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Los pasillos de Hogwarts estaban abarrotados de alumnos que salían de sus clases y charlaban animadamente con sus compañeros. Danae, pasaba por estos también, debía ir a hablar con la directora Minerva Mcgonagall pues esta la había citado. Portaba una camisa de color blanca sencilla, abotonada entera menos los dos primeros botones, una falda negra algo corta y unas medias para no padecer tanto frío.
Axel, era uno de los alumnos que se encontraban por los pasillos. Apoyado en una de las columnas, algo cansado y frustrado tras una complicada clase de pociones, no tenía muy buenos ánimos ni siquiera buena cara. Se encontraba siendo rodeado por algunos amigos suyos, que conversaban con fluidez, él estaba perdido en su mundo sin prestar atención a la conversación de estos. En su campo de visión apareció su madre, que a pesar de ir con prisas llegó a mantener contacto con el, para saludarle con la cabeza y una dulce sonrisa, que fue correspondida.
Pronto, se pudo dar cuenta que no era el único observando a la mujer, un comentario que hubiera preferido no oír llegó a sus oídos.
-Joder amigo, tu madre si que esta buena
Ni siquiera pudo analizar bien su voz para averiguar quien dijo tan inadecuado comentario y miraba a su madre con otros ojos. Se giró hacia este con la mandíbula apretada por la rabia y frustración. Se lanzó sobre él agarrándolo del cuello de la camisa y poniéndolo con fuerza contra la pared, el otro joven soltó un jadeo de dolor cuándo su espalda chocó en seco contra la pared especialmente dura.
-No vuelvas a hablar así de mi madre.- sus ojos reflejaban rabia, su mandíbula tensada y sus dientes parecían que iban a romperse si apretaba de esa manera.- Nunca más o de lo contrario desearás no haber nacido.
Axel Weasley-Wood era conocido por ser alguien que gozaba de gran popularidad al ser hijo de uno de los bromistas mas venerados de Hogwarts y dueño de una de las tiendas más importantes en el mundo mágico, la cuál heredaría al ser mayor : Sortilegios Weasley ; También era hijo de Danae Wood, una gran jugadora de Quidditch en sus tiempos y una mujer que gozaba de gran belleza, su tío Oliver Wood también jugaba un papel especial al haber sido capitán de su casa cuando cursaba sus años en Hogwarts y después pasó a convertirse en jugador profesional. También gozaba de gran belleza, la mayoría de la población se había fijado en él. Pero sobre todo destacaba en su fuerte carácter, había heredado los impulsos de su padre por lo que muchas veces no pensaba sus acciones, metiéndolo en varios problemas.
Los alumnos del castillo se agruparon alrededor de los estudiantes para ver la pelea.
-Pero..Axel
-Ni un puto pero quiero escuchar de tu boca, a mi madre y cualquier mujer la respetas.- Su rodilla se elevó, chocando con fuerza con los genitales del joven, causando que este soltara un gruñido de dolor y tuviera que agacharse en el suelo adolorido.
Axel, ni siquiera pudo darse cuenta de como los alumnos se dispersaron rápidamente, pues la furia y rabia aún orbitaba en su cerebro.
-Weasley-Wood y Anderson-Campbell.- la grave voz del profesor resonó a ambos alumnos, causando que con el corazón en el puño se giraran a ver al procedente.- ¿Alguno me explica que ha pasado aquí?
Cuestionó con una ceja alzada, no le sorprendía que el hijo de sus amigos estuviera metido en una pelea, pues sabía cuan impulsivo era, aunque lo conocía lo suficientemente bien como para saber que este no iniciaba una a no ser que le provocaran.
-Ced..Profesor Diggory.- corrigió con rapidez al equivocarse pues, estaba acostumbrado a llamarlo por su nombre desde pequeño ya que este era gran amigo de sus padres.- Anderson hizo un comentario obsceno sobre ma- la profesora Weasley.
-Eso no es cierto prof-..
Calló al ver que este levantaba la palma de la mano, señal de que debía guardar silencio.
-Silencio.-ordenó y miró a Axel.-¿Que dijo, señor Weasley-Wood?.
Axel suspiró, tratando de mantenerse calmado, pero la presencia del joven que acosó a su madre lo alteraba más de la cuenta.
