25
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Leyó la carta, por segunda vez analizando sus palabras. Por fin era recibidora de una, se comenzaba a preocupar por el hombre pues no tenía conocimiento sobre su situación ni como se encontraba.
Querida Elizabeth:
Siento no haber podido contactar contigo antes, y haber incumplido con mi promesa.
Surgieron problemas con las lechuzas, y estuve muy atareado con los partidos, entrenos, pruebas de vestuario..etc.
Espero que todo vaya bien por allí, y que Hiraeth se encuentre bien. Intentaré ir lo más pronto que me permitan, no lo dudéis.
Estare esperando vuestra respuesta.
Os quiere y hecha de menos
Oliver Wood.
Soltó un suspiro aliviada al tener noticias del hombre y rápidamente escondió la carta en un cajón al escuchar la voz de su hija, proveniente del pasillo.
—¡Mamá! ¿¡Estas lista?!—entró a la cocina, vestida con una camiseta azul de mangas cortas y un simple pantalón vaquero. Su pelo recogido en un moño, debido a la calor.—
—Si, si lo estoy cielo.—se giró para mirar a su hija.
—¡genial! ¡Pues vámonos!—agarró su mano tirando de ella con fuerza.—¡quiero ver ya a la abuela.—
Ambas mujeres se dirigieron hacia la chimenea, y agarraron una pizca de Polvos Flú, haciendo que primero fuese la menor y después Elizabeth.
Mencionaron "Choza Mckinnon", y se transportaron a la pequeña casa de campo que se encontraba alejada del mundo muggle, donde vivía Jane Mckinnon, madre de Marlene y por tanto abuela materna de Elizabeth.
La sala donde acabaron se encontraba desierta, no veía a la mujer por ninguna parte, cuando solía estar en el sillón leyendo un libro pacíficamente.
Madre e hija, se sacudieron el hollín que cubría su rostro y vestimentas, para poder salir a averiguar el paradero de la mujer.
Pasearon por todas las habitaciones, comenzando por la cocina y terminando por la habitación de la mujer.
—¡Ya la veo!—comentó con furtiva emoción al observarla desde una ventana, en el porche de la casa.—
Estaba sentada en una hamaca, que balanceaba hacia alante y hacia atrás, mientras un libro el cual desconocía se posaba en su regazo. Visualizaron como acomodoba sus gafas en el puente de la nariz, para poder observar con mayor claridad las letras de este.
—¡Abuela!—abrió la puerta de la casa, para lanzarse a los brazos de la mujer mayor tomándola por sorpresa.
Hiraeth siempre le tuvo gran afecto y cariño a la abuela de su madre, pasando de llamarla "bisabuela", para comenzar a llamarla abuela.
—¡Merlín mis mujercitas favoritas!—dejó el libro en la mesa que tenía a su derecha para estrechar en sus brazos en un cálido abrazo a a menor.—¡Cuanto has crecido Hiraeth, por Merlín!—
Elizabeth vió con felicidad la escena. Jane Mckinnon, madre de Marlene la cuidó cuando nació tras el fallecimiento de su madre. Fue la única figura materna que tuvo a lo largo de su vida. Estuvo viviendo a su lado hasta que entró en Hogwarts y en su quinto año, conoció a su padre.
Jane era una mujer, fuerte, valiente, con un carácter noble y familiar. Habia superado la muerte de el único hombre que amó en su vida, meses después de el nacimiento de su única hija Marlene, a la cual vio morir cruelmente en sus brazos cuando la ayudaba a atender su parto. Llevándose la vida de su hija, y dándosela a su nieta Elizabeth.
Conocía la historia de su nieta con el hombre pelirrojo, odiándolo por abandonarla. Ella intentó ayudar a su nieta con la hija de esta en lo mayor de lo posible. Cierto era que se distanciaron un poco, pues Elizabeth estaba atareada con todo esto del "plan".
—Crece por día abuela.—se acercó para dejar un cariñoso beso en su nuca y tomo asiento en una silla cerca suya.— Siento no haber venido antes, tengo muchas cosas que contarte.—
Elizabeth le indicó a su hija que fuese a dar un paseo, ya que necesitaban hablar de cosas de mayores. Jane se acomodó mejor en su hamaca para prestar atención a todas las palabras de su nieta.
