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Entró a su casa con una sonrisa pasmasa en su rostro. Se sentia como una adolescente que acababa de llegar de su primera cita con el chico que le gustaba.
Por un momento llegó a olvidar el paradero de su hija.
Recordaba el tacto de los labios de Fred junto a los suyos, como se compenetraban y llenaban ambos. Aún recordaba cómo sus rodillas flaqueaban al no creerse que lo que estaba sucediendo pudiera ser posible.
Fred Weasley por fin la habia besado. Y ahora no podía poner ningún tipo de excusas, sus sentimientos ya estaban bastante aclarados, había vuelto a caer en las garras del pelirrojo.
Estaba enamorada de Fred Weasley.
—ma petite brunnete— llamó la mujer, apareciendo tras el marco de la puerta en aún pijama— ¿Por que sonríes tanto? ¿Se sabe algo de Hiraeth.?
—No abuela, no sabemos nada aún de ella— murmuró apenada, volviendo a su realidad
—¿Entonces?— preguntó llevándola hacia la sala se estar, donde tomó asiento a su lado.
—Abue.., necesito contarte lo que pasó hoy— agarró sus manos mirandola fijamente a su océano, comenzando que relatar—Harry nos dijo que no sabemos nada de Hiraeth aún.., y después llegó un patronous. Tuvimos que ir al hospital, pues Jessica tuvo un aborto espontáneo.—
La mujer abrió los ojos sorprendida mirando a su nieta.
—Merlin eso es terrible — soltó un suspiro — Pero supongo que la vida solo da lo que una merece. Aún así el feto que tenía en su vientre no tenía culpa.—murmuró mirando a su nieta—¿Cómo se encuentra Fred con la noticia?—
—No hable con el de eso aún,pero supongo que no muy bien. — suspiró ya dispuesta a contar lo que sucedió despues— Aún queda más cosas por contarte.—
—¿Más cosas? ¿Que más pasó cielo?— preguntó curiosa, acomodando bien sus gafas.
—Fred me acompañó a la casa, y en un momento nos quedamos viéndonos fijamente y.. me besó — contó avergonzada de relatarlo.
Por la sorpresa y extrañeza del momento, dejó caer las gafas al suelo agachandose rápidamente para recogerlas. Volvió a incorporarse mirando a su nieta con sorpresa, sabía que ella a pesar de todo estaba enamorada de él pelirrojo, pues si algo había aprendido en esta vida era a leer a las personas y podía ver en los ojos chocolates y en las perlas avellanas de Fred como sus sentimientos volvían a brotar, en la noche oscura y apagada en la que vivían.
—¡Por Merlin Elizabeth, estás volviendo a caer en el!—
—Abuela es un buen hombre.., y yo en verdad lo amo. Jamás pensé amar a alguien de esa manera en la que yo amo a Fred.— explicó tomando sus manos.
—Esta bien, petit brunette yo se que es un buen hombre, pero no quiero que salgas dañada.— aseguro acariciando su mejilla
—No lo haré, abue..— le mostró una sonrisa que hacía tiempo que nadie la veía.
—¿No lo amas ni siquiera de la manera en la que amas a Oliver?— preguntó al recordar al novio de su hija — ¿que pasará con el?
Elizabeth soltó un suspiro de frustración al escuchar el nombre de su pareja.
—Ni siquiera se acerca.—suspiró— Nunca amé a Oliver, siempre estuve con el porque es un gran hombre que siempre se preocupó por mi y mi hija. Además es más que nada como un compañero de vida, vivimos mucho juntos... pero no lo ame.—
La mujer mayor asintió dejando un beso en su frente apenada antes de levantarse.
—Esta bien Liz, tu sabrás que hacer yo te apoyaré en todo— aseguró yéndose escaleras arriba para finalmente estar en un plácido sueño, no sin antes pensar en el paradero de su bisnieta y rezar por que viniera.
●●●
Días más tarde
La habitación en la que se encontraban la pareja no podía cesar de gritos. Todos los miembros restantes de la familia, se encontraban en el pasillo expectantes. Asustados por lo que pudiera pasar, pero sin querer intervenir en la bronca pues no era de su inconveniencia.
—¡Lo perdí porque tu no estabas a mi lado!—alzó la voz la Banes, aún recostada en su cama sin tener ánimos ni siquiera de moverse.
El Weasley soltó una risa irónica negando ante lo dicho, mientras apretaba la mandibula intentando contenerse para no decirle una palabras más alta que la otra a la mujer.
—Jessica — intentó tranquilizar— estuve muy pendiente tanto tuya como del bebé, pero tu no pusiste de tu parte y tu estrés crecía y las ganas de comer tuyas disminuían. No heches la culpa a quien no debes de hacerlo.—
La mujer soltó un bufido, cansada de todo los sermones que últimamente estaba recibiendo.
—¿Sabes una cosa Fred Weasley?—inquirió apoyándose en el cabecero de la cama,mirandolo fijamente a sus ojos — No me importaba el niño que llevaba dentro si ni siquiera tu ibas a estar a mi lado, para criarlo como la familia que eramos.
—¡No eramos una familia, estaba todo lleno y podrido de tus asquerosas mentiras! ¡que me jodieron la vida!— aseguró furioso ante la actitud que estaba adaptando la mujer frente a el.
Jessica no era idiota y sabía perfectamente que una azabache rondaba por su mente más de lo oportuno, cosa que no le hacia ninguna gracia. Era cierto había perdido a su hijo, pero que no pensara que ni por eso se iba a alejar del Weasley porque ella lo amaba y no lo dejaría ir con tanta facilidad.
—¿Es por ella cierto?— inquirió con dureza—¡La lupin, estas con ella!
—No hables así de ella, faltandole el respeto porque no te lo consentiré Jessica—advirtió señalandola con un dedo— Y desde hace tiempo no te tiene por que incmubir tanto mi vida privada como la amorosa.
Jessica soltó un gruñido, y miró a Fred con celos y furia cargadas en su mirada
—Metete estas palabras en tu cabeza Weasley— dijo riendo ironicamente— No dejaré que seas feliz con ninguna mujer que sea yo y menos, con esa idiota.
Cansado de escuchar las palabras de la mujer, tomó la mejor desición.
—Esta es la última vez que nos vemos Jessica Banes.—
●●●
—Se que tienes frío, peque pero no se que más puedo hacer— admitió en un susurro apenado, atrayendola más a su pecho para que intentara entrar en calor.
—Lo se, gracias Jack— le intentó mostrar una débil sonrisa mientas tiritaba sin cesar en los brazos del joven, aferrándose al poco calor que emanaba su cuerpo y la ropa que ambos llevaban.
Llevaban más de una semana encerrados y necesitan necesidades básicas, como comidas, agua, mantas..etc cosas que la Banes solo se encargaba de ofrecer un poco a la semana. Lo necesario y justo para sobrevivir a las duras condiciones sometidas.
La puerta se abrió,dejando ver a la Lombrad con una botella de agua y un trozo de pan. Ella estaba bien abrigada claramente mientras sus secuestrados no podían ni siquiera ni mantenerse calientes.
—Aquí teneis, aprovecharlos no os daré más esta semana— advirtió dejándoles dos botellas de agua y un trozo de pan.
—Ya era hora— se quejo Jackson mirándola con furia.
—Callate Nicholas y no me provoques— dijo apretando la mandibula y se puso a la altura de Hiraeth viendo como la menor se aferraba tiritando al pecho de su hermanastro.— Deberías felicitarme
—¿Por que?— consiguió formular confusa, tranquilizandose gracias a los leves toques que Jackson le proporcionaba a su centellante cabello.
—Soy nueva en tu familia, querida— le dijo con una sonrisa amplia.
—¿¡como?!
—Soy tu tía, finalmente estoy saliendo con George Weasley — informó con una orgullosa sonrisa plasmada en su rostro.
La menor soltó un sollozo al escuchar las palabras de la mujer, preocupándose por su tío y con miedo por lo que le podría hacer.
Jackson al escuchar eso solo hizo que su furia aumentara, no conocia al pelirrojo bien pero no quería que nadie tuviera que estar bajo las garras de Kailei Lombrad.
—Estás completamente demente— farfulló el joven sin separar a la menor de manera protectora. No quería que le hiciera daño.
— Más te vale callar, Nicholas — aconsejó caminado hacia la puerta y cerrandola.
Nada más que esta salió, Hiraeth quien estaba hambrienta se inclinó rápidamente para cojer el trozo de pan que le habían proporcionado. Sus labios se curvaron en una mueca al ver como cada vez era más reducido el trozo.
Lo partio a la mitad, entregandole la otra a Jackson intentando dedicarle una sonrisa.
—Gracias.—
Hiraeth asintió dando a entender que no hacia falta que le agradeciera. Al segundo se metió el pan en la boca, haciendo que sus tripas finalmente fueran llenadas pero por desgracia no del todo saciadasm
Jackson no se habia comido su parte, pues miraba atento a la menor a su lado.
—Toma, cometelo— le extendió su mitad del pan.
—No Jack, es tuyo—negó rápidamente
—No tengo hambre y no quiero de veras— mintio para que esta lo cojiera finalmente, y dándole una triste y apenada sonrisa se lo llevo a la boca.
La barriga de Jacksok rugía de hambre, pero desde que conoció a la menor desgraciadamente en tas malas condiciones, se había vuelto una hermana pequeña para el, queriendo antes su bienestar que el suyo propio.
—Te quiero mucho Jackie—
—Y yo pelirrojilla—
●●●
Habia insistido en llevarla a dar un paseo, por muy pocos ánimos que tenia pues a pesar de como se encontraba sin su hija no se le apetecía nada salir, pero lo hizo por el moreno.
Este se empeñó en entrelazar sus dedos, y esta sin poder rechistar lo hizo. Pero no notaba nada, no era como cuando los juntaba con los de Fred que notaba como cuadraban perfectamente y se sentía llena.
—¿por que vinimos aquí oliver?— preguntó curiosa en el parque, frustrada y cansada de tanto andar.
—Mira que eres impaciente, cariño— negó riendo y finalmente la llevo a un prado verde donde no había nadie.
—Oliver que..— sus palabras fueron cortadas al ver como le robaba un corto beso.
Tras esto procedió a hincarse de rodillas agarrando ambas manos de la mujer.
—Elizabeth, sabes que siempre te amé desde que comenzamos a vernos y darnos una oportunidad.— suspiró nervioso— Agradezco que me tuvieras paciencia y la aceptarás. Se que tal vez no sea el mejor momento, pero siempre estare tanto en lo bueno como en lo malo para ti. Por eso hoy, te pido por favor una propuesta que llevo mucho tiempo queriendo hacertela—algo nervioso soltó tus manos, notando como sus palmas empezaron a sudar a causa de estos. Rebuscó en el bolsillo de su pantalón hasta que encontró la caja de terciopelo y la sacó mostrándole un anillo plateado a Elizbeth— ¿Quieres casarte conmigo?—
La mujer estaba en estado de shock sin saber que hacer. Ella amaba a Fred Weasley y ansiaba una oportunidad con el, pero sabía que solo acabaría mal por degracia y saldrían tanto ellos como su hija heridos
En cambio, siempre había estado al lado de Oliver y era un buen hombre que la respetaba y le daba su lugar, además era muy cariñoso con ella y se notaba como la quería.
Finalmente pronuncio la palabras, guiándose no por su corazón si no por su cerebro y por todo lo que había vivido junto al moreno.
—Acepto— dijo a pesar de que amaba a otro hombre y no podía salir de su cabeza.
¿yo? Yo no dejo ser feliz a ningún personaje JAJA.
No os olvidéis de votar y comentar, los adoro! <3
-me retiro lentamente para que no me maten-
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