🏠 ࿐「 𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 1𝖮 」𝗙𝗜𝗡𝗔𝗟
«𝖢𝖺𝗉𝗂𝗍𝗎𝗅𝗈 𝗇𝗎́𝗆𝖾𝗋𝗈 𝖽𝗂𝖾𝗓»... [1𝖮]
❝𝗨𝗻 𝗵𝗼𝗴𝗮𝗿❞
Kim Taehyung llevaba días sumido en una reflexión que lo había llevado al borde de una decisión irreversible, una que, aunque temía, sentía que ya no podía postergar más. Su vida, la que había construido a lo largo de los años, se desmoronaba lentamente, como un castillo de naipes que, sin una base firme, finalmente cedía a la más mínima presión. La relación con Dae, que una vez había sido todo lo que conocía de amor, había quedado vacía. Había cambiado tanto con el tiempo que ahora, cuando Kim miraba hacia atrás, no podía evitar sentir que todo había sido una farsa.
La indiferencia de Dae, su frialdad, su desprecio, se habían convertido en una condena diaria, y lo que alguna vez fue un vínculo parecía ahora una cadena pesada que lo mantenía atrapado en un espacio que ya no le pertenecía.
Se había dicho a sí mismo que lo pensara bien, que no tomara una decisión apresurada. Pero con el paso de los días, mientras veía cómo su vida junto a Dae se apagaba lentamente, esa misma idea comenzó a ser el único pensamiento claro en su mente: el divorcio era inevitable. Lo había considerado desde hacía tanto tiempo que ya no quedaba lugar para la duda. No podía seguir viviendo una mentira, no podía seguir ocultándose tras una fachada que solo existía para cumplir con las expectativas de otros.
En su interior, algo se había quebrado de manera irrevocable, y ahora, mientras se sentaba en la mesa, mirando el reflejo de la luz en la taza de café, sabía que ese día había llegado.
Dae había estado cada vez más distante en los últimos meses, sumido en sus propios problemas, en su propia vida. Kim, por su parte, se había ido desmoronando lentamente, buscando consuelo en otras partes de su vida. Su relación con Jeon Jungkook había sido uno de esos consuelos, una luz tenue en medio de la oscuridad que se cernía sobre él. Con Jungkook, había encontrado algo que había creído perdido: la calidez de un amor genuino, sin pretensiones, sin máscaras.
Y ahora, frente a la decisión que estaba a punto de tomar, era claro para Kim que no podía seguir viviendo para complacer a alguien que ya no lo amaba, y que, al mismo tiempo, no podría seguir negando lo que sentía por alguien que sí lo hacía.
Aquel día, sin embargo, todo cambió en cuanto escuchó el sonido de la puerta al abrirse. Dae había llegado a casa, con la mirada dura y la mano firme sujetando una carpeta llena de fotos. Kim lo observó en silencio, sabiendo que ese era el momento. No importaba lo que Dae tuviera en las manos, no importaba lo que quisiera hacer o decir. Kim ya no sentía miedo. Ya no era el mismo hombre que había aceptado su destino años atrás. Era alguien diferente, alguien que había decidido tomar el control de su vida.
━ ¿Qué es eso? ━ preguntó Kim con calma, su voz firme y serena, como si todo estuviera bajo control, aunque dentro de él, el corazón latía con fuerza.
Dae se acercó lentamente, dejando que la carpeta cayera sobre la mesa con un sonido pesado. Sus ojos brillaban con ira, pero Kim no se dejó intimidar. Había vivido demasiado tiempo bajo el yugo de Dae como para ceder a esa mirada.
━ Son las fotos de ti y de él ━ dijo Dae, señalando las imágenes con un dedo tembloroso. ━ Esto es lo que haces cuando no estoy en casa, ¿eh?
Kim miró las fotos, pero no reaccionó. Ya no había vergüenza en su rostro, ni arrepentimiento. Solo había una quietud profunda, como si estuviera finalmente en paz con todo lo que había decidido.
