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Capitulo Nueve

IMPORTANTE LEER: la versión editada del capítulo está en mi perfil de cocoa_caritx

Esto más que nada porque quisiera que los lectores tengan todavía una versión antigua y puedan notar los cambios que hay entre esta versión y la nueva.  Pero aquí les dejo dos párrafos de la nueva versión:

El viaje al hospital estuvo lleno de dudas y preocupaciones. Después de tanto tiempo, esa sensación en su pecho volvió, no era para nada agradable sentir las palpitaciones de su corazón acelerado de la ansiedad. Llegando, lo primero que hizo fue buscar a su hijo, quien estaba sentado en la sala de espera, mirando hacia abajo con sus codos sobre sus rodillas, moviendo una de sus piernas de arriba a abajo con nerviosismo. No era algo común, eso solo significaba que la situación fue peor de lo que se imaginaba. Tampoco es como si fuera una sorpresa estar en el hospital a ese punto, casi era como el segundo hogar para algunos estados mexicanos.

CDMX no era nuevo, tenía consciencia de sus actos y no era una simple pelea entre hermanos, ahora se trataba de una violencia que iba más allá de los gritos. Se arrepentía por dentro, deseaba rehacer el tiempo para evitar que sus manos lleguen al cuello de su supuesto novio. Se sabía que la capital mexicana era mentalmente inestable, tenía un historial problemático lleno de incidentes en contra otros, hasta que llegó al centro de rehabilitación y el reclusorio poco después por haber infringido heridas al hijo de otro país con un arma blanca. Era impulsivo, violento, grosero y poco le importaban los demás, hasta ahora.






VERSIÓN ANTIGUA:

Ya llegamos a los 30k de leídas :0 * gAsP in Mexican * Les agradezco mucho el apoyo, por ese apoyo entonces seguiré el fanfic a más de diez capítulos porque quiero presentarles una ship nueva. (╭☞•́⍛•̀)╭☞

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México llegó al hospital, viendo que CDMX estaba sentado en los sillones de la sala de espera, se acercó, preguntándose qué ed lo que había pasado. Al estar frente a él, el estado lo miró, con algo de miedo y nerviosismo de que eso estaba pasando. Deseaba no haber hecho eso nunca, pero al final no pudo contener su ira dentro por demasiado. CDMX era conocido ya por ser un estado muy violento, agresivo, con una mala fama que nadie quiere acercarse a él para nada en el mundo, le tenían miedo por esas cosas. No era mentira que CDMX estaba pasando por malos momentos, era mentalmente inestable, todos sabían eso.

—¿Estás listo para irnos?—Cuestionó México. CDMX negó con la cabeza—¿Por qué? ¿No fuiste tú el que se accidentó?—Preguntó otra vez, sentándose a su lado y mirándolo. El estado tenía una expresión de preocupación y tristeza.

—Tengo un novio...

—Vaya...—Estaba impresionado que haya tenido un novio, pero luego se dió cuenta de lo que estaba pasando.—Dime por favor que no le hiciste nada malo a tu novio.

CDMX tenía una relación con Buenos Aires, le relación no era para nada buena, de echo era horriblemente tóxica por parte de CDMX, siempre estaban peleando, discutiendo hasta golpeándose a veces, eso causó que en una de esas peleas, ambos queden dañados de forma horrible, pero más Buenos Aires el cual tenía que estar en el hospital por unos buenos días.

—¿Cómo puedes hacerle eso?—México se levantó de golpe, molesto obviamente. Estaba furioso de que CDMX le haya hecho eso a Buenos Aires, si Argentina se enteraba de eso, iba a matarlo, iba a enojarse demasiado si sabía que Buenos Aires estaba en el hospital por culpa de CDMX.—Estás bien pendejo, CDMX, te quedas aquí esta noche para ver por él.

—También está Yucatán aquí.

México estaba por irse cuando escuchó eso. ¿Otro? ¿Por qué estaba Yucatán en el hospital? Se volteó y se fue a buscarlo cuando le dijeron el número de habitación. Al entrar, vió al estado del sur con unos vendajes en los brazos y un parche en la mejilla, tenía unos cuantos moretones. Yucatán estaba ahí porque fue golpeado por CDMX, al intentar proteger a Buenos Aires.

—¿Y tú? ¿Por qué estás aquí, wey? Tú nunca te metes en peleas, es raro que estés aquí por eso.—Comentó en la puerta de la habitación, mirando a Yucatán, el cual jugó con sus manos nervioso.

—Ayudaba a Buenos Aires. Se estaban peleando en público y quería ayudarlo.—Yucatán comentó, mirando a México. Le dolía el cuerpo por los golpes, pero por lo menos no había pasado a más.—Se que tal vez estuvo mal pero, no me gusta que CDMX le esté haciendo eso a Buenos Aires.

—Entonces ésta no es la primera vez que lo hace.

Yucatán negó.

—Siempre lo ha hecho, nos dice que no nos metamos en su relación porque no es nuestro pedo, pero nos preocupamos por Buenos Aires, hasta las capitales se preocupan.—Yucatán comentó. Él era el primero en estar así, la razón, amaba a Buenos Aires y quería estar con él para protegerlo de CDMX, no quería que le hiciera daño.