—Soy todo oídos.—
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—No, ya está definitivamente lo he comprobado, mi hijo se ha vuelto loco—
Al día siguiente, Fred optó por ir a La Madriguera para comunicarle la noticia a sus padres. Le pidió a su gemelo que fuera con el, aunque este estaba tan desacuerdo sobre la futura boda como su madre.
Odiaba a Jessica Banes, y su odio y rencor por ella nunca cambiarían. Todo el daño que le hizo a la hija del Licántropo, la persona que amaba jamás se lo podría perdonar.
—¡Mamá por Merlín!—Fred se pasó una mano por su cabello—¡Llevamos saliendo 5 años y estamos muy felices juntos! ¡Ya es hora de dar el siguiente paso!—exclamó furioso — ¡Simplemente, quiero que mi familia esté contento por mi por una vez!—
—¡Tu novia, no es buena para ti Fred! —exclamó con furia la matriarca Weasley.
—Pensé que te llevabas bien con ella—comentó George, sentado en una silla— Ya sabes, ambas tenéis los mismos pensamientos y veo que os gusta criticar a las mismas personas.—
Su madre le lanzó una fulminante mirada al gemelo menor, que significaba que cerrara su boca.
George Weasley, le lanzo una misma mirada cansado y furioso de que haya dicho mentiras de la mujer que amaba.
—¡Joder, mamá!—dió un golpe en la mesa furioso— ¿¡Que mierda te pasa con nuestras parejas?! ¿¡Podrías dejar de meterte en nuestras vidas amorosas por una vez en tu vida?!—pidió alzando la voz, alterado— ¡Primero fué Fleur, después Hermione, siguió Angelina y por último Jessica!—pausó intentando calmarse, mirando hacia otro lado para después volver a posar su mirada en su madre.— ¡El único que no has criticado es a Harry!.—
George entendia la furia de su hermano en partes, pues tenía razón, su madre era fan de meterse en las relaciones amorosas de sus hijos varones, cansando a estos y causando un mal ambiente en las relaciones.
Aún se acordaba como estuvo en desacuerdo de que el se casara con Angelina, por no ser "lo suficiente femenina". O cuando su hermano mayor decidió casarse con la francesa, dirigiéndose hacia ella como "la veela que se aprovechaba de William". Incluso creyó lo que él Profeta solía decir sobre Hermione cuando aún no se encontraba en una relación con Ron, en el cuarto año de la pareja.
Pero sabía que su madre tenía razón, al menos esta vez. Nadie confiaba en Jessica, todos sabían que algo ocultaba, pues bien no sabían el que y no podían acusarla directamente. Su gemelo decía soler ser feliz con ella, pero lo que la familia notó fue que desde el inicio de aquella relación, Fred solo empeoraba y no era el mismo de siempre que solía hacer bromas a cada rato.
—¿Podemos discutir esto como una familia tranquila? Porque normales.., normales que digamos no somos—comentó Arthur Weasley.—
Los presentes dirigieron su mirada al patriarca, escuchando con atención sus sabias palabras.
—Molly, cariño.—llamó el hombre encontrándose con la mirada en llamas de su mujer— Entiendo que no tengas buena relación con Jessica y que no te fíes de ella, pues lo siento hijo pero creo que a toda la familia nos pasa eso y es irremediable.—explicó.— Peron Frederick es mayor de edad, y es un adulto que ni mucho menos es tonto, sabe lo que hace y donde se mete. Sus actos pueden tener consecuencias en un futuro, pero no podremos intervenir en ello porque es cosa de nuestro hijo.— tras decir esto posó su mirada en el recién nombrado.— Ahora Fred, trata de no alzar la voz a tu madre ni a nadie de tu familia. ¿Quieres casarte con esa mujer? Hazlo, no seremos quienes te lo impidan. Solo ten en mente que podría pasarte factura en un futuro.—
Todos quedaron asombrados, pues no creían que Arthur pudiera calmar de tal forma a su familia.
—Soy consciente papá, solo quiero que intentéis darle una oportunidad a mi novia.—pidió el hombre.— La oportunidad de conocerla y os deis cuenta de quien es, la mujer que amo.—
Esas palabras dolieron en el corazón de su madre, pues no quería que su hijo estuviera casado con una mujer, manipuladora, vil y cruel como era Jessica Banes.
