Adrien vio que la azabache estaba ya en su labor diaria, solamente la saludó, ella respondió y el pasó directo a su escritorio, ella se encargaba de organizar sobre la decoración del lugar donde sería el evento el próximo fin de semana, el rubio se encargaba de los envíos de las invitaciones por medio del correo, y Nathalie se encargaba de sacar el presupuesto, y la ganancia que se generaría después del evento.

El oji-verde esperaba a que la azabache le dijera algo sobre la fiesta, pero nada, no mencionó absolutamente nada sobre dicha celebración.

Paso el día como cualquier otro, luego retornaron a sus casas. Al siguiente día, Marinette decidió decirle al rubio sobre la fiesta pero a la hora del almuerzo, para que este desocupado y así pueda asistir. Los días sábados salían del trabajo después del almuerzo, así que ella tendría tiempo de ir al centro comercial para comprar algo de ropa para esta ocasión.

Llego la hora del almuerzo, fueron al restaurante de siempre, pidieron su almuerzo y en unos cuantos minutos llegó su orden.

— Adrien, quiero de-decirte algo.

— ¿Acaso te gusto?— pregunto bromista.

— ¡Oyeee!- dijo ella.

Ambos rieron un buen rato, luego ella decidió reanudar su plática que quedó pendiente.

— Quería invitarte a una fiesta, será mañana en el departamento que comparten Nino y Alya, Irán la mayoría de compañeros de la prepa, ya tu sabes.

— Esta bien, mañana tengo el día libre así que normal.

— ¡Bien! Entonces te esperaré mañana allí.

— Si es que no te gano, recuerda que siempre llegas tarde.

Ambos echaron a reír nuevamente, y así siguieron hasta acabar de comer, luego pagaron y se fueron a continuar con sus labores. Salieron juntos cuando terminaron, el acostumbro a llevar a la azabache a su casa todas las noches. Al día siguiente, ella fue a su trabajo como de costumbre, estaba segura de que el oji-verde no vendría, ya que dijo que se tomaría el día libre.

Luego se abrió lentamente la puerta de la oficina, Marinette se quedó asombrada al ver de quién se trataba.

— ¿¡A-adrien!?

— Hola bogaboo.

— Pensé que no vendrias...

— Jaja una cosa es que sea mi día libre y otra muy distinta que venga o no— dijo adentrándose a la oficina.

— Y.. ¿A qué viniste?

— ¿Acaso te molesta mi presencia, Bogaboo?

— No, solo preguntaba por curiosidad.

— Jajaja era una broma..

— Y de muy mal gusto- dijo ella

Justamente Chloe pasaba por el pasillo y escucho la plática, entonces decidió quedarse a escuchar. Mientras que con nuestra pareja favorita hubo un silencio incómodo entre ellos, entonces la azabache decidió romperlo.

— ¿Le comentaste a Chloe de lo de esta noche?

— Emmm.. Digamos que no...

— ¿Por qué eh?

— Por que se opondría en absoluto, yo quiero ir a esa fiesta..

— ¿Acaso le tienes miedo?— dijo con una mirada intimidante.

— ¡Oye! Eso no es gracioso— fingió tristeza.

— Jajaja es broma gatito.

— Nunca me habías llamado así.. ¡Me encanta!

— Jeje opss— ella se ruborizó.

— Mira, la verdad no es que le tenga miedo a Chloe, si no que ella se enojada y se opondrá por completo, igual yo no le haría caso, pero estará enfadada y no quiero problemas.

— Te entiendo, tranquilo.

— Gracias por ser tan comprensiva— le agarra la mano y besa sus nudillos.

— Pero... Pero... Prometeme que confiaras más en tu esposa, la quieras o no ella es tu esposa, y la confianza es mutua en una pareja.

— Lo prometo, my Lady— dijo— pero preferiría estar comprometido contigo antes que con ella.

Esas palabras bastaron para que la rubia rompiera en llanto detrás de la puerta, obviamente de manera silenciosa para que no sospecharan.

— Que cosas dices gato tonto...

— Yo te amo a tí...

— ........

— Esto es en serio, bogaboo.

— Adrien, yo.....

— Tu tranquila, no digas nada...

— Pero es que esto no se puede...

— ¿Por qué?

— Por que eres casado...

— Yo no la amo....- el se acerca a la cara de la azabache.

— Igual, esto está mal...

— Prefiero seguir mi instinto.. ¿Tu me amas?

— Y-yo.. S-si te a-amo.....