13
Salieron de la habitación donde se encontraban los gemelos. Danae, cerró la puerta tras ella y se acuclilló a la altura de Claire, para prestarle atención.
—Dime pequeña, ¿qué es lo que te preocupa?— preguntó acariciando su pelo, transmitiendole confianza.
Claire vaciló sobre decirle u no, nerviosa. Jugueteó con sus pequeñas manos para despues enfrentar a Danae.
—¿Me prometes que no le dirás nada a papá?— preguntó dudosa extendiendo su dedo pequeño—¿Por el dedito?
Danae sonrió enternecida ante su acto y entrelazó sus meñiques.
—Por el dedito, prometo no decirle nada.
Claire, se armó de valor para decirle a esta, al ver como prometía no decirle nada a su padre. No es que no tuviera confianza con el, solo que no quería preocuparle ni darle más problemas.
—Cuando iba a casa de mamá..—vaciló en continuar o no. Mordió su mejilla interior, nerviosa— Se ponía rara
Explicó lo mejor que podía. Danae frunció el ceño y entrecerró los ojos al escuchar a la menor. Sus piernas dolían por estar a su altura, pero más o menos podía aguantar unos minutos.
—¿Rara? ¿A que te refieres con rara, peque?
—Decía cosas feas de papá y de ti.. yo me tapaba los oídos para no escucharla.— explicó haciendo un mohín con los labios, aún le dolía recordarlo.— Sus ojos estaban rojos, y casi siempre tenía un papel enrollado en su boca o una botella que sacaba del cajón prohibido.
Explicó la pequeña, algunos detalles de su experiencia viviendo a sola con su madre. Sin duda, no quería repetirla. No ahora que se sentia a salvo con su padre, Danae, Axel y los gemelos a los que tanto quería.
Danae maldeció por lo bajo a su amiga al escucharla. Pasó una mano por su pelo frustraba, trata de controlarse frente a la pequeña. No entendía como Susan había sido capaz de tales cosas frente a la pequeña Claire, seguia siendo su hija a pesar de todo.
En esos momentos lo único que quería era gritarle a Susan por haberse comportado mal con su hija y cuidar a esta, para que tuviera el verdadero amor de una madre.
—Esta bien preciosa, gracias por contarme ¿si?— dejó un beso en su pequeña mano, animando el ánimo de esta.—Eso no pasara más, papá y yo te cuidaremos muchísimo que no te quepa duda. Y si quieres ver a tu madre, nosotros te acompañaremos y no te hará nada.
Explicó molesta y apenada por la situación que una niña pequeña tenía que vivir porque su amiga se había dejado llevar por los celos.
—Gracias Danny.— besó su mejilla cariñosamente.
—No es nada peque, ve con los gemelos a ver como está Georgie. Ahora os llamamos papá y yo para comer ¿si?
Pidió alzándose de pie, estirando su cuello adolorida. La menor asintió para dirigirse hacia la puerta que daba a la habitación en la que en esos momentos era ocupada por los gemelos Weasley Wood.
Danae se dirigió a bajar las escaleras cuando la voz de Claire de nuevo la hizo retroceder. La miró curiosa escuchando sus palabras.
—Danny— la llamó algo tibuteando.— Me gustas como novia de papá y como mi mamá.
Danae se sonrojó y cautivó ante sus palabras, conmovida ante la sinceridad y honra de aquella pequeña.
Sin duda, Claire era la total imagen de su padre, Cedric Diggory.
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Sintió los brazos del hombre rodear su cintura, se relajó ante el abrazo de su cuerpo. Dejó en la mesa el plato de pizza recién horneada y se aferró a su pecho, inhalando su perfume.
Cedric sonrió al ver que el cuerpo de Dane seguía reaccionando ante sus caricias.
—¿Están bien los niños?— preguntó el Diggory apoyándose en el hueco de su cuello, dejando un húmedo beso en este.
Danae jadeó levemente, cerrando sus ojos, dejándose llevar ante sus caricias por la cintura y sus calientes besos que quemaban contra su fría piel en aquellos momentos.
—Lo están sí— hechó la cabeza hacia atrás.— Necesitamos hablar, Ced.
Murmuró. Cedric se separó de su cuello, dejando una hilo de saliva colgando. Hizo que la mujer se diera la vuelta para mirarlo a los ojos. Danae se apoyó en su pecho, colocado sus manos en este. Lo miró a los ojos como jamás lo había hecho, con cariño, admiración, orgullo; Lo miró con amor.
—Quiero intentarlo Ced
Sus palabras causaron un fuerte impacto en el corazón del Diggory, que se calentó furtivamente ante su confesión. Llevó un mechón de su pelo tras su oreja y acarició su mejilla, permitiéndole ver esos ojos grandes y brillantes que tanto amaba.
