5: Lo Hago Por Nosotros.
NamJoon entró a la casa como de costumbre, con pasos pesados y el rostro marcado por el cansancio. SeokJin estaba en la cocina, lavando algunos platos, cuando escuchó la puerta cerrarse con un golpe sordo. Sin embargo, esta vez NamJoon no fue directo al dormitorio ni se quedó en silencio. Parecía que algo le rondaba la mente, y cuando se acercó a SeokJin, su expresión era más pensativa de lo habitual.
—SeokJin, tenemos que hablar— dijo con un tono neutro, apoyándose en el marco de la puerta de la cocina. SeokJin giró la cabeza hacia él, sorprendido por el inusual inicio de la conversación. Había esperado el mismo patrón de silencio incómodo o monosílabos apurados que venía recibiendo durante semanas.
— ¿Sobre qué?— preguntó, secándose las manos con una toalla mientras observaba a NamJoon, quien parecía medir sus palabras. NamJoon se aclaró la garganta, como si estuviera a punto de decir algo importante pero no sabía cómo formularlo de la mejor manera.
— Mira, sé que he estado... ausente. Entre el trabajo y los entrenamientos, apenas paso tiempo en casa, y no quiero que te sientas solo.— SeokJin levantó una ceja, no muy convencido de hacia dónde iba esta conversación. El "ausente" de NamJoon era una manera suave de describir lo que él sentía como abandono emocional. Aun así, se mantuvo en silencio, esperando que NamJoon continuará.
— Así que... estuve hablando con Yoongi.— dijo NamJoon, mirando a SeokJin directamente. — Es mi mejor amigo, y sé que confío en él. Le pedí que pase por la casa cuando yo no pueda estar aquí... para que no te sientas solo. Yoongi es buena compañía, y creo que podría hacerte bien tener a alguien con quien pasar el rato cuando no estoy.— SeokJin parpadeó, sorprendido por la propuesta. No sabía cómo sentirse al respecto. Era cierto que se había sentido aislado, pero no estaba seguro de que la solución fuera tener a Yoongi, un alfa que apenas conocía, en su casa cuando NamJoon no estaba. Había algo extraño en la idea, aunque NamJoon parecía completamente despreocupado por ello.
— ¿Quieres que Yoongi venga aquí cuando tú no estés?— preguntó SeokJin, como si necesitara escuchar de nuevo lo que su esposo acababa de decir. Había algo que no encajaba del todo bien en su mente.
— Sí,— respondió NamJoon con firmeza, asintiendo. —Es un buen tipo, y además... sé que no me reemplazará, pero creo que podría hacerte sentir mejor. No quiero que pases todo el día solo. Creo que te sentirías menos... abandonado si tienes a alguien aquí.— SeokJin se mordió el labio, luchando contra las emociones que hervían dentro de él. No sabía si sentirse ofendido, agradecido o confundido. ¿Era esta la forma en la que NamJoon pensaba que solucionaría las cosas entre ellos? Delegando la compañía de su esposo a otra persona mientras él seguía atrapado en su vida laboral sin mostrar signos de querer cambiarlo.
Pero SeokJin se limitó a asentir.
—Está bien... si eso es lo que crees que es mejor.— NamJoon sonrió, aparentemente satisfecho con la respuesta, sin notar el rastro de insatisfacción en los ojos de SeokJin. Para él, había encontrado una solución práctica. Y para SeokJin... solo era otro recordatorio de lo desconectados que estaban.
. . .
SeokJin no había dejado de pensar en las palabras de NamJoon: "Yoongi vendrá a hacerte compañía cuando no pueda estar." La idea de tener al mejor amigo de su esposo en casa mientras él trabajaba largas horas le parecía extraña. Aunque confiaba en NamJoon, no podía evitar sentir una mezcla de incomodidad y nervios al saber que Yoongi, un alfa que apenas conocía, estaría pasando tiempo con él.
El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos. SeokJin respiró hondo, se limpió las manos en su delantal y caminó hacia la puerta. Al abrirla, se encontró con Yoongi, quien sostenía una pequeña bolsa de papel en una mano y una expresión casi tímida en su rostro.
— Hola, SeokJin.— saludó Yoongi con una leve sonrisa. —Espero no haber llegado demasiado temprano.
— Hola, Yoongi. No, llegaste justo a tiempo.— respondió SeokJin, esbozando una sonrisa educada mientras lo invitaba a pasar. —Estaba por empezar a cocinar.— Yoongi asintió mientras entraba y le ofreció la bolsa.
— Traje esto... Es un pastel de fresas con chocolate. Pensé que podríamos compartirlo después. — SeokJin tomó el obsequio, sorprendido por el gesto, y le devolvió la sonrisa, esta vez más genuina. —Gracias, Yoongi. No tenías que traer nada, pero se ve delicioso.
Ambos caminaron hacia la cocina, donde SeokJin ya había comenzado a preparar los ingredientes para una comida tradicional coreana. El aroma a arroz recién cocido llenaba el aire, y el sonido del cuchillo contra la tabla de cortar le daba un ritmo constante a la escena. Sin saber bien cómo romper el hielo, SeokJin comenzó a picar las verduras, pero pronto sintió la mirada de Yoongi sobre él.
— ¿Te importa si te ayudo?— preguntó Yoongi de repente, acercándose al mostrador. SeokJin levantó la vista, un poco sorprendido.
— ¿Sabes cocinar?
— Algo sé.— respondió Yoongi, soltando una pequeña risa. —No soy un experto, pero puedo cortar verduras sin cortarme los dedos.— SeokJin sonrió de nuevo, esta vez con una chispa de diversión en los ojos.
— Está bien, puedes ayudarme entonces. Pero si te cortas, no es mi culpa.— Ambos se rieron suavemente mientras Yoongi se lavaba las manos y tomaba un cuchillo. Al principio, trabajaron en silencio, con Yoongi cortando zanahorias en finas tiras y SeokJin revolviendo una sartén en la estufa, donde el bulgogi comenzaba a desprender un aroma tentador. La atmósfera era más ligera de lo que SeokJin había imaginado, y poco a poco la incomodidad inicial se fue desvaneciendo.
— ¿Sabes? Siempre he escuchado a NamJoon hablar de ti, pero nunca pensé que sería así como nos conoceríamos mejor,— comentó Yoongi, rompiendo el silencio.SeokJin le lanzó una mirada rápida, sin saber bien cómo responder.
—Sí, es... extraño, ¿verdad? Supongo que no imaginé que estarías aquí... cocinando conmigo.— Yoongi asintió, con una sonrisa amable en los labios.
— Bueno, supongo que NamJoon pensó que te vendría bien algo de compañía. Además, hacía mucho que no pasaba tiempo con él, así que pensé que también era una oportunidad para conocerte.— SeokJin asintió, agradecido por la honestidad en sus palabras.
—Lo aprecio, de verdad. A veces... bueno, a veces se siente un poco solitario.— El tono de su voz bajó un poco en esa última parte, pero Yoongi lo notó. Decidió no presionar, sabiendo que no era el momento de profundizar en los problemas de su amigo y su esposo. Sin embargo, en su interior, algo le decía que SeokJin necesitaba más que solo compañía; necesitaba a alguien que realmente lo escuchara.
— Si necesitas ayuda con algo más, no dudes en pedírmelo.— ofreció Yoongi, tratando de mostrarle que estaba ahí, no solo por NamJoon, sino también por él. SeokJin lo miró, sus ojos agradecidos por la calidez en las palabras de Yoongi.
— Gracias, Yoongi. A veces es difícil hablar con NamJoon sobre ciertas cosas. Él está tan ocupado que siento que no... que no me escucha como antes.— Yoongi detuvo el movimiento de sus manos por un momento, dándose cuenta de lo mucho que significaban esas palabras.
— Estoy seguro de que NamJoon te escucha, Jin. Quizá solo necesita... un recordatorio.— SeokJin sonrió con tristeza mientras retiraba la sartén del fuego y comenzaba a servir la comida en los platos.
— Tal vez. Pero no es fácil cuando parece que su trabajo es más importante que todo lo demás.
. . .
SeokJin llevaba varios minutos dando vueltas por la sala, incapaz de concentrarse en nada. Las palabras de NamJoon sobre Yoongi seguían resonando en su cabeza. ¿Por qué ahora? ¿Por qué alguien más debía "cuidarlo"? Las dudas y la inseguridad crecían como una nube oscura sobre él, y antes de darse cuenta, el peso de sus pensamientos lo llevó al borde de la confrontación.
Cuando escuchó el sonido de la puerta principal, supo que NamJoon había llegado. SeokJin respiró hondo, tratando de calmar el nudo en su garganta. No quería que esto se convirtiera en otra discusión, pero no podía seguir soportando la sensación de que algo no iba bien.
NamJoon entró con el rostro cansado, sin percatarse al principio de la mirada inquieta de su esposo. Se quitó el saco y lo colgó con desinterés antes de dirigirse a la cocina, pero SeokJin lo interceptó en la sala.
— NamJoon, tenemos que hablar.— dijo, su tono más firme de lo habitual, lo que hizo que el alfa se detuviera.— NamJoon frunció el ceño, un poco desconcertado.
—¿Ahora? He tenido un día largo, Jin. ¿No puede esperar?
—No, no puede.— respondió SeokJin, sacando valor de sus dudas. —Necesito saber algo, y necesito que seas honesto conmigo.— NamJoon soltó un suspiro pesado, dándose cuenta de que esta vez no podría evitar la conversación. Se giró lentamente hacia él, cruzando los brazos.
— ¿Qué pasa? ¿Qué es tan urgente?— SeokJin lo miró fijamente, buscando en su rostro alguna pista de lo que sentía. Sabía que había distancia entre ellos, pero últimamente la frialdad se había vuelto insoportable. Y luego estaba Yoongi. Ese detalle no encajaba.
— ¿Piensas que te estoy siendo infiel?— preguntó SeokJin directamente, sin rodeos.NamJoon parpadeó, sorprendido.
— ¿Qué? ¿De dónde sacas eso?— SeokJin tragó saliva, sintiendo que sus emociones comenzaban a desbordarse.
— Primero, me ignoras. Estás más ausente que nunca, y cuando hablamos, apenas me miras. Y luego... me dices que Yoongi va a venir aquí cuando tú no estés. Es como si... como si lo estuvieras enviando para que me vigile. Para asegurarte de que no hago nada malo.— NamJoon se quedó en silencio por un momento, procesando lo que SeokJin acababa de decir. Luego negó con la cabeza, claramente frustrado.
— Eso no tiene ningún sentido, SeokJin. Yoongi es mi amigo, y te lo dije: es solo para que no estés solo cuando yo no pueda estar aquí.
— ¿Pero por qué él? —insistió SeokJin, con los ojos brillantes por la angustia. —¿Por qué justo ahora? ¿Es que realmente crees que te estoy engañando y por eso lo envías para... investigar?— NamJoon bufó, incrédulo.
— No seas ridículo, Jin. Yoongi no está aquí para espiarte. Es mi mejor amigo, confío en él. Sabes cuánto me cuesta equilibrar el trabajo y todo lo demás. Yo sólo... pensé que te haría bien tener a alguien más aquí.
— ¿Alguien más aquí?— repitió SeokJin, su voz temblando. — Lo que necesito es a ti, NamJoon. No a Yoongi, no a nadie más. Te necesito a ti, pero parece que eso ya no te importa.— NamJoon apretó los puños con frustración, pero en el fondo, sabía que SeokJin tenía razón en cierto sentido. Había estado ausente, más de lo que debía. Pero la presión del trabajo, las peleas, las responsabilidades... no podía dejar todo atrás.
—Jin... no es eso. Sabes que te amo, pero hay cosas que no puedo dejar de lado. No todo es tan sencillo.—SeokJin dejó caer los hombros, sintiéndose derrotado. —Entonces, ¿qué es sencillo, NamJoon? ¿Enviar a tu amigo a ocupar el lugar que deberías estar ocupando tú?"
El silencio entre ellos fue doloroso, pesado. SeokJin, en lo más profundo de su ser, deseaba que NamJoon le dijera que todo iba a mejorar, que lo veía, lo escuchaba, y que realmente se preocupaba por lo que estaba pasando entre ellos. Pero esas palabras nunca llegaron.
— Me iré a dormir, se que te quedaras muy noche en el escritorio, hasta mañana, tu comida de mañana ya esta en tu lonchera, te puse unas pastillas para el dolor de la cabeza.— SeokJin se fue a su habitación para prepararse a dormir con un dolor en su corazón, desde cuando el amor podía doler.
Si yoongi, bajale el esposo a tu mejor amigo.
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