Yo no me voy a subir a eso. — Dijo Alicia observando la bicicleta frente a ella, sus catorce habían llegado hace poco, fue igual de bueno que todos los años, esta vez la pasó mejor ya que Enrique, su abuelo, le regaló un set de ropa y zapatos nuevos para ballet, fue el regalo perfecto. —

Si no te subes tu, me va a sacrificar a mi. — Le dijo Sergio tratando de convencerla. Pero fue inútil. —

Por mentiroso no te voy a dar chuches, gafitas, sabes andar desde hace dos años. — El pequeño de lentes se quejó por lo bajo, finalmente Andrés le dijo que vaya dentro de la casa para tratar de convencerla de hacerlo. — Andrés de Fonollosa, ya te dije que no me voy a subir a eso.

¿Te da miedo? Es solo una bicicleta, no tengas miedo de caerte, yo te voy a atrapar. Por favor, ¿Tienes el mejor promedio hasta en matemática y no te vas a subir a una bicicleta? Una estúpida bicicleta. — Andrés se burló, era la bicicleta de el, temía por la vida del transporte pero él tenía que enseñarle. — No te cuesta nada.

— Alicia lo miró mal, cuando Andrés le hizo la estúpida sonrisita ella se quejó por lo bajo pero terminó montada sobre eso. — ¿Y si viene un coche?...peor,¿Y si vienen mis padres?

Primero que nada, esta calle casi que no es transitada y tampoco vienen autos rápido. — Le quitó el seguro a la bicicleta con Alicia algo desprevenida, cuando la bicicleta azul se tambaleó el la sostuvo con una mano, frenándola y dejando que ella se acomode. — Segundo, tus padres siempre se quedan hasta las siete allí con la producción del tabaco, o incluso más tarde, apenas son las tres. No van a venir. — Le aseguró y le extendió una liga para que se haga una coleta. — No vas a querer el pelo en la cara.

...Cómo me conoces. — La pelirroja tomó el elástico, se recogió el cabello y al principio Andrés la iba llevando, algo lento, ya iban más de siete intentos así. — ¡Qué no me sueltes! — Le pidió algo nerviosa, tenía miedo de caerse y lastimarse la verdad. —

¿Cómo pretende la princesa aprender a andar si no la suelto? Para que aprendas a caminar también te tuvieron que soltar. Tú no dejes de pedalear y mira al frente. — Le dijo mientras sostenía la parte de atrás y la escuchaba quejarse. —

A ver, es que te juro que te mato, yo voy a ballet y necesito que mis piernas estén bien, estables, que yo esté presentable, el único dolor que tengo que sentir es el de mis músculos cada vez haciéndose más flexibles, no el dolor de que me caí a la calle en una bicicleta. — Comentaba queriéndolo hacer entrar en razón, él aprovechaba que ella se estaba quejando para ir soltándola despacio, sin que ella se diera cuenta. — Apropósito, tengo los pies en la mierda, creo que no despedace bien los zapatos nuevos, pero son bonitos, tienes que verlos de nuevo, no los terminaste de apreciar.

¿Ah no? — Preguntó mientras el la seguía por atrás, viendo con una sonrisa como ella finalmente iba sola, pero apenas vio que un perro se le cruzó y que ella se tambaleó para evitar que se caiga al piso la abrazó, cayendo él también por el peso de la bicicleta, pero la envolvió bien en sus brazos recibiendo él el golpe. —

¿Están bien? — Preguntó una de las vecinas al ver que ambos cayeron, Andrés antes de contestar se lo preguntó a su mejor amiga. —

¿Estás bien? — Le cuestionó, primero se sentó el, haciendo que ella siga el movimiento. —

Si, si yo estoy bien. — Alicia miró al perro que ni si quiera era grande, pero se había cruzado muy rápido y no lo iba a atropellar. —

Estamos bien entonces. — Finalmente le contestó Andrés a su vecina la cual lo ayudó a pararse y luego el a ella. — Creo que mucha bici por hoy.

Si, claramente si. — Y Andrés se reía porque ella no se daba cuenta de que ya estaba aprendiendo mejor, pero seguirían al día siguiente. — Venga, vamos a dejarla en tu casa...tengo que ayudar a Sergio con historia ahora que lo recuerdo.

Vamos entonces, dé paso nos damos una ducha, mi ropa sufrió las consecuencias de caer al suelo. — Ella se rió y asintió, llevaron la bicicleta hasta la casa mientras hablaban, primero el se metió a bañar mientras ella le explicaba las cosas a Sergio, aunque subrayó en su libro las cosas importantes y hizo notas marginales. —

Eres la mejor Ali. — Gracias a ella logró entender mejor el tema; días después recibiría una buena nota a causa de ello. — ¿Pudiste andar con la bici?

No, lo intentamos pero no...mañana o estos días volveremos a tratar, bueno, cuando esté libre ya que tengo..- — Iba a contarle todas las cosas pero Sergio la imitó. —

"Tengo que ir a ballet, ensayar para la exposición, leer el tema nuevo de geografía, seguir practicando mi francés." ¿Verdad?

¿Es tan predecible?

