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No se escuchaba ningún murmuro a no ser de la firme voz del Diggory llenado la sala. Los alumnos se encontraban asustados, tensos y firmes.
—Por lo que no quiero escuchar ni una palabra más de sus viles y sucias mentiras o no tendré ningún inconveniente de llamar a vuestros padres y expulsarlos en un segundo.— se paseaba de un lado al otro de la sala, mirando a todos los estudiantes que habían sido reunidos en el salón de DCAO.— La señorita Weasley-Wood está casada y es una mujer respetable y honorable, no permitiré que le falteis el respeto en ningún momento creo que ya lo deje en claro— sus ojos pasaron al joven que acompañó a Axel en el castigo.— Vuelvo a escuchar una palabra o un rumor más y no soy persona.— miró a todos los estudiantes, dejando de caminar de lado a lado.—Pueden retirarse.
Los jóvenes sin murmurar salieron rapidamente y veloz fuera del salón. Cedric chasqueó la lengua y apretó la mandíbula girandose para ver a la mujer que aún seguía paralizada ante lo que había pasado.
Los rumores sobre ellos habían aumentado cuando volvieron a ver salir a Danae del despacho de Cedric. Se sentia arrepentida pues los había metido en problemas, pero volvería a repetir una y otra vez la noche que pasó junto al hombre.
Cedric cuando los alumnos estuvieron fuera de la sala se acercó lentamente a la mujer que yacía apoyada en el escritorio del despacho. Su mandíbula se encontraba apretada, sus dientes parecían que iban a romperse en cualquier momento.
Danae se tensó cuándo lo vió de esa forma, y tragó saliva en seco removiendose incómoda en su sitio, sin mirar al hombre a los ojos.
—Oh, ni lo pienses ahora no me evitaras no después de esto.— Cedric alzó su mentón haciendo que esta lo mirara a los ojos, el nerviosismo se podía ver en los ojos de Danae.—¿Viste lo que causaste?.
Cuestionó sin quitar su vista de sus ojos que amenazaban con soltar lágrimas. Cedric se veía tan serio y tan firme que incluso le emitía escalofríos al cuerpo de Danae, pero después recordaba que era el Diggory y llegaba a tranquilizarse.
—Yo.. lo siento no pensé que pasaría esto...—admitió bajando la mirada hacia el suelo evitandolo, a pesar que este agarraba su mentón para que sus ojos no llegaran a desconectarse de los de él en ningún momento.
Cedric alzó de nuevo su mentón para que lo viera a los ojos.
—Claramente no pensaste las consecuencias de tus actos— soltó un suspiro el hombre dejando su mentón, para esta vez acariciar su mejilla al ver como amenazaba por sollozar.—Debes de tener más cuidado si quieres que sigamos viéndonos Danny
Murmuró esta vez en un tono más calmado y tranquilo para la mujer quien comenzaba a relajarse en los brazos del Diggory.
<<tal vez fuí algo brusco>> Pensó el hombre arrepintiendose del tono en que le habló.
La expresión de la mujer encogió su corazón al ver como se encontraba ahora si soltando algunas lágrimas entristeciendo su rostro. Se sentía terriblemente mal al saber que el había sido quien provocó sus lágrimas más recientes.
—Esta bien lo tendré.. yo lo siento mucho, no era consciete—Volvió a repetir no convencida de tener el perdón del Diggory.
—No digas más lo siento, esta bien, no te culpes más..— acarició su mejilla haciendo que lo mirara a los ojos y quitara algunas de sus lágrimas con su pulgar.—Pero debes comportarte bien si quieres volver a tenerme dentro..
Se inclinó para susurrarle en su oído con una voz seductora y ronca, despertando los más instintos oscuros de la Wood. Diggory atrapó el lóbulo de la mujer en sus dientes, haciendo que esta jadeara.
