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↳ 𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄𝐒; 𝗃𝖺𝗆𝖾𝗌 𝗀𝗈𝗋𝖽𝗈𝗇

𝖩𝖺𝗆𝖾𝗌 𝖦𝗈𝗋𝖽𝗈𝗇

𝐃𝐀𝐃𝐃𝐘 𝐈𝐒𝐒𝐔𝐄𝐒 ▬ 𝒕𝒉𝒆 𝒏𝒆𝒊𝒈𝒉𝒃𝒐𝒓𝒉𝒐𝒐𝒅

❝ ᵍᵒ ᵃʰᵉᵃᵈ ᵃⁿᵈ ᶜʳʸ ˡⁱᵗᵗˡᵉ ᵍⁱʳˡ

ⁿᵒᵇᵒᵈʸ ᵈᵒᵉˢ ⁱᵗ ˡⁱᵏᵉ ʸᵒᵘ ᵈᵒ

ⁱ ᵏⁿᵒʷ ʰᵒʷ ᵐᵘᶜʰ ⁱᵗ ᵐᵃᵗᵗᵉʳˢ ᵗᵒ ʸᵒᵘ

ⁱ ᵏⁿᵒʷ ʸᵒᵘ ᵍᵒᵗ ᵈᵃᵈᵈʸ ⁱˢˢᵘᵉˢ ❞


𝐋lorar. La acción de soltar lágrimas bajo los efectos de alguna emoción.
Llorar, la más profunda señal humana que hay.

Dependiendo de qué tan poético o dramático seas, tu opinión sobre llorar puede variar. Algunos creen que ese brillo en los ojos que las lágrimas forman es hermoso, otros piensan que llorar es terapéutico y están aquellos incluso, que lo ven como algo artístico. Todo va de una cuestión de perspectiva, de opinión.

Sam no tenía ninguna opinión en particular sobre llorar, simplemente odiaba hacerlo. No sabía si era artístico o poético o terapéutico. Sabía que cada que lloraba se sentía terrible y ese era motivo suficiente para odiar la acción.

Y Sam sabía sobre llorar. Sabía, porque lo hacía más seguido de lo que hubiese querido. Odiaba el picor en sus ojos cuando los nudos en su garganta se apretaban lo suficiente como para incomodar, le molestaba el rubor en sus mejillas y la calentura de su cuerpo cuando las lágrimas se hacían paso, detestaba esa sensación de infinita tristeza que se alojaba en su pecho cada que su cuerpo decidía drenar los males, pero más que todo; odiaba el motivo de sus lágrimas...

Sus amigas le dijeron que no valía la pena llorar por eso, su mamá también
Todos a su alrededor le tacharon de exagerada por regalar lágrimas a algo tan tonto. Ella quiso hacerles caso, convencerse de que no tenía sentido llorar por eso, pero nunca pudo evitar llorar por quien se suponía era el hombre su vida.

La vez que se relatara no fue diferente a las demás. Fue otra más, otra vez más, otra decepción...

Ahí iba Sam de nuevo, con un reluciente título en sus manos y el peso de haber sido la mejor estudiante de su especialidad. Se sentía orgullosa, se sentía bien de sí misma. Años de estudio la habían vuelto una doctora y justamente ese día era el momento de celebrarlo, de hacerlo oficial.

Se le vio correr cómo una chiquilla emocionada, buscando a sus padres. Buscando a su padre.

Llegó, con su sonrisa de oreja a oreja y les mostró el trofeo que le costó tanto conseguir. Lo mostró con orgullo, con felicidad, con todas esas emociones que la vida fuera de su casa le habían proporcionando. La pobre olvidó con quien se suponía iba a tratar.

Fue inevitable el que terminase minutos después en un rincón, como siempre, llorando. No hubo nada de parte de él, nada. Ni una simple felicitación, ni un abrazo. Nada. Sam había experimentado la felicidad más grande de su vida y él la arruinó en cuestión de segundos. Se sentía patética. Sola, en un salón ya vacío, sentada en un rincón mientras lloraba porque su papá era un idiota. Era una médico oficialmente, era una adulta empezando su vida, ¿Por qué se sentía tan miserable? ¿Por qué le daba tanta atención a alguien que definitivamente no lo merecía? Oh, claro, sus problemas paternales.

Sam pensó que se quedaría ahí para siempre, huyendo de él y todos los sentimientos negativos que le provocaba, pero esos planes no pudieron ser llevados a cabo.

Por todo lo malo siempre hay algo bueno, y en este caso lo bueno tenía nombre y apellido.

—¿Hola?

Las grandes paredes del lugar donde Sam decidió refugiarse del mundo hicieron resonar una voz. Aquella voz. Sam conocía esa voz, la conocía demasiado bien.

—¿Sam?

Su nombre sonando en eco a través de todo el salón, dicho por esa voz.

Sin esperar a que Sam pudiese salir de su pequeña burbuja de soledad y tristeza, James Gordon apareció justo delante de ella.

James Gordon. El comisionado Gordon para Gotham, señor Gordon para ella.

