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11 meses después

La mujer sacó de su bolsillo trasero su varita, para encender las velas de las dos tartas de chocolate cómo los gemelos habían pedido.

Sintió los brazos de su esposo rodear su cintura, pegándola contra su pecho. Danae inspiró el aroma a colonia cara de su esposo y se perdió en él.

-Estas preciosa, bonita.- dejó un beso bajo su oreja, bajando poco a poco hasta su cuello, plantando húmedos besos.

Las manos del Diggory se deslizaron hacia el trasero de su mujer, dónde lo amasó con firmeza causando que esta sin esperarselo jadeara, echando la cabeza hacia atrás, colocándola en el hueco del cuello del hombre.

-Ced.., ahora no podemos.- murmuró a pesar de que su cuerpo necesitaba al hombre.

Este rió irónico, llevó sus dientes hasta el lóbulo de su mujer, dónde tiró bruscamente. Danae respiró entrecortadamente, el hombre se separó para acorralar a su mujer en la encimera de la cocina, sin darle tiempo a reaccionar.

Juntó sus labios en un beso apasionado, el hombre introdució su lengua en la cavidad bucal de su esposa. Llevó su mano a la nuca de su mujer, pegándola aún más hacia él. Danae gimió contra sus labios cuando la erección de Cedric golpeó contra su muslo.

Se separó de inmediato, dejando a un Cedric acalorado y con una confusa expresión.

-¿Qué pasa Da..

-No es el momemto- murmuró alistando su ropa y cabello, para dirigirse al baño rápidamente y retocar su maquillaje.

Cedric pasó una mano por su cabello frustrado, no entendía que estaba mal con su mujer últimamente, llevaba unos días demasiado rara.

Danae se miró al espejo del baño, se recargó en el tocador, respirando aceleradamente.

Miraba hacia atrás, y le daba miedo de que todo estuviera sucediendo tan rápido. Hace nada se encontraba casada con otro hombre que no era su marido actual.

Tragándose las lágrimas salió del baño, y cuándo llegó a la cocina su marido no se encontraba ya.
Soltó un suspiro por sus labios , y vio que una pequeña azabache vestida de amarillo rondaba por esta .

-¿Claire, cielo?

-¡Danny, te estaba buscando!-se acercó a ella feliz, una vez que la encontró.-¡Encontré esto, ahora podemos ir las dos a juego!

Le extendió una pulsera de color amarillo, con brillantes en el centro.

Los ojos de la mujer escocían, estaba más sensible últimamente de lo normal.

La pequeña se había colado en su vida y su corazón la acogió como una hija más.

-Es preciosa Claire, muchas gracias.- le sonrió cálidamente y siendo expectante por esos ojos brillantes se la colocó.-¿Me quieres ayudar a llevar las tartas de los gemelos?

Preguntó, mirando a la pequeña quién rápidamente asintió con felicidad.

-¡Claro que si!- asintió y se dispuso a ver las tartas con glaseado de chocolate y nata.-¡Merlín, se ven deliciosas!

Aseguró, pues ella amaba el chocolate. Estaba deseando poder probarlas. Sin duda, los gemelos eran afortunados de tener a Danae por madre.

Eso disgustaba algunas veces a la pequeña. Hacia tiempo que no veía a su madre, a pesar de no querer hacerlo, pues había hecho cosas feas. En una parte de su corazón aún estaba reservado un lugar para el amor materno. Lo más parecido era Danae, quien la quería como una hija más. Pero se entristecía al pensar que ella no significaba lo mismo cómo George y Oliver u Axel.

A pesar de todo, tenía a su padre, quien la seguía adorando cómo desde el primer momento.

●●●

Todos tarareaban la famosa melodía de la canción "Cumpleaños Feliz", mientras los dos gemelos pelirrojos sonreían orgullosos por cumplir un año más.

George, algo más tímido, pero Oliver no reprimía la sonrisa que tenía.

Todos sus familiares cercanos se encontraban allí; su tío Oliver, George, Ron, Ginny, Bill, su abuela Molly y abuelo Arthur, el señor Diggory..etc

Estaban todos, todos menos su padre.

Lo que entristecía a los menores, quienes no habían oído hablar de el pelirrojo desde la boda de su madre.

-¡Pedir un deseo antes de soplar las velas!- dijo Claire emocionada, mirando a sus hermanastros.

Cuándo ambos pelirrojos iban a soplar las velas, una voz los interrumpió. Miraron hacia el procedente.