━ ¿Qué quieres, Dae? ━ preguntó Kim con una serenidad que contrastaba con la furia evidente de su esposo. ━ ¿Qué pretendes hacer con estas fotos?
Dae frunció el ceño, como si no comprendiera la calma de Kim. Su voz se alzó, llena de acusaciones.
━ ¡Pretendo que entiendas que esto no se va a quedar así! ━ gritó, sus palabras llenas de furia contenida. ━ ¿Crees que puedes hacer esto sin consecuencias? Estás arruinando todo lo que hemos construido, Kim. ¡Todo!
Kim no respondió inmediatamente. Se levantó lentamente de su silla, sintiendo cómo sus músculos tensos se relajaban al hacerlo. Miró a Dae con una calma tan profunda que parecía como si el tiempo se hubiera detenido a su alrededor. No había pánico en sus ojos, solo una determinación tranquila. Caminó hasta la ventana, mirando hacia fuera, sin ver nada en particular, solo dejando que el silencio llenara el espacio entre ellos.
━ Yo también he llegado a un punto, Dae ━ dijo Kim, su voz apenas un susurro, pero clara, firme. ━ Un punto en el que ya no puedo seguir viviendo como si nada hubiera cambiado. Ya no puedo seguir aquí, sin más, esperando que las cosas mejoren.
Dae lo observaba, sin saber qué pensar, sin comprender lo que Kim estaba diciendo. Se acercó a él, poniendo la mano sobre su hombro, pero Kim no lo apartó. No sentía miedo, no sentía culpa. Solo sentía una calma indescriptible, como si, por fin, estuviera tomando la decisión correcta.
━ ¿Qué quieres decir con eso? ━ preguntó Dae, su voz temblando, aunque él mismo no lo reconociera. ━ ¿Vas a dejarlo todo por él? ¿Por ese hombre?
Kim se giró lentamente, y sus ojos se encontraron con los de Dae, tan fijos y claros que no dejaban espacio para malentendidos. La tensión en el aire era palpable, densa, y la habitación parecía contener la respiración mientras ambos se miraban, sin palabras que pudieran suavizar la situación.
━ Ya no tengo miedo ━ dijo Kim con una firmeza que sorprendió incluso a Dae. ━ No tengo miedo de ti ni de lo que digas o hagas. Esto no se trata de él. Esto se trata de mí. Se trata de mi vida, de mi felicidad. Y ya no puedo seguir en una relación que no me hace feliz.
Dae lo observaba en silencio, como si no pudiera comprender lo que escuchaba. Su rostro se había endurecido, y aunque su ira seguía ardiendo en su interior, algo en su mirada comenzó a vacilar. Por primera vez, vio a Kim no como su esposo, sino como una persona que había tomado una decisión por sí misma, sin dejarse influenciar por él.
━ Estás diciendo que todo esto ha sido en vano ━ murmuró Dae, su voz baja, más herida que enfadada. ━ Que todo lo que hicimos, lo que construimos, no significa nada.
━ No es eso ━ respondió Kim, sus palabras tranquilas pero firmes. ━ Lo que estoy diciendo es que nunca fue lo que pensé que era. Y ahora es hora de seguir adelante.
Por un momento, la habitación quedó en silencio, ambos hombres mirando el uno al otro, con las emociones a flor de piel. No había más palabras que decir, solo el peso de las decisiones que se habían tomado. La tensión seguía flotando en el aire, palpable, pero Kim ya no sentía miedo. Había tomado su decisión. Y, al mirarse a los ojos con Dae, supo que era el momento de terminar con todo.
La tensión en la casa alcanzaba un punto casi insoportable cuando se escucharon unos pasos en el pasillo. Jeon y Song acababan de regresar de hacer las compras, y el ambiente que encontraron al entrar fue como un choque inesperado contra un muro de silencio. Jeon, siempre atento a los detalles, percibió de inmediato la frialdad en el aire, el modo en que los ojos de Dae y Kim se miraban, como si las palabras no hubieran sido suficientes para expresar la magnitud de lo que acababa de suceder entre ellos.
