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🗝 ֶָ֢.03

Sus cosas, toda sus cosas estaban siendo llevadas a un camión blindado color negro. Dónde varios hombres subían cada cosa del apartamento de Jimin.

Había cumplido su palabra de llevar sus cosas. No bromeó con lo que le dijo y ahora no tenía más opción que vivir con ese tipo al que odia demasiado. Parecía un karma que estaba pagando, es que, ni siquiera sabía porque le hace la vida esto a él.

—¿De verdad se están llevando tus cosas? —le pregunta Seokjin.

—Si. Todo sé lo están llevando y ni siquiera puedo hacer nada. —se queja Jimin con un puchero. La risa de Seokjin se escuchaba fuerte y clara— ¿De que te ríes? No le veo nada de gracioso a esto.

—De nada, es lo que. ¿No te parece maravilloso todo lo que está pasando?

—¿Que demonios tiene de maravilloso que el idiota que me hizo la vida cuadritos me embarazara y me lleve a su casa? ¡¿Qué tiene de maravilloso?!

—Pues... Ya no pagarás renta.

Jimin bufa molesto.

—No es divertido, Seokjin. Jungkook no me agrada y el hecho de que le daré un hijo me tiene entre la espada y la pared. Una parte tiene razón, yo vivo solo y si algo me pasa sería horrible para él y por otra parte no quiero verlo. Ni siquiera me importa tenerlo cerca. —suelta sin suspiro sentándose en una silla que era lo único que quedaba— Todo este lío me lo busqué yo por tomar de más y querer hacerle la broma a Jungkook como venganza.

—Y vaya venganza que hasta bebé salió. Escucha, no deberías tomarte todo a pecho, Jungkook ya no es el mismo adolescente que conociste, ya es todo un hombre y está dispuesto a hacerse cargo de su hijo y de ti. Porque a mí no me engaña, no aceptó ser el padrino de mi Namjoon solo porque sí.

—¿Qué sabes? Desembucha.

—Bueno, no se si sea verdad, pero escuche a mi Joonie decirle que esperaba que todo haya salido bien contigo, que arregle todo y que espera verlo feliz. No se que quiso decir en realidad y cuando le pregunté me dijo que era cosas de hombres alfa o algo así.

—¿Entonces él vino a pedirme perdón? —cuestiono dudoso Jimin.

—Tal vez si. Deberías al menos darle la oportunidad. Fue un bastardo contigo y no niego que quiero patearle las pelotas por hacerte un bebé, pero esto fue descuido de los dos, no solo de él. Tu empezaste y él lo terminó. Ahora que serán padres deberías al menos hacer el esfuerzo por tu hijo, porque cuando nazca querrá amor de los dos, y pelear enfrente de su hijo será muy malo psicológicamente para mini Jungkook.

A Jimin le aterro aquello, él no quería discutir frente a su hijo con el perro de Jungkook. Tuvo una mala infancia y no le desea lo mismo a su pequeño.

—Bien, no haré nada de eso. Menos delante de mi hijo. Cuando él nazca me llevaré bien con su padre y le daremos la mejor infancia que pueda tener.

—¡Muy bien! Hacer eso es un buen primer paso. Estoy seguro que Jungkook te lo va agradecer.

—Al Menos espero que no me saque de mis casillas. Seguro que lo hará, debe tener siento de mujeres a su lado porque aunque me quiera dar la imagen de ser un papá perfecto, yo creo que saldrá con lagartonas y no quiero que mi hijo vea eso de su padre.

—Mmm… pues háblalo con él. Dile que en la casa puede ser el mejor padre del mundo, pero fuera puede hacer lo que se le dé la gana. Total, tú no sientes nada por él.

Jimin asistió aunque no se convenció del todo.

—Le comentaré eso. Pondré algunas cosas en su lugar antes de que todo sea demasiado tarde.

—Dejale tus reglas como lo que serán de ahora en adelante, dos primerizos papás que se necesitaran. Un bebé no es nada fácil, deberías saberlo bien.

—Lo sé. Es que… pensar en que estoy embarazado y que mi peor enemigo me lo hizo me tiene que estar pasando un gran karma.

—Pues amigo, haci como él te hizo daño tu no te quedaste atrás.

—¿De qué lado estás? —le reprocha Jimin.

—Del tuyo, pero admite tus errores. —dice Seokjin.

—Te odio.