-¡Esperad!-habló Oliver, pausando a los gemelos.-¡Esto es digno de una foto familiar! ¿No creen?.

Cedric y Danae se miraron entre ellos y se escogieron de hombros. Fueron animados por los eufóricos "si" de los gemelos.

-¡Vamos, colocarse! ¡Axel, tú también hombre!- llamó a su sobrino quien bebía un licor extraño de un vaso, que tuvo que dejar. El Wood se giró, buscando al patriarca Weasley.-Arthur, ¿podrías dejarnos tomar la cámara muggle, porfavor? Prometo cuidarla.

Pidió la joven promesa de Quidditch, el Weasley rió y asintió pasándosela con cuidado a Wood, quien se dispuso a tomar la foto.

Estaban todos alrededor de los gemelos con sus tartas. Claire estaba en brazos de su padre, mientras este con su brazo libre rodeaba la cintura de su esposa. Axel estaba agachado de cuclillas a la misma altura que sus hermanos.

Todos sonreían felices para la cámara, como la familia feliz que eran en esos momentos. Aunque, hayan tenido que pasar por situaciones complicadas con muchos altibajos, a pesar de todo seguían juntos.

-¡Perfecto! ¡Hermosos todos!- aseguró Oliver, viendo la fotografía y guardándola en un bolsillo suyo.

De nuevo, se dispersaron. Danae y Cedric no compartieron palabra. Pero observaron cómo los gemelos soplaban las velas.

Finalmente, su día deseado había llegado. Todo niño desea que el día de su cumpleaños llegara lo antes posible, amaban la fiesta, los regalos, el estar con familia y amigos. Pero extrañamente, los gemelos no encontraban rastro de euforia en su cumpleaños. Lo habían pasado en grande, pero algo dentro de ellos le decía que estaban incompletos.

Miraban a toda su familla a su alrededor, la querían mucho, pero faltaba alguien importante ese día, alguien que no podía faltar. Era el primer cumpleaños sin él y el más doloroso sin duda.

Ambos gemelos soplaron las velas , coincidiendo casualmente en su deseo.

-"Que papá regrese".-

●●●

La fiesta continuó, cada uno por su lado. Danae charlaba con su hermano, ambos contándose sus novedades. El Diggory conversaba con su padre. Axel con su tío George, y los gemelos junto a Claire correteaban jugando animadamente.

-¡No me vas a encontrar!- bramaba Oliver corriendo para buscar un escondite, cuando sin darse cuenta choco contra las piernas de alguien, cayendo de espaldas al suelo.

Oliver maldeció para sus adentros, pero cuándo abrió los ojos una sonrisa se formó en su rostro de inmediato.

-¡Papá!

Oliver se lanzó a sus brazos sin pensarlo dos veces. Fred estaba allí, su amado padre no le había dejado tirado el día de su cumpleaños. Se sintió tan bien en sus brazos, cuándo inspiró su aroma a canela mezclado con pólvora se sintió en casa, supo que estaba en casa.

Se aferró con fuerza a su cuello, con miedo a que se volviera a ir de nuevo. Sollozó contra su piel, en el abrazo.

-Ey, campeón..-besó su cien y acarició la mata de cabello pelirrojo.- No llores, ¿ por qué lo haces?

-Creí que no te volvería a ver más, papá..-sollozó separándose , para mirarlo con sus ojos irritados.

Fred sonrió apenado, en esos momentos irradiaba de coraje. Por culpa de el estupido de Diggory, él estaba ahora alejado de sus amados hijos.

-¡Oliver! ¡Sal de tu escondite vamos!.-se escuchó a lo lejos la voz de George.

Fred sonrió al reconocer la voz de su otro hijo, quien llevaba el nombre de su hermano, que para el colmo también le había dado la espalda, al igual que toda su familia.

Si tan solo supieran la realidad de los hechos..

-¡Georgie ven aquí! ¡Nuestro deseo se cumplió!

El pequeño, siguió la voz de su hermano y quedó mudo al reconocer al hombre re frente a él. En parte se veía más cambiado, más maduro. No había parte de el bromista que solía ser su padre, de la persona que aseguraba jamás volver a madurar.

Su piel era decorada por una fina capa de barba, su cabello era ligeramente más largo, y su ropa menos colorida y más elegante.

-¿Papá?-preguntó tibuteando, sin poder creer lo que veían sus ojos.

Fred se encuclilló a su altura, bajando de sus brazos a Oliver, para mirar a su otro hijo.

-Campeón, soy yo..- murmuró sonriéndole.-¡Oh, vamos! ¡Ven a darme un abrazo!.

