12
—¡Danae espera!
La mujer azabache, con lágrimas en los ojos que caían sin ser frenadas giró para ver al moreno que salía de su casa algo magullado. Cedric no pudo evitar sentirse culpalble al verla en tan vulnerable estado. Se acercó a paso rápido, quedándo frente a ella.
—No llores, no merece la pena Danny..-—acarició su mejilla, retirando las lágrimas que caían con su pulgar
—No puedo, no hacerlo..
Tartamudeó temblando bajo él, su corazón bombeaba sangre rápidamente, su pecho subía y bajaba, sus pulmones rogaban por aire. Pensamientos cruzaron por su mente; ¿Sus hijos habrían escuhado la fuerte discusión?¿Qué pasaría con ellos, los volvería a ver?, ¿Dónde iría ahora?, probablemente con su hermano pero no quería ser una molestia.
¿Qué estaba pasando con ella?
Fácil, desde que Cedric llegó a su vida todo se puso patas arriba; no podía evitar sentirse atraida por él, por cómo la trataba, tocaba.. pero tampoco podía evitar seguir enamorada del Weasley cómo el primer día.
¿Pero dónde estaba su Fred? Su Fred amoroso, cariñoso, gracioso, el hombre que jamás le alzaría la voz. ¿Dónde había quedado los fragmentos del hombre que se enamoró?.
—Mírame a los ojos.—Cedric cada vez se preocupaba por el estado de salud de la mujer. Agarró su cara entre las palmas de sus manos, haciéndo que Danae centrara su mirada enrojecida en él.—Inspira, expira Danny..
Indicó y la mujer sin decir una palabra más comenzó a obedecer sintiendo cómo se calmaba más. Se refugió en los brazos del Diggory, abrazándo su torso con fuerza, tratando de buscar consuelo. Este la estrechó con fuerza, agradándose al inhalar el dulce aroma que desprendía su amada, sin querer separarse de ella y maldiciéndo al Weasley por haberla tratado de tal manera que nadie merece.
Sin duda, Fred Weasley era un idiota.
—Vamonos Danny..— murmuró el Diggory retirando su cabeza de su pecho para verla a sus ojos completamente hinchados e irritados.
Esta se separó, dándose cuénta que manchó su camisa con las lagrimas, sintiéndose arrepentida. Lo miró confundida al escuhar sus palabras.
—¿Qué? ¿A dónde?
Preguntó, su voz a un tibuteaba.
—¿No pensaras que te iba a dejar sola, no? Danae, estamos juntos en esto y en todo. No creas que voy a permitir que te quedes sola.
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Sin poder rechistar, Danae fue llevada a casa del Diggory. Cedric abrió la puerta y dejó pasar a la mujer, la azabache miró la casa, afortunadamente estaba en un mejor estado que la última vez que vino. Se quedó algo pasmada, sin saber que hacer, sus articulaciones no reaccionaban ante lo que ella quería hacer. La mano de Cedric se plasmó en su hombro, acariciándolo dulcemente. Dejó un dulce beso en su cien, de momento Danae se calmó al saber que estaba segura bajo su respaldo.
—Puedes subir arriba a tomar un baño y relajarte, coje alguna camiseta mía. Siento no tener ropa de mujer bonita, pero podemos ir mañana a comprar algo si gustas.—propuso acariciándo su espalda.— Yo iré haciendo la cena.
Danae se giró viendo al hombre, sonaba cómo su marido, cada vez que él le decía que se relajara mientras él hacía la cena. El dolor inmediatamente creció. Se sentía cómo un estorbo, no quería ser una carga para el Diggory.
—No tengo hambre, pero gracias..
Murmuró algo temblorosa, mirando hacia el suelo. Alzó su menton delicadamente para que lo observara a sus dos piedras cafés.
—Comerás Danny, y ahora sube. No quiero que enfermes.
Al ver tan pensativa a la mujer que ahora subía las escaleras sin ánimo de discutir, no pudo evitar leer su mente. Cedric, comenzó a aprender Oclumacia mucho antes de conventirse en profesor, sabía cómo leer mentes y cómo mantener la suya a salvo de cualquier invasión.
Ella se sentía insegura, no quería molestarle ni ser un estorbo. En su mente no paraba de repetirse las escenas dónde Fred le gritaba, y su mente la estaba traicionando al hacer que se imaginase a este y a su ex-esposa teniendo relaciones sexuales. Cedric rápidamente salió de su mente, sintiéndose horrorizado y asqueado ante la última imagen.