—Necesito tenerte dentro profesor..—trató de pegarse más a él rodeando su cuello y haciendo que sus labios se acariciaran en un fugaz roce. Danae no despegaba los ojos de los orbes del Diggory
Cedric rió por lo bajo al ver la desesperación de la mujer quien se apegó más hacia él tratando de despertar a su miembro.
—Aw, mírate cariño tan ansiosa y desesperada porque te folle bien de una vez..— se burló el hombre separandose lentamente de ella.— Pero hoy no podrá ser.
Danae gimió en protesta al sentir como el calor que le proporcionaba el hombre se convertía en frío al no poder tenerlo cerca pues alejó su cercanía.
—Profesor.. por favor yo le necesito..
Trato de insistir, ansiosa de volver a sentir el miembro de cedric golpeandola. Que la follasen como nadie jamás lo había hecho, tratandola con tanta rudeza, dominándola y teniendo la bajo su sumisión permitiéndole hacer todo lo que quisiera.
—Tienes que arreglar tus cosas nos vamos dentro de nada, tu tienes que ir a ver a tu marido e hijos y yo a reencontrarme con mi esposa e hija para después organizar la comida y esperaros en mi casa—murmuró el hombre besando su cabeza y separandose dedicándole una tierna sonrisa a la mujer que hubiera querido poder guardarla en su memoria para siempre.— Te veo luego Danny.
El hombre salió de la clase de defensa contra las artes oscuras para dirigirse a su habitación y prepara las cosas para volver a su casa.
Era viernes y ambos profesores pasarían el fin de semana junto a su familia y amigos por lo que cenarian juntos.
Danae sitió sus nervios volver. Se reencontraria con su esposo, ni siquiera sabía cómo lo iba a mirar a los ojos tras lo hecho con Cedric.
Pero aún amaba a Fred como para dejarlo escapar tan fácilmente.
Vería a sus hijos, y a su mejor amiga la cual se sentiría traicionada y decepcionada si algún día llegara a enterarse de lo que estaba pasando entre su marido y amiga.
Ni siquiera podría imaginarselo.
Y estaría frente a Cedric cuando el estaría con su familia, sentía la presión no debían descubrirlos de ninguna manera.
Danae imitó al Diggory para ir y organizar todas las pertenencias que se llevaría de vuelta a su casa.
Le quedaba un largo fin de semana.
●●●
—Ni siquiera me dio tiempo a decirte cuánto te extrañé y cuán hermosa te ves hoy mi amor— susurró su marido en su oído rodeando su hombro y dejando un cariñoso beso en su cien.
Danae se tensó en la mesa, tenía a Susan y Cedric frente a ella, este último los fulminaba con la mirada.
Ni siquiera podía mirar a los ojos a su marido, lo había traicionado
—Yo también te extrañé mucho amor..— musitó Danae apoyándose en su pecho.
Cedric sonrió burlón ante lo dicho, siendo precavido para que Susan y Fred no se dieran cuenta. Danae lo fulminó, rezando por que parase.
Unos pasos acompañados de unas risas la sacaron de su mundo, girandose para observar a sus dos hijos gemelos que venían con una sonrisa emocionada.
—¡Nosotros también te hechamos muchísimo de menos mamá!— George abrazó con fuerza a su madre, haciendo que su padre tuviera que dejar de rodearla con sus brazos.
Oliver le dió un leve empujón a su padre que no lo movió de su sitio, este soltó una risita leve al descubrir sus intenciones y se hizo a un lado para que su hijo también pudiera abrazar a su añorada madre.
—Yo también los heche muchísimo de menos mis amores, que bueno que ya estén bien— sonrió estrechandolos contra sus brazos, sintiéndose calmada al inspirar su aroma a canela, olvidándose por un segundo de todo lo malo que le había hecho.
Los dos gemelos besaron las mejillas de su madre, llenándola de satisfacción.
Cuándo Danae giró su perfil pudo observar que Fred no se encontraba, miró asustada a sus amigos y a sus hijos.
