02
Desperté gracias a los reflejos del sol que atravesaban la cortina de mi ventana. Miré mi reloj sobre mi mesa de noche. Eran las 8:16 de la mañana, mi primera clase comenzaba a las 9:00.
Me levanté y dejé mi cama desordenada como siempre. Fuí a mi armario y busqué la ropa que me pondría. Terminé de maquillarme y después de arreglar mi castaño cabello tomé mi mochila para bajar las escaleras.
Al llegar a la cocina, encontré solo a mi madre sentada en el comedor. Fruncí un poco mi ceño, normalmente mis padres y yo siempre desayunábamos juntos, así que me sorprendió solo verla a ella.
— Buenos días, Soyoung. — me saludó en un tono alegre. Su humor de anoche había desaparecido por completo. Ja, mi madre siempre tan voluble.
— ¿Dónde está Papá?
— Oh, se fue a trabajar. — dijo con simpleza. Ya sabía que trabajaba por la noche, pero hubiera sido mejor que dijera "Llegó de trabajar esta mañana". A menos que haya cambiado de turno, pero no le quise preguntar y me senté junto a ella.
(...)
Cuando llegué a la escuela, una ola de sensaciones extrañas recorrió todo mi estómago. Me sentía nerviosa, ansiosa. ¿Pero por qué? No había hecho nada malo, a menos que Jaemin y Lia tuvieran ganas de discutir conmigo.
La primera clase pasó normal, la segunda también. Lo que se me hizo bastante extraño no fue ver a Jaemin por aquí. Probablemente se haya quedado a cuidar a su madre como me lo dijo ayer. Y seguramente estaría molesto conmigo por la forma en como le hablé, aunque en parte estoy segura que se lo merecía, por hacerme menos.
Salí del salón para dirigirme hacia mi próxima clase. Y cuando iba por medio camino, sentí un vuelco en mi pecho cuando miré salir a Jaemin con sus amigos. Estaba sonriente, como si lo que hubieramos hablado no hubiera pasado. Se me hizo un poco extraño, pero de todos modos fuí hacia él.
— Hola, amor. — utilicé mi dulce tono que siempre funcionaba cuando quería algo. Lo que me sorprendió fue cuando se giró hacia mí con una expresión que no pude clasificar, pero su rostro era sombrío.
— Ah, eres tú. — me miró de arriba a abajo con indiferencia. ¿Qué pasaba con Jaemin? ¿Acaso... acaso estaba molesto por lo que le dije?
— Jaemin. — titubeé, sin saber como reaccionar. — ¿Sigues molesto conmigo?
— ¿Y me lo preguntas? — me miró con incrédulidad. — Tú misma me dijiste que buscarías a otro hombre que fuera mucho mejor que yo ¿No? — eso si se lo había dicho, pero yo pensé que lo había olvidado.
— S-sí. Pero solo lo dije de broma...
— Para mí no fue una broma. Entonces ¿ya conseguiste a tu nuevo hombre o qué? — se cruzó de brazos con una sonrisa descarada. Yo solté un grito ahogado.
— ¡Jaemin, no. ¿Cómo puedes pensar eso?! A quien amo es a ti. — le tomé de los brazos como implorandole que me creyera. Nunca le había implorado a nadie.
— Pues ya no creo que sea así. Tú misma me lo dejaste en claro. Y ya no tenemos nada de que hablar. — se giró para darme la espalda e irse con sus amigos.
Yo quedé con la boca abierta. ¿Me había terminado?
De pronto escuché una voz femenina detrás de mí.
— Parece que Jaemin terminó contigo. — volteé a ver a Yeeun. Ella me sonrió con lástima, aunque por extraña razón le regresé una sonrisa incómoda.
Jang Yeeun era la chica más popular de la Universidad. Era la presidente del cuerpo estudiantil, aparte de inteligente y la mejor estudiante en su carrera de Negocios Internacionales, era considerada un estándar de belleza para la sociedad, en especial la femenina. Y como no serlo si todas las chicas querían ser como ella, incluyéndome. Era lista, agradable, buen carismas y sobre todo hermosa.
Yo deseaba por convertirme en una de las amigas de Jang Yeeun.
— No... no terminamos. Bueno... no lo sé. — Yeeun se rió por debajo.
— Como sea, Jaemin es un idiota. Siempre lo fue. No te merece en absoluto. — sus palabras fueron tan claras que sentí como si me alabaran el oído. Yo me aclaré la garganta y sonreí nerviosamente.
— Sí, creo que tienes razón.