Danae sintió perder el equilibrio, tuvo que agarrarse a los barrotes de la baranda. Miró al Diggory con ojos muy abiertos, inaudita a los acontecimientos.
—¿Has entrado en mi mente?
–Te vi tan mal y pensativa, no pude no evitar hacerlo.— se acercó hacia dónde estaba la mujer.—No eres un estorbo Danae, me gusta tenerte aquí conmigo. Y olvida de una vez a esos dos idiotas, no te merecen bonita
Aseguró mirandola con amor y dulzura, aunque por dentro irradiaba de furia, quería ir a decirle unas cosas al idiota que esta tenía por marido, quería golpearle hasta que este no tuviera pulso. Que pagara por cada una de las lágrimas de su querida Danae.
—Gracias y trataré de hacerlo..— aseguró intentando sonreírle, pero más bien se convirtió en una mueca—¿Claire está aquí o sigue con Susan?
—Claire esta en casa de los padres de Susan, tienen indicado traerla aquí mañana. Así que no te preocupes.— pidió
●●●
Se miró en el espejo, completamente desnuda mientras gotas de agua recorrían se pecho. Cada centímetro de su cuerpo que acariciaba había sido tocado por dos hombres. Los dos hombres que a pesar de todo reinaban en su corazón. Su mente recordaba cada una de las noches que pasaba junto a ellos.
Rápidamente se colocó la camiseta del Diggory, sin querer recordar más. Le quedaba algo más larga que por las rodillas, pero estaba cómoda. Calzó unas zapatillas que este le dejó y recogió su cabello ahora húmedo en un moño alto.
Tras recojer sus cosas salió del baño, bajó los peldaños de las escaleras y a cada paso que daba el olor de la comida que realizaba el Diggory se coló en sus fosas nasales.
—¿Lasagna?
Se acercó a su lado, observando cómo termianaba de sacar la cómida del horno, portando dos guantes para que le fuese más dificil terminar con quemaduras.
—Sé que te encanta.—le guiñó un ojo.—Tal vez no sepa igual de bien que la tuya, pero hize mi mejor intento
Eras cierto que todo que conociera bien a la Wood sabía cuán amaba la comida italiana y lo bien que solía cocinarla. Tal vez, Cedric no era el mejor cocinero pero ponía su intento.
—Seguramente este buenísima.— tomó asiento a su lado con un mejor humor, besó la mejilla del hombre.—Gracias por todo.
—Vamos Danny, no las vayas a dar
Se quejó riendo por lo bajo. Ambos comenzaron a ingerir la comida mientras charlaban de temas tabúes intentando no tocar a sus anteriores parejas y disfrutar la velada. Danae finalmente creyó haber olvidado todo lo que había pasado hace unas horas en su vida, poniendola de cabeza.
—No se si sea adecuado que Claire vuelva con Susan..— murmuró Danae llevándose un bocado de la comida mientras miraba al hombre.
Este hizo una mueca de asentimiento mientras limpiaba su boca con la servilleta.
—Estoy de acuerdo en parte, Susan no hecha cuenta de ella. Trataré de hacer lo posible por que se quede a mi lado, hasta que peleemos por ella en el juicio por su custodia
Afirmó acariciando la palma de la mano de su contraria por encima de la superficie de mármol, para seguir continuando su oración.
—Y si estas de acuerdo mañana pasaré por tus hijos. No me gustaría que fueras a ver a Fred sola.
—Te lo agradecería porque no quiero verlo, al menos no aún. Lo que no sabemos es cómo reaccionará.—hizo una mueca al imaginarse lo peor.—Pero no quiero causarte mucha molestia Cedric, no sabemos ni siquiera cómo Claire o ellos se lo tomaran. Además seremos muchos, tal vez vaya con mi hermano en lo que encuentro una vivienda.
—Ni lo vayas a pensar Danae, sabes que no me importa en lo absoluto. Me gusta que esteis aquý y a Claire también le gustará, ella os adora. La casa ha estado muy sola, últimamente.
Esta suspiró, dándose cuénta de que no sería capaz de hacer cambiar de opinión a un hombre tan sumamente terco cómo Cedric Diggory.
—¿Seguro?
—Completamente
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Al día siguiente
La luz mañanera la despertó, causando que irrumpiera su sueño. Pudo percatarse de que seguía en el sofá. Lo último que recordaba era haberse quedado dormida en el torso del Diggory, mientras este acariciaba su cabello. Pero ahora no había rastro del hombre. Se levantó y dirigió a la cocina dónde observó como había una nota pegada con un pequeño post-it
Buenos días, bonita!