-Dijo que estaba muy buena, señor
Cedric apretó la mandíbula tal y como Axel había hecho ante, chasqueó la lengua y miró fulminantemente y con asco al joven alumno.
-Los veo a ambos en mi despacho tras el toque de queda. El señor Anderson aprenderá a no decir comentarios fuera de lugar, no mirar de más y a respetar a una mujer.-pausó para mirar a Axel.- Y el joven Weasley aprenderá a controlar sus impulsos
Sabía que Axel había hecho lo correcto pero no podía no permitirse castigarlo, pues lo tacharían de que tenía favoritismo.
Las replicas y quejas de ambos alumnos llegaron a sus oídos.
-Silencio, sin quejas o será peor.- ambos callaron palideciendo.-Los veo allí, tendrán una buena noche de limpieza.
●●●
Sus nervios aumentaban a cada paso que daba. Aún pensaba en lo que había pasado hace un día.
Cedric la había besado, el marido de su mejor amiga.
Aún recordaba sus labios que la besaban con firmeza, pasión y deseo. Todo lo contrario a su marido, que con sus besos demostraba cariño, dulzura y amor ( aunque algunas noches, el deseo y lujuria lo ganaba)
Se sentía realmente mal pues había besado a Cedric. Traicionó a dos personas a la vez, a su mejor amiga y a su marido. Pero se sentía peor pues ansiaba con volverlo a repetir,fantaseaba con el y con sus cálidos labios volviendola a besar.
Llamó a la puerta de su oficina, pues Mcgonagall le había pedido que fuera a dejarle unos papeles que debía firmar y con estos en la mano abrió la puerta al no escuchar respuesta pues supondría que estaría en algunas de sus rondas.
A paso rápido, causando que sus tacones resonaran en la habitación se dirigió al escritorio, estaba algo desordenado, con papeles, pluma y tita esparcidas por la mesa. Soltó un suspiro, sabía que el hombre era algo desordenado. Dejó los papeles a firmar en una esquina para tratar de ordenar algo el escritorio.
Se tensó al sentir el cuerpo de alguien detrás suya.
Cedric había salido de tomar una ducha, únicamente llevaba una toalla cubriéndole la cintura. Gotas de agua recorrían su torso, su pelo se encontraba mojado y despeinado. Emanaba un gran calor corporal que la azabache sintió al segundo, también sus fosas nasales lograron captar un olor a limpio mezclado a loción cara que la hacía derretirse.
-¿No te enseñaron a llamar a la puerta antes de entrar Danny?- cuestionó en su oído con voz ronca, emitiéndole escalofríos a la azabache.
Danae se tensó al segundo que notó detrás suya el cuerpo del Diggory. Cedric apoyó una mano en el escritorio dejándola sin poder escapar. Inmediatamente recordó el beso que tuvo con el hombre que hizo que su ropa interior se humedeciera con tan solo un roce de labios y unas palabras en su oído.
-No contestabas y tenía que entregarte esto..- balbuceó nerviosa ante su cercanía, alargando su mano hacia los papeles, inclinándose para acomodarse al segundo ruborizada al sentir como su falda era levantada
Cedric sonrió ante la vista de la mujer. Colocó la palma de su áspera y grande mano sobre la de Danae, impidiendo que cogiera los papeles. Sentía los nervios de la mujer.
-No me interesa en estos momentos.- masculló inclinando la cabeza en su cuello, rozando sus labios en este.- Lo que me interesa es si lo de ayer te gustó
Danae mordió su labio inferior, vacilando en decir la verdad u mentirle al hombre cuando lo deseaba más que a nada.
-Me gustó Cedric...- soltó al pensarlo.
Fue entonces cuándo los labios del Diggory comenzaron a besar, lamer y succionar su cuello. Sus manos pasaron a desabotonar cada uno de los botones de la camisa de Danae con maestría y rapidez. La mujer echó el cuello a un lado derritiéndose ante sus caricias.
-Eres tan jodidamente sexy Danae, no sabes cuanto tiempo te llevo deseando.- en sus manos quedó la fina tela para lanzarla al extremo de la habitación.