—¿A dónde a ido?— cuestionó buscando respuesta en alguno de sus rostros.
Susan y Cedric se miraron a la vez y se encogieron de hombros sin saber bien la respuesta. Sus hijos se miraron entre ellos con una pícara sonrisa que Danae rápidamente descifró sin muchos tapujos; tramaban algo.
Se parecían tanto a su marido y su gemelo que a veces daba miedo, pues eran idénticos. Su impulsividad, su amor por las bromas, su físico, su picaresco rostro, sus pecas acentuando su rostro, sus ojos color avellana como estos, incluso su olor a canela y su inquietud era lo que más los caracterizaba con los hombres dueños de Sortilegios Weasleys.
—Ustedes dos, me dan miedo ¿Que andan tramando?— preguntó mirandolos, mientras los señalaba acusativa con un dedo, sin fiarse de sus hijos.
Ahora comprendía a su suegra.
—Nada
Corearon a la vez girando el rostro para reír por lo bajo.
Jodidamente idénticos.
Danae se sobresaltó al sentir las manos de su esposo tras ella.
—No traman nada, solo me guardaban un pequeño secretito mi amor— tranquilizó colocando el broche de un hermoso collar comprado hace poco.
Danae se sorprendió al ver el pequeño dije que hacía la forma de un corazón siendo colgado por su cuello. Lo cogió entre sus dedos admirada.
—Oh, Freddie.. es maravilloso— murmuró atónita girando su cabeza para mirarlo a los ojos.—Muchísimas gracias amor.
El hombre le robó un corto beso a sus labios, para sentarse después a su lado rodeando de nuevo su cuello sonriente de volver a tener en sus brazos a la mujer que amaba.
—No las des amor, los gemelos y yo fuimos a hacer la compra el otro dia y cuando lo ví en un mostrador automáticamente pensé en ti. No me pude resistir a comprarlo—comentó dejando un corto beso en su cien.
Susan se removió incomoda en su lugar al ver cuán cariñoso era el Weasley con su esposa. Se giró para ver al hombre del que estaba enamorada y casada con el.
Cedric miraba a la pareja sin emitir una expresión en su rostro. Llevaba una temporada que estar con él era equivalente a no estar con nadie. Era frío, no era cariñoso, era distante.
Muy distinto al hombre del que se enamoró.
—Tu a mi casi que ni me regalas nada..— murmuró Susan apenada y entristecida.
Ni siquiera sabía porque lo dijo, para ella un regalo material no era una cosa tan importante, prefería que le demostraran amor y cariño, era lo único que deseaba. Pero Cedric no hacía ni una cosa ni la otra.
Danae cruzó mirada con su amiga, apenandose por ella a su vez entristecida. Habia momentos como ese en que se odiaba por hacerles daño a dos de las personas que más amaba en este mundo, pero veía a Cedric y aseguraba que lo repetiría una y otra vez sin ni siquiera pensarlo.
—¡Claro que lo hago!— se quejó Cedric, riendo levemente para aliviar la tension que se había creado en la sala.— ¡Es más, siempre te compro algo para tu cumpleaños , nuestros aniversarios , cenamos juntos..!
Musitó algo molesto y aunque estuviera riendo Susan lo conocía tan bien que pudo darse cuenta.
La incomoda conversación fue interrumpida por Claire, quien llegaba al lado de su padre, llamándo su atención
—Ey, cielo — la cargó sentandola en su regazo para besar su mejilla cariñosamente.—¿Cómo estas mi amor?
—Muy bien papá, te he hechado de menos— Claire abrazo a su padre, sintiéndose segura ante su aroma y calidez.
Susan los miró apenada.
Lo que daría por volver atrás en el tiempo, donde Cedric era el hombre del que se enamoró y se entusiasmó ante la noticia de ser padre.
Solo diré, que el drama poco a poco se va avecinando..
Espero que les esté gustando!
¿Opiniones de la historia hasta el momento?
Nos leemos, las quiero!
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