—¿Quieres intentarlo de verdad, Danny?— preguntó a centímetros de sus labios, su caliente aliento estrmeciendo su piel, cayendo ante sus encantos, una vez más.
—Lo quiero hacer Ced. Sé que ahora nos será difícil, Fred y yo nos divorciaremos y tu y Susan ya lo estáis. No quiero que veas esto como que te tengo de segunda opción para superar a Fred, porque no lo es— acaricio su cuero cabelludo, rodeando su cuello para atraerlo más hacia ella.—Yo de veras te quiero Cedric, te quiero mucho.
Cedric sonrió como un adolescente enamorado ante sus palabras. Esperó mucho tiempo para ser merecedor de ellas, mucho tiempo en las sombras esperando a que ella lo iluminara. Pero afortunadamente aquella larga e interminable espera valió la pena. Danae Wood, la mujer que amaba le estaba siendo sincera, ella quería estar en una relación romántica con él.
—Yo te quiero más, Danae. Mucho más
Aseguró el hombre y rozó sus labios para después besarlos con dulzura y cariño. Tratando de inmovilizar en su memoria cada segundo que pasaba al lado de aquella mujer.
Danae se separó del beso con los labios hinchados y mejillas tornadas un color carmesí para verlo a sus ojos color marrón.
—Cedric.. últimamente he estado pensando una cosa y te podrá parecer una locura.—suspiró acariciando su suave cabello que tanto amaba.— Pero yo quiero ir a ver a Susan.
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AL DÍA SIGUIENTE
Se negaba a dejarla sola en esto, no podía debía acompañarla. Danae esperaba a que la puerta fuera abierta tras haber llamado. Miró a Cedric, volviendo a preguntar con la mirada si el estaba de acuerdo con aquello. El Diggory le sonrió en muestra de apoyo y sonrió.
A los segundos, Susan Bones abrió la puerta acomodándose la bata que portaba, totalmente deshabotonada dejando ver a la vista un conjunto de lencería roja, mal colocada. Su pelo revuelto y un cigarrillo en su boca, como ahora le era de costumbre.
Bufó fastidiada al ver a la pareja.
—¿Se puede saber a que mierda veniste?
—¿Que a que mierda vine?— masculló molesta—¿Lo disfrutaste no? ¿Disfrutaste hacer que mi marido me engañara, no?
Cuestionó aún molesta por todo lo que había hecho Susan, por un único motivo: la venganza.
Susan se limitó a reir y dejar escapar el humo que tenía en la boca.
—Oh cariño, lo estoy disfrutando más que nunca.— cómo si lo hubieran llamado con campanas, Fred apareció tras la Bones, apoyando su brazo flexionado en el marco de la puerta.
Sin camiseta, solo constaba de unos boxers, sus mejillas acaloradas y su cabello despeinado. El corazón de Dane se estrujó ante aquella imagen y deseó haberse quedado en la casa del Diggory quien al darse cuenta de su reacción gruñó molesto.
—¿Que coño haces aquí, Dane?
Cuestionó el Weasley furioso al verla, era de las ultimas personas que quería ver en el mundo, a la mujer que le engañó. Ahora estaba finalmente viviendo la vida, solo, sin ninguna responsabilidad y sin hijos agobiandolo nada más llegar a casa, teniendo sexo cada que quería con la Bones. No podía irle mejor. Incluso agradecía que Danae lo hubiese engañado, había abierto los ojos.
—¿¡Que que coño hago aquí?! ¿¡Sabes lo mal que están tus hijos?! ¡No paran de llorar por tu puta culpa! ¡No tienes los huevos suficientes para ir y explicarles que coño ha pasado!— explotó furiosa encarandolo.
Fred rió entre dientes, flexionando aún más su brazo, sus músculos tensados estaban al descubierto causando que por muy enfadada que estuviera la morena no pudiera evitar tragar en seco al verlo.
—Esos ya no son mis hijos— farfulló mirandola con asco para después fijar su penetrante mirada en el hombre que la acompañaba— Por lo que puedo ver ya tienen nuevo papi
Dijo burlon a la vez que molesto por haber sido remplazado tan fácilmente.
Danae quería llorar, irse de allí, gritarle a la cara todo lo que guardaba por dentro. Ni siquiera podía imaginar cómo sus pequeños iban a reaccionar a la noticia que no verían más a su padre. Sabia que George sería el mas herido de los tres, pero con suerte lograría comprender.
—Él ha sido más padre en los últimos días que tu en años.— masculló entre dientes. Hizo aparecer unos papeles con un movimiento de varita.— Más te vale firmarlos.