—Me alegro. Oye, me tengo que ir. Namjoon está esperándome para ir en lanchas.

—A veces me das envidia.

—¿Por qué? —cuestiono Seokjin.

—Porque tu tienes un buen esposo y amigo, tienen una relación hermosa y me da envidia por qué se que jamás tendré algo así.

—Claro que si. Vas a encontrar a alguien que te ame demasiado Jimin, que cuando menos te lo esperes, dará lo mejor de sí para verte feliz con tu pequeño.

—Si, claro. Con un hijo las cosas cambian. Jamás hay hombres dispuestos a hacerse cargo de hijos ajenos.

—Tal vez esté por ahí, nunca se sabe. Bueno te dejo, hablamos después.

—Diviértete. Iré a mi junta y de ahí me iré a la nueva casa. Nos vemos, te quiero.

—Te quiero más, bye.

Cuelga.

Jimin toma su mochila con su café en mano. Tenía una junta hoy con su equipo de trabajo. Ser un diseñador de trajes de boda tenía sus complicaciones, su trabajo le cansaba y le agotaba realmente. Ser diseñador de trajes de boda era un caos, en especial para las mujeres que eran más exigentes.

Antes de salir su móvil comenzó a soñar con la llamada de Jungkook. Subió a su auto y puso el altavoz, arrancado a su trabajo.

—¿Pasa algo Jeon? —preguntó Jimin de manera desinteresada.

—No pasó nada. Quería saber si quieres venir en la tarde, hay una cosa que quiero que entre los dos elijamos.

Da la vuelta y se detiene en el semáforo.

—¿Qué cosa es?

—Es una sorpresa, quiero que tú mismo lo veas.

—No puedo en la tarde, llegaré en la noche.

Arranca sin darse cuenta que lo seguían por detrás.

—¿Por qué?

—Tengo trabajo que hacer, tengo una junta y tengo que terminar un vestido de novia que me encargaron hace un mes.

—¿Sigues trabajando en ser diseñador?

—Aja… Así que tendrás que esperar por la noche.

—Está bien, entonces te espero en la noche. Haré que preparen una comida especial para tu bienvenida.

Jimin se rio.

—Comida especial ¿Para mí?

—Estás embarazado, es obvio que quiero que comas algo especial. ¿Cómo que se te antoja?

Jimin se lo pensó un momento, de verdad que Jungkook se está tomando su papel de cuidarlo muy en serio. Iba a decirle que se metiera su comida por el culo, pero recordó que no haría pelea innecesaria con él. Todo esto lo tolera por su hijo, no quiere traumarlo como sus padres a él.

—Pues quiero hamburguesas con mucho queso, una ensalada de frutas, un batido de fresa con un pan mexicano llamado conchita, sopa de letras y una Coca-Cola bien fría. Y de postre helado de fresa con galletas oreo.

—Vaya, que lista tan larga. Haré que preparen todo para cuando llegues.

—Bien, ¿Algo más?

Llegó a su destino, Jungkook se lo pensó antes de decirle:

—Cuidate mucho y a mi hijo, no quiero que nada malo les pase a los dos.

Joder, decir eso le conmovió.

—¿Qué podría pasarnos? Estaremos bien. Te dejo porque llegué a mi trabajo, hablamos después.—carraspea sus mejillas se pusieron rojas.

—De acuerdo. Nos vemos Jimin.

Le cuelga. Tocó su pecho ante las sensación que le hizo sentir sus palabras. En algo tenía razón Seokjin y es que el Jungkook que conoció en la preparatoria no se parece en nada al Jungkook adulto. Pero sigue odiando con todas sus fuerzas, jamás le va a perdonar lo que le hizo, eso jamás.

Salió y entró a su edificio donde fue bien recibido por sus empleados. Mientras que afuera alguien no dudó en dar órdenes para el ataque de esa anoche.

Jungkook miraba catálogos de adornos para la habitación del bebé. Aún no quería comprar cosas porque quería esperar a Jimin para hacerlo juntos. Tal vez se enoje con él si compra una cuna que no sea de su agrado, incluso la sorpresa que le tenía era maravillosa, planear estás cosas con el chico que siempre le gustó era un sueño a cumplir de Jungkook.

Aunque las cosas hubieran sido diferentes si “eso” no hubiera pasado.

Al menos tenía la oportunidad de poder enmendar el daño que le hizo.

La puerta fue toda dejando ver a su mejor amigo y mano derecha.

—Wao… jamás espere que un día entraría aquí y te vería ver catálogos para cosas de bebé. Estoy impresionado.

Jungkook medio sonríe.

—¿Qué haces aquí Yoon?

El pálido hombre se sentó en el sofá que tiene Jungkook en su oficina, cruzando sus piernas mirando a su jefe.

—Vine a dejar la mercancía que mandaremos a Estados Unidos y a Colombia. Sale todo hoy y no podemos fallar.

—Bien, todo está listo para esta noche.

—¿Entonces me dirás quien es el afortunado?

Jungkook sabía que no se iría hasta que le diga quién fue la persona que le dará su primer hijo y heredero. Todos se enteraron que la próxima generación del imperio Jeon será para su hijo o hija, será quien lleve a mando Golden Jeon 's. Aunque para ser sinceros, no quiere eso para su hijo.

—Se llama Park Jimin, creo que sabes quién es.

—Espera… ¿El chico que estabas enamorado en preparatoria? ¿Él qué te dio el dije de la rosa blanca?  —cuestiono.

—Si, ese mismo.

—Carajo, Jk. ¿Cómo le hiciste para que terminará dándote un hijo? Creí que te odiaba por lo que pasó hace años.

—Y lo sigue haciendo. Me odia y no puedo hacer que me perdone de la nada. Ambos coincidimos porque Namjoon se casó y me pidió ser su padrino, lo cual acepté porque dijo que Jimin estaría ahí. Lo vi como una oportunidad de decirle la verdad.

—¿Qué pasó después?

Jungkook medio sonrió mirando las cunas de bebé.

—Pues quería hablar con él para decirle lo que pasó ese día que inicio todo, pero empezamos a tomar. Estaba muy ebrio y empezamos a ya sabes…

—Después de ese “ya sabes” quedó encinta ¿no?

—Sí.

Yoongi si que no lo podía creer.

—¿Cómo tomo el embarazo? No debe ser fácil decírtelo y menos porque te odia aún.

—No fue fácil, pero él no quería abortarlo y me dijo todo. Ahora vamos a ser padres, vendrá a vivir conmigo e intentaré ganarme su perdón y de paso su corazón, porque aunque pasaron los años sigo enamorado de él.

Yoongi miró el gran cuadro que tenía Jeon en su oficina, lo mandó pintar, era Jimin entre rosas blancas. Claro, cuando tenía sus juntas le colocaba una cortina para que nadie lo viera, así nadie podría investigar de él y querer hacerle daño.

—Vaya. Espero que tengas suerte en ello. Jamás te vi tan decidido.

—Porque cuando era un niñato, no pude hacer mucho. Vivo en la mafia y mi padre me lo puso difícil desde que era pequeño y lo sabes. Cuando se enteró de Jimin me pidió dejarlo, lo hice a la mala, pero ahora que no está más en este mundo quiero que se enamore de mi.

—¿Y qué tal si no lo hace?

Jungkook se puso de pie mirando el cuadro de su amado.

—Si no lo logro, le dejaré en paz. Solo veré por mi hijo, aunque me duela el alma saber que jamás lo tendré entre mis brazos otra vez a mi pequeño ángel.

Yoongi sintió mucha empatía por su mejor amigo, debería ser demasiado cruel tener sentimientos por una persona que te odie.

—Te voy a desear lo mejor, aunque estoy seguro que vas a lograr conquistar su corazón si le cuentas la verdad.

—Lo haré. De eso no tengas dudas.

La puerta de su oficina fue abierta de golpe por uno de sus hombres.

—¡¿Qué rayos te pasa imbécil?! ¿Por qué entras así? —le exigió Jungkook a su seguridad antes de tomar su arma y querer matarlo.

Pero se detuvo cuando escuchó.

—¡Es el señor Park, estaba siendo perseguido por gente de Kang, su pareja corre peligro!

Jungkook no dudó en tomar su arma al igual que Yoongi. Ambos corrieron afuera para ir a dónde trabaja su lindo rubio. Esa maldita sabe de Jimin ¿Pero como? No lo sabía, pero Jimin y su hijo corren gran peligro pues sabe que Seulgi jamás se tienta el corazón cuando quiere algo.


Ufff Mimi corre peligro y su minikook también.

Nos vemos pronto nenas.






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