reflejaba en cada rincón del establecimiento.
Había sido un largo camino para llegar hasta ahí, con la ayuda incondicional de Jimin, por supuesto. Después de años de trabajo duro, finalmente había logrado realizar su sueño de tener su propio restaurante. No podía evitar que una sonrisa se dibujara en sus labios al recordar todo lo que habían superado juntos para llegar hasta ese punto. Jimin también había desempeñado un papel crucial en la construcción y en la gestión del negocio, aunque su carrera en la empresa de autos también le iba excepcionalmente bien.
Mientras tanto, en el restaurante, todo transcurría con normalidad. Seok-Jin se encontraba preparando un cóctel de camarones para un cliente cuando su atención fue captada por Wozzi, uno de los meseros, quien se le acercó visiblemente preocupado y apresurado, con gotas de sudor resbalando por su frente.
━ Señor Seok-Jin, un cliente quiere que usted le entregue su comida ━ informó con voz apresurada, sosteniendo una bandeja entre manos temblorosas.
La cocina estaba alejada del salón principal donde se ubicaban las mesas y la barra, por lo que Seok-Jin no se sorprendió por la solicitud. Era común que algunos clientes quisieran que el dueño del restaurante les sirviera personalmente. Sin embargo, esto no era algo que él hiciera, simplemente porque no era su rol como propietario y chef.
━ Ya sabes mi respuesta a ese tipo de peticiones ━ respondió el pelirrojo, su tono llevaba un claro matiz de desinterés y disgusto mientras continuaba concentrado en el cóctel que estaba preparando.
Resultaba desconcertante y desagradable para Seok-Jin que Wozzi no hubiera explicado claramente al cliente su negativa. El mesero parecía desesperado, saltando ligeramente y tocándose la frente con gesto de preocupación extrema. Este comportamiento llamó la atención del pelirrojo, quien levantó una ceja, intrigado por lo que podría estar ocurriendo.
━ Señor... ━ susurró acercándose cautelosamente a Seok-Jin, como si temiera que alguien más los escuchara ━ El hombre me exigió su presencia. Le expliqué que no podía, pero él... tiene un arma ━ narró con terror evidente en su voz.
Seok-Jin frunció el ceño ante esa revelación. ¿Quién diablos era ese individuo? No toleraría amenazas de ese tipo en su restaurante. Ignorando el potencial peligro, salió de la cocina con paso firme y enojado.
━ ¡Es la mesa 5! ━ afirmó Wozzi, mordiéndose las uñas nerviosamente.
El pelirrojo estaba furioso. ¿Cómo alguien podía traer un arma a un lugar público? ¿Cómo se atrevían a amenazarlo así? ¿Qué clase de idiota hacía eso? Estaba decidido a confrontar a ese hombre, incluso si eso significaba un enfrentamiento físico.
Avanzó rápidamente y buscó con la mirada la mesa mencionada. Allí estaba, un hombre sentado de espaldas, luciendo un traje lujoso y una postura segura. Llevaba un sombrero negro que le daba un aire de misterio y distinción. ¿Quién se creía este individuo para comportarse de esa manera?
A medida que se acercaba, el enojo de Seok-Jin comenzó a ceder ante una creciente sensación de temor. El hombre era considerablemente más grande y robusto que él. En una pelea, claramente tendría desventaja. Lo único que podía ver claramente eran los penetrantes ojos grises del desconocido, que lo observaban con intensidad. Eran ojos rasgados, como los de un depredador acechando a su presa.
El hombre desconocido examinó al pelirrojo de arriba abajo, y Seok-Jin se sintió intimidado, aunque se esforzó por no demostrarlo. En su lugar, colocó ambas manos sobre la mesa, intentando proyectar una mirada amenazante hacia el hombre frente a él.
━ Señor, me puede explicar por qué diablos trae un arma a un lugar público y amenaza a uno de mis meseros? ━ habló con voz firme y dura, clavando su mirada en los ojos del hombre frente a él, su expresión destilaba furia. El hombre alzó una de sus cejas pobladas y oscuras al escuchar el tono desafiante del pelirrojo de baja estatura ━ Además, ¿por qué insiste en que sea yo quien le sirva la comida? Para eso tengo meseros a quienes pago por hacer ese trabajo.