—No podemos prometer nada hijo, pero haremos todo lo posible.—
Comentó con dolor en la voz Molly, hablando por el matrimonio ella sola.
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Jane, escucho el relato de su nieta, siendo enterada de lo que habia suscedido en la vida de la azabache en los últimos meses. Sin duda era sorprendentemente raro, pero no sería ella quien se metería en la vida de su nieta. Si ella creía que era correcto lo que hacía, ella también lo creía.
—Haber si he entendido...—se retiró sus gafas guardandolas en la funda, pues se sentía mareada — Hiraeth cree que su padre es George, pues el se ofreció para que conociera a su familia porque Fred tiene perdidas de recuerdo y le duele la cabeza si tiene emociones fuertes y saber que es su hija arriesgaría su salud—
—Exactamente, creia que iba a ser más difícil— soltó una leve risa.—También George esta casado, y Fred esta en una relación con una mujer que le hace daño...—
La mujer asintió, entendiendo y escuchando con atención cada una de las palabras de su querida y adorada nieta. Se inclinó hacia delante de su hamaca, para poder agarrar la mano de su nieta, acariciando sus nudillos, mostrándole una sonrisa cálida.
—Ma brune préféré —dejó un beso en su mano cariñosamente, y pronunció con un perfecto Francés que a su vez enseñó a Elizabeth de pequeña, pero ella no era tan buena pronunciadora como su abuela— si tu estas bien con eso y es lo correcto.., yo te apoyaré siempre, pase lo que pase.— aseguró con una dulce sonrisa en su rostro.—
La azabache se guardó sus lágrimas tras las hermosas y sinceras palabras de su abuela. Sin duda, no sabría que hacer sin ella, pues fue su fuerza junto con su hija para salir adelante.
—Abue.., yo vine aquí por una razón en concreto..—le comentó.
La mujer asintió, indicándole a su nieta que continuara, curiosa por saber que era lo que rondaba por su cabeza y la preocupaba.
—Sabes que nosotras vivíamos en un pequeño departamento muggle.— pausó y la mujer asintió— Ahora nos hospedamos en Girmmauld Place, la casa de Sirius. Harry nos dijo que podíamos estar allí sin problema, para tener más espacio y estar más en contacto con el mundo magico. Estamos en proceso de firmar los papeles, para que indique que la casa es mía.—explicó — No me gusta que estés lejos de nosotras, me gustaría que vinieras a vivir allí. Tenemos sitio y habitaciones de sobra, y es algo triste estar ambas únicamente, sería magnífico si pudieras venir.
La mujer pensó por un rato, le dolería dejar su chozita atrás, pero adoraba ver más a su nieta y la hija de esta.
—Si ustedes sois feliz con eso, no seré yo quien os impida ser felices.—
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Días después
Su plan iba funcionando magníficamente. Angelina "la fiel esposa", cayó en garras del irresistible Tanner. Teniendo una noche con el. Solo faltaba que el pelirrojo fuera conciente de esto, pero debía ser precavida, no desaprovecharia su oportunidad.
Cada día, se acercaba más al pelirrojo que la volvía loca. Casi lo besó ese día en la trastienda, y ella aprovecharía el momento exacto para probar sus dulces y carnosos labios.
El gemelo menor la hizo llamar a su oficina, para hablar sobre sus primeras semanas en Sortilegios Weasleys.
Angelina, caminaba hacia la tienda del pelirrojo, algo arrepentida en parte por haberlo engañado, pero no podría negar que el Tanner le ofreció todo lo que no tenía.
Antes de llegar, pasó por una pastelería, comprando el pastel preferido de su marido para poder comer con el en su descanso. Su inconsciente sabía que lo hacía perfectamente como una manera de perdonarse ella misma por lo hecho.
La Lombrad visualizó por el rabillo del ojo como la morena entraba a la tienda y estaba completamente segura de que se dirigía hacia la oficina de el marido de esta.
—Estas haciendo un gran trabajo Kailei, Fred y yo estamos muy contentos con tu labor aquí.—sonrió George a la mujer, quien cada vez estaba más cerca de el.
Agarró sus mejillas, acariciandolas con sus finas manos con cariño y delicadeza. Unió sus labios en un lento beso.