—Hablé con CDMX, no es bueno que siga haciendo esto, es preocupante lo que le está pasando, así que... Tú tienes que hacerte cargo de Buenos Aires, cuídalo.

El yucateco asintió, levantándose con cuidado para poder ir a ver a la provincia. CDMX por lo tanto seguía en la sala de espera, sentado, entre triste y molesto, a pesar de todo eso, sabía bien que se le iba a dar una sanción ahora que México sabía la verdad.

—CDMX, lo siento pero ya no podemos seguir con esto más tiempo, es mejor que te vayas, y dejes a Buenos Aires tranquilo.—Cuando el estado escuchó eso se levantó de golpe, negando, no iba a irse.—Me vale verga que no quieras irte, cabron, todo lo que le has hecho a él tiene consecuencias, así que tú te vas, ahora, y no me mires de esa forma porque ya me tienes hasta la madre de tu pinche actitud culera.

El estado del centro solo se fue sin decir nada. Argentina lo llamó, no podía creer que ya había pasado una hora desde que se había ido de casa. Argentina le preguntaba si todo estaba bien, a lo que él le mintió, diciéndole que si, que todo estaba bien, que estaba en el hospital por una pelea entre sus estados, pero que ya estaba todo controlado. Se quedó aún así, tenía que ver qué Yucatán salga también bien del hospital y ver por Buenos Aires por el bien de Argentina, ya tenía varios problemas como para tenerle otro más.

Ingresó a la habitación de este, viendo que estaba en la cama sentado, se veía muy mal, obvio estaba preocupado a pesar de que no era uno de sus estados.

—Ya no tienes porque preocuparte, CDMX ya se ha ido, en unas horas podrás irte a casa con Yucatán, vas a ir con él y te vas a quedar con él lo querías o no, a menos que quieras que esto llegue a Argentina.—Le dijo a Buenos Aires, quien negó rápidamente y muchas veces, no quería que Argentina sepa de eso, jamás.—¿Por qué no quieres que sepa?

—Me va a matar si se entera de que volví con CDMX, me advirtió muchas veces que no lo haga, que no vuelva con él, pero... No pude evitarlo.—Talló uno de sus ojos con su puño suavemente, no sabiendo que más hacer o decir. No podía dejar que Argentina sepa de eso.—¿No le vas a decir nada a Argentina, no?

México se acercó, viendo la gravedad de los golpes y moretones en el cuerpo del contrario, se veía mal, no podía dejar que eso pasara de largo, debía de decirle a su pareja, si no lo hacía, de todas formas algún día le iba a llegar la noticia del incidente. El mexicano estaba entre dos cosas, entre decirle a Argentina lo que había pasado o no.

—No creo que sea bueno de mi parte decirle.—Al escuchar eso, Buenos Aires solo suspiró aliviado—Tú debes de hacerlo, tú debes de decirle lo que está pasando, si lo escondes, algún día va a saberlo, y será mucho peor para tí. Yucatán te va a llevar a casa, él te va a cuidar.

Buenos Aires quería decir algo, pero, se quedó callado, viendo a la ventana, no sabía que es lo que iba a decirle a Argentina, estaba muy nervioso, asustado, y temblando. El tricolor del águila salió de esa habitación, llamando a su amado, quien contestó casi de inmediato, preocupado.

—No, no te preocupes por mi, no me pasó nada... Pero si a uno de tus relativos; Buenos Aires, él está aquí en el hospital, tienes que venir, quiere decirte algo.—Cuando México acabó de decir eso, Argentina colgó rápido, yendo rápidamente al hospital, casi corriendo, preocupado de que algo horrible le haya pasado, y si, era algo horrible.

México regresó a la habitación, Buenos Aires estaba llorando; quería abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien, pero tal vez no iba a ser suficiente, todo el daño estaba hecho ya, no podía hacer más que alejar a CDMX de él, evitar que el menor se acerque más a Buenos Aires. Se acercó a la provincia, acariciándole la mano.

—Argentina está viniendo.

El otro lo miró, demasiado asustado, negando con la cabeza muchas veces, no quería eso, de verdad no. Se aferró a la mano de México, quien no pudo evitar abrazarlo, le dolía mucho verlo llorar, era como ver a Argentina de esa forma, el dolor en su pecho era horrible. Buenos Aires se aferró a la camisa de México, sintiéndose un poco mejor con eso, logrando así oler la colonia del mexicano, era muy buena, ahora entendía bien el porque Argentina amaba mucho a México, era tan dulce y amable con todos.

—Tranquilo, todo va a estar bien, yo estaré aquí para ver que estés bien también. No creo que Argentina se moleste tanto contigo.—Le acarició la espalda suavemente, besándole la frente.—No tengas miedo, me voy a quedar.

—Buenos Aires.

México se separó del nombrado, dándose la vuelta y viendo a Argentina quien ya había llegado, y estaba en la puerta, viendo a ambos abrazados, ahora eso no era lo importante, lo importante ahora era el como estaba Buenos Aires.
El mexicano quería quedarse, sabía que Argentina era muy serio y duro con ese tipo de temas cuando venía a sus relativos, así que decidió quedarse, aunque el contrario le haya dicho que se vaya.

—No voy a irme, wey. Mira como tienes al pobrecito, de por sí está muy asustado para que lo esté más contigo.—México dijo en un tono serio.—Y aunque me digas que no es mi puto asunto, no me iré.

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