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!¡ADVERTENCIA: CONTENIDO EXPLÍCITO. SE RECOMIENDA DISCRECIÓN




—¡Concentraté!

Estampó el cinturón que tenía en su mano en el núcleo de la mujer, quien hechó su cabeza hacia atras en un grito que escapó de sus labios, pero mentiría si dijera que no lo estaba disfrutando.

—¡Es lo que hago!—se quejó Danae, mirando al hombre.

Cedric se colocó delante de ella, su mirada reflejaba deseo y lujuria, sus duras facciones, su cabello despeinado y el inicio de su pecho dejándose ver. Llevaba una camisa blanca que se ceñia perfectamente a su cuerpo, la tenía remangada hasta la mitad de los brazos, dando una perfecta vista de sus musculosos y fornidos brazos.

Se encontraban en una lujosa habitación de hotel que el Diggory se había tomado la molestia de reservar para su ansiada luna de miel con la mujer que amaba. Desde la ventana podía ser visto la Torre Eiffel en su mayor resplandor, de noche.

Paris era iluminado por ella. El ahora matrimonio Diggory-Wood se encontraban en una lujuriosa sesión de sexo, como de costumbre.

Danae sentada en un taburete, completamente amarrada,  a disposición y sumisión del moreno. Tenia las manos atadas con una delicada tela roja en su espalda, era imposible desatara el nudo, el hombre se había encargado ya de ello. Totalmente desnuda frente a él, sus pezones eran sostenidos por unas pequeñas pinzas, era demasiado placentero pero doloroso. Sus piernas eran abiertas para él, su núcleo estaba totalmente rojo debido a los latigazos recibido, sus labios vaginales rosados y lubricados suplicando por atención. Cedric relamió sus labios ante la vista, jamás había deseado a una mujer tanto como a ella.

—¡No te estás concentrando, y así no lograrás nada!—alzó algo la voz, la tenue luz de la luna resaltaba sus duras fracciones. La vena de su cuello comenzaba a agrandarse, a mujer tragó en seco ante la vista.—Puedo leer  cada uno de tus pensamientos Danae, como ahora mismo..— se acercó a su oído para susurrarle con su ronca voz, provocándole escalofríos— Se que estas ansiosa por recibir atención, completamente mojada esperando que unas estocadas te llenen por completo.

Los profundos ojos de la mujer miraron al hombre, sus orbes eran cristalizados, las pequeñas pinzas comenzaban a dolerle, su núcleo a impacientarse, quería cruzar las piernas con fuerza si es que el hombre se dignaba a tocarla esa noche.

—¡Claro que lo deseo! ¡Porque es mi puta luna de miel y quiero que mi esposo me haga sentir bien!—dijo mirándo cada parte de su cuerpo.—¿Estas disfrutando de esto?—cuestionó alzando una ceja, atrapando su labio inferior entre dientes.

—Mucho, bonita—aseguró acariciando su muslo, su frío y áspero tacto hicieron su vello erizarse—Estas tan desesperada que ni siquiera puedes mantener tu mente en blanco

Mordió el lóbulo de su oreja lentamente, para bajar por su cuello lamiendolo y dejando húmedos besos. Danae hecho su cabeza a un lado, dándole completo acceso. El hombre mordió el cuello de su mujer, esta dejó escapar un grito ahogado por sus labios.

—¡Cedric!

El hombre se separó con una sonrisa burlona, llevando la llema de sus dedos hacia el lugar donde ahora se encontraba su marca, tenía algunos puntos rojos, sin duda algunas gotas de sangre habían salido a la luz.

—Cállate, sabes que te encanta, no finjas más.—ordenó, colocándose de nuevo frente a ella. Sacó la varita de su bolsillo trasero.

Con esta recorrió desde su mandibula, pasando por el valle de sus senos hasta su núcleo, emitiéndole jugosas vibraciones por todo el cuerpo. Danae gimió por el tacto, hechando su cabeza hacia atrás completamente encantada. El Diggory volvió hacia su mentón haciendo que lo mirara a sus negros y lujuriosos ojos.

—Concentrate, o no obtendrás lo que quieres.—dijo.

El hombre tomó algo de distancia y la Diggory-Wood ahora se reincorporó para mirarlo a los ojos y asentir.

La miró con fijeza a sus ojos, Danae trató de volver a poner la mente en blanco para que no pudiera entrar en sus pensamientos.

—Concentrate Danae.