El hombre al principio se sorprendió, y no pudo corresponder. Tras que la mujer comenzara a mover sus labios y pegarse más furtivamente hacia el, se dejó llegar por la lujuria siguiendo el beso agarrando con firmeza su cintura pegandola hacia el.
El sonido de la puerta se escuchó en la oficina, y el paquete de la pastelería que portaba en su mano cayó a suelo.
Angelina Weasley-Jhonson, había visto todo, como su marido se besaba con su ayudante.
George Weaslet había sido descubierto engañando a su mujer.
Kailei Lombrad, logró su premio.
𝗜 𝗵𝗮𝘃𝗲 𝘁𝗵𝗲 𝗵𝗼𝗻𝗼𝗿
𝘁𝗼 𝗶𝗻𝘁𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝗲 𝘆𝗼𝘂..
𝗝𝗮𝗻𝗲 𝗠𝗰𝗸𝗶𝗻𝗻𝗼𝗻
𝖩𝖺𝗇𝖾 𝖬𝖼𝗄𝗂𝗇𝗇𝗈𝗇, 𝗎𝗇𝖺 𝖽𝖾 𝗅𝖺𝗌 𝗉𝗈𝖼𝖺𝗌 𝖻𝗋𝗎𝗃𝖺𝗌 𝖽𝖾 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖿𝖺𝗆𝗂𝗅𝗂𝖺 𝗊𝗎𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗌𝗂𝗀𝗎𝗂𝗈́ 𝗌𝗈𝖻𝗋𝖾𝗏𝗂𝗏𝗂𝗋 𝖾𝗅 𝖺𝗍𝖺𝗊𝗎𝖾 𝖽𝖾 𝖫𝗈𝗋𝖽 𝖵𝗈𝗅𝖽𝖾𝗆𝗈𝗋𝗍. 𝖢𝖺𝗌𝖺𝖽𝖺 𝖼𝗈𝗇 𝖤𝖽𝗐𝖺𝗋𝖽 𝖬𝖼𝗄𝗂𝗇𝗈𝗇𝗇, 𝗊𝗎𝗂𝖾𝗇 𝖿𝖺𝗅𝗅𝖾𝖼𝗂𝗈́ 𝖺 𝗅𝗈𝗌 𝗆𝖾𝗌𝖾𝗌 𝖽𝖾 𝗍𝖾𝗇𝖾𝗋 𝖺 𝗌𝗎 𝗉𝗋𝗂𝗆𝖾𝗋𝖺 𝗒 𝗎́𝗇𝗂𝖼𝖺 𝗁𝗂𝗃𝖺, 𝖬𝖺𝗋𝗅𝖾𝗇𝖾 𝖬𝖼𝗄𝗂𝗇𝗇𝗈𝗇, 𝗅𝖺 𝖼𝗎𝖺𝗅 𝗏𝗂𝗈́ 𝗆𝗈𝗋𝗂𝗋 𝖾𝗇 𝗌𝗎𝗌 𝗉𝗋𝗈𝗉𝗂𝗈𝗌 𝖻𝗋𝖺𝗓𝗈𝗌 𝗆𝗂𝖾𝗇𝗍𝗋𝖺𝗌 𝖺𝗍𝖾𝗇𝖽𝗂́𝖺 𝖾𝗅 𝗉𝖺𝗋𝗍𝗈 𝖽𝖾 𝗌𝗎 𝗇𝗂𝖾𝗍𝖺 𝖤𝗅𝗂𝗓𝖺𝖻𝖾𝗍𝗁.
𝖤𝗌 𝗎𝗇𝖺 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇𝖺, 𝗅𝖾𝖺𝗅, 𝗏𝖺𝗅𝗂𝖾𝗇𝗍𝖾, 𝖿𝗂𝖾𝗅, 𝖼𝖺𝗋𝗂𝗇̃𝗈𝗌𝖺 𝗒 𝖻𝗈𝗇𝖽𝖺𝖽𝗈𝗌𝖺 𝖼𝗈𝗇 𝗍𝗈𝖽𝗈𝗌 𝗅𝗈𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝗅𝖾 𝖽𝖾𝗆𝗎𝖾𝗌𝗍𝗋𝖺𝗇 𝖼𝖺𝗋𝗂𝗇̃𝗈.