Sin ningún tipo de complejidad, desabrochó el broche del sujetador de la mujer amasando sus senos con fuerza cuando estuvo al descubierto, no eran muy grandes lo que le daba la ventaja de que tuvieran el tamaño perfecto para apretarlos en sus manos. Danae gimió al sentir como sus ásperas manos amasaban sus pechos. Se pegó más a su pecho, sintiendo el calor de su cuerpo y como aún algunas gotas de agua recorrían su torso.
-Que bonitos sonidos al igual que tu..- sus manos bajaron de su pecho a su trasero, dándole un fuerte azote, excitando a la mujer.- Gírate y mírame a los ojos.
Ordenó con firmeza, Danae obedeció topándose con la mirada cargada de deseo del Diggory. Cedric pudo darse cuenta que esta se encontraba con las mejillas tornadas un color carmesí y sus labios rojos he hinchados, su pelo alborotado, pezones erectos y respiración entrecortada.
-Merlín Danae...- Cedric unió sus labios en un desesperado beso dónde él dominaba y tenía el control, pues esta disfrutaba de ser sumisa.
Las manos de Danae rodearon el cuello del hombre, causando que tuviera que ponerse de puntillas al ser más alto. Cedric agarró su cintura, pegándose más a ella sintiendo como la erección que escondía en su bóxer cada vez era más dolorosa.
Rompió el beso por unos segundos para coger aire y mirarla a los ojos, ambos tornados en una mirada oscura de deseo.
-Salta, Danae.- pidió acercándose a ella, esta obedeció saltando y rodeando sus caderas.
La falda de Danae se levantó por los muslos, dejando ver su ropa interior totalmente oscura en el medio. La toalla de Cedric calló, dejando sin habla a la mujer quien tragó en seco cuando observó el tamaño de su miembro; se encontraba erecto, con líquido pre-seminal esparcido por su longitud, algunas venas decoraban su tronco.
Volvieron a besarse con pasión y deseo, Cedric acomodó a Danae en el escritorio y con la otra mano libre corrió a un lado todo los papeles de la mesa. Esa rudeza excitó más a Danae.
-Te vas tan jodidamente preparada.., abierta de piernas, tu tela húmeda, pezones erectos.- comenzó acariciando sus muslos, siguiendo con su ropa interior para terminar pellizcando uno de sus pezones. Danae gemía ante sus acciones, Cedric amaba ver cómo su cuerpo reaccionaba a sus caricias.- Vamos a quitar esto de una vez para dar una imagen más erótica ¿Si?.
Danae asintió rápidamente, haciendo reír al hombre al ver su desesperación. Acarició sus muslos, subiendo sus manos peligrosamente. Jugueteó con el dobladillo de su braga.
-Alza las caderas.- ordenó. La mujer obedeció para que Cedric quitara su prenda, bajándola por sus piernas hasta que las tuvo en las manos, viéndolas burlón.- Míralas nada más completamente húmedas por mi.- pronunció el pronombre con más entonación.- Y no por el estúpido de tu marido.
Lanzó las bragas lejos. Danae había olvidado a Fred, sabía que lo que hacía estaba mal pero admitía que eso la excitara aún más, saber que podían ser descubiertos. Cuando su sexo húmedo y palpitante rozó al descubierto la madera de la mesa jadeó, comenzando a mover en círculos sus caderas, atrapando entre dientes el labio inferior suyo, perdiéndose en la explosiva sensación.
Cedric no podía quitar mirada de la sexy mujer que tenía frente a él. No podía evitar pensar: ¿Qué había hecho un idiota como Fred para merecer un ángel cómo Danae?.
Con ganas de sentir sus paredes vaginales envolviendo a su miembro por completo, su calor y cercanía se acercó de nueva a ella interrumpiendo su auto-placer para ayudarla con eso.
-Yo me ocupo de hacerte sentir bien bonita.-Susurró el hombre estableciendo contacto visual con ella. De un solo movimiento agarró su falda, partiéndola lo suficiente para poder quitársela con facilidad, que la prenda fuese algo fina le dio un punto a favor. Danae jadeó al ver la dominación del hombre, estaba a sus pies.-
-Joder Cedric.. te necesito- sus ruegos se escucharon en los oídos de Cedric como voces de los mismísimos dioses pues eso era ella para él, una puta diosa a punto de ser complacida. Danae hizo que el glande del hombre rozara su entrada, Cedric soltó un gruñido.