Volvió a insistir, ella cerró los ojos y trató de echarlo de su mente podía notar como ambos luchaban en quedarse. Hasta que dejó de pensar, nada, todo era blanco para ella, sin problemas, sin preocupaciones.

Cedric se recompuso al ser alejado de su mente, su respiración se volvió errática y tuvo que controlarla, estaba algo sofocado y desabrochó su camisa dejando ver su trabajado torso cubierto por una fina capa de sudor.

La mujer abrió los ojos con sorpresa mirando al hombre, este asintió sonriendole orgulloso.

—Wow, lo lograste amor..

—Creo que merezco de una vez mi recompensa— murmuró en tono seductor, relamiendo su labio, y pestañeando lentamente. Sus piernas de abrieron ma lentamente ante la feroz mirada de el Diggory, que parecía un león a punto de hachezar a su presa.

Este se reincorporó, bajó sus pantalones vaqueros ceñidos a él, quedando en boxer, pero sin quitar su camisa.

—¿Tu crees? Exiges mucho— alzó su mentón sosteniendola con rudeza.—Oh, ya veo. Totalmente ansiosa y desesperada por atención ¿no es así?

Ella no contestó, solo se quedó admirando como la luna favorecía el busto de su amado.

—¿No es así?— volvió a insistir, odioso por su ignoración. Soltó su mentón y agarró su pelo con fuerza acercandola más centímetros a su rostro, mientras que la otra mano se estrelló con fuerza contra su sexo.

Danae pegó un pequeño bote en su asiento, y lagrimas rabiosas se escaparon de sus ojos ante la dolorosa acción de su amado. Su cuerpo cabelludo dolía, pero era demasiado placentero, amaba estar a la disposición de aquel hombre, que día y noche la tocara y la tratara con rudeza, para después preocuparse por ella.

—Si, si es así profesor..—dijo en un susurro inaudible. Este sonrió para sus adentros al recordar los tiempos en los que se veían a escondidas en sus despachos de Hogwarts, cuando estaban casados con respectivas personas.

Los más feroces y oscuros instintos de Cedric se desataron al escuchar el seductor tono de su amada, ya no podía más, su erección era fuertemente dolorosa, creía su bóxer explotar y estaba seguro de que con la simple vista de su preciada esposa podría llegar fácilmente.

—Fóllame Cedric, se que tu tanbien lo estas deseando.

Rápidamente, pero como  si fuera en cámara lenta para Danae, sexy y torturosamente se deshizo de sus boxers, su miembro estaba erecto, cubierto de líquido pre-seminal, la punta roja y apetecible para ella.

Se relamió los labios, casi ni tiempo de asimilarlo le dió cuando Cedric se acercó para deshatar con sus dientes la tela que amarraba  sus muñecas, estaba completamente en el paraíso sin duda, cualquier cosa que hacía el Diggory era caliente y le mandaba oleadas a todo su cuerpo.

Lanzó la tela lejos de la habitación, sus labios recorrieron la espalda de su esposa mientras sus manos vagaban por su cuerpo. Los jadeos y respiraciones erráticas escapaban por los labios de Danae sin poder controlarse.

—Mierda profesor...— gimió cuando el besó su cuello y lo succionó.

Cedric agarró su cadera e hizo que se levantara, lanzándola hacia la cama con brusquedad, afortunadamente estaba cerca.

Danae con respiración errática no llegó a procesar cuando el ya estaba encima suya, besándola con pasión, su lengua recorriendo su cavidad bucal, y sus manos tocado cada pedazo de carne que encontraba a su paso. Sus sexos rozándose, jadeos, y gemidos ahogados en el beso.

—Cedric, Cedric.. Follame, Cedric— murmuró Danae contra sus labios, rodeando su cadera con sus piernas, rozando su humedad con su incipiente erección. Tenia los ojos cristalizados, lo necesitaba.

Se separó de sus labios, admirando la preciosa estampa de su mujer, desnuda debajo a el, suplicadola por hacerla sentir bien. Su cuerpo marcado por el.

El hombre, ansioso por cumplir los deseos de su mujer, llevó una pierna a su hombro, dándole una mejor entrada. Alineándose contra ella para entrar bruscamente, debió a la auto lubricación de la mujer. Sus paredes estrechas se formaron alrededor suya, oleadas de calor recorrieron el cuerpo de Cedric.

Ambos gimieron con fuerza al unir sus cuerpos,  Danae tornó sus ojos en blanco ante el placer. El miembro de Cedric era algo más grande que el del promedio, era doloroso y placentero, él si sabía como consolarla bien.