— Ya que Jaemin no está contigo y te ha dejado, ¿Te gustaría comer con nosotros? — me quedé estupefacta. ¿Jang Yeeun, invitandome a sentarme con ella? Era como un sueño hecho realidad.
— ¿De-de verdad? — yo estaba tan emocionada que me era imposible controlarme. Ella asintió con una mano en su cadera.
— Claro, querida. Siempre puedes venir con nosotros.
— Pero... no entiendo.
— ¿No entiendes, qué? — ella frunció el ceño levemente.
— Pues, que de pronto así tú, siendo una de las chicas más populares, invites a alguien como yo a ir contigo. — expliqué torpemente, ella se rió chillonamente.
— Tranquila, eres una buena chica. Eres bonita y solo eso necesitas. — ella dijo. Yo me confundí un momento por lo que había dicho. ¿Hablaba enserio o solo estaba tratando de sonar amable conmigo?
Como sea, acepté su propuesta y me despedí de la pelinegra antes de irme a mi clase.
(...)
Llegué a la cafetería donde encontré a Yeeun con sus amigos, en la mesa de los populares. Ella me miró a lo lejos y se levantó para venir hacia mí.
— Ven conmigo. — tomó de mi mano y enganchó mi brazo en el suyo para caminar hacia su mesa. — Escuchen, ella es Soyeon.
— En realidad es Soyoung. — rectifiqué con cautela, con una pequeña sonrisa hacia ella.
— Oh, perdón. — ella sonrió. — Suelo equivocarme con los nombres a veces. — puso una mano tapando su sonrisa avergonzada. — En fin. Ellos son Yeji, Karina, Wonyoung, Kazuha y Jake. — ellos me saludaron amablemente, cosa que me impresionó ya que de las veces que solía toparme con ellos, nunca habían sido tan amables. Supongo que son muy cuidadosos.
— Siéntate, Soyoung. — Yeji palmeó el asiento a su lado y me senté. Realmente me sentía tan feliz por formar parte de los populares. Era como un sueño hecho realidad.
Aunque debo decir que en varias ocaciones, Jake y Wonyoung me miraban como si fuera una amenaza. No lo sé, antes habían sido muy amables conmigo y ahora me los pillaba mirandome mal, como si no les cayera bien. En cambio el resto de las chicas, eran muy lindas conmigo. Supongo que solo es cuestión de ganarme la confianza de todos.
(...)
Cuando terminó la última clase del día salí del aula junto a Kazuha y Karina, hasta ahora descubrí que compartía clase con ellas. Y eso solo me puso más feliz. Estuvimos hablando de cosas al azar cuando miré a alguien frente a nosotras.
No puede ser.
— ¿Eres Soyoung? — el pelinegro de cabello largo me preguntó, pero yo no podía responder así como no podía borrar la estúpida sonrisa de mi cara.
Reaccioné entonces.
— Claro, yo soy Soyoung.
— Te vemos mañana. — Karina se despidió de mí mientras Kazuha se acercaba a mi oído.
— Luego nos cuentas como te fue. — sonreí y asentí discretamente mientras la veía irse corriendo para alcanzar a la pelimorada.
— ¿Me decías, Yuta?
— Escuché que tu relación con Jaemin se terminó. — su rostro se afligió por alguna razón que desconozco. En cambio yo, el sólo mencionar el nombre de mi ex novio me hizo ponerme de la misma manera. Pero dejé de pensar en él y me enfoqué en Yuta.
— Ah, sí... eso.
— Lo lamento. — me mostró una sonrisa compadecedora. Yo me limité a fruncir mi ceño.
— ¿Por qué? No es como que lo haya terminado por alguien. — o tal vez sí. Me dijo la voz de mi cabeza. Sacudí esta mentalmente.
— Era tu novio.
— Sí, pero no debes preocuparte por eso. — sonreí un poco haciendo el mismo efecto en él.
— Tienes razón. Aunque te voy a ser sincero, me alegra que ya no estén juntos. — volví a fruncir mi ceño. Esta vez por confusión. ¿Cómo podía decir eso?
— ¿Ah, sí? ¿Por qué?
— Porque desde hace un tiempo quería invitarte a salir. — soltó directo y sin rodeos. Mis ojos se abrieron y mi boca se formó en una sonrisa sorprendida.
— ¿De-de verdad?
— Sí. Digo, si no tienes problema con eso. — se encogió de hombros acariciando su nuca. Y yo negué rápidamente con una sonrisa.
— No, claro que no, Yuta.
— ¿Entonces te gustaría salir conmigo hoy?
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