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🏠 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝖮8 」

«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝗈𝖼𝗁𝗈»... [𝖮8]

❝¿𝗠𝗲 𝗱𝗲𝗷𝗮𝘀?❞

Los días parecían deslizarse lentamente, y cada uno traía consigo una mezcla de incertidumbre y una tensión silenciosa que comenzaba a volverse casi palpable entre Kim y Jeon. Desde aquella noche en la que la pregunta sobre el divorcio había quedado suspendida en el aire, el ambiente entre ambos se había tornado extraño. No era exactamente hostil, pero había algo no dicho que parecía pesar entre ellos. Quizás eran las miradas que se encontraban por accidente, o los momentos en los que Kim desviaba la vista al sentir que Jeon lo observaba demasiado tiempo.

Cada gesto parecía demasiado significativo, cada palabra contenía un doble sentido que ninguno se atrevía a reconocer abiertamente.

Para Kim, la situación se estaba volviendo una especie de trampa emocional. En sus silencios, se daba cuenta de que estaba comenzando a sentir algo que, en el fondo, le aterraba. Cada vez que sus pensamientos volvían a Jeon, a su presencia calmada, a la forma en que se ocupaba de los pequeños detalles de la casa, sentía cómo el espacio que antes consideraba seguro se iba llenando de dudas y de una atracción que no podía controlar. No podía negar que estaba enamorándose, y esa sensación, lejos de llenarlo de felicidad, le producía un temor que lo impulsaba a poner distancia entre ambos.

Por eso, en los días siguientes, Kim empezó a evitar los momentos en los que solían coincidir en la casa. Si sabía que Jeon estaba en la cocina, prefería esperar hasta que él saliera para entrar y preparar algo de comer. Si estaba en la sala arreglando algunos papeles, Kim se refugiaba en su oficina o en su habitación. Cualquier excusa parecía suficiente para crear un poco de espacio, un límite invisible que le permitiera respirar sin sentirse invadido por aquellas emociones que comenzaban a desbordarlo.

Esa tarde, mientras observaba por la ventana la forma en que la luz se filtraba entre los árboles del jardín, se dio cuenta de que no podía seguir ignorando la situación. Sus pensamientos lo atormentaban y, en un intento por despejar la mente, decidió ir a la habitación de su hijo. Quizá una charla con Song podría ayudarlo a encontrar algo de claridad. Además, quería saber cómo se sentía el niño, especialmente ahora que Jeon se había convertido en una figura tan constante en sus vidas.

Caminó por el pasillo con pasos lentos, intentando ordenar las palabras que deseaba decir, aunque en su interior sabía que no sería una conversación fácil. Al llegar a la puerta, tocó suavemente y, al no recibir respuesta, la entreabrió con cautela. Song estaba sentado en su cama, rodeado de algunos de sus juguetes, absorto en un libro que parecía captar toda su atención. Kim sonrió levemente al verlo, aliviado de que su hijo pareciera tranquilo y en paz, al menos en ese momento.

━ Song ━ murmuró, apoyándose en el marco de la puerta para llamar su atención.

El niño levantó la vista y, al ver a su padre, esbozó una sonrisa, cerrando el libro con cuidado. Era una sonrisa pequeña, pero sincera, y eso bastaba para que Kim sintiera que había hecho lo correcto al buscar su compañía.

━ ¿Papá? ━ respondió Song con curiosidad, acomodándose en la cama para hacerle espacio.

Kim entró en la habitación y se sentó junto a él, pasando un brazo alrededor de sus hombros en un gesto de afecto que, aunque sencillo, les hacía sentir más unidos.

━ Sólo quería hablar un poco contigo, hijo ━ dijo en tono suave, mirando el rostro de Song, que lo observaba con la misma expresión curiosa. ━ He notado que te llevas bastante bien con Jeon… pareciera que te has encariñado con él.

Song bajó la mirada por un momento, como si estuviera reflexionando sobre lo que Kim le acababa de decir. Luego, asintió lentamente, y una pequeña sonrisa apareció en sus labios.

━ Es que… él es muy bueno conmigo, papá ━ confesó el niño en voz baja, como si estuviera compartiendo un secreto. ━ Siempre me escucha cuando hablo y no me trata como si fuera un niño pequeño. Me hace sentir… importante.

La sinceridad en las palabras de su hijo fue como un golpe suave pero firme para Kim. Se dio cuenta de que Jeon había logrado ganarse la confianza de Song de una manera en la que él mismo, en su rol de padre, no siempre había sido capaz. Había momentos en los que se sentía distante, atrapado en sus propios problemas y responsabilidades, sin poder brindarle a su hijo la atención que merecía. Y ver que alguien más, alguien externo a la familia, había sabido llenar ese vacío le producía una mezcla de gratitud y un sentimiento extraño, algo similar a los celos.

━ Me alegra escuchar eso ━ murmuró Kim, tratando de sonreír aunque el peso de sus pensamientos lo inquietaba. ━ Sabes que sólo quiero lo mejor para ti, Song. Y si Jeon es alguien que te hace sentir bien, entonces estoy contento de que esté aquí.

