Epílogo
"El viento se lleva muchas cosas, entre ellas las sonrisas más puras"
Los rayos del sol golpeaban directamente a su rostro, iluminando ese cabello castaño. Los ojos preciosos y únicos que parecían ser ante los demás.
Un movimiento mientras caminaba.
Las personas a su alrededor lo empujaron, cayendo al suelo. Provocando que parte de las moras cayeran también.
Se maldijo internamente., porque debía cuidar las cosechas que tenía su familia.
Sus manos pequeñas recogían como podían las moras pequeñas, observando como algunas eran aplastadas por las personas.
Estiró su mano alcanzando una. Cuando otra mano atrapó la suya, abriendo su palma y dejando ahí otras tres moras.
Levanto la mirada, nunca había visto a alguien así. Tan elegante y atractivo, sonriendo levemente y ayudándolo.
Era extraño, para ser un nieto de campesinos. Era hermoso. Sin embargo la sociedad no lo veía de ese modo.
-¿Te encuentras bien? -Fue amable, lo ayudó a ponerse de pie.
Incluso sostuvo la canasta de moras en su mano, y acarició una de las manos llenas de tierra. Sonriendo leve hacia el joven.
-Estoy bien, gracias. Uhm.
-Ten. Creo que se perdió muchas moras en la caída. -Le comentó.
Apenas obtuvo la mirada de desilusión, saco una pequeña bolsa de su saco para dejarla en la mano del chico de cabellos castaños.
-Di que las vendiste. Estoy seguro que son deliciosas.
-N-No, yo no..., Uhm. Señor, no es necesario. Fue mi culpa. --Le regresa el dinero. -¿Me devuelve mi canasta?
-Sí.—Esta impresionado.
El chico bonito es muy educado, no puede entender porque tanta humildad de su parte. O la forma tan delicada que se despide para alejarse.
Toma la rienda de su caballo, y la gente se aparta mientras avanza y sigue el mismo camino que el chico. Lo ve caminar con calma, su cabello se revuelve con el viento. Y sus prendas son cafés junto a una camisa blanca.
Debido a las sandalias bien hechas de un material que desconoce, pudo notar los piecitos del joven. Y es adorable.
Su caballo parece rebuznar, y él vuelve a mirar al frente observando como el chico debe entrar entre pasto grande para tomar más moras de los rosales.
Suelta a su caballo.
-Quédate aquí. Ahora vuelvo. -Le dice para empezar adentrarse entre la hierba.
Sus botas lo ayudan avanzar, y sonríe de nuevo al ver al lado del rosal otras moritas bonitas.
Toma con cuidado unas cuantas, y escucha el canto melodioso del chico castaño. Se sorprende, no sólo es hermoso también es talentoso.
-Tu voz es agradable. --Le dice dejando un puñado de moras en la canasta.
Las mejillas rojas son su premio, los ojos brillosos del joven le encantan. Es magnífico.
-No me he presentado. Soy Taehyung, Kim Taehyung. — Toma la mano con delicadeza y hace una reverencia para dejar un beso en los nudillos. -¿Cuál es el nombre de tan bello joven en esta hermosa mañana?
Sí, es consciente de ese bonito rostro. El nerviosismo y belleza que tenía usando tales prendas.
-¿Bello joven?
-Oh, lamente mi atrevimiento. Pero no pude contenerme al verlo ser una flor exótica en tan magnífico jardín. --Le sonríe es nuevo, quiere saber su nombre. -¿Cuál es su nombre joven elegante?
-S-Soy Jungkook, Jeon Jungkook. Y no soy elegante.
-Lo es. Joven Jungkook. Debo admitir ante su presencia, que es usted muy hermoso. Los cabellos dorados y su piel tan linda son pruebas de ello.
Jungkook ríe bajo, su mano pequeña es soltada. Sus ojitos curiosos toman nota de las prendas finas que lleva su mayor, desde las botas de cuero. Hasta la seda más cara como parte de la camisa y saco.
-Dígame, ¿acaso las moras le encantan?
-S-Sí, mi familia es dueña de algunos campos de rosales con moras. Y más vegetales. -Su naricita esta roja.
No le avergüenza ser un campesino, solo le molesta que los demás los tachen de ignorantes o incluso los molesten.
-Eso es increíble. ¿Usted cosecha y consume sus propios productos?, eso es genial.
-Joven Kim. ¿Qué hace una persona con tan alto nivel siguiendo a un simple campesino?-Pregunta.
No sabe cómo obtener respuestas.
-Debo de ser sincero, y es que. Joven Jungkook, sus ojos son atrayentes. Su rostro y humildad me llaman la atención. Y claro, si usted me dijera de quien es hijo. Podría tomar una decisión.
La ilusión, el amor y todo se olvidó ante las palabras "de quien es hijo".
-Si se está burlando de mí, no es un buen momento señor Kim.
-No me estoy burlando, al contrario. Estoy hablando enserio, ¿de quién es hijo tan bella creación delante de mí?