—Sam... —Pronunció el hombre en un intento de saludo, sin saber por qué le salió tan bajo y suave.

Sam se irguió. La sorpresa mezclándose con sus demás emociones. Tambaleante, frágil. Sus ojos rojos por llorar y algo de maquillaje corrido.

—Señor Gordon... —Saludó ella de vuelta, con la voz temblorosa y un hipido causado gracias a la abrupta detención del llanto.

Gordon se vio preocupado. Sus gruesas cejas se arrugaron, así como sus ojos expresaron toda la confusión que sentía. Miraba entre curioso y alarmado a Sam, escaneándola con sus entrenados ojos.

—Vine a verte, pero no estabas afuera con los demás. —aclaró él, aún con la preocupación en la mirada.

Las manos de Sam jugaron nerviosas. Se sintió atrapada, expuesta. No sería la primera vez donde él la veía llorar, pero eso no borraba ni un poco la vergüenza que tenía.

—Yo... -Intentó hablar —Yo... Yo olvidé algo aquí. —Mintió, siendo terriblemente obvia.

Gordon dejó caer su cabeza hacia un lado, mirándole con lástima. Fue casi instantáneo el abrir sus brazos para ella.

Sam no dejó pasar aquella invitación.

Estuvieron varios minutos abrazados. Para Gordon fueron segundos y para Sam eternidades. Ella se sumergió en lo más profundo del pecho del hombre, inhalando su olor y permitiéndose llorar en el calor que él emanaba. Fue reconfortante, demasiado tal vez. Los brazos del contrario le sostuvieron con fuerza y le aseguraron de manera no verbal que estaría ahí, para nunca soltarla y protegerla.

Sam lloró, lloró mucho. Gordon inspiraba tanta confianza y protección, que cualquier vergüenza se esfumó en cuanto él la tomó en sus brazos. Habría sido imposible no derrumbarse, no colapsar sabiendo que ahí estaría él, listo para sostenerla y no dejar que se rompiera.

Durante largos momentos, en eso consistió su interacción. Así hasta que Gordon la llevó consigo para que se sentaran y pudiesen hablar.

Ahora ella estaba recargada en él, tomando aire e intentando obtener calma y así responder las preguntas que él hacía.

—Está bien, cariño —Gordon calmó, pasando la palma por la espalda de ella y sobando —. Respira, tómate tu tiempo.

Y así Sam lo hizo. Respiró e inhalo bajo las afirmaciones cariñosas del hombre a su lado, buscando lentamente el poder hablar con normalidad. Buscó con todo su ser tranquilizar los rápidos latidos de su corazón y césar de manera absoluta las lágrimas que salían de sus ojos.

Gordon observó el lento proceso de Sam. Nunca se quejó, ni se incomodó. Muy por el contrario, estuvo todo el tiempo con y para ella.

—¿Mejor, cariño? —Preguntó el hombre una vez vio a la menor más tranquila.

Sam, volviendo a ese proceso de limpiarse los ojos, asintió vagamente.

—Eso... —Un hipido la interrumpió. Tomó aire y siguió —Eso creo. —Respondió, mucho más bajo de lo que habría querido y aún teniendo esa pequeña dificultad para hablar.

Gordon, a un lado de la chica y siendo su soporte en más de un sentido, se movió un poco, quedando todavía a su lado, pero teniendo una mejor vista de ella. Sus grandes manos estaban en lugares diferentes. Tenía la palma izquierda sobando con cariño la espalda de Sam, mientras que su mano derecha hacía fricción con el brazo de la chica en señal de confort. Quería hacerle saber que estaba allí, que no se encontraba sola.

—Ahora, linda —Empezó él, sin detener las acciones físicas que buscaban calmarla —, ¿Puedes decirme qué sucedió? —Preguntó, suave y en tono apacible.

Sam hipó. Tenía aún las secuelas del llanto y esa terrible sensación en su garganta. Sus brillosos ojos buscaron los de Gordon, quizá necesitando aún más apoyo del que ya tenía.

Los iris azules y tristes se encontraron con esa mirada café que gracias a la vaga iluminación del lugar lucia más oscura que de costumbre. Siempre le gustaron los ojos de Gordon. Por más oscuros que fuesen, tenían esa serenidad y amabilidad que inspiraba confianza.

—Es una tontería... —Susurró una vez tuvo el valor suficiente de hablar. Su cabeza se agachó, perdiendo el contacto visual con el mayor.

Gordon pareció levemente molesto por un segundo. Su mano abandonó el brazo de Sam, yendo directo a la quijada de esta misma y levantando su cabeza. Hizo que lo mirara otra vez, que viese ella misma el disgusto que le provocaba la poca importancia que le daba a sus problemas.

—Cariño, si algo te hace llorar, estoy seguro de que tiene importancia —Dijo, sonando firme, pero sin perder nunca el aire de cariño que solía tener alrededor de Sam —.Así que dime, ¿Qué sucedió?

Sam sintió perderse por un segundo en los ojos de Gordon. Él le daba tanto cariño, tanta importancia, tanta atención...