Song, por su parte, parecía feliz, emocionado por mostrar las cosas que había elegido y contar sobre lo bien que se la había pasado en compañía de Jeon. Sin embargo, al notar la expresión rígida de su padre, sus palabras se quedaron atoradas en la garganta, y una incertidumbre empezó a reflejarse en su mirada. La naturalidad con la que había corrido hasta la sala, dispuesto a mostrar sus compras, se desmoronó en un instante al sentir la dureza de la mirada de Dae, quien se giró para clavar sus ojos en Jeon, como si su sola presencia fuera una afrenta.
━ ¿Qué estás haciendo aquí otra vez? ━ soltó Dae, su tono agudo y cortante, como una navaja. ━ Te dije que te alejaras de esta casa, que dejaras de interferir. No quiero verte aquí, y mucho menos cerca de mi hijo.
Song, alarmado, se giró para mirar a Jeon, buscando algún tipo de explicación en su expresión. Su corazón comenzó a latir con fuerza, al no entender la hostilidad que su padre mostraba hacia alguien a quien él veía como un amigo, alguien que había sido bueno y amable con él, algo que hacía mucho tiempo no sentía con Dae.
━ No quiero que lo vuelvas a ver ━ prosiguió Dae, esta vez dirigiéndose a Song con una frialdad casi cruel. ━ Tú no tienes nada que ver con él. Él no forma parte de esta familia.
Song dio un paso atrás, confundido y herido, sin entender por qué su padre reaccionaba así. Buscó a Kim con la mirada, esperando una explicación, algo que le ayudara a comprender el motivo detrás de las palabras de Dae. Pero Kim solo lo miraba en silencio, su rostro una mezcla de dolor y determinación, como si estuviera atrapado entre lo que debía hacer y lo que quería realmente decir.
━ ¿Y tú qué piensas, Song? ━ intervino Kim, rompiendo el silencio con una voz tranquila, aunque firme. ━ ¿A quién quieres en tu vida? Tienes derecho a decidir.
Dae se giró para mirarlo, incrédulo, con los ojos encendidos por la rabia. No podía creer lo que Kim acababa de decir, como si estuviera dispuesto a cuestionar su autoridad delante de su propio hijo. Pero Kim no desvió la mirada, manteniendo una calma inquebrantable que hizo que Dae apretara los puños, consciente de que su control sobre la situación estaba resbalando entre sus dedos.
━ ¿Qué clase de pregunta es esa? ━ espetó Dae, su tono teñido de desprecio. ━ Song es mi hijo. No tiene que decidir nada. Tú y yo somos su familia.
Pero Song, sintiendo el peso de esa pregunta, bajó la cabeza. En su corazón, sabía que la situación era mucho más compleja de lo que podía entender, pero también sabía, de una forma que solo la inocencia puede revelar, que había algo profundamente roto en esa idea de familia que Dae defendía con tanto fervor. En los últimos tiempos, había encontrado en Jeon y en Kim una calidez que nunca había experimentado con Dae, una paz que le hacía sentir que, por primera vez, podía ser él mismo, sin temor a las represalias, sin tener que fingir.
━ Quiero... quiero estar con Kim ━ murmuró Song, su voz temblorosa pero clara. ━ No quiero estar en un lugar donde solo hay enojo y... y gritos.
Las palabras de Song cayeron como un balde de agua helada sobre Dae. Era una verdad que había temido escuchar, pero que, en el fondo, había sabido que existía. La furia y la incredulidad que sentía hacia Kim y Jeon ahora parecían multiplicarse, aunque era incapaz de negar el dolor que experimentaba al saber que su propio hijo no quería estar con él.
━ ¿De verdad piensas que ellos te darán algo mejor? ━ preguntó Dae, mirándolo con desdén. ━ ¿Crees que Kim y ese... intruso pueden darte lo que yo no?