Fred cogió al vuelo los papeles, un gruñido de frustración por sus labios salió al verlos. Delicadamente atrapó su varita y con un movimiento, firmó los papeles y se los lanzó de regreso a la mujer.
—Divorciados finalmente amor, ya puedes follarte a Diggory las veces que se te venga en gana masculló entre dientes con una expresión burlona, pero en el fondo guardaba reencor.
—¿No te has llegado a pensar que si me acostaba con Diggory a tus espaldas es por algo? Tal vez fueras un esposo de mierda y en la cama más de lo mismo.
Contraatacó manteniendo su porte firme y segura, aunque en el fondo sabia que sus palabras eran falsas. Alzó el mentón mirándolo, sus labios curvados hacia arriba, él no podría joderla en ningún momento.
Eso fue el colmo para Fred, no iba a permitir que le hablaran así, como si una mierda fuese. Danae le sacaba de sus casillas, trataba de controlarse pero con ella era imposible. Esto venia desde hace mucho tiempo como cuando estaban casados, Fred debía escuchar todas las réplicas y reproches de la mujer. En esos tiempos el lo aguantaba porque estaba completamente enamorado de Danae, pero abrió los ojos; se dió cuenta que no era más que una persona vil, cruel, incapaz de aflijir sentimientos por las personas.
Incapaz de amar.
Hechó a Susan un lado para no dañarla y se acercó a Danae, sus puños apretados, ceño fruncido, mejillas carmesíes, mandíbula apretada y recta y sus dientes rechinando daban seña de que no estaba feliz. No sabía con qué intenciones se acercaba a la mujer, pero esta instintivamente asustada y arrepentida, dio un paso atrás mientras veía como Diggory agarraba su muñeca y se colocaba frente ella, impidiendole al Weasley el paso.
—Ni se te vaya a pasar por esa cabeza, Weasley
Alzó el Diggory el mentón viendolo a los ojos, el también estaba enfadado, con sus puños apretados y nudillos blancos por la fuerza que ejercía. Relamió sus labios alzando una ceja, para ver la reacción del Weasley. Este se dedicó a grunir y retrocedió hasta estar de nuevo al lado de la Bones, quien acarició su pecho para calmarlo.
—Ibas a pegarme.., estas demente Weasley..
Aseguró Danae, incrédula al ver tal actitud de su parte. En todo su matrimonio, Fred le había puesto una mano encima. Pero claro, suponía que ese Fred había quedado enterrado en un pasado.
—Los vemos en los juzgados, será allí la última vez que los veamos, creánnos , no es de nuestro agrado verlos— siguió hablando firmemente la Wood.
—¿Juzgados? ¿Para qué? Si se puede saber— cuestionó Susan mientras se dedicaba a acariciar y calmar al Weasley, quien aún irradiaba de furia.
—Para luchar por la custodia de nuestros hijos.
—Oh, vamos nosotros también lo haremos— habló ahora Fred, firme— No dejaré que mis hijos se críen con este gilipollas
Insultó, y esta vez fue Cedric quien tuvo que ser parado por Danae. La tensión se cortaba con un cuchillo, ambos hombres se miraban asesinamente.
—¿no que no eran tus hijos, capullo?— se quejó molesta Danae— Cedric es mucha mejor figura paterna que un infiel como tú.
Fred rió ironico y rodó los ojos.
—¿Y crees que su madre es una buena figura materna?
Se burló molesto.
Damas mordió su labio inferior, no debía caer en sus gilipolleces.
—Nos vemos en los juzgados.
Cedric soltó la mano de la Wood por un segundo y se acercó a su ex-esposa. Miró por el hueco de su hombro a Fred malhumorado, y pareciendo un leon a punto de atacar por acercarse a Susan.
—Nos vemos también, ni vayas a creer que te dejaré a Claire.
—Es mi hija, soy su madre. Tengo ventaja, Ceddie
Se burló victoriosa, sintiéndose aún mas halagada cuando Fred rodeó su cintura, pegándola hacia su cuerpo, y sintiendo todo su calor corporal.
Aún seguía molesta por que los hubieran interrumpidos.
—La palabra de Claire también cuenta, ella decide con quien quedarse
Respondió Cedric firme, para comenzar una discusión con la Bones.
Danae, no más furiosa de verla sonreír y deseando quitarle esa sonrisa victoriosa del rostro decidió hablar.
—Seguro que a los jueces le encantará saber que su madre se drogaba enfrente de su hija
Je-je. Estos cualquier día se matan.
¿Que tal, como estáis amores? ¡Espero que os haya gustado!
Escucho sus opiniones <3.
Lxs amo.
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