George quería de vuelta a su padre, pero al mismo de siempre. No reconocía al hombre frente a él, al contrario que su hermano que parecía no pensar.

Fred estaba esperanzado de que el matrimonio Diggory-Wood no hubiera metido pensamientos en su contra en la cabeza de sus hijos. Era consciente de que George era más sensible y a su vez más inteligente que Oliver.

Fue así que el menor se acercó incómodo y abrazó a su padre. Se sintió prohibido y extraño, por lo que rápidsmente se separó.

Extrañado, observó a la mujer de su lado. Susan, quien se veía mejor que nunca sonreía ampliamente y saludaba con su mano a la menor azabache, quien a unos metros de los gemelos estaba paralizada.

-¿No vas a saludar a tu madre, Claire?

Cuestionó Susan. Esta, también cambió, su maquillaje la hacía ver más joven, su cabello era más largo y sus rizos estaban definidos. Su cuerpo era lúcido por un vestido ceñido de color rojo.

Pero no fue eso en lo que Claire se fijó, si no en el pequeño bebé que reposaba entre sus brazos.

Rápidamente sin dejarla contestar, corrió de vuelta al jardín de la casa. Buscó a su padre por todos los lados, pero no lo encontraba, lo que causó que lagrimas brotaran y su respiracion se acelerara. Afortunadamente, Danae estaba cerca.

-¡Danae!- corrió hacia ella llorando sofocada. La mujer en esos momentos, se encontraba recogiendo la cocina-Están aquí, ellos están aquí..

La mujer frunció el ceño y miró a la joven sin entenderla.

-¿Quienes están aquí, cielo?.

-Están..-pensó en como decirlo.-Fred y ma..Susan

Murmuró al ser incapaz de pronunciar la palabra "mamá", mucho menos dirigida a aquella mujer.

-Quédate aquí cielo.-indicó besando su cien, para salir en busca de su marido.

Pero, cuándo Danae se dirigía hacia dónde Fred y Susan estaban, el Diggory iba rumbo al mismo camino, con expresión dura, mandíbula apretada y puños cerrados.

-Niños, vuelvan a la casa.- indicó Danae, frente a Fred.

Ambos compartieron miradas. El odio y la venganza se batallaron en un duelo.

-¡Pero mamá, papá está aquí! ¿Acaso no es genial?-habló Oliver emocionado.

A su contrario, George sabía que algo estaba pasando por lo que se colocó a la par de Cedric, agarrándose a su mano. Este lo miró y le dedicó una sonrisa.

Susan alzó una ceja al verlos y rió irónicamente.

-¿A qué has venido, Frederick?

Cuestionó Danae, mirándolo de arriba a abajo, dándose cuenta de que había cambiado.

Fred hizo lo mismo, su ex mujer no era la misma tampoco. Su cabello ahora había sido cortado por sus hombros, sus caderas estaban más anchas, y había un brillo especial en sus ojos, pero no sabía distinguir si era odio, venganza u otra cosa.

-Al cumpleaños de mis hijos, Danae-respondió serio, en el mismo tono.- Y a presentarles a su nueva hermanita.

Una sonrisa victoriosa adornaba su rostro, miró hacia la pequeña recién nacida que se encontraba en los brazos de su amada. Dormía plácidamente.

Todos los presentes miraron a la bebé. Danae sintió una presión en su pecho, incrédula a lo que sus ojos estaban viendo. El odio de Cedric creció aún más por la pareja.

La Diggory-Wood miró al Weasley, no podía ser cierto, su Fred no haría eso.

Pero él no era su Fred.

-Ninguno de los dos están invitados, por lo que les pedimos que se retiren.- trató el Diggory de guardar sus modales.

Rieron irónicamente, Fred relamió sus labios y chasqueó su lengua acercándose poco a poco al Diggory.

-Fijate que tu a mi no me das órdenes, Diggory- con su temple seguro lo miró a los ojos, Cedric parecía a punto de querer saltar conta él.- Y para tu desgracia ellos son mis hijos, no los tuyos, por mucho que hayas querido casarte con mi ex-esposa.

Cedric apretó la mandíbula con fuerza, agradeció que su mujer entrelazara sus dedos calmandolo. Aunque mientras batallaba en miradas con Susan.

-Cierra la puta boca, Weasley. No sabes lo que dices.