Pero Song no respondió. En su lugar, caminó hacia Kim y, con un gesto temeroso pero decidido, lo abrazó, escondiendo su rostro en su pecho como si quisiera refugiarse de las palabras hirientes de su padre. Kim, por su parte, envolvió a su hijo en sus brazos, acariciándole el cabello en un gesto lleno de ternura. No había palabras que pudieran suavizar la dureza de ese momento, pero la simple presencia de Song a su lado le dio a Kim una fuerza que no sabía que poseía.
━ Lo siento, papá... ━ susurró Song, dirigiéndose a Kim con un tono lleno de arrepentimiento. ━ Siento si alguna vez te hice sentir que no quería estar contigo. No sabía lo que significaba tener una familia... hasta ahora.
Dae observaba la escena, sintiéndose desplazado, humillado, incapaz de comprender cómo todo se había desmoronado tan rápidamente. En su mente, la idea de la familia había sido siempre una estructura rígida, inquebrantable, pero ahora, al ver a su propio hijo escoger a alguien más, se dio cuenta de que esa rigidez había sido su propio error. Sin embargo, no podía aceptar que él hubiera sido el responsable. Su orgullo se lo impedía.
Jeon, hasta ese momento en silencio, se acercó y posó una mano firme en el hombro de Kim, transmitiéndole un apoyo silencioso. Con su presencia, le recordaba que no estaban solos en esto. Juntos, habían encontrado una forma de construir algo que Dae jamás podría comprender, algo que se basaba en la comprensión, en el amor sin condiciones, en la voluntad de crear un espacio seguro para Song, algo que una vez Kim había creído imposible.
Dae, incapaz de soportar la escena, dio un paso atrás, como si la cercanía entre ellos lo quemara. Sus ojos pasaron de Song a Kim, y luego a Jeon, con una mezcla de furia y dolor, antes de girarse para salir de la habitación sin decir una palabra más, sus pasos resonando en el silencio que dejaba atrás.
Cuando la puerta se cerró, el peso de la tensión comenzó a disiparse, y en ese momento, Kim miró a Jeon con una gratitud profunda reflejada en sus ojos. No habían necesitado palabras para comprender que, a partir de ese instante, estaban en esto juntos, no solo como individuos que se querían, sino como una verdadera familia que había decidido protegerse, cuidarse y ser, para Song, el hogar que siempre había necesitado.
Song, aún abrazado a Kim, miró a Jeon y sonrió, y en ese simple gesto, Kim supo que habían hecho lo correcto. No sería fácil, pero estaban dispuestos a luchar por esa paz, a construir con esfuerzo lo que siempre había soñado pero que nunca había creído posible.
Al final, Jeon les demostró a ambos que la familia sí podría ser ese lugar lleno de amor y cariño.
❝𝗟𝗔 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔 𝗞𝗜𝗠❞
「 𝗙𝗜𝗡 」
¡𝖦𝗋𝖺𝖼𝗂𝖺𝗌 𝖺 𝗍𝗈𝖽𝗈𝗌 𝗉𝗈𝗋 𝗅𝖾𝖾𝗋 𝗆𝗂 𝗁𝗂𝗌𝗍𝗈𝗋𝗂𝖺!
♡'・ᴗ・'♡
"𝗟𝗔 𝗙𝗔𝗠𝗜𝗟𝗜𝗔 𝗞𝗜𝗠" 𝖥𝗂𝗇𝖺𝗅𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝗁𝖺 𝗌𝗂𝖽𝗈 𝖼𝗎𝗅𝗆𝗂𝗇𝖺𝖽𝗈.
𝖤𝗌𝗉𝖾𝗋𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝖾𝗌 𝗁𝖺𝗒𝖺 𝗀𝗎𝗌𝗍𝖺𝖽𝗈 ( ˘ ³˘)♥︎
█▓▒░░▒▓█
Ⓒ︎𝖧𝖨𝖲𝖳𝖮𝖱𝖨09
ʰⁱˡˡᵃʳʸ ᵃʳⁱᶻᵃ
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro