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Semanas después

La familia Weasley habia aprendido una muy buena lección, nunca subestimar a una Banes.

Si bien creían que tras lo ocurrido esta frenaría,  estaban equivocados . Sus rostros se transformaron en unos de sorpresa al enterarse de que el Weasley no recordaba nada, y que lo único que les reprochaba era que habían tratado mal a su futura esposa, porque la boda seguía en pie.

Molly, Arthur y George intentaron de convencer al gemelo mayor volviendole a explicar todo lo que había sucedido cuando la Banes se ausentó, y este la defendía asegurando que solo eran excusas y mentiras para separarse de su prometida, pues aseguraba que nunca se llevaron bien.

Elizabeth se sentía dolida al volverlo a ver como antes, ya no era el Fred Weasley con el que conversó en la ausencia de la Banes, con el que casi se besaba, y con el que pensó una nueva oportunidad de tener una vida a su lado entre esos días. Pensamiento que se esfumó al volverlo a ver al lado de Jessica.

—¿Estas bien..?—George Weasley la sacó de su trance, al ver como su vista se fijaba en el suelo. Deseaba saber que le ocurría a la mujer—

La Lupin alzó la cabeza, encontrándose con el rostro preocupado del pelirrojo.

—Si, solo tengo muchas cosas en la cabeza.. nada importante—farfulló restandole importancia

—¿Quieres hablar de ello?— preguntó acariciando su espalda, en forma de consuelo.

La mujer pareció dudar en contarle o no contarle lo que rondaba por su cabeza al hombre pero finalmente optó por que lo mejor era hacerlo.

—Estos días.., cuando Jessica no estaba—pausó soltando un suspiro— Fred estaba muy pegado a Hiraeth, llegaron a conocerse mejor y a compenterar. Por unos segundos.., dudé en decirle la verdad. No es que seas mal padre para Hiraeth, al contrario ella te ama y yo te agradeceré toda mi vida que nos hayas ayudado tanto—agarró sus manos al ver la expresión decaída del hombre— Pero los vi tan unidos que mi mente supongo que me traicionó por eso, no le diría la verdad a Fred jamás y menos con esa mujer rondando siempre por su entorno.

George asintió apenado, comprendiendolo todo. Sabia que el no era su padre en verdad, pero le había cogido tanto cariño a la pequeña que a veces se olvidaba que esto solo era una falsa y que en verdad solo era la hija de su gemelo mayor y la mujer que amaba.

Habia soñado tantas veces una vida a su lado, el, ella e Hiraeth. Pero no como la hija de su hermano gemelo, si no como la hija de ambos. La que nunca pudieron tener. Le hubiera gustado tanto que esta le brindara una oportunidad, que la aprovecharía de la mejor manera posible, la enamoraría. Pero para su desgracia esa oportunidad nunca existió, pues  Elizabeth Lupin solo tenía ojos para Fred Weasley.  Su corazón siempre le había pertenecido al gemelo mayor, desde que eran adolescentes cuando quedó fechada por el joven.

—¿Se lo dirías..?—inquirió, esperando un no por respuesta.

—No—negó segura—No quiero que Fred Weasley,  se entere de que en verdad Hiraeth es su hija.—

Eso era algo imposible, pues para su desgracia el gemelo mayor había entrado a la sala, y había decidido escuchar su conversación un poco por leve curiosidad,  enterándose de la verdad.

—¿¡Entonces tenía razón...?!—exclamó alzando la voz, cosa que sobresaltó a la pareja quienes se dieron la vuelta para encarar al hombre.—¡Hiraeth es mi hija, no la de Geore!—

Elizabeth sentia que le faltaba el aire esta bien si habían metido bien la para hasta el fondo.

Ambos se levantaron, colocándose delante del pelirrojo.

—Fred...—

—Bien, si. Hiraeth es tu hija Frederick—afirmó Elizabeth con odio, harta de todas las mentiras que le había rodeado hasta la fecha— ¿Te digo por qué fingimos que era de George? Por que me dejaste, me dejaste sola, sin familia y sin ayuda para criar a nuestra hija, porque preferiste irte con tu querida Jessica. —pausó, mirandolo esta vez con furia—Tu hermano se ofreció a ser el padre de Hiraeth para que conociera a la familia ¡Pues teniamos miedo! ¡Tenia miedo de que si te lo contara sigieses prefiriendo a Jessica, antes que a tu hija! ¡Más me entero de que me olvidaste! ¡Fue difícil!

El gemelo mayor se sentía cohibido al escuchar toda la historia, las palabras no salían de su boca y sentía su garganta irritada.

—Elizabeth yo no sabía eso.., lo siento mucho — se disculpó apenado y arrepentido

—Un poco tarde para pedir disculpas, ¿no crees?—defendió George, mirando con rencor a su gemelo—¿¡Y que harás ahora?! ¿¡Decírselo a Hiraeth y afrontar el título de padre?! ¿¡O correrás el riesgo de volver a los brazos de tu querida prometida?!

Elizabeth agarró con cuidado el brazo de George, con miedo a que comenzaran una pelea. Conocía cuán impulsivos podían llegar a ser los hombres Weasleys y no quería que iniciaran una pelea en La Madriguera.

Ya no había vuelta atras, la verdad finalmente salió a la luz y deberían afrontar con las duras consecuencias.

—Basta George—bramó Fred apretando la mandibula, intentando calmarse— No es de tu asunto

—¿¡Que no es de mi asunto?!— repitió enfadado y con ironía en su voz —¡ Quiero a esa niña más que quisiera a una promia mía!, ¡No quiero que le hagas daño a Hiraeth, pues te veo muy capaz!

—¡No le haré daño!—aseguró apretando los puños con furia, mientras Elizabeth escuchaba la pelea de ambos hombres atonita— ¡Jamás podría hacerle daño a mi propia hija.!

—Ya lo hiciste una vez, así que más te vale que el error no se cometa una vez más, por el bien que te conviene— dijo seriamente el gemelo menor.

Fred Weasley no sabía que iba a hacer, si pronto se enteró de que esperaba un hijo suyo la Banes, ahora se enteraba de que tenia una hija de cinco años a la que debía cuidar y proteger.

Su cabeza, iba a estallar

●●●

Dos días después

Elizabeth quien se encontraba tranquilamente en su casa, escuchó el timbre de su casa. Por lo que sobresaltada tuvo que levantarse a ver quién llamaba.

—¡El timbre Elizabeth!—exclamó Jane su abuela, desde la parte de arriba de la casa

—¡Ya voy!—

Tuvo que levantarse del sofá, para caminar por los estrechos pasillos hasta llegar a la entrada y encontrarse con el furioso rostro de la Banes, tras abrir la puerta.

—¿Jessica?—

—¡¿Como se te ocurre Elizabeth?!—inquirió mirandola con odio en si cuerpo—¡¿Que no fui demasiada clara cuando te lo dije?! ¡Tu querida Hiraeth podría sufrir las consecuencias!—

—No me das miedo, Jessica Banes—aseguró hablando de manera segura y muy calmada, sin sofocarse— No dejaré que domines mi vida—

En un fondo si temía algo las ocurrencias de la Banes, pues sabía que era capaz de hacer de todo para lograr su objetivo, pero no podía vivir con miedo a que le hiciera algo, debía plantarle cara. Sabia que su hija estaría bien, cuidaría de ella.

—Oh, desde luego que no sabes de que hablas niña idiota—rió leve mirandola— Tu mayor error fue tener a esa niña,  ¿qué no ves que ni siquiera el padre la quiere? ¡que penoso a tenido que ser el finjir que su verdadero tío hacia su papel de padre! ¿Como se sentirá la pequeña Hiraeth cuando lo descubra? ¿Reaccionara bien? ¿O ya no querrá confiar más en su mamita..?—dijo cada palabra con una malvada y victoriosa sonrisa en su rostro.

—No te atreverías Jessica.—aseguró, en el fondo no tan segura mirandola con furia.

No había una persona que odiara más en el mundo, Jessica Banes le había hecho la vida tan imposible, colocandole  miles de obstacuos en su camino que ya no sabía si siquiera debía fiarse de ella. Por su culpa, su vida no podía estar en calma, siempre tenía que venir a fastidiar y poner la vida de la Lupin de pies a cabeza.

—Pruebame, Lupin— rió antes de darse la vuelta, dejándola con la palabra en la boca para bajar los escalones de la casa y poniéndose rumbo a la suya propia.

Elizabeth, frustrada por lo que acababa de pasar cerro la puerta de un portazo furiosa. Volvió al sofá donde se encontraba antes, queriendo descansar y olvidarse de la pelea que recién tuvo con la Banes.

●●●

Pocos días más tarde

Fred Weasley, a pesar de saber que su futura mujer no estaba muy feliz con la noticia reciente sabia que debía de ejercer de padre de la menor, así que se dirigió a casa de la Lupin para discutir sobre eso.

No iba a permitir que Hiraeth siguiera pensando que George era su padre cuando en realidad era el y ansiaba y deseaba adquirir el título para poder estar más tiempo a su lado y demostrarle que sería un buen padre para ella.

—Sabes que a mi me esta costando mucho esto, así que te pido paciencia—pidió la hija del licántropo, sentada en el sofa mirando a Fred.

—Lo que necesites—

—Se que estas con Jessica y que te casaras con ella. Por eso, si de verdad quieres que Hiraeth sepa que es tu hija debes estar a su lado siempre, a pesar de tu futura mujer.—dijo intentando calmar sus nervios — Debes estar siempre cuando lo necesite, mi hija no es ningún juguete con el que puedas divertire un rato y cuando estes cansado la olvidas ¿entendido?

Repitió la misma frase que una vez dijo a George.

—Entendido.—

Fred estaba completamente seguro de lo que estaba haciendo su hija tendría amor de sobras, no le faltaría cariño paterno ni nada. Siempre estaría a su lado, cuidandola ayudándole o para lo que desee.

Esperaba con ansias el día que pueda decirle la verdad a Hiraeth, aunque no sabía como le contarían. Aun no hablaron de eso.

La menor bajó las escaleras, peldaño a peldaño mirando cuidadosamente estos por miedo a caer. Sentia su garganta seca e irritada, por lo que se dirigió a la cocina de Grimmauld Place por un vaso de agua.

Observó una figura junto a su madre en el salón, creyendo que era su padre el pelirrojo que se encontraba allí se acercó para saludarle.

Freno en cuanto reconoció al gemelo, era Fred pues lo pudo ver en la forma de su nariz, al observar como no constaba de lunar en el cuello y en su voz.

Su curiosidad le ganó y se quedó escuchando sin que estos supieran, descubriendo cosas inimaginables.

Habia sido engañada toda su vida..¿a que se referían con que Fred era su padre verdadero? Era una broma de mal gusto, o era verdad, ninguna de las cosas lo sabrían hasta que fueran confirmadas.

Se acercó a ambos mirandolos con los llorosos al escuchar la confesión adolorida, y asqueada de haber sido engañada.

—¿Fred es mi padre..?

A esto me refería yo con drama ;).

Quedan dos capítulos para que acabe el primer acto.

Se que aún es pronto y que a Efimero le quede aún demasiados caps, pero he pensado en que tras terminar esta podría hacer una historia de George  que estuviera entrelazada a esta. ¿Que opinan? ¿La leerian?

También vengo a pediros un favor. Se que tal vez soy muy insistente, pero esta historia tiene muchos capítulos y no tiene mucho apoyo  (Os agradezco de corazón a todos los que estáis ahí siempre apoyandome), por eso me gustaría si quisierais que me ayudarais, recomendando esta historia a amigxs, por tik tok, twitter, instagram..etc, me haría muy feliz enserio.

También deciros que tengo preparado un tráiler del acto dos, que publicaré próximamente en Twitter.

Os amo muchísimo! <3

Nos leemos!

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