Desayuna, voy por Claire y tus niños. Te quiero.
Cedric D.
Sonrió incosientemente al leer la nota. Abrió la nevera y tomó la leche para prepararse un café cómo solía hacerlo todas las mañas. Cuándo se encontraba degustándolo sentada frente a la superficie de mármol, el sonido de la puerta abriéndose fue a llegar a sus oídos. Rápidamente lo dejó a un lado para acercarse.
George fue el primero que se acercó a rodear a su madre mientras sollozaba sin control alguno, le siguió Oliver, mientras que Axel se mantuvo en su posición.
—No me lloren porfavor..
Pidió, pero estos hicieron oídos sordos a la petición de su madre.
—¡¿Qué ha pasado mami?!
—¿Peleaste con papá?
La preguntas de los gemelos la aturdieron y tuvo que separarse para poder hablar con ellos, agachandose a su altura para que le fuera más sencillo.
—Vayan a la planta de arriba ¿Si? Ahora subo y hablamos? Sin pegas, porfavor
Estos subieron algo decepcionados al no tener rápidas respuestas. Cedric indicó a su hija que los acompañara tras besar su cabello.
—¿Es cierto, mamá? ¿Él te engañó con Susan?—su voz temblaba, al igual su labio inferior. Axel trataba de no derramar lágrimas
Ni siquiera se atrevía a pronunciar la palabra "papá" al hombre que había engañado a su amada madre. No sabía que estaba mal con él. Siempre decía cuán profundo era el amor por su madre, que jamás podría irse de su lado. Si era consiente de que recientemente habían peleado con frecuencia, pero jamás llegó a imaginarse que le haría eso a su madre.
—Lo es cielo..—afirmó adolorida al ver en ese estado a su hijo.—Sube arriba a calmar a tus hermanos, porfavor amor.
●●●
–¿Entonces papá hizo cosas feas?— preguntó Oliver tras el discurso de su madre sin entender nada de lo sucedido.
Su hermano mayor aguantaba las lágrimas en vano, George no paraba de sollozar, y Claire simplemete abrazaba sus piernas contra su pecho.
–Si cielo, las hizo—murmuró algo triste al ver la reacción de los menores.
—¿Y por qué vivimos con Cedric? ¿Ahora será cómo nuestro papá?
Los brillantes ojos de George y enrojecidos a causa de las lágrimas derramadas, bucaban resspuestas en los vacíos de su madre.
–No, no es vuestro padre. Viviremos con ellos un tiempo.— tomó asiento en el suelo frente a ellos—Mirad, simplemente papá y mamá peleamos. Eso no significa que dejareis de ver a vuestro padre, podréis ir a verlo cuándo querais. Pero nosotros, no viviremos más juntos.
Explicó a sus hijos. Los llantos de George no cesaban.
—¿Os vais a divorciar?— preguntó esperanzado ante su respuesta negativa
—Lo más proabable es que tu padre y yo nos divorciemos, si
—Ese hombre es de todo, menos mi padre.—escupió con asco Axel levantándose para salir de la habitación, dándo un escándoloso portazo.
No aguantaba que su madre siguiera pusiendo de bueno a Fred tras todo lo que le había hecho. Sus hermanos eran muy pequeños para entender, pero él no quería ver más a ese poco hombre que tanto daño le hizo a su madre, se negaba rotundamente a volver a caer en su juego. Se sentía traicionado por el hombre con quién había vivido todda su vida, ahora no era más que un vil y cruel desconocido.
—Los veo a todos en la cena..
Murmuró Danae, entristecida por todo lo que recién estaba pasando. Oliver trataba de consolar a George que lloraba y murmuraba incoherencias. Cuándo estaba por salir de la habitación, la pequeña mano de la morena agarró su muñeca. Danae se giró para verla.
—¿Podemos hablar, a solas?
¿Que creéis que le tiene que decir Claire a Danae?.
No se si soy la única que ama a Axel.
Aclaro antes de nada que no estoy de acuerdo con la actitud de Danae la protagonista ni ningún personaje. Al principio en el Disclamayer lo dije, las personalidades de los personajes cambiarán y serán muy contradictorias. No quiero "romantizar" ni "normalizar" nada de lo sucedido ni de lo que sucederá. A su igual pido que se separe la realidad y la ficción.
Dicho esto las amo y escuho opiniones! Primera actualización del año!
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