Mordió su labio, sus manos abrazaron la canasta. Frunciendo un poco su nariz. No quería nada, era pobre. Lo admitía, pero decirle a alguien lo que es y que se burle de ese modo. Tampoco lo espera.
-Mis padres son campesinos, mi señor. No creo que quiera hablar sobre algo. Además, tengo solo diecisiete años. Y usted debería buscar a alguien de su clase, de su nivel para algo mejor.
-¿Quien ha llenado su cabecita de ideas tontas? ¿Quién ha humillado de forma cruel su vida?, yo no he venido a faltarle al respeto. Si quiero saber quiénes son sus padres, es para tener en cuenta como es su tradición.— Se sorprende de nuevo.
Parece sacar un pequeño anillo de su saco, y casi pidiendo permiso con la mirada toma su mano pequeña para colocarlo.
-Joven Jungkook, le propongo conocernos. Cada dos días en este lugar. Vendré para saber más de usted, según su tradición. A sus veinte años iré a su hogar y pediré apropiadamente su mano en santo matrimonio.
Su corazón se acelera, las palabras se repiten en su cabeza y por primera vez cree en aquello. Cree y se aferra con la idea de aceptarlo.
-Es una promesa. A esta misma hora.Solo para verlo y hablar. —Asiente de nuevo.- Me retiro entonces, mi amado.
Una reverencia besando sus nudillos, una última mirada. Un amor fugaz que se perdió en un segundo.
Jungkook recuerda haberse puesto aroma a flores, el conjunto más lindo para su primer día con el joven Kim.
Recuerda también la espera, desde las ocho de la mañana en el lugar citado. Hasta las ocho de la noche. Nadie había llegado, no vio el caballo de su señor.
Y creyó fielmente las palabras.
Espero dos días después en el mismo lugar, y obtuvo más mismas respuestas. Nadie se acercó, nadie sabía de la promesa que el señor Kim le hizo en aquel campo de rosales preciosos.
-Taehyung...-Pronunció el nombre, eran seis meses desde la última y primera vez que lo vio.
La flor pequeña en sus manos había sido cultivada por el mismo, y se la había querido entregar al hombre que lo flechó de tal manera, que sigue sin olvidarlo.
Sorbe su nariz, el poco maquillaje que tiene escurre y ya no sirve. Su esfuerzo de hacer pintura con pétalos y prender solito a colocarlo en su rostro no valió la pena.
Se levanta mirando la flor, deja un beso en ella y la acomoda en la roca del lugar. Los rosales se marchitaron hace dos meses, ya no tiene caso su presencia
Sus ojitos llenos de lágrimas observan la Luna. Y con el poco coraje y valor que tiene se quita en anillo para dejarlo en la roca. Una nota reposa en el mismo lugar.
Aprendió a escribir un poco solo para poder dejarlo.
-Gracias por la ilusión, usted fue muy amable señor Kim. — Con pasos cortos atraviesa el campo.
Sonríe, todo está bien. Solo necesita a su familia a nadie más.
A unas horas de aquel momento, un caballo y su jinete llegan. Con prendas distintas, con la mirada buscando al Ángel que tanto le llamó la atención.
Su vista recae en aquella nota, en la flor preciosa de tono blanco y en el anillo. Lamenta tanto no decirle sobre el viaje precipitado, que ni siquiera él fue avisado. Lamenta no poder escapar y verlo aunque sea una vez.
Abre con detalle, y la primera lágrima cae.
Probablemente nunca lea esta carta, tal vez sea algo erróneo que de este modo suelte todo el dolor que he tenido. Sin embargo, quiero agradecer por tan lindas palabras. Por las sonrisas, halagos y pequeños detalles al hablar.
Soy un joven muy abajo de su categoría, y temo que aunque esta carta nunca llegue a sus manos. Lamento escribir, que esperé estos largos meses su llegada.
Crei fielmente su promesa, y me aferre a un cariño que no existe. No tiene caso seguir esperándolo, me jure que cuando los rosales se marchitaran dejaría de hacerlo.
Es triste, pero hace dos meses ocurrió. Y hoy, juro que será el último. Ame y quise a alguien desconocido, creí y confie en algo sin valor.
Tenga una larga vida, y una familia. Gracias por tan poco, y perdone que mi corazón sea tan débil para esperarlo más.
•El bello joven, como usted me nombró.
Aprieta sus manos, toma el anillo y sonríe triste. Porque ha perdido al Ángel que tanto quiso conocer. Y no puede hacer nada.
"Los halagos me enamoraron de una forma, tu presencia fue la culpable de mi dolor"
Y finamente llegamos al final!
,Esta parte de la historia narra como Taehyung y Jungkook se conocieron anteriormente
Muchas gracias a todas las personitas que votaron y comentaron en esta adaptación que hice, también quiero agradecer a LyzOrtega15 por permitirme adaptar este hermoso fic.💗
Espero les haya gustado tanto como a mi adaptarla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro