
21.
— En siete años la vida de ambos era una puta maravilla, bueno, se seguían pensando, seguían tratando de superarse mutuamente con otra gente, Alicia llegó a pensar que lo había conseguido al conocer un poco más a Germán.
Se dio cuenta rápidamente que no al ver que veía a Andrés en él, fue entonces cuando paso de dejar que le de un beso en la mejilla cuando llegaba a trabajar a que ni si quiera la toque.
El hombre no entendía qué había hecho mal. Tuvo que exigirle una explicación y fue entonces cuando Alicia soltó las palabras más crueles desde que lo conoció. —
FLASHBACK.
Alicia, ¿Puedes parar ya con el puto juego? — Preguntó el hombre metiendo a ambos en su oficina, la pelirroja suspiró y se dignó a verlo con seriedad como siempre. —
Germán, yo no estoy jugando a nada, desde que me conociste te dejé en claro lo que quería y lo que no. Te dije que no estaba lista para una relación demasiado seria, te lo avisé.
Ah, pero bien que te encantaba que me arrodille entre tus piernas. — Dijo buscando ofenderla, pero no lo logró. —
Si, y yo te lo aclaré, te dije que solamente sería sexual. Tienes un tamaño aceptable de polla, sabes usar la boca, pero yo a ti no te amo tanto, lo sabias. Joder que no me hiciste ni llegar a más de dos clímax en cuanto, ¿Cinco meses? — Criticó hiriéndole el ego, él volvió a hablar y ella puso los ojos en blanco del aburrimiento. —
— El se siguió quejando pero se dio cuenta que ella únicamente se miraba las uñas. Bueno. En realidad se estaba observando el brazalete que le regaló Andrés. — ¿Me estás escuchando?
— Ella ni lo miró hasta que el chasqueo los dedos frente a ella. — ¿Ya terminaste?
Que te den.
Pfff, ojalá, el sexo contigo ya se estaba volviendo aburrido. — Casi recibe una cachetada pero puso su brazo evitando el golpe, seguido a eso le pateo la entre pierna. — Vete a la mierda Germán, no es mi problema si te enamoraste de mi, ¿Casi no conoces a mi hija y te das el tupe de reclamarme algo que no existe? Germán yo nunca...lo siento pero es un "no", gracias por las folladas en la oficina, baño, pero esto se acabó y no va a volver a pasar. — Lo rebajo con la mirada y se fue, ella estaba vacía, trató en algún momento querer a Germán, pero realmente no funcionaba. Se sentía como si le hubieran hecho brujería o algo. Todo culpa del desgraciado de Andrés.
Era un hombre bueno, se lo cuestionaba porque ahora casi la golpea, pero era bueno. Era igual a Andrés, alto, castaño, ojos oscuros, el mismo humor, fue exactamente por eso que duró esos tres años y meses, incluso llegó a pensar en Andrés durante el sexo. Sobre lo único que podía disculparse era haberlo hecho perder tiempo, pero Germán no es y nunca sería como Andrés; y esa es la exacta razón por la que no estaría con el, porque ella solo lo quería a el. Andrés de mierda, le hace una hija y resulta ser ladrón el cabrón. "Te amo, eres el amor de mi vida" y estaba casado. Pero peor era ella que lo seguía amando. —
— Al día siguiente, el hombre había abandonado su puesto en el mismo lugar de trabajo que Alicia. La pelirroja tenía razón, Germán sabía que Alicia tenía una hija pero no sabía sus gustos, ni la pequeña sabía su nombre, ni datos tan personales. No sabía sobre Andrés, Sergio, Paula, su familia, no conoce la razón por la cuál Paris es tan importante para ella. Un día le regaló un ramo de rosas; el hombre ni si quiera sabía cuales eran sus flores favoritas. —
FIN DEL FLASHBACK
— La follaba bien y punto. —
— Alicia en esos siete años llenó el departamento con fotos de su hija o con su hija. Aunque en su mesa de luz no solamente habían fotos de ambas, también estaba la que se tomó en Paris con Andrés.
Lo extrañaba, lo lloraba, lo amaba.