—Estas tan apretada bonita..—gimió Diggory, moviéndose dentro de ella lentamente .

—Se siente tan bien, profesor..—jadeó.

Cedric hizo que Danae alzara la manos y con fuerza las apretó contra el colchón de la cama, para que no tuviera movilidad, que no pudiera tocarlo para así que disfrutara de las sensaciones que le hacía llegar hacia su cuerpo

Cedric amaba ese mote, tal vez fuese un fetiche suyo, pero aún se calentaba más cuando la mujer lo llamaba profesor, le recordaba cuán prohibido era hace unos meses, cuando estaban casados con otras personas que preferían olvidar.

Cuando ambos eran, infieles.

Se llevaron unos minutos en la misma posición, Dane estaba a punto de llegar al orgasmo, sentia sus paredes contraerse y su abdomen cosquillear, sus gemidos se volvieron más gruturales, Cedric disfrutaba, eran musica para sus oidos.

Pero paró.

Antes de que la mujer pudiera replicar, salió de ella, y le dio la vuelta, afortunadamente al estar cansada fue más sencillo. Se colocó tras ella y con sus dedos llevó sus fluidos hasta su orificio trasero, también ayudó con su lengua para lubricarla más y hacerla sentir mejor.

Danae apretó las sabanas debajo de ella, enterró su cabeza en la almhoada gimiendo con fuerza.

—¿Tuviste con Fred sexo por detrás?—preguntó Cedric acariciando su espalda y dejando castos besos en ella para relajarla.

—Si, pero hace tiempo, no a menudo

Murmuró algo avergonzada, el Diggory asintió, se alineó contra ella. Le mandó escalofríos por su columna.

—¿Quieres y estas segura?

La mujer asintió  mordiendo su labio inferior.

—Totalmente, hazlo.

—Parame si te duele o soy muy brusco.— susurró acariciando su cintura.

Cuando estuvo suficientemente lubricada y lista, Cedric se enterró en ella. Dejó pasar unos segundos hasta que esta le indicó que no se preocupara y que siguiera.

Sus estocadas comenzaron a ser más bruscas y fuertes, sin ningún tipo de límite o cuidado, se enterró por completo en ella. Disfrutaba de como sus paredes lo rodeaban y embriagaba. Se sentía en el paraíso, sus testículos cosquileaban y estaba seguro que pronto llegaría al clímax.

Danae gemía y gritaba contra la almhoada con fuerza, aferrándose a las sabanas. Sus ojos escocían en lágrimas, le dolía demasiado, pero no quería parar, eran nuevas sensaciones placenteras que amaba que llegasen a su vida.

Recordaba que con Fred el sexo anal fue menos doloroso, pues a pesar de su miembro ser grande y con una buena longitud no era igual que el Diggory, además Fred se preocupaba más por su estado, por lo que no llegaron a mucho y optaron por volver al misionero.

Después encontró a Cedric y se dio cuenta de que amaba sentir dolor en el sexo, amaba someterse a la sumisión de aquel hombre y que cumpliera cada una de sus más oscuras fantasías sexuales.

El Diggory agarró con fuerza su cabello tirando hacia tras, para que Danae despegara la cabeza de la almohada. Siguio golpeando contra ella con fuerza, de vez en cuando golpeaba su trasero, u amasaba sus pechos aún con los pezones sostenidos por unas pinzas que incrementaban el placer de la mujer.

Era tan brusco, tan bueno, le causaba tanto daño, tanto placer. Sentia el mismo cielo e infierno en un mismo segundo.

Era suya completamente suya.

—¡Merlín, profesor... follame más duro, golpéame!—pidió en un gemido ahogado, sintiendo como el clímax ya casi estaba abrazandola.

—¿De quien eres Danae?—Cuestionó el hombre, estallando su mano contra su trasero y aumentando la brusquedad de sus embestidas, el también estaba cerca del orgasmo.

—¡Tuya profesor! ¡Completamente tuya..!—gimió con fuerza mientras el clímax la abrigaba como si de un manto se tratase.

Cayó derrotada en la cama, con su pecho subiendo y bajando debido a la excitación del momento.

Cedric siguió golpeando y enterrandose contra ella, aunque no por mucho tiempo hasta  que se liberó dentro de ella.

—Completamente, mía


Un poco de smut nunca viene  mal.

🤠 Bendiganse señoritas.

¿Opiniones? No se si les ha convencido el smut o no, una hace lo que puede JSJS.

Lxs amo!¡ , nos leemos <3

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