La azabache se quedó pensando, sabía que no estaba bien acercársele mucho al rubio, el era casado y su esposa ni hablar.. Era una loca despreocupada, berrinchosa entre otras cosas. El rubio se percató de la actitud de la chica, llegaron a la puerta de salida de la empresa y como no quería perder la oportunidad, rompió el silencio.

— No acepto un "no" por respuesta— dijo él— además yo invito.

—Adrien, es muy gentil de tu parte, pero...

— ¿Pero que?

— Es que tu eres casado, tu esposa te a-ama y yo no quiero ser rival entre ella y tu, además si me ven mucho tiempo contigo, tu sabes que la gente puede pensar mal, y ¿a donde iría tu reputación si esto pasa? Lo que quiero decir es que no quiero causarte problemas ni mucho menos, podemos seguir siendo amigos pero algo más distanciado que lo que hemos estado en este tiempo, ¿si?

Estas palabras dejaron a un Adrien confundido, no quería perderla de nuevo, ya que el ha empezado a sentir cierta atracción por la oji-azul, el no amaba a su esposa y quería ser libre, feliz y autónomo como todos los demás, estas palabras fueron como un balde de agua fría para el, pero no iba a dejar que esta amistad que habían entablado se vaya por la borda.

— Marinette, te entiendo perfectamente, y créeme, estar cerca mío no te traerá ningún problema— dijo tratando de convencerla, aprovecho para tomarla de las manos— tu amistad me hace bien, yo no quiero distanciarme de ti, nunca lo haré, así que no me pidas eso por favor. Si hay problemas con Chloe o mi padre, yo los resolveré y siempre saldré a tu favor, tu no tienes de que preocuparte.

— Gracias, e-eso me ha ayudado mucho— respondió.

Se dieron un fuerte abrazo de amigos, y decidieron ir por los helados antes de que fuera más tarde. Pero no se percataron que cierta rubia los había estado observando, estallaba de furia, quería ir en ese instante y matar a la azabache, simplemente se contuvo y dejó que se fueran, para ella tampoco era fácil, a pesar de que Adrien se casó por obligación, ella si lo amaba y verlo con Marinette no solo de daba celos, si no también tristeza ya que ella quería hacerlo feliz, pero simplemente el rubio no le daba la oportunidad. Para ella era horrible tener que lidiar con el amor de su vida sin ser correspondida, este era el motivo de su comportamiento tan terrible que tenía con la oji-azul o con cualquier chica que se acercara a Adrien.

El rubio no le correspondía a su esposa no por que no la amaba, hasta el penso una vez en darle una oportunidad a la rubia, pero simplemente borró esa idea de su cabeza al observar que su comportamiento seguía siendo el mismo, a pesar que el le dijo muchas veces que cambiara, ella no pudo ya que sentía ese vacío al estar a lado de alguien que no la ama, pero sin embargo ella sería capaz de dar su propia vida para que Adrien este bien.

Por otro lado, la azabache quería no enamorarse nuevamente del modelo, pero le era inútil todos sus intentos ya que sus sentimientos la traicionaban, siempre que quería decir algo se arrepentía antes de confesarlo, por que ella pensaba que heriría al oji-verde con sus "estupidos comentarios". El chico cada día se iba apoderando más y más del corazón de la azabache, al igual que ella se apoderaba del corazón del rubio. Se amaban, simplemente era eso, pero les costaba aceptarlo por el simple hecho de que Adrien estaba casado y pues no querían ocasionar problemas.

Adrien ya tenía planeado declararle su amor a la azabache, pero tenía miedo a ser rechazado...

¿Por que todo es tan complicado? Yo la amo, pero hay un muro que nos separa... pensó.