Aitana ya tenía memorizada ciertas fechas en las que su madre se ponía triste, el 21 de Junio, esa fecha era el cumpleaños de Andrés. —
— Sin embargo, la mayor era maravillosa, la pequeña siempre tuvo a su madre diciéndole que la amaba, su madre que nunca se perdió ni una obra de la escuela, que tenía todos los dibujos suyos colgados en la nevera, que la peinaba e incluso dejaba que la pequeña la abrace para dormir si tenía una pesadilla o si era noche de tormenta. —
— Pero la niña de pecas no entendía la razón por la cual esa última semana su madre estaba muy distraída, incluso se tomó esa semana del trabajo, veía como se encerraba en el baño a hablar con su mejor amiga, la tita Raquel, ver las noticias todo el día mientras ella jugaba, por lo que entendía era el robo a una fábrica o algo así en la que su madrina estaba a cargo. —
— El ultimo día del atraco la menor se había ido de pijamada a lo de una amiga, nunca se iba, pero su madre insistió en que vaya, no tenía un buen presentimiento. — Adiós pequitas, pórtate bien, ¿Vale? Que mamá tiene qué ocuparse de algunas cosas del trabajo.
Mami. — La llamo antes de irse con su amiga, corrió y la abrazó con fuerza. — Te amo mucho, de aquí a la luna a pasitos de tortuga.
— Alicia se estaba por romper ahí, algo no iba bien y lo sabía, pero trataba de mantener la sonrisa por su hija. Le besó suavemente la frente al separarse y le acomodó el pelo. — Yo también te amo Aitana, más que a mi misma, ahora necesito que vayas a casa de Lidia, ¿Puedes hacer eso por mi? Venga, la pasaran muy bien.
— La menor asintió y se retiró del lugar algo dudosa.
Con el tiempo seguía sintiendo que algo no estaba bien, pero se enfocó en jugar los ponys con su amiga. —
— En esos siete años la vida de Andrés fue terrible, llegó a caer en la cárcel seis meses por destruir un bar; eso fue luego de enterarse que uno de los chicos del lugar estuvo con Alicia, habló mal de ella, claramente no contó que ella seguía enamorada de otra persona. Simplemente contó que ella era una obsesiva con el trabajo, que solo quería sexo, que no sabía amar, que era una puta, lo que diría todo hombre con ego dañado.
Entonces destruyó el lugar. —
— Hizo muchos robos, una cuenta bancaria envidiable, una felicidad inexistente, lo único que lo mantenía en pie era saber que luego de ese gran robo podría recuperar a su amada. Nada más. —
— Cuando el tan ansiado atraco llegó, el no solamente se convirtió en uno de los más odiados por sus compañeros, más que nada por Nairobi, si no que también se reencontró con Raquel, la mujer quería comprobar que los rehenes estén bien. Cuando llegaron a quedarse solos ella fue quien lo molestó un poco. — Sigues estando igual que hace siete años.
Bien, me mantengo joven. De ti no puedo decir lo mismo. — Y ahí se empezaron a caer un poco mal. —
La única razón por la que en este momento no te doy un puñetazo tiene nombre y apellido. — Se acercó un poco a él y confirmó su pensamiento. — Alicia Sierra.
— Tragó con pesadez y esperó unos segundos para volver a hablar. — ¿Cómo está?
Bien. — Se alzó de hombros y siguieron como si nada, aunque Andrés quedó estancado, en su cabeza se acordaba de la risa de Alicia, el calor de sus cuerpos al abrazarse, pero recordar el brillo en su mirada al mirarlo lo estaba matando. —
— El ultimo día del robo, en el que todos estaban saliendo, alguien debía de quedarse. La verdad es que el pensaba en dejar ahí a Moscú, pero el hombre ya había muerto, entonces se encontraba disparando él solo con un rehen, en el comunicador Sergio le gritaba que salga. —
— Fue inútil, Andrés no salió.
Bueno. No salió hasta que le dijo al rehen que si no salía a disparar como loco, le iba a matar a toda la familia. Les tiraron una granada. Se escondieron en la caja fuerte, a los segundos el joven rehen salió a ejecutar la orden.
Los policías lo abatieron a morir, fue entonces cuando Andrés salió, revelando que habían matado a un chaval y no a el verdadero atracador. Fue arriesgado, claro, pero luego de eso, lo dieron por muerto, a cambio de algunos millones había sido dado por muerto y eso era tanto una salvación como también era un problema. —
— Alicia miraba con atención la televisión, hasta que casi se descompone ahí mismo al escuchar las palabras "Andrés de Fonollosa ha sido abatido."
El amor de su vida había muerto. Y la esperanza de que él vuelva había sido arrebatada.
Sus manos empezaron a temblar, ella también, la respiración le empezaba a faltar, el audio del televisor se empezó a distorsionar, se levantó como pudo del sillón y empezó a llorar.
La vista se le empezaba a poner en negro, se le había bajado la presión, pero ahora solamente quería dormir.
Tal vez dormir le iba a aliviar el dolor que estaba sintiendo su corazón.
Fue a la caja de medicinas y, mierda, ella no tomaba nada para dormir, realmente nada, fue entonces que mezcló las pastillas, clonazepam junto a algunas para el dolor de cabeza.
No estaba pensando bien lo que estaba haciendo. Pero simplemente se las metió, una tras otra, primero con un vaso de agua, el cual agarró sin buen pulso, quería dormir más rápido y no tuvo mejor idea que dar el tragar la ultima pastilla con un buen trago de tequila.
Casi que al instante cayó al suelo, la botella rompió a su lado y ella pudo dormir, dejando de escuchar todo por un segundo.
No había pensado bien lo qué había hecho, claro que no, ¿Pero realmente se arrepentía? —
— Raquel fue la que la encontró, la rubia fue a verla ni bien se enteró de la noticia. Tuvo que forzar la entrada, encontrándola en el piso de la cocina luego de gritar repetidas veces su nombre y que la pelirroja no conteste.
Todo pasó demasiado rápido, demasiado, pero Alicia terminó en el hospital, mientras que Raquel estaba en la sala de espera, llorando con una culpa inexplicable.
Ese día pudo entender que Alicia si se moriría por Andrés. No le cabía duda. Y tampoco le cabía duda de que debía de ir a terapia. —
— Una mujer adulta llegó a la sala de espera, a su lado, castaña, no muy alta, estaba igual de nerviosa que ella. Escuchó atentamente cuando la mujer le habló al enfermero. —
Disculpe, me llamaron diciendo que Alicia Sierra estaba hospitalizada. ¿Ella está bien?
La están poniendo estable, no se preocupe, va a estar bien. Ahora aguarde un momento.
— La mujer asintió, se sentó a su lado y ninguna de las dos emitía palabra. Era sepulcral. —
¿Familiares de Alicia Sierra? — Preguntó una enfermera saliendo de la habitación, ambas se levantaron, no sabían bien quien debería entrar primero, pero fue Raquel, y mierda que fue una mala idea. —
Alicia, joder, ¿Estás bien? — Preguntó Raquel al ingresar, limpiándose las lagrimas pero la pelirroja la miraba mal, no como esas veces que se miraban mal en chiste, realmente la estaba mirando mal, con frialdad e incluso con asco. —
Claro Raquel, claro que estoy bien. — Tomó el florero que estaba a su lado para tocar las flores y arrancar los petalos mientras la miraba y hablaba. — Claro que estoy bien luego de que me haya enterado de que el amor de mi vida está muerto.
Alicia...
CLARO QUE ESTOY BIEN LUEGO DE QUE EL AMOR DE MI VIDA, EL PADRE DE MI HIJA, MURIÓ EN UN CASO A CARGO DE MI MEJOR AMIGA LA CUAL ME JURÓ Y RE JURÓ QUE NO LO IBAN A MATAR. — Le revoleó el florero dejando salir todas las lágrimas. — HIJA DE PUTA.
¡JODER ALICIA! — Menos mal que la rubia la esquivó, el adorno explotó a su lado. —
¡TE VAS!— Vio la botella de agua que le dejaron a su lado y también se la tiró. — ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER EN MI PUTA VIDA!¡TE VAS RAQUEL! — En ese momento Raquel volvió a llorar, y Alicia no le dejaba de gritar acompañada de lagrimas. — ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER CERCA DE MI, NI DE MI HIJA!¡VETE ANTES DE QUE TE MATE! — Los enfermeros tuvieron que entrar al escuchar a la pelirroja así, sacaron a Raquel y calmaron un poco a Alicia. O eso trataron ya que ella de casualidad dejaba que ellos la toquen. —
— Luego de unos minutos la pudieron tranquilizar un poco, mentira, casi nada, pero al menos ahora estaba a un ritmo estable. Paula los vio salir y no esperó la autorización para entrar, simplemente ingresó, se quedó estática en la puerta mientras Alicia estaba igual pero en su cama. — Hola chiqui. — A pesar de que Alicia ya tenga treinta y cinco, siempre sería la pequeña de Paula. —
¿Olvide de cambiar mi número de emergencia verdad? — Ella asintió, ambas se quedaron calladas, hasta que la mayor volvió a hablar. —
Perdimos a Andrés. — Se acercó a su lado en la cama, le acarició suavemente el pelo, el cual estaba mucho más largo que la ultima vez.