𝖲𝗎 𝖿𝖺𝗆𝗂𝗅𝗂𝖺 𝖾𝗌 𝗅𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝗂𝗆𝗉𝗈𝗋𝗍𝖺𝗇𝗍𝖾 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖾𝗅𝗅𝖺, 𝖼𝗎𝗂𝖽𝖺𝗇𝖽𝗈 𝖼𝗈𝗇 𝗍𝗈𝖽𝖺 𝗌𝗎 𝖺𝗅𝗆𝖺 𝖺 𝗌𝗎 𝗇𝗂𝖾𝗍𝖺 𝖽𝖾𝗌𝖽𝖾 𝗉𝖾𝗊𝗎𝖾𝗇̃𝖺 𝗉𝖺𝗋𝖺 𝖺𝗁𝗈𝗋𝖺 𝖿𝗈𝗋𝗆𝖺𝗋 𝗉𝖺𝗋𝗍𝖾 𝖽𝖾 𝗅𝖺 𝗏𝗂𝖽𝖺 𝖽𝖾 𝗌𝗎 𝖻𝗂𝗌𝗇𝗂𝖾𝗍𝖺.
𝖲𝗂𝗀𝗇𝗂𝖿𝗂𝖼𝖺𝖽𝗈 𝖾𝗍𝗂𝗆𝗈𝗅𝗈́𝗀𝗂𝖼𝗈: 𝖩𝖺𝗇𝖾, 𝗅𝖺 𝗏𝖺𝗋𝗂𝖺𝗇𝗍𝖾 𝗂𝗇𝗀𝗅𝖾𝗌𝖺 𝖽𝖾 𝖩𝗎𝖺𝗇𝖺, 𝗌𝗂𝗀𝗇𝗂𝖿𝗂𝖼𝖺 "𝖫𝖺 𝗅𝗅𝖾𝗇𝖺 𝖽𝖾 𝗀𝗋𝖺𝖼𝗂𝖺"
𝖲𝗎 𝗇𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝖿𝗎𝖾́ 𝖾𝗅𝖾𝗀𝗂𝖽𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝗌𝗎 𝗆𝖺𝖽𝗋𝖾, 𝗁𝖺𝖼𝗂𝖾𝗇𝖽𝗈 𝗋𝖾𝖿𝖾𝗋𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺 𝖺 𝗌𝗎 𝖾𝗌𝖼𝗋𝗂𝗍𝗈𝗋𝖺 𝖿𝖺𝗏𝗈𝗋𝗂𝗍𝖺, 𝖩𝖺𝗇𝖾 𝖠𝗎𝗌𝗍𝖾𝗇. 𝖬𝖺́𝗌 𝗍𝖺𝗋𝖽𝖾, 𝖾𝗌𝗍𝖺 𝖾𝗅𝗂𝗀𝗂𝗈́ 𝖾𝗅 𝗇𝗈𝗆𝖻𝗋𝖾 𝖽𝖾 𝗌𝗎 𝗇𝗂𝖾𝗍𝖺 𝗇𝗈𝗆𝖻𝗋𝖺́𝗇𝖽𝗈𝗅𝖺 𝖤𝗅𝗂𝗓𝖺𝖻𝖾𝗍𝗁, 𝖼𝗈𝗆𝗈 𝗅𝖺 𝗉𝗋𝗈𝗍𝖺𝗀𝗈𝗇𝗂𝗌𝗍𝖺 𝖽𝖾 𝗌𝗎 𝖼𝗅𝖺́𝗌𝗂𝖼𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝖿𝖺𝗆𝗈𝗌𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝖾𝗑𝖼𝖾𝗅𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺 𝗒 𝖾𝗅 𝗅𝗂𝖻𝗋𝗈 𝗉𝗋𝖾𝖿𝖾𝗋𝗂𝖽𝗈 𝖽𝖾 𝖾𝗌𝗍𝖺
"𝖮𝗋𝗀𝗎𝗅𝗅𝗈 𝗒 𝖯𝗋𝖾𝗃𝗎𝗂𝖼𝗂𝗈".
¡Hola! ¡Espero que os guste tanto este nuevo personaje como a mi!, os dejo un banner que incluí junto al resto del cast:
Por otra parte..¿habrá boda?
¿Qué pasará con el matrimonio Weasley-Jhonson?
Espero sus teorías!
Los quiero, nos leemos! <3
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