El tono de Seok-Jin era áspero y grave, pero no rivalizaba con la intensidad que emanaba del hombre desconocido.
━ ¿No me reconoces? ━ preguntó el hombre con voz grave y dura, un tono que resonaba como la noche misma.
La voz del desconocido parecía sumergir a Seok-Jin en un estado de parálisis. Negó con dificultad, tragando saliva mientras la mirada del hombre se volvía más intensa, sus cejas fruncidas denotaban molestia evidente.
━ Señor, por favor, deje de tratar de llamar la atención. Tengo que trabajar y usted está poniendo a prueba mi paciencia. Retírese o me veré obligado a llamar a seguridad ━ declaró Seok-Jin con un tono neutral, procurando no provocar más al hombre frente a él.
Antes de que pudiera darse la vuelta para marcharse y cumplir su amenaza, el hombre agarró firmemente su muñeca, deteniendo bruscamente sus movimientos. Seok-Jin sintió cómo el control sobre su propia libertad de movimiento se desvanecía al ser obligado a sentarse frente al desconocido. La fuerza del agarre dejó al pelirrojo desorientado y furioso al mismo tiempo.
Seok-Jin estaba a punto de soltar un grito de protesta por el agarre, pero antes de que pudiera hacerlo, el hombre bajó su tapabocas, revelando su rostro. Al verlo, el pelirrojo se quedó helado, su expresión se transformó al reconocer al hombre frente a él.
Su mandíbula viril, su nariz recta y característica, el tono de piel único, y esos labios carnosos. Todo en él era inconfundible. Era una figura imponente que infundía miedo y ansiedad al mismo tiempo.
Era él.
Era el maldito mafioso.
¡Era Kim Namjoon!
━ No me gusta que me hablen así ━ se quejó con dureza, su voz profunda resonando en el ambiente. Su rostro permanecía impasible, lo que dificultaba a Seok-Jin discernir si estaba simplemente molesto o contenía una furia latente ━ ¿Con esa linda boca maldices? Qué lástima ━ añadió con sarcasmo, esbozando una sonrisa que revelaba un hoyuelo en su mejilla.
Aunque la sonrisa parecía hipnotizar a Seok-Jin por un instante, el nerviosismo volvió de golpe cuando el hombre fijó su mirada en los labios del pelirrojo mientras seguía sonriendo.
Seok-Jin estaba en shock. ¿Qué hacía él allí? ¿Cómo lo había encontrado? ¿Qué pretendía hacerle? El pelirrojo empezó a temblar de miedo, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda. ¿Y si ese mismo día lo secuestraba allí mismo y ahora mismo? Desearía morirse en ese instante.
━ ¿Q-qué quiere? ━ murmuró el pelirrojo, su voz apenas audible por los nervios que le apretaban la garganta. Seok-Jin se recriminó internamente por tartamudear.
━ Quiero hablar contigo sobre algo ━ su tono sonó más como una orden.
El hombre retiró lentamente sus grandes manos de los bolsillos, entrelazándolas frente a él mientras apoyaba su rostro en ellas, observando fijamente y sin ninguna piedad el rostro de Seok-Jin.
━ ¿E-es por lo que... lo que pasó entre nosotros? ━ preguntó el pelirrojo, avergonzado y ruborizado, sus mejillas tomando un tono rosado mientras bajaba la cabeza, enfadado consigo mismo por haber usado el término "usted". La presencia imponente de Namjoon le afectaba profundamente.
━ Sobre eso... ━ Antes de que Namjoon pudiera continuar, otro hombre se acercó a la mesa.
Un hombre de cabello negro que observaba a Seok-Jin con furia. Cuando Seok-Jin giró la cabeza para ver quién era, se congeló por completo al reconocer la figura de ese hombre.
Era Jackson Wang.
Su ex.
Mierda.
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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
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