-¿No sé lo que digo?- rió irónico.- ¿tanto envidiabas mi vida? Estas casado con Danae, convives con mis tres hijos. Dejame decirte que estás viviendo mi antigua vida, ¿cómo te sientes?- cuestinó alzando una ceja.- Me gustaría ver que será de ti, cuándo veas quién es ella de verdad.-miró con repulsión a su ex esposa.- Cuándo demuestre que solo es una, infiel.

Cedric soltó bruscamente la mano de Danae y la de Oliver, se encaró frente al Weasley golpeando su torso.

-¡No te atrevas a faltarle el respeto, gilipollas!

-¡Niños, vayan con su tío!- agarró de las manos a Oliver y George, obligándolos a irse.

Fred río al ver como enfurecía tan rápido al Diggory. Vió como sus hijos se iban.

-Oh vamos, ¿crees que merece respeto?-cuestionó.- Danae solo busca placer, se fue contigo por que ella necesitaba más de un hombre. Y acabo siendo una infiel.

-¡No vuelvas a hablar así de mi madre, capullo!

Se escuchó una voz tras el Diggory. Axel enfurecido, tras escuchar a sus hermanos decir que su padre había regresado.

Fred aplaudió sonoramente al ver a su hijo mayor, riendo irónicamente.

-¡Ya estamos todos!.

-Axel, cariño vete.-su madre se colocó frente a él. El alto, la miró vacilando, pero optó por ignorarla.

-¡Vete de una puta vez! ¿¡No te das cuenta de que tu presencia no es de agrado?!.- dijo exaltado.- ¿¡Que coño quieres de nosotros?! ¡Ya nos has hecho bastante daño!

Sus ojos irradiaban de lágrimas de furia, Axel iba a explotar de furia

Fred preservó su temple irónico

-Solo queria felicitar a tus hermanos y presentarte a tu hermanita.-dijo sonriente, se acercó a Susan quien con cuidado le entregó a la pequeña.-Gracias, cariño.-le sonrió y meció a su hija entre brazos. Se acercó poco a poco a su hijo, quien era frenado por su madre.- ¿No quieres conocerla, Axel?

Cuestionó burlón, alzando una ceja.

Cedric miraba la escena con furia, su mujer lloraba, tratando de que su hijo no cometiera ninguna locura.

Porque Axel era igual que Fred, impulsivo y rencoroso. Ambos estaban podridos.

El joven miró a la niña entre sus brazos sin ningún sentimiento, para después mirar al hombre por el que estaba vivo, desgraciadamente.

-No es mi hermana, al igual que tu no eres mi padre.

Fred asintió riendo ironico.

-Tienes mi sangre, yo te creé. Eres igual que yo, por eso no te soportas.- aseguró mirandolo con certeza.-¿Eso es lo que te ds miedo, hijo?

Axel lo miró incrédulo, reteniendo sus lagrimas, apretando con fuerza su mandíbula.

-Me das vergüenza. ¿No te das cuenta? Todos te dan la espalda. Tu esposa, tu mejor amigo, tu hijo, tu madre y familia. ¿Acaso has pensado lo que pensará la abuela Molly de todo esto?-cuestionó.-Claro que no, porque eres un egoísta. Solo piensas en ti, no en el daño que haces a los demás.-dijo seguro.-Es mejor que te vayas, te aseguro que a ninguno nos agrada vuestra presencia.

Dijo con asco, antes de hecharles una mirada a la pareja y retirarse de allí. Danae vio partir a su hijo, y se giró viendo a la pareja.

-Que bien lo habéis hecho.-aseguró Susan, colocándose a un lado de su novio.-Todos se han creído vuestro teatro. ¿Que pasará cuando se enteren de la verdad?

Cuestionó, mirándolos. Se acercó lentamente a Cedric, acarició sus hombros lenta y sensualmente. El hombre la miró asqueado.

-Estaría bien que vuestras familias e hijos a los que tanto adorais, se enteraran de la verdad. De quienes son los malos aquí, los villanos. - le susurró en su oído para dejar un beso en su cuello y separarse.

Susan miró a Danae, sin borrar sonrisa de su rostro.

-Me gustaría que se enterasen quien engañó a quien en primer lugar, quienes les han estado mintiendo todo este tiempo.- se dirigió hacia su novio y entrelazó sus brazos.-Vivan felices y en paz, mientras puedan.


Tomen asiento, señoras 🍷🧐

¿Opiniones? ¿Teorías?

Cualquier día se arman a putazos JAJA.

By the way, digan no a los lectores fantasmas. Porfavor.

Muchas gracias por los 7k, lxs quiero, espero que les esté gustando y que no las haya decepcionado.!<3

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