La mayor sabía que su hijo estaba vivo, fue lo último que le dijo antes de decirle que desaparecería unos años más, por seguridad y que luego podría volver por Alicia. —
Perdimos a Andrés. — Repitió Alicia, se puso a llorar, al principio sobre la cama y luego sobre el hombro de Paula, llegó incluso a soltar un grito desgarrador del dolor en una almohada, necesitaba liberarlo.
Lloró muchísimo esas horas, no estuvo así ni por la muerte de su familia y lloraba por la de Andrés. — ¿Por qué haces esto?
¿A qué te refieres? — Preguntó y le alcanzó la gelatina, secando nuevamente sus lagrimas, la pelirroja no comió nada, no le pasaba, pero intentó con la gelatina. —
Perdiste a tu hijo. No soy ni tu familiar, soy la ex de Andrés y me cuidas como una más. — Trataba de tragar la sustancia pero terminó escupiéndola adentro de la servilleta, realmente el apetito estaba en cero. —
Nena, yo te sostuve en brazos cuando eras una bebé, venías casi todos los días a jugar a casa, tú manejabas a mi hijo, no yo. — Ambas rieron un poco. — Joder que lograbas hacer que juegue con los ponys e incluso les haga voces.
Nunca faltaste a un partido, siempre que se enfermaban venias a ver que estuvieran mejor. Hacíamos compras de chicas, cocinábamos, criticábamos, nos quedamos despiertas esperando a el estreno de esa bendita película.
Los Cazafantasmas — Dijeron el nombre de la película a la vez. —
Te di lugar en mi casa, viviste dos años con nosotros, ayudabas en todo, hacías que la casa se sienta más cálida. — Le acarició suavemente el pelo, poniéndoselo detrás de la oreja, notó que ella seguía teniendo los pendientes de Andrés y el collar que le dieron cuando se graduó de la secundaria. —
Eras como la hermana mayor de Sergio, fuiste el verdadero amor de Andrés, siempre tan atenta, amorosa, creo que nunca los escuche tener una pelea fuerte, se respetaban tanto que ni si quiera se alzaban la voz, hacían un intercambio de opiniones y llegaban a un acuerdo sin gritos ni insultos de por medio. — A ambas se les aguaron los ojos de nuevo. — Para que mentir, fuiste como la hija que nunca tuve.
— Volvieron a llorar, Paula durmió en el hospital esa noche, quería decirle a Andrés que Alicia casi muere por su perdida, que vuelva, que lo extraña, que aún lo ama. Pero esa noche decidió ser igual de fiel tanto para sus hijos biológicos como para ella, tampoco se podía comunicar, no iba a serle infiel a su palabra, entonces se calló.
Alicia antes de dormir recibió un llamado de la madre de Lidia, al menos Raquel recordó meter en la cartera cosas esenciales como el celular, atendió al instante y se escuchó la pequeña voz de su hija al otro lado. — ¿Qué pasó pequitas?
No me dijiste buenas noches. Seguro ya no me amas.
— Con esas oraciones recordó a su amor, cuando le hacía esas escenas, el corazón se le achicó y respondió luego de unos segundos con la voz algo quebrada. — Aitana Sierra, claro que te amo, pero mamá quedó muy cansada por ver archivos del trabajo. Descansa, ¿Vale? Te amo mucho.
¿Mami estás bien?
Claro, ¿Por qué? Aiti yo siempre estoy bien, venga a dormir. — Insistió la mayor. —
Es que ese es el problema. — Alicia miró extrañada aunque su hija no la viera. — Siempre estás bien.
Solamente extraño a tu padre, ¿Si? Eso es todo. — La lagrima ya cayó pero la pudo limpiar, cada vez se le cerraba más la garganta. —
Nunca te escuché hablar de el, ¿Me puedes contar algo? — Preguntó con curiosidad. —
Si te vas a dormir te cuento. — Apenas la pequeña escuchó eso se despidió rápidamente y colgó, devolviendo el celular a la dueña. Mientras que Alicia rezaba para que Aitana se olvide del tema.
Francamente no estaba lista para hablarlo. Menos ahora. Menos con la abuela de la pequeña en otra habitación. —
— Alicia esa noche se juró vengarse de la policía, si, de su propio bando, no sabía en qué golpe lo haría, pero los iba a destruir. Sin embargo, también se juró destruir a la banda, por dejarlo morir ahí. —
— No pudo dormir, lloró toda la noche y varias veces los médicos tuvieron que darle calmantes, probablemente la mañana siguiente hagan como que ella no estuvo ahí, era algo que un fajo de billetes podía resolver; eso había aprendido de su familia. Solamente que a ellos no les funcionó en la cárcel ni en el juicio. —
Pido perdón por la separación de estas dos😔🫶🏻
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