Sinopsis || a Eddward Marion nunca le han dicho
de dónde viene su apellido, o si tiene familaires
en algún otro lugar.

Entonces, una tía (hermana de su madre), regresa
de vacaciones a los Estados Unidos, diciéndole que
tiene que ir con ella a su hogar natal, un pueblo muy
a las afueras del mundo, que nadie realmente conoce.

Disclaimer || ××××××

ㅡ¿Un qué? Discúlpeme, tía, pero no le entiendo.

Eddward suspiró, dejando de lado los platos sucios.

Su tía Marie había llegado de vacaciones desde su pueblito, para saludar a su hermana menor por su cumpleaños número cuarenta y dos. Había llegado con una bella invitación escrita en inglés, en la que reclamaban por el príncipe de Peach Creek, el lugar de dónde ella proviene.

Había algo de las ropas de la tía Marie que no podía dejar de ver... cómo el hecho de que usaba faldas de colores brillantes hasta un poco más abajo de las rodillas, zapatos de tacón sin importar dónde se encontraba y camisetas blancas escondidas bajo pequeños sacos del mismo color que la falda y zapatos.

A veces, cómo en esta noche, la tía Marie lleva un gorro azul a juego con su falda, saco y zapatos. La carta tenía detalles en dorado, y las letras negras sobre el papel amarillento suave le hacían pensar que podía ser una broma... una muy bien elaborada.

Su madre tomó un pedazo de papel y se secó los ojos. El papel quedó mojado por las lágrimas que amenazaban con salir de ellos.

ㅡ¿Mamá? ㅡpreguntó, con una pizca de miedo y duda en su vozㅡ. ¿Por qué lloras?

ㅡHe rechazado a la familia real por... tantos, tantos años ㅡdijo, mordiéndose el labio al final. Levantó los ojos a su hijoㅡ. Por más que haya luchado contra ellos muchas veces, no me cercioré de que te dejaran a tí en paz también.

ㅡ¿De qué estás hablando?

ㅡLo que quiere decir tu madre, hijo mío ㅡdijo su tía, dejando de lado la servilleta con la cuál limpió sus labiosㅡ. Es que perteneces a Peach Creek. Perteneces a la familia real de los Marion, y aunque ahora parezca un chiste, eres el príncipe descendiente de la realeza... y, por eso, tienes que venir conmigo.

Eddward rió. La cara de su madre parecía decirle que nada de eso era un chiste y dejó de reír. Así que... ¿príncipe descendiente de la realeza, eh? Sí, sin duda era un chiste.

ㅡMamá ㅡllamó, por octava vez mientras su madre revisaba las cosas que llevaría a su viaje con su tía Marie. Cuando ella no le respondió, la tomó de los brazos y la obligó a sentarse en la camaㅡ. Escúchame. Necesito que me expliques qué está pasando... ¿o vas a dejarme ir con la tía, así nada más?

Su madre, entonces, tomó aire y empezó su relato. Resulta ser que su madre sería la reina de aquel lugar que su tía comentó, pero ella sólo quería casarse con el carpintero del pueblo, ya que sus obras de arte y sus relojes de madera siempre le habían encantado. Al casarse, él sería el rey del lugar, y eso no le gustaba a ninguno de los dos. Al final, su madre rechaza el trono y se van a los Estados Unidos, dónde nadie los conoce ni saben que pertenecen a la familia real.

Marie no tiene hijos, ni hijas; no está casada, ni planea estarlo. Al no haber descendientes para el trono, la sucesión pasa a los primogénitos de la generación anterior. Si su madre no aceptó el trono... ahora él era quién tenía que aceptarlo.

Despidiéndose de todos con un suave ademán y un fuerte abrazo, se embarcó en aquella aventura que no esperaba para nada. Su tía Marie le explicaba las cosas que necesitaba entender para cuando llegaran a Peach Creek, y él las entendía a medias.

Cuando llegaron, le dijo que se subiera a la camioneta Jeep negra, mientras que ella iría en una limosina. Nadie sabía que Eddward venía de otro país, todos pensaron que el príncipe heredero estaba escondido en el Palacio, practicando para ser un buen rey desde la cuna.

Nadie debía saber que sólo era un chico de veinte años que acababa de renunciar a la universidad para cuidar de sus padres y su empleo en el café de la familia.

ㅡHola, Su Alteza ㅡsaludó el conductor, de cabellos pelirrojos y ojos verdesㅡ. Seré su conductor personal y compañero. Espero que acuda a mí con cualquier problema o pregunta que tenga.

ㅡEh... sí ㅡasintióㅡ. Disculpa, yo... no entiendo nada de esto.

Mientras la limosina avanzaba, la camioneta Jeep se detenía.

ㅡBueno ㅡel chico pelirrojo se volteó a verlo, poniendo su codo sobre el respaldo del asientoㅡ, ¿tiene una pregunta específica?

ㅡOh, sí... tengo muchas ㅡpensó, viendo el pueblito por la ventanaㅡ, pero, primero; ¿cuál es tu nombre?

ㅡ¿M-Mi nombre? ㅡpreguntó, con los ojos bien abiertosㅡ. Bueno... me llamo Kevin Barr.

ㅡUn gusto, Kevin ㅡle sonrió, el chico parecía de su edad, tal vez podría hacer un nuevo amigoㅡ. Mi nombre es Eddward. Eddward Marion, aunque supoongo que ya lo sabes. Puedes llamarme Doble D.

ㅡ¿Desea que yo haga eso? ㅡdijo, abriendo los ojos aún más, si eso era posible.

ㅡ¿Por qué te sorprendes tanto? ㅡrió, haciendo que el semblante del pelirrojo se tranquilizaraㅡ. Debemos tener la misma edad, así que déjate de formalidades. Además... estarás conmigo siempre, de ahora en más, entonces ¿por qué ser tan formal? ㅡsonrió al asentimiento del pelirrojoㅡ. ¿Qué te parece esto...? Entre nosotros dos, cómo dentro de esta camioneta, podemos ser libres de hablarnos cómo sea. Si mi tía u otra persona estuviera cerca, podemos mantener las formalidades. ¿Trato?

Extendió la mano y Kevin la tomó, aceptando el trato.

Edd hizo todas las preguntas que tenía sobre el pueblo, su gente, y sobre el palacio. Kevin dijo que lo llevaría a dar un paseo por todos lados cuando llegaran.

Pasaron tres meses hasta la coronación "principesca" de Eddward.

Tuvo que elegir un escudero personal, y eligió a Kevin sin dudarlo dos veces. Luego de casi cuatro años de servicio, finalmente pudo subir al trono; luego de que su abuelo falleciera. Kevin estuvo con él desde el primer momento.

A los veintiocho años, Eddward decidió cambiar algunas leyes reales, invitó a sus padres a vivir en el Palacio con él, adoptó un niño al que llamó Jim...

Y se casó con el amor de su vida... su escudero personal, Kevin Barr.

#12mesesMF22
#12mesesMF
MARZO, 20 ; 2022.