Decidió contarle. ¿Cómo no responderle cuando él se ofrecía a escucharla? No sería la primera vez que la oía.

—Hoy es mi graduación. —Comenzó, tragándose las ganas de llorar que amenazaban con venir de nuevo.

Él, quizá por inercia, quizá por quererla hacerla sentir mejor; sonrió.

—Lo sé, linda. Por eso estoy aquí. —Le recordó, por si no fuese obvio.

Un dedo curioso acarició la mejilla de Sam.

Sam sintió calor puro en aquella caricia. Se arrulló leve y disimuladamente en la mano que descansaba en su quijada e inicio de la mejilla.

Gordon la vio cómoda. Le prestó su mano para que descansase, para que supiese que él estaba ahí.

—Hoy es mi graduación, soy oficialmente una doctora... —Siguió ella casi por inercia, cerrando sus ojos e intentando que el hilo de su voz no se perdiese en esa profunda tristeza que la embargaba.

Él se dedicó a oírla, sin querer interrumpirla. Deseaba que se siéntese escuchada, que ya no estuviese triste.

—Estaba feliz —dijo ella, continuando con su breve explicación —, estaba muy feliz, ¿sabe?

—Lo imagino, cariño. —Se permitió comentar Gordon, dejando que la mano en la espalda de Sam subiese hasta su cabello, acariciándolo.

—Me costó tanto graduarme... —Le salió muy bajo —Fue tan difícil... Todos estos años de estudio...

Él, por el más puro instinto, se acercó más a ella.

—Recibir mi título fue increíble, fue la seguridad de que todos estos años sirvieron de algo —Se vio a sí misma en medio de la ceremonia —. Yo estaba muy feliz, tan feliz... —No se dio cuenta del picor en sus ojos, ni como su voz se iba perdiendo en un hilo casi inexistente.

Gordon sí notó como a pesar de estar con sus ojos cerrados, las lágrimas bajaban por las mejillas de Sam. Una directamente en su mano. Se forzó a sí mismo a esperar que ella terminase, tomando como única acción el limpiar las lágrimas que se escapaban.

Sam, llegando al momento doloroso en su memoria, siguió hablando.

—Se lo mostré, señor Gordon —hizo una pausa, viendo todo en su cabeza —. Le mostré mi título, le mostré lo feliz que estaba, y él... —Se cortó por un segundo. Ya sentía el sabor salado llegando a sus labios —Él no dijo absolutamente nada...

En la cabeza de Gordon se formuló la pregunta sobre quién era ese él, y casi como si Sam pudiese oír sus pensamientos, terminó de hablar.

—Mi papá no dijo nada.

Y ahí, finalmente, Sam se quebró una vez más. Volvió a llorar en el pecho de Gordon, volvió a perderse entre los brazos de este y limitarse a ser sostenida y consolada.

El tiempo voló allí. Gordon y Sam estuvieron sentados en aquel suelo, juntos, en una cercanía peligrosa y a la vez adorada. Sam se sentía protegida, se sentía extrañamente aliviada. Su corazón roto parecía curarse al menos un poco cada que ese hombre la abrazaba.

—Cariño —habló Gordon en cierto punto —, sé que soy amigo de tu padre, pero puedo decirte con toda seguridad que él no te merece —aclaró —. No te merece a ti, ni tu esfuerzo, ni mucho menos tus lágrimas. Nada, no merece nada.

Sam, escondida en los rincones de su pecho, se limitó a oír.

—Tú eres... Tanto —Dijo él sin pensar, olvidando quién era ella —. Eres demasiado y mereces que te valoren. Mereces todo, cielo.

Nervios se movieron por todo el sistema de Sam. Su cabeza salió un poco del rincón donde estaba metida. Sus ojos chocaron con los de Gordon.

Jamás la habían mirado con tanta adoración.

—No llores más linda, no por él —Una vez más, Gordon limpió las lágrimas en el rostro de Sam —. Eres demasiado preciosa como para llorar...

Y ahí la mente de Sam abandonó los pensamientos sobre su padre.


↪ 𝗔𝗨𝗧𝗛𝗢𝗥'𝗦 𝗡𝗢𝗧𝗘:

primer shot :D

Jim, t amo, t adoro. Siento que me podrías curar los daddy issues.

Decidí hacer el primer shot de él porque junto el pingüino, fue mi personaje favorito y con el que agarré tremendo crush. Además, no hay nada de él en Internet :( Busqué en Tumblr y en Ao3 y nada, so, nimodo, tocó que lo hiciera yo sgskhdd. Ya para otra ocasión haré un shot más detallado de él, pero quería empezar esto con algo suave.

No sé quién esté leyendo esto, pero gracias por estar aquí <$ Si comentan y votan me ayudan mucho. Recuerden que pueden dejar pedidos y lo que quieran :p

El próximo shot es del acertijo <33 t keremos, Edward, eres el lokito favorito de todes.

Gracias por leer ♥︎

- 𝙸𝚜𝚛𝚘𝚓𝚒.

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