-Estas jodidamente ansiosa Danae, ¿acaso tu marido no sabe complacerte bien?.- cuestionó recostándola poco a poco en la mesa, esta se estremeció al sentir el frío material contra su espalda al descubierto.
Cedric se subió a la mesa, quedando sobre la mujer en una cama improvisada. Danae ni siquiera era capaz de pensar con claridad, solo buscaba el sentir el miembro del Diggory empuñándola contra sus paredes.
-No, no lo hace
Respondió sin ni siquiera pensarlo, abrumada por el deseo.
-Yo me encargaré de eso bonita, esa comadreja no te merece- frotó dos de sus dedos contra los labios menores de Danae, causando que esta curvara su espalda por el placer. El estar completamente mojada, era una ventaja para el hombre pues podía resbalarlos con mayor facilidad.
Abrió más sus piernas, exponiéndola para el aún más. Los ojos de la mujer estaban cerrados, no teniendo la fuerza necesaria para abrirlos.
Sin que Danae se lo esperara, Cedric hizo una cosa que le sorprendió ya que nunca lo había experimentado. Escupió en su sexo, lubricándola aún más de lo que ya estaba. Danae gimió con fuerza, agarrando los hombros del hombre para pegarlo aún más hacia ella.
Cedric alineó su miembro contra la entrada de Danae, la mujer enterró sus uñas en la espalda fornida del hombre soltando un grito de dolor que se transformó en placer cuándo el miembro viril se adentró en ella por completo y sin darle tiempo a recuperarse comenzó a dar bruscas y fuertes estocadas contra sus paredes que lo amoldaban perfectamente.
-Por ser la primera vez desde hace mucho tiempo que nos acostamos no seré gentil contigo.- susurró en su oído, penetrándola mientras con una mano amasaba con fuerza uno de sus senos y con la otra se agarraba de la cadera con firmeza para adentrarse más.-Mereces que te folle duro y sin piedad por haber estado todo este tiempo dejando que el Weasley se metiera entre tus putas piernas.
Masculló con rabia y enojo, pues estos habían salido en su adolescencia causando que mantuviera alguna que otra relación sexual, pero ambos eran inexpertos por lo que en lo que se refería al sexo eran suaves y lentos, concentrándose sobre todo en besarse y saciar sus necesidades demostrando amor al otro.
Danae ni siquiera se encontraba con fuerzas de responder, abrió los ojos porque quería absorber la imagen de como Cedric, con su mandíbula marcada, sonrisa perfecta y completamente desnudo la follaba sobre su escritorio.
Con agilidad, el hombre hizo que Danae alzara una pierna y la colocó sobre su hombro dándole un mejor ángulo para ser penetrada más al fondo y tener un mejor acceso a su punto G. Los gemidos, choques de ambos cuerpos y jadeos inundaban la habitación siendo acompañados del calor que predominaba en esta.
-¿Quién es el hombre que te quitó la virginidad?, ¿Quién es el único hombre al que deseas, el único capaz de follarte bien?- por cada pregunta se adentraba más en ella.- El hombre que ahora mismo te esta dando duro y castigando por todos estos años de tortura.
El abdomen de Danae se contrajo, sintiendo que su orgasmo estaba cerca. Bastó con que Cedric diera una estocada más para venirse contra su gran miembro.
-¡Tú Cedric, eres el único joder.!
Gritó con fuerza cuando el orgasmo la golpeó, recargándose cansada en el escritorio. Cedric seguía penetrándola con fuerza, algunos gruñidos y gemidos se escapaban de sus labios.
-Córrete dentro de mi Cedric, quiero sentirte.
Sonrió el hombre al escucharla, cumpliendo sus deseos cuándo la escuchó pintando sus paredes vaginales de su semilla. Sin salir del todo de ella, se inclinó para dejar un corto y cariñoso beso sobre sus labios juntando sus frentes.
Fue ahí cuando Danae cobró sentido. Le había sido infiel a su marido y había traicionado a su amiga acostándose con su esposo.
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Capítulo más largo de lo normal, pero el drama merece la pena.
Una de los capítulos más hots y atrevidos que he escrito JAJAJ.
Leo sus opiniones!.
Pronto tal vez vuelvan las actualizaciones de Ramé!
No se olviden de votar y comentar , lxs quiero mucho!<3
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