Song lo miró con una expresión que parecía casi de madurez, como si comprendiera la importancia de lo que su padre le estaba diciendo.

━ Papá… ¿te sientes bien? ━ preguntó, inclinando la cabeza con preocupación. ━ Has estado como… diferente últimamente. Y también con Jeon.

La pregunta lo tomó por sorpresa, y durante un instante, Kim no supo cómo responder. ¿Cómo podía explicarle a su hijo el torbellino de emociones que lo invadía? ¿Cómo hacerle entender que el propio Kim estaba confundido, que había algo en su relación con Jeon que lo desestabilizaba, que lo hacía sentir vulnerable?

━ Estoy bien, Song. No te preocupes por mí ━ respondió, acariciando suavemente el cabello de su hijo. ━ A veces… los adultos también tienen cosas que nos cuesta entender, ¿sabes? Pero estoy aquí, y siempre voy a estar contigo.

Song asintió, aceptando la respuesta de su padre aunque su mirada reflejaba que aún tenía dudas. Tras un momento de silencio, en el que ambos parecían sumidos en sus propios pensamientos, el niño volvió a hablar, casi en un susurro.

━ Creo que Jeon también te quiere mucho, papá ━ dijo con una sonrisa suave. ━ No sólo a mí… también a ti.

Las palabras de Song resonaron en la mente de Kim, y sintió que el corazón le latía más rápido, como si aquella afirmación hubiera tocado algo profundo dentro de él. Intentó mantener la calma, pero era difícil negar el impacto que la inocente observación de su hijo tenía sobre él. ¿Podría ser verdad? ¿Podría Jeon sentir algo similar a lo que él mismo estaba intentando ocultar, algo que le hacía querer poner distancia y acercarse al mismo tiempo?

━ Gracias, Song ━ dijo finalmente, abrazando a su hijo en un intento de acallar las emociones que lo invadían. ━ Aprecio que compartas tus pensamientos conmigo. No sabes lo importante que eres para mí.

Se quedaron en silencio un momento más, disfrutando de la tranquilidad de aquella conexión entre padre e hijo, pero las palabras de Song seguían resonando en la mente de Kim, como una semilla que, ahora plantada, comenzaría a crecer silenciosa pero inexorablemente.

Kim caminaba por la casa como lo hacía siempre: con pasos cautelosos, sin hacer ruido, sin llamar demasiado la atención. Su mente, por otro lado, hacía lo contrario; en su cabeza, pensamientos y emociones se cruzaban y desbordaban a una velocidad tan intensa que no sabía cómo procesarlos. Cada vez que Jeon estaba cerca, algo en él se agitaba, como si un peso invisible se posara sobre su pecho. Era una mezcla de ansiedad y algo más, algo que no se atrevía a identificar, pero que sentía tan presente como su respiración.

Aquella mañana había comenzado como cualquier otra, con las primeras luces del día filtrándose tímidamente a través de las cortinas, y el sonido distante de la ciudad despertando lentamente. Kim había intentado seguir con su rutina, sumido en las tareas diarias, con la esperanza de que el caos emocional que sentía pudiera mantenerse bajo control. Sin embargo, sabía que esa paz era solo momentánea; tarde o temprano, las emociones siempre volvían a aflorar.

Esta vez, las cosas parecían más complicadas, pues algo había cambiado en la forma en que Jeon lo miraba, en la forma en que su presencia se había vuelto más constante, más irremediable.

Cuando llegó a la cocina, la luz del sol se colaba entre los estantes, creando sombras suaves que se extendían por el suelo. Sin embargo, lo que llamó su atención no fue la luz, ni la quietud de la mañana, sino la figura de Jeon, que estaba allí, de pie junto al teléfono fijo de la casa. Kim frunció el ceño al ver la escena: Jeon hablaba en voz baja, pero su tono parecía ser el de una conversación importante, una conversación que no le era ajena.

━ Sí, madre ━ escuchó decir a Jeon, su voz tranquila y serena, pero al mismo tiempo algo distante. ━ Pronto iré a verte. Lo sé, no te preocupes.

La madre. El corazón de Kim dio un vuelco al oír esas palabras. ¿Por qué Jeon iba a ver a su madre? ¿Acaso esa relación era más cercana de lo que él había imaginado? Un leve sentimiento de celos se agitó en su interior, una punzada que no quería reconocer pero que se hacía cada vez más fuerte. ¿Qué significaba esa visita? ¿Era solo un asunto familiar, o había algo más detrás de ello?

Antes de que pudiera procesar más pensamientos, Kim sintió que algo se rompía dentro de él. El miedo, ese miedo irracional y visceral a perder a Jeon, lo invadió con una fuerza inesperada. Sin darse cuenta, alzó la voz con un grito que escapó sin control.

━ ¡¿Vas a ir a ver a tu madre?! ━ La exclamación salió de su garganta sin que él pudiera detenerla, un grito lleno de temor y angustia, la voz quebrada por algo más profundo y vulnerable.