No, pero para alguien que te conoce hace años si. — Hablaron un poco más pero Alicia se embobó cuando vio a Andrés con las pequeñas gotas de agua deslizarse de su cuello a su ropa. —

Ya te puedes ir a bañar, ni hace falta que te diga donde queda el baño creo. — Ella negó suavemente, vio que su camiseta estaba sucia entonces le robó una camisa a Andrés, dejó la ropa lista sobre la cama, luego se metió a bañar y al salir envuelta en la toalla estaba Andrés hablando con su madre. — Hola. — Saludó con normalidad y a la mayor casi le da un paro a los segundos. —

— Volteó a verla para saludarla. — Hola Alicia. — Miró nuevamente a Andrés, le iba a decir otra cosa pero volteo a ver nuevamente a la pelirroja. — ¿ALICIA? — Los miró a ambos, intercalaba la vista entre los adolescentes. — Díganme que al menos se cuidaron.

¿Qué? — Dijeron a la vez pero ambos se dieron cuenta en seguida. — ¡EW, NO!

¿NO SE CUIDARON?

NO PASÓ NADA. — Contestó Alicia con rapidez. — Somos mejores amigos, nada más.

Eso, no voy a follar con Alicia, además es pequeña todavía. — Reprochó Andrés. —

Agh, solamente me pasas por un año.

No dije que solamente en edad. — La pelirroja se ofendió, pero tomó la ropa y se metió al baño a vestirse lo más rápido posible. — Mamá te juro que no hicimos nada, solamente le enseñe a montar l- — Su madre no lo dejó terminar que ya le dio un empujón al escuchar esas palabras. — LA BICI, MAMÁ, LE ENSEÑE A MONTAR LA BICICLETA.

— Paula vio muy a detalle el cuello de su hijo, en si la habitación y a ella no le vio nada, pero se estaba esforzando por creerle. — A mi me encantaría un nieto o una nieta, no me quejo, menos si es tuyo y de esa pelirroja, me darán un nieto precioso, pero no la embaraces ahora joder.

¡Mamá, ya! — Le dijo Andrés completamente avergonzado, tenía tanta vergüenza que su rostro estaba completamente rojo. — No follamos, es mi mejor amiga, no mi novia. — Aunque los hijos si les saldrían preciosos. — Te juro que no pasó nada.

— La mayor le revisó los bolsillos y el tacho de basura, buscando algún condón o algo, aunque la cama seguía hecha y realmente no parecía que hayan hecho nada. —

— Cuando Alicia salió se encontró con un Andrés completamente rojo y ella se acercó riendo. — Joder, pareces un tomate...Voy a jugar con Sergio al ajedrez, ¿Vienes?

Va. — Ambos bajaron, el muy en silencio, tal vez porque tuvo el momento más incómodo con su madre hasta el momento. Mientras Alicia y Sergio jugaban la pelirroja extendió las piernas sobre las de Andrés. — ¿Pretendes un masaje? — Le preguntó un poco más tranquilo. —

Si eres tan amable... — Dijo riendo mientras hablaba con Sergio, pensando en que Andrés no lo haría, realmente no esperaba que lo haga, pero a los pocos segundos sus zapatillas fueron retiradas y realmente sintió cómo le masajeaba los pies. —

— Alicia hablaba de idioteces con Sergio durante la partida, hasta que sus pies realmente se empezaron a sentir mejor y Andrés cada tanto aprovechaba para hacerle pequeñas cosquillas que la hacían sonreír pero a la vez le ponían las mejillas rojas. —

— En un momento la hizo reír tanto que cuando se miraron se dio cuenta de que el era capaz de hacer todo lo que ella diga, incluso masajearle los pies, se observaron en silencio unos segundos pero fue algo que ellos mismos cortaron, simplemente se apartaron la mirada, negándose ese cariño que estaba arriba de la amistad y Sergio continuó la partida con Alicia.
Hasta el pequeño de gafas se daba cuenta de lo que sucedía.
Aunque se respiraba la tensión entre ellos en el ambiente, afortunadamente su madre llegó con una merienda para todos y se rompió un poco esa tensión. Al menos se rompió ese día, esos minutos. —

¿Esa es mi camisa? — Le preguntó Andrés al salir del baño luego de lavarse las manos a la pelirroja quién ya se estaba acomodando para irse, no debía de faltar mucho para que la vayan a buscar. —

Ah, si, ¿Te molesta? ¿O me queda mal? — Le preguntó y buscó algún espejo por la habitación que conocía bastante bien. —

¿A mi molestarme que uses mis camisetas? ¿Estás loca? Te queda muy bien, enorme pero bien. — Le dijo riendo, se acercó y acomodó mejor los puños de la prenda mientras la observaba. — Si quieres quédatela, tengo como ocho más y durante el año consigo más, puedes quedarte esa.

Entonces tú quédate con mi camiseta, aunque no se que tanto la vayas a usar pero la intención cuenta. — Ambos se rieron cuando se separaron, Alicia podía adaptarse fácilmente a la de Andrés, pero en cambio la de ella era una remera más corta, a su medida y Andrés era mucho más grande que ella. —

— Se escuchó la bocina en el exterior, la habían ido a buscar entonces le dio un beso en la mejilla y antes de salir el le habló. — No faltes al cole, que no tengo a quien contarle el chusmerío de los profesores si no.

Joder, te quedó el trauma de cuando falte porque me había ido a una reunión familiar de la cual ni me dejaron participar...y gracias por el masaje. — Confesó antes de salir con su grito de fondo "¡Cuando quieras!" , vale, entendía un poquito más ahora de porque decían que era un coqueto con ella a veces. —

— ¿Pero realmente era a veces?¿Realmente era sin intención?¿Cuanto tiempo más se iban a negar esos sentimientos? Mejor dicho, ¿Cuanto tiempo más dejarían que crezcan y no harían nada? —

Capítulo sorpresa porque estoy de muy buen humor y no quería esperar más para subir a los tortolitos.
También habrá actualización el viernes. 💜