El sonido resonó en la cocina, y Kim se dio cuenta de inmediato de la magnitud de su reacción. Sus ojos se abrieron como platos, y el rostro de Jeon se giró hacia él con una expresión de sorpresa, claramente desconcertado. La culpa lo invadió al instante, se sintió tonto, irracional, casi como si hubiera cometido un error imposible de revertir.

Jeon no dijo nada en un principio, simplemente lo observó con una calma casi imperturbable, su mirada fija y evaluativa. Kim pudo sentir como si el tiempo se detuviera en ese momento, el aire pesado, lleno de una tensión que nadie había pedido pero que ahora parecía ineludible. El rostro de Jeon permaneció sereno, pero Kim pudo notar la leve contracción de sus cejas, como si estuviera pensativo, sopesando algo que no lograba descifrar.

━ Kim… ━ Finalmente, Jeon rompió el silencio, su voz profunda y suave, pero con un tono que sugería que algo serio se estaba gestando. ━ Tenemos que hablar.

Las palabras cayeron sobre Kim como una descarga eléctrica. La voz de Jeon, aunque tranquila, cargada de una calma algo inquietante, parecía envolverlo en una red invisible que lo hacía sentirse atrapado. ¿De qué quería hablar Jeon? ¿Por qué ahora? Kim sintió que el aire se volvía más denso, más difícil de respirar. El pánico comenzaba a abrirse paso en su pecho, y por un momento, su mente se nubló con pensamientos confusos y frenéticos.

━ Yo… no quería gritar ━ murmuró Kim, sin poder evitar que su voz se quebrara. No entendía cómo, pero sus emociones lo desbordaban. La vergüenza lo invadió, y las palabras le salieron entrecortadas, como si estuviera perdiendo el control de sí mismo. ━ Es que… me asusté, Jeon. No quiero perderte.

Jeon lo miró en silencio por un momento, y Kim sintió la mirada penetrante de aquel hombre como si lo desnudara por completo. Era extraño, nunca antes había permitido que alguien lo viera de esa manera, vulnerable, expuesto. Jeon no parecía molesto, pero había algo en su expresión que lo hizo sentirse aún más inseguro.

━ No tienes que temer eso ━ dijo Jeon finalmente, su tono suave pero firme, como si quisiera calmar a Kim, aunque sus palabras parecieran implicar mucho más. ━ Yo no te voy a abandonar, Kim. No es eso lo que quiero.

La voz de Jeon era reconfortante, sí, pero las palabras también llevaban un peso que Kim no podía ignorar. "No es eso lo que quiero". ¿Qué quería entonces? La pregunta flotaba en el aire entre ellos, sin ser dicha pero con una claridad penetrante. Kim no sabía cómo responder. Quería preguntar, quería entender, pero las palabras se quedaban atoradas en su garganta, atrapadas en un mar de incertidumbres y miedos.

━ ¿Y por qué…? ━ comenzó a decir Kim, pero se detuvo, incapaz de continuar. ¿Por qué Jeon lo miraba de esa manera? ¿Por qué esa cercanía que había comenzado a sentirse tan real? ¿Por qué esa extraña calma que lo llenaba de inquietud?

Jeon dio un paso hacia él, como si quisiera reducir la distancia que los separaba, pero Kim, instintivamente, retrocedió un poco. Su miedo seguía presente, en sus gestos, en su respiración acelerada. A pesar de las palabras de Jeon, algo dentro de él le decía que la verdad, esa verdad que no quería escuchar, estaba a punto de revelarse.

━ Kim ━ dijo Jeon, su voz más suave esta vez, como si intentara alcanzar algo que no podía entenderse solo con palabras. ━ No quiero que pienses que esto es solo por obligación. Lo que estoy haciendo… lo hago porque quiero hacerlo.

Las palabras fueron como una caricia, pero también como una sutil amenaza. Jeon no lo decía de forma directa, pero Kim pudo leer entre líneas. Estaba claro que Jeon había decidido estar allí por él, y aunque no lo decía abiertamente, las acciones hablaban más que las palabras.

━ Quiero que entiendas algo, Kim ━ continuó Jeon, la seriedad en su voz ahora mucho más evidente. ━ Hay cosas que no puedes seguir ignorando. Si realmente quieres seguir con esto… con nosotros, necesitas ser honesto, conmigo y contigo mismo.

Kim tragó saliva, incapaz de articular una respuesta. La sensación de estar en el borde de algo importante, algo que cambiaría todo, lo abrumó. Jeon estaba allí, frente a él, dispuesto a hablar, a compartir algo profundo. Pero Kim no sabía si estaba listo para escuchar lo que ese "algo" significaba.

La conversación, aún en sus inicios, ya lo estaba llevando a un lugar oscuro, un lugar donde la vulnerabilidad y el miedo se entrelazaban en una danza complicada, difícil de entender y aún más difícil de aceptar. Pero algo en el fondo le decía que, no importa cómo terminara todo esto, nunca sería lo mismo.

━ ¿Qué es lo que quieres de mí, Jeon? ━ murmuró Kim, la pregunta escapando de sus labios sin previo aviso. Y, al decirla, supo que ya nada volvería a